lunes, 28 de diciembre de 2015

Existen evidencias de que Europa representa una unidad política, social y metabólica y ello incluye a la misma España, pero no basada en el amiguismo de los pueblos, sino en que todos los países de corte capitalista, el conocido como mundo occidental estamos pasando una enfermedad común, e incluso puede que contagiosa. Aquellas previsiones que alentaban sobre un futuro despejado, un equilibrio universal vacunado de errores, que se elevaron en la segunda posguerra y, sobre todo, tras la caída del muro de Berlín y el derribo del pacto de Varsovia, y por ende, el fin de la guerra fría, ha resultado, como dicen los periodistas y políticos cursis, cortoplacistas. Se han hecho muchas cosas mal, muchas, tanto en naciones tan presumidas como las del norte del continente, como en las "progresistas" del centro o las pre-africanas del Mediterráneo, cada uno a su manera, que diría Sinatra. 
Las ideologías híper-evolucionadas, audazmente florecientes y doctrinalmente avanzadas política y socialmente de la melancólica Escandinavia, pero eso sí, con una densidad de población para todo un país a los que gobernar comparable solo a la de Londres o París -así cualquiera- confiaban que nacían y vivian en el árbol de Yygdrasil  protegidos por Thor y Odín,  se alimentaban de manzanas de lounn e hidromiel y caminaban venturosos hacia el Valhalla esparciendo su ultra-socialismo a los miserables pueblos del sur. Eran, son, inmunes a los conflictos del resto de los europeos.
En las tierras de los Teutones y Eslavos de espíritu vigorizado por su fuerte brazo y creadores de riqueza (industria) y poder. Hombres de acero, de metódico desvelo y alma guerrera, que no tienen empacho en exhibir sus putas en luminosos escaparates. Nada ni nadie puede dominarlos.
El Mare Nostrum siempre ha establecido el mundo de las almas independientes, del yo hago lo que me da la gana, del ingenio desperdiciado, de la cultura romana y cristiana, que es todo lo que les vale cultural y socialmente pero que ahora desprecian porque después de tanta invasión por el norte y desde África no saben cual es su verdadero genotipo, si parecerse a los primeros, a los tristes, a los suicidas blancuchos y rubios a los que envidian; a los teutónicos, fuertes y trabajadores o bien a las gentes del sur, de chilaba, babuchas y pendencias terroristas para alcanzar el puñado de vírgenes que a cada rebelde le corresponda.
Qué distintos todos ellos. Cómo es posible que hayan cometido errores sociopolíticos semejantes. Iguales en el error  y la fracasada política durante décadas, cuyos frutos amargos ya vamos recogiendo. Quién nos iba a decir que Spain ya no es diferent. Aunque todavía nos alienta un hilillo de esperanza, pues aún en la Hispania los socialistas, en el resto de Europa conocidos como social-demócratas, cantan la internacional puño en alto y se alinean con ultra marxistas, anticapitalistas  y destructores del sistema para poder gobernar. Esta tierra contiene una región que asesina a hombres, mujeres y niños con el perdón y la justificación de los tres estamentos representantes del estado, y lamen las llagas de otra región en la que la derecha burguesa busca con anhelo de ninfómana cortesana  los favores del anarquismo destructor del mundo capitalista, donde la sociedad más masónica, avarienta y usurera existente en la península hace cama con un puñado de desarrapados interesados, al parecer, en aniquilar todos los principios que mantienen el interés del resto de Europa por España: el sistema bancario occidental, la OTAN, la Comunidad Europea, el euro, las tendencias demócratas (aunque las evidencias lo nieguen), el derecho de las personas sobre el de las regiones, el respeto por la ley, la libertad y el parlamentarismo como medio de gobierno. El caso es hacerse con el poder... Bueno pues va a resultar que Spain sí es diferent... Salvo en los errores que nos igualan a todos en el continente. Al fin y al cabo ello constituye un nexo de unión para afirmar que Europa existe. Pero si Carlomagno levantara la cabeza.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Veinte de diciembre, día de las elecciones generales españolas, o mejor será decir, en España. Jornada esta en que los ciudadanos libres deciden con su voto el futuro y el bienestar de la nación española... afirman quienes medran a lomos del sistema, incluso los que se declaran antisistema. Más bien yo creo que es un día en que un montón de ilusos, con su voto, acabarán decidiendo el futuro y el bienestar de más de un mangante, cuyas virtudes ya diseñé en otras intervenciones de este blog. En definitiva es el día de la marmota, cuando la palabra de los líderes políticos se atiene a la Relatividad Especial de Einstein. El físico de Ulm nos dejó muy claro que materia y energía son aspectos físicos de una misma realidad unidos por la constante de la velocidad de la luz. En nuestro caso las actuales intenciones para la gobernación de esta calamitosa Iberia resultan equiparables si consideramos una constante de gran dimensión: las mentiras. Es decir que:
                                                                              2
                                                                  I=D. M
Donde I son los partidos de izquierda, D los de la derecha y M la capacidad de mentir sin tasa.
En fin que ya que estamos con la física a cuestas quiero reivindicar el 20 de Diciembre como la fecha en la prefiero recordar que murió el gran astrónomo Carl Sagan, o el padre de la cirugía Ambrosio Paré hace más de 4 siglos. También podemos evocar el ingreso de España en la ONU en 1955, que hace 10 días que le dieron el Premio Nobel a Juan Ramón Jiménez, la explosión del volcán Krakatoa, el regreso de los restos de la destrozada Grande Armée napoleónica a su paso por Prusia, el estreno de la 5ª y 6ª sinfonías de Beethoven o la muerte en el Escorial del compositor Antonio Soler, por poner algunos ejemplos de señeros sucesos para recordar en un 20 de Diciembre, esos de los que ya no se informa a los alumnos de ninguna enseñanza en nuestro país.
 
A pesar de todo y sin conocer los resultados de la voluntad popular en las urnas, quiero elevar un grito de parabién a todos los lectores de este humilde blog, en cualquier lugar del planeta, deseándoles una  muy FELIZ NAVIDAD, y, al menos, un tranquilo y sereno 2016.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Nadie que siga mis comentarios en este blog podrá argumentar que a Mariano Rajoy no le he vapuleado de manera incompasiva siempre que lo he creído conveniente para establecer la justicia a una causa que lo merezca, pero igualmente no será  la primera vez que expreso mi  juicio acerca de la necedad que envuelve a Pedro Sánchez, e incluso anunciando cierto parangón con el inútil de ZP. Pero a día de hoy podría añadir a mi baja opinión sobre este tipo su desmaña por la enorme equivocación cualitativa en que ha incurrido errando su estrategia "parlamentaria" frente al Presidente del Gobierno... O a lo mejor no. Porque igual es que resulta que él es así, un chulo de taberna alcoholizado por su egolatría compensatoria de su estupidez, sin educación y (¡cuidado!) sin principios, un individuo, en definitiva, incompatible con su ambición de gobernar un país occidental, democrático, que se jacta de desenvolverse en un estado de derecho, y con una historia tan antigua como que alcanza al monarca Argantonio, rey de los tartessos, allá por la época del bronce, más de mil años antes de Cristo, y que con su bajeza viene a decorar con la fachada de una república bolivariana.
Pero también es posible que a sus seguidores y conmilitones les vaya la berrea y les esté ofreciendo la dulce libación de un húmedo refocile por el cieno de la pocilga socialista hispana. O peor aún sería llegar a descubrir que la condición de las izquierdas, en todos sus cuadros y espejos, sea la de la provocación, la violencia y regusto por la autoexclusión de cualquier foro civilizado. Lo que ellos llaman "la revolución". Todo ello podrá ser despejado en pocos días.
Amigos míos, la vida es dura e incompasiva (para unos más que para otros), muy difícil y agotadora de recorrer y muy ingrata, insensible y cruel para aquellos que la viajan afanándose en prosperar social e intelectualmente con su esfuerzo, su trabajo y honrada disposición, por lo que jamás entenderé por qué la gente se empeña en complicársela aún más admitiendo en ese viaje la compañía o, peor aún, el liderazgo de esa chusma que cabalga a lomos de la torpe enajenación que pueda compensar sus incapacidades, sus complejos y su rabiosa necedad mediante el crimen intelectual.
Sánchez, y todos aquellos que le apoyan (espero que individuos como González y la vieja guardia se alejen de él para evitar la contaminación de su propia historia) constituyen una piara de lechones que colgándose de nuestra, ya de por sí, pesada mochila, hacen más penoso el arrastre de esas cadenas que la vida nos cuelga de la cintura, ya en la cuna, y no para de añadirle eslabones (a unos más que a otros) hasta llegar a la caja de pino. Sea como sea, a esa gentuza yo, personalmente, los desprecio.
Y finalmente con todo el odio que respira Pedro Sánchez ha propinado un puñetazo en la Cara a Rajoy llevándole la mano a un descerebrado en Pontevedra.  ¿Cómo era aquello?: unos agitan el árbol y otros recogen las nueces. O dicho de otra forma, unos colocan la diana a sus enemigos, y otros  acaban con ellos. Enhorabuena socialista.
 

domingo, 22 de noviembre de 2015

El empeño de Pedro Sánchez, que buena cuenta ha dado ya de su incapacidad y su ambición, por transformar España en un estado federal me resulta ya patológico. Aunque bien pensado, la desafortunada política del estado de las autonomías, que forzaron a crear las izquierdas españolas a la muerte de Franco, en una transición que el conservadurismo recién emancipado del franquismo acató, de manera humillante y humillada, llevar a cabo a la medida del pensamiento marxista resentido y litigante, de los populismos y de los independentismos agazapados desde 1939, no era sino el pórtico para la entrada, antes o después hacia el federalismo y este el arma adecuada para la implantación de la república. De modo que si somos mal pensados (yo lo soy sin duda), el actual líder socialista no ha hecho sino recoger la antorcha de Zapatero el masón, que se le cayó al suelo por haberse rodeado de tanto/a  necio/a, incompetente/a, ignorante/a, corrupto/a y ágil/a trepador/a, y encaminarse a completar este segundo escalón para el definitivo golpe de estado a la monarquía española. No olvidemos que la progresía de esta nación no sueña con otra cosa que retomar la segunda república que quedó abolida después de acabada la Guerra Civil Española.
No cabe duda que acabaran vendiéndonos que el federalismo es un sistema político muy extendido entre los países democráticos prósperos, e incluso intentaran desterrar la preocupación de aquellos que se sientan arropados tras las bondades de la corona que varias de estos estados federales están regidos por monarquías parlamentarias.
Bien pues observemos algunos ejemplos: Ahí tenemos a Bélgica debatiéndose en medio de un desconcierto soberbio ante la amenaza terrorista, en virtud del desastre del funcionamiento de sus fuerzas del orden y servicio de inteligencia sumergidos en la anarquía incomunicativa "autonómica". Bélgica, que en 1831 estableció una constitución progresista, tras haberse independizado de los Países Bajos gracias al amparo de Francia, declarada estado federal desde la nueva constitución de 1993, está dividida en comunidades y regiones, tras la reforma del estado que en 1970 apuñaló de muerte la unidad de un estado históricamente unido, y desde entonces las ambiciones independentistas de los flamencos tomaron carta de naturaleza. Bélgica está dividida, pues, en dos voluntades  irreconciliables: la de los flamencos, de habla holandesa, y la de los valones, francófonos. Tiene,  8 cámaras parlamentarias y 6 gobiernos. En realidad Bélgica está en un tris de la guerra civil, pero unida, por el momento, por el débil lazo de la realeza el respeto que sobre la institución monárquica extendieron Balduino y Fabiola,  y por la sede, en Bruselas, del Consejo Europeo y otras instituciones internacionales, y la competencia en prestigio por el reparto de responsabilidades con Luxemburgo y con la francesa Estrasburgo.
También Alemania es una nación de corte federal compuesta por 16 estados con soberanía y constitución propia, que se remonta a un origen muy antiguo, pues su germen lo encontramos en el Sacro Imperio Romano Germánico que llegó a gobernar nuestro Carlos I (aquí Carlos V) y que se deshizo en 1806, como quien dice ayer. Durante el renacimiento eran los príncipes electores quienes administraban, con total autonomía, sus propios feudos. Entre ellos se encontraban obispos, condes, duques, reyes y el magrave de Brandemburgo. El estado alemán, tal como lo conocemos hoy, resultó de la unificación de todos los estados independientes bajo un gobernante único, Guillermo I, un rey o káiser, en 1871, casi a la vez que la unificación del reino de Italia. La debacle de la Primera Guerra Mundial derribó la monarquía y levantó la república (en Italia fue la Segunda Guerra Mundial). Pero esta evolución en nada tiene que ver con la historia de España.
¿Y Suiza? Hay, amigos, la nación más montañosa de Europa ni es un estado ni es nada parecido. Bueno sí, es una confederación de 26 cantones, totalmente autónomos, amalgamados por un gobierno central cuyas competencias se resumen a la seguridad, asuntos exteriores, correos, aduanas, moneda y ejército (por llamarlo de alguna manera). ¿Y qué los mantiene unidos? ¡Vamos hombre! pues la pasta. La pasta sucia, corrupta, mafiosa e indeseable, que sostiene una legislación sucia, corrupta, mafiosa e indeseable... Y Guillermo Tell. Nada que ver con España, si acaso con Cataluña o Andalucía, aunque qué más quisieran estas dos regiones que obtener el título de paraísos fiscales.
Por último consideraremos a los EEUU, una nación con sistema político presidencialista de tipo federal cuyos estados tienen una gran independencia y libertad de acción según sus propias constituciones. Naturalmente, totalmente al contrario que España, la nación estadounidense se creó por unificación de tierras, de estados que fueron conquistando (o comprando o robando) los colonos y las primitivas asambleas centrales y que terminaron por fundirse en una nación con una constitución (la más antigua del mundo) y que se mantienen unidos por algo que los españoles no son capaces de entender. De hecho seguro que la mayoría no saben de lo que voy a hablar o afirman que es una mariconada. Lo que une a sus estados es su patriotismo, su bandera su himno y la defensa de sus principios. ¿A que la mayoría no entiende nada? Vamos que si en España, sus hijos, conocieran la verdadera historia de esta nación y el esfuerzo, la sangre, los sacrificios y el derroche de grandes cerebros para llegar hasta aquí, cuan diferentes serían nuestros problemas.
Amiguito Pedro, a pesar de que, como ya dije antes, se te ve el plumero republicano, sobre todo en tus ligues de verano con Podemos, los comunistas, anticapitalistas y otras subespecies herpetológicas, voy a concederte el beneficio de la duda y pensaré que eres igual de zoquete que ZP y te aconsejo que estudies la historia de los pueblos, de las naciones, y principalmente de esta en la que has nacido y que quieres derribar, y luego se lo explicas a tus hijos, que a saber qué les estarán contando en el cole.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Y en medio de tanto desequilibrio político en los "imperios" de occidente para no dejar de nadar mientras se guarda la ropa, para, como le decía Susanita a Mafalda, decir tu ¡que barbaridad! y a continuación seguir a tu rutina, para entretener al necio personal, ávido de "Gran Hermano", con las hábiles piruetas, contorsiones y cabriolas de los coros y danzas, la patética España de charanga y pandereta (aunque Machado erró en lo de "devota de Frascuelo y de María", pues no supo calcular que la progresía más rancia, nos acabaría negando incluso esas dos señas de identidad) no se cansa de darme motivos para acordarme de todos sus patrimoniales ancestros, y exhiben ante la perpleja galería toda suerte de estupideces, mamarrachadas y necedades que sacan del "manual del buen demócrata".
Entre tanto en esta nuestra España los comunistas, los de Podemos y ad lateres, los anarquistas, nihilistas y antisistema y socialistas de puño en alto, no sosiegan en su ansia por justificar su presencia en la política de una sociedad que no les corresponde, en un mundo que han infectado a golpe de griterío y banderola, como los godos en Italia, mientras los prebostes de una infecta "democracia" se preocupaban de emocionar al respetable con su cursi estado de derecho, su buen rollito y su alianza de civilizaciones (siempre que aceptemos como civilizados a los mahometanos). Porque si la historia no nos engaña, el marxismo o sea el comunismo ha sido la mayor lacra de todo el siglo XX. Stalin, el mayor asesino de la historia de la humanidad propagó la "peste roja" por todo el mundo, edificando núcleos de crimen, de asesinato, tortura y vulneración de todos los derechos de las personas, tal como todo el Pacto de Varsovia (muy especialmente Alemania Oriental) y la mayoría de republicas de la antigua URSS, China, la Camboya de los Jemeres Rojos, Cuba, Corea del Norte, Venezuela, la Rusia de Putin, Bielorrusia, Burma, Vietnam, etc., la mayoría de los cuales mantienen una actualidad criminal incuestionable. Mas ¿Cómo justificar la presencia de tanto asesino, de tanto forajido integrado en el tejido político y social de los países democráticos, en sus listas electorales, en sus parlamentos, sindicatos y organizaciones no gubernamentales, cuando el otro polo del espectro político malhechor, el fascismo, ha sido prácticamente aniquilado por las democracias occidentales.
En primer lugar el fascismo y el nacional socialismo son dos disciplinas nacionalistas que imponen el dominio de una raza suprema manu militari, es decir invadiendo naciones vecinas para esclavizar a todos aquellos que no han querido, o no han podido incorporarse a su dogma por pertenecer a una casta despreciable que debe ser eliminada. Pero el marxismo-comunismo, naturalmente, depura, purga a tantos como resulten sospechosos de oponerse a su método revolucionario, a la revolución, a la vez que destina comisionados, no ejércitos, a otros países pasa metastatizar en núcleos sociales creando células de proselitismo, consignas, alboroto y desorden entre el pueblo llano, para derribar violentamente el sistema político y social en la susodicha nación e incorporarla a su colección de tierras sovietizadas. Al fascismo y al nacismo se los vence con ejércitos, al comunismo no. Al rancio comunismo hay que contraatacarlo con argumentos y bienestar social capitalista, y aún así siempre se encontrará agazapado para saltar a la menor oportunidad o con el soporte, el patrocinio de algún subnormal tipo ZP.  
Por otro lado las conciencias conservadoras, curiosamente, se encuentran corrompidas de complejos atávicos lo que inmoviliza su acción política, algo muy notable en España, habiéndose desplazado la doctrina nazi hacia los nacionalismos más contumaces, como el catalán. El comunismo y el socialismo marxista, en naciones democráticas no entra en el juego limpio, aunque se aprovecha de él,  por el poder, lo asalta. Nunca han perdido sus señas de valerse del asesinato (recordemos las secuelas del 11-M en España), utilizar la revolución para sus propósitos (con todos los elementos tradicionales de violencia callejera y permisividad de la delincuencia común, el equivalente de abrir las cárceles de 1931), la abolición de las libertades personales que les obstaculicen, así como neutralizar, abolir, la religión católica (solo la católica), que consideran enemigo mortal para su doctrina y las seculares tradiciones que puedan estorbar a su proyecto de llegar a imponer un estado netamente marxista (por supuesto "laicista") por la vía que fuera menester, sin lugar a dudas violenta.
Naturalmente, como comenté antes, para justificar este atropello de provecho político, esta gentuza no tiene más remedio que enarbolar excusas y argumentos que sobrepasan lo estrafalario y ridículo, como estamos oyendo y leyendo recientemente a los líderes de Podemos, sin el más mínimo rebozo ni menoscabo de dignidad y vergüenza, términos que desconocen por resultar inútiles a sus fines.
Dos observaciones más: a aquellos políticos que más han colaborado (y siguen colaborando desde la sombra) en la implantación, en el infiltrado de esta suerte de doctrina revolucionaria marxista anticapitalista, anticristiana y anti todo lo que se relacione con las costumbres, el carácter y el estilo de la nación española (léase Rodríguez Zapatero y su corrillo de necios ineptos), precisamente desde la caída del franquismo, casualmente se les conoce una relación con la masonería. La pregunta es ¿Dónde se esconde la masonería tras Pablo Iglesias y todos los extravagantes fichajes que está llevando a cabo, muchos de ellos desecho de tienta del zapaterismo?.
Y, por otro lado, aunque la respuesta parece surgir sola: ¿Qué atracción mística empuja a los socialistas/comunistas a aliarse con el crimen siempre que tienen ocasión? No es baladí que muchas de las descabelladas manifestaciones y diligencias recientes para el consumo de perro-flautas y australopitécidos intelectuales tienen relación con el apoyo a los terroristas, ahora a los musulmanes y antes a cualquiera que se oponga al sistema establecido (ETA), a los ocupas, y delincuentes de variado pelaje, así como a personajes ineducados, violentos, prostibularios/as y de aspecto cuanto más cerdo mejor.
Puede ser que exista una franja social (no sé si los que quería eliminar Hitler o candidatos a las purgas de Stalin) que se exalte con esta chusma (yo como pintor sé que para conseguir la luz en un cuadro debe pintarse sombra al lado), pero sería muy doloroso que un porcentaje curioso del electorado español desviara sus preferencias hacia trapos tan sucios esperando el imposible maná socio-político que les prometieron, pero "hay gente pa tó".
 
PD.: Sr. Rajoy, a los que nos hemos jubilado hace más de un año ¿Cómo se nos va a resarcir de la deuda de paga extraordinaria, moscosos, canosos y, ante todo, del nivel 4 de la Carrera Profesional, que nunca he percibido, a pesar de corresponderme desde su instauración, si no me equivoco, desde 2009... una pasta. Conste que si me responde el presidente me da un patatús.  

martes, 17 de noviembre de 2015

Cuantas veces habremos reflexionado desde esta atalaya de opinión sobre la falsedad de una Europa unida a través de intereses políticos, estratégicos, comerciales y ni siquiera morales a pesar de lo que tanto se ha querido divulgar sobre semejante concordia. La parodia exhibida sobre las flores y las velitas, los minutos de silencio, las lágrimas, las marsellesas y los alegatos de "todos somos París", no pasan, por más que lo intenten, del apunte folclórico y del espectáculo  para consumo. Ni siquiera las declaraciones sobre que esta es una guerra librada en otra dimensión (la tercera guerra mundial en fascículos que dijo el papa) contra el modo de vida, los valores determinantes del mundo de occidente, esas sobre las que tanto empeño han puesto comentarios y escritos mediáticos,  han servido de nada para que los dirigentes de las naciones europeas hayan comprendido que deberían seguir fingiendo complicidad si no quieren que esta Unión Europea tan descalabrada en tiempo y modo acabe de derrumbarse a través de las grandes grietas por las que algunos llevamos años viendo se escapa a chorros el agua de la presa.
No estoy dispuesto a discutir ahora que la religión sea o no el opio de los pueblos, como afirmaba Lenin, pero lo que ningún cerebro fascinado por el marxismo más radical, el anarquismo más drástico o la necedad más zapateril podrá discutirme es la enorme influencia, el valimiento, el poder y el gran peso que la religión ejerce sobre las turbas, la plebe y la patulea descerebrada, ignorante y carente de principios morales que en los festejos conocemos como "el respetable" y en el ámbito socio-político occidental como la ciudadanía o, en estas fechas de campaña electoral española, como el noble electorado (por cierto si no me equivoco el catalán Valls anda al asalto de la corona presidencial en menos de año y medio, al tiempo que se celebraran las federales en Alemania, y en unos meses las de USA).
Mas si se trata de una religión como el Islam en la que no existe un referente de autoridad, sino que el primer barbudo resentido se autoproclama imán, líder espiritual, una religión en la que sus adeptos afirman adorar a un dios que les ordena masacrar a inocentes con el mayor sadismo, en la que el crimen, la ausencia de la más mínima empatía hacia los demás (y no digamos piedad, clemencia, compasión o misericordia),  y el desprecio por la mujer, por el progreso a través del trabajo, la sana ambición de superación, el regusto por formar a tus hijos para que lleguen a ser personas de bien, la noble adaptación al desarrollo y prosperidad de una civilización adecuada a los tiempos y los avances científicos y técnicos y por la vida, a la espera de un más allá bendecido con un millar de huríes vírgenes, en definitiva una religión basada en el odio, para qué queremos más.
No voy a debatir ahora si esto es una guerra con el islam, si se debe aniquilar a todo bicho viviente, no solo de las regiones de Irak y Siria, sino también de África y Asia, que tengan relación con la canalla de los de Isis, Al Qaida, o cualquier otra porqueriza semejante, o si Europa y EEUU deben unirse en la defensa de sus ideales o marear la perdiz para no comprometerse con sus "delicados" electores, o poder ofender a mentes tan desquiciadas como las de Podemos, los comunistas de distinto pelaje, nacionalistas, etc. porque no sería democrático, pero lo que sí sé es que (y ya lo he comentado anteriormente) el pastor luterano Niemöller advirtió:
"Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,  yo no dije nada porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas guardé silencio porque yo no era socialdemócrata. Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron a por los sindicalistas, y no protesté porque yo no era sindicalista. Luego por los católicos, y yo no dije nada porque yo era protestante. LUEGO VINIERON A POR MÍ PERO, PARA ENTONCES, YA NO QUEDABA NADIE QUE DIJERA NADA"
Y ya vienen a por nosotros y a por los nuestros y lo nuestro. De modo que, para todos aquellos que estén dispuestos a votar a corto o medio plazo, recordad quien no os defendió, quien no hizo uso de los ejércitos creados para ello y quien prometió unos estados unidos europeos y no cumplió, cuando venían a por nosotros y dejaros de velitas, ramos de flores, minutos de silencio y cánticos marchosos y patrióticos. Nuestro futuro y el de nuestros principios es tema mucho más serio que todo eso. Y no olvidemos que la civilización occidental y democrática está criando cuervos que, antes o después, nos sacarán los ojos. Se impone, pues, cortar de raíz toda la mala hierba y luego extender un buen herbicida para que no vuelva a crecer.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Queridos lectores, ante el cariz que han tomado los acontecimientos en la región de Cataluña, que, no por esperados, no dejan de alarmarnos, me he estado reservando opiniones que, por otro lado ya han ido desgranándose en algunos medios de comunicación, si bien sin rematar todas las posibilidades de juicios de valor que pueden destejerse en este asunto.
En realidad ya fue Azaña,  radical socialista y presidente de España en la Segunda República española de 1931 a 1933, quien afirmó que la corrupción de la burguesía catalana se encontraba localizada y controlada por un puñado de familias, siempre las mismas, desde hacía decenios e incluso "siglos". Las manos de esta tropa controlaba y conducía la mayoría del empresariado catalán, a la par que el poder judicial, las fuerzas de seguridad en la región, buena parte de la voluntad de los gobiernos de la nación y, por supuesto, el "sentimiento nacionalista" de los catalanes. A día de hoy nada de todo esto ha cambiado.
Mas parece haberse producido un leve despertar de la conciencia de justicia en las autoridades españolas, sacudida, resucitada por la propia acción extrema del envite independentista desde hace algunos años. ¿Pero a que se ha debido esta carrera frenética hacia "el más allá".
Ya en 1986 comenzaron a despejarse las nubes que ocultaban el expolio del caso "Banca Catalana", que tocaba muy seriamente a los políticos del partido del presidente Jordi Pujol (CiU).
En 1994 estalló un nuevo brote de corrupción de esta gentuza con la estafa del caso de los Casinos de Cataluña, que, naturalmente, aprovechaba nuevamente a CiU y sus próceres, así como a un buen número de industriales.
Esta gente, cumbre solemne de la más señalada burguesía catalana (naturalmente de derechas) vivían convencidos que eran inmunes a cualquier tipo de inspección, vigilancia y, ante todo, penalización de sus corruptas maniobras. Y fue en el mismo parlamento catalán cuando en un ácido debate habido en 2005, Pascual Maragall les acusó públicamente de apropiarse del 3% de todas las operaciones comerciales de la industria de la región a cuyos protagonistas ofrecían contratos con la administración oficial a cambio de esta jugosa mordida. Y allí comenzaron, aquellos gobernantes encargados de proteger el interés de todos los españoles a comprender que, aunque tradicionalmente venían mirando para otro lado ante tanto turbio manejo (no exclusivo de Cataluña, por cierto), ya no podían seguir aceptando lo inaceptable ante la información a la opinión pública destapada por algunos medios de comunicación. Y comenzaron las investigaciones y el seguimiento a los golfos catalanes, encabezados por CDC (fundadores de CiU), su presidente, el "honorable" Pujol, y sus secuaces, entre los que se encontraba Artur Mas.
Aunque tales mafias fascistoides parecía que no concebían que su escudo de protección pudiera llegar a desplomarse, nos deleitaron, en 2009, con otro desfalco, que fue conocido como el caso del Palau de la Música de Barcelona o caso Millet, asombrosa absorción de dinero, previsto para la reforma del palacete de la ópera de la ciudad condal, como tapadera para ingresarlo, en gran medida, en las arcas de CiU. Aún por entonces la judicatura hacíase la tonta y muchas culpas se dejaron prescribir. Pero aquella gentuza ya notaba el aliento de la Policía Nacional y la Guardia Civil en el cogote y comenzaron a intensificar la carrera independentista como escudo final ante el acoso que sentían a sus desmanes. Artur Mas se hizo con el poder del partido  y la presidencia del gobierno catalán en 2010 y encarriló su acción en el poder, no para gobernar con y para el progreso y bienestar de los catalanes, sino dedicando todas las posibilidades económicas, sociales y políticas a un único fin: la independencia de Cataluña del resto de España, ampliando las mentiras, que con Pujol habían servido para sostener el equilibrio de su corrupto gobierno, como que España les robaba, que les oprimía, les impedía desarrollar su lengua, sus costumbres, les amenazaba con el ejercito nacional... que Colón, Santa Teresa y Cervantes, por ejemplo, eran catalanes, que Cataluña había sido un reino alguna vez, ... apropiándose de documentos y obras de arte, fingidamente pertenecientes a Cataluña, impidiendo hablar y escribir carteles en español, depurando a quien no colaboraba con el partido CiU (muy al estilo nazi) y obligando a "exiliarse" a muchos ciudadanos y comerciantes.
Finalmente, en 2012, las innegables evidencias delictivas aconsejaron al gobierno de Rajoy, ya que el estrafalario Zapatero (presidente desde 2004 a 2011) permitía todo, intensificar las investigaciones, ya centradas en el entorno de Pujol y su familia, quien acabó confesando que había sacado de España millones de euros a paraísos fiscales, y a Artur Mas. Este sátrapa, que empezó a verse acorralado, a pesar de que los comunistas de ERC impidieron que fuera abiertamente investigado, se lanzó a la carrera independentista como un pollo sin cabeza llegando a aliarse con la extrema izquierda e incluso con los anarquistas antisistema del partido CUP. Es decir un grupo de burgueses  de derechas nazi unidos con anarquistas y comunistas extremos. ¡Y la gente en Cataluña se lo cree todo!
En resumen que a todos estos mamarrachos les importa una higa Cataluña (que lleva años sin ser gobernada, arruinándose económica, política y socialmente día tras día) y que solo les preocupan los billetes transportados en sacos de basura y su seguridad jurídica y en el poder absoluto.
La mayoría de los catalanes (todos los que sostienen a tanta chusma en el poder) dicen que ahora no van a obedecer a ninguna de las leyes y ordenanzas que provengan del estado español y que declararan la independencia de la región por su cuenta (esto no es la primera vez que lo intentan en la historia). Rajoy nos afirma que no hay que preocuparse. Y yo me preocupo. Me preocupa en manos de quienes está nuestra seguridad y futuro de la nación española.

Por cierto, mientras que estaba escribiendo este comentario tuve noticia de los atentados en París. No voy a escribir lugares comunes que ya se han dicho en todos los medios, y los que no se hayan dicho se dirán en las próximas horas o días, pero, aprovechando la reflexión anterior sobre Cataluña voy a hacer una pregunta:
¿Hay alguna razón para que el miserable Manuel Valls, primer ministro francés, odie tanto a España, para que ofrezca a Artur Mas, si se independiza, que el FC Barcelona pudiera jugar el la liga francesa? ¡Ah! es que su origen es catalán y no puede callar la boca a pesar de la responsabilidad que en este momento pesa sobre sus espaldas. Vamos, que es más catalán que francés, y no digamos que español. Hoy todo el mundo, en los medios de comunicación lanzan misivas afirmando que España hoy es Francia, pero yo afirmo que Francia, ante tanta sangre vertida en mi país por el crimen vasco, nunca ha sido España, y mucho menos con el canalla de Giscard d´Estaing. ¿Por qué los franceses nos odian tanto?

domingo, 25 de octubre de 2015

Es natural que los lectores de este blog de más allá de las fronteras españolas, que son, con diferencia, los que más me leen, como ya dije hace unos días, porque en mi país me vienen leyendo tres y el cabo, y la mayoría de ellos son amigos, familiares y conocidos, no estén al cabo de los graves acontecimientos políticos y sociales que devoran las entrañas de este país, o que posean una información parcial o equivocada. Pues a todos ellos quiero dedicar la reflexión de hoy.
No descubro nada si afirmo que la Segunda Guerra Mundial fue, sin lugar a dudas, la continuación de la Gran Guerra, el renacer de la Primera Guerra Mundial cuyas brasas no se habían apagado y bastó la aparición de un líder carismático que devolvió la confianza, la dignidad y la autoestima al pueblo alemán, que les había sido arrebatada en el salón de los espejos del palacio de Versalles por unos políticos necios que valoraban más la venganza que aquello que dictaba el sentido común, para que la sangría del primer tercio del siglo XX resucitara con vigor fortalecido por la esperanza germana en un desquite por el ultraje y la ruina nacional sufrida veinte años antes. Claro que aquel "mesías" era un degenerado, un criminal, un resentido y un soberbio y, afortunadamente, un enajenado, inútil y ególatra, y digo afortunadamente porque si hubiera sido un individuo inteligente, capaz y buen estratega, a estas horas Europa sería una gran Alemania unificada, un enorme Sacro Imperio.
Supongo también informados a mis lectores de otras naciones que España sufrió una guerra civil desde 1936 a 1939, como todas las guerras civiles, con origen en diversidad de factores más lejanos o más próximos. Pero fundamentalmente iniciada en 1931 a raíz de un "golpe de estado" llevado a cabo por los republicanos, las fuerzas de izquierdas unidas (que se denominaba Frente Popular) y los anarquistas (creo que de esta época ya he escrito hace algunos meses), que consideraron a su favor el resultado de unas elecciones municipales, para declarar por su cuenta la Segunda República de España y expulsar al rey Alfonso XIII. La susodicha república resultó una gran calamidad y un refugio de terroristas y malhechores (muchos delincuentes comunes sacados de las cárceles por las turbas revolucionarias), e incapaz de resolver los problemas que, es innegable, acuciaban a la población española, pobre, hambrienta e inculta. La situación llegó a tal crispación que una junta militar convocó a parte del ejército y se levantó en armas contra aquella insostenible situación. Aquella guerra la ganaron los militares sublevados que mandaba el general Francisco Franco quien gobernó la nación durante 35 años más.
A día de hoy, y tras haber, presuntamente, superado aquellos 40 años de historia mediante la declaración unánime de una monarquía democrática parlamentaria y constitucional, España se encuentra inmersa en una guerra civil, de momento no sangrienta, que, como en el caso de las guerras mundiales del siglo pasado,  no es sino la segunda parte de aquel lamentable episodio de nuestra historia reciente. Pero ¿Cómo es eso? se preguntarán la mayoría de los lectores. Bueno, en los EEUU de Norteamérica también tuvo lugar una guerra civil que se llamó de Secesión que, afirmo, no ha concluido tampoco. Afortunadamente para los yanquis todavía les une el patriotismo y su bandera, pero en España los símbolos y sentimientos patrióticos han sido destruidos por una interminable sucesión de políticos de corrompida intelectualidad e intereses personales, que han jugado de manera irresponsable con las necias pasiones de un pueblo ignorante, facilitando o provocando, nuevamente, la división de la nación en dos bandos, de los cuales uno, concretamente las izquierdas, los nacionalistas y los anarquistas, que hoy llaman antisistema, lleva tiempo dando muestras de sus métodos violentos, cuando no criminales y el desprecio a las leyes y a los derechos de la mayoría de los ciudadanos. El otro bando consiente, lamenta, concede, otorga, soporta, se queja (no siempre), bendice y trabaja intensamente y exclusivamente en resolver los problemas económicos domésticos. Así el PP es como esas madres  con hijos delincuentes que se pasan la vida afirmando que sus retoños "no son malos chicos" y que "son las malas compañías las que les influye", pero en definitiva nada resuelven.
La situación en España está llegando a tal extremo que en pocos meses los pueblos y ciudades, las regiones y la misma nación resultará ingobernable de todo punto, y, en un segundo tiempo, estallará volando por los aires la delicadísima paz social, sostenida, de momento, por la paciencia de el bando conservador.
Pero esto se veía venir. La creación de 17 regionalidades conocidas como comunidades autónomas, poseedoras de sus propios estatutos (sus propias "constituciones"), cuyo texto las enfrenta a la Constitución del Estado donde cada macho alfa hace lo que le da la gana, incumple las leyes, apoya o promueve la corrupción más abyecta (como en Andalucía o Cataluña), establece en su feudo un régimen fascista excluyente (como en Cataluña), marxista asesino (como en Vascongadas) o socialista nepótico y clientelar (como en Andalucía); donde atacar al estado, sus instituciones (que incluye las fuerzas armadas y de seguridad del estado), símbolos, tradiciones, religión mayoritaria y sus practicantes, es atacar al estado que se quiere derribar pero fuera de las urnas; donde alterar la historia de la nación más antigua de Europa introduciendo mentiras como verdades irrebatibles para pasto de las mentes ignorantes (la mayoría), los educandos y fuerzas afines, donde la educación de los niños y jóvenes se dirige desde los gobiernos de las comunidades hacia un fin ideológico concreto y donde todo vale porque nadie se decide a dar un puñetazo en la mesa y acabar con semejante descalabro (los jueces deudores o el gobierno del PP) o donde partidos que siempre han sido respetuosos con la constitución española, y la unión y equilibrio social de la nación (como el PSOE) para hacerse con el poder se alían con grupos antiespañoles, radicales y antisistema (Pedro Sánchez es como Zapatero de necio pero aún más ambicioso), todos ellos en un acceso de resentimiento histórico anhelantes de ganar la guerra civil que perdieron en 1939 sus abuelos (ya nadie queda que viviera la contienda) e instaurar la república. Pero no una república cualquiera, sino aquella república impuesta en 1931, pero adobada de todo tipo de mentiras, falsedades, calumnias, patrañas, fábulas y disfraces, para consumo, una vez más, de ignorantes y parroquianos.
Tras las últimas elecciones la mayoría de los pueblos, ciudades y Regiones españolas están gobernados no por un ciudadano elegido en las urnas, sino por tres, cuatro y hasta cinco individuos unidos en un matrimonio imposible con el único fin de derribar al partido más votado (el PP) y controlar el poder, aunque con ello arruines el país.
No voy a cansar a los lectores con tanta pesadumbre. Esto no puede acabar bien. Clarísimamente la democracia instalada en una tierra de golfos, vagos, vividores, ruines, meamisas y folclóricos al uso, ha sido un fracaso... como era de esperar. Y... esto no puede acabar bien.
En fin, que otro día hablaremos de Portugal.

viernes, 16 de octubre de 2015

No es extraño en mí, desde hace algún tiempo, que haga referencia a algún comentarista al que he leído , para bien o para mal, en mis glosas de este blog, y en el día de hoy me referiré al artículo de Hermann Tertsch, al que siempre he considerado un hombre de ideas y prosa muy acertadas, en general, pero para estar en desacuerdo. Refiriéndose al denigrante y golpista espectáculo montado por los catalanes a la llegada de Mas a los tribunales y los días anteriores el resto del hampa a su servicio, Tertsch decía: "Por España y por toda Europa tras el día de ayer solo hay un mensaje para el separatismo: que por las malas nadie puede ni podrá con el Estado de Derecho y la Democracia". Pues no es cierto. No es cierto. A mí me resulta un comentario ingenuo que confunde su deseo con la realidad. La representación ceremonial,  la fanática celebración ritualista, la apoteósica conmemoración del golpe de estado de los catalanes contra el legítimo gobierno de España, por cierto que apoyados por todos los grupos de izquierda, que incluye al PSOE y Ciudadanos, en los juzgados barceloneses, pudo tener lugar gracias a la flagrante falta de patriotismo, de convicción en sus promesas y en sus principios, acomplejamiento y en definitiva falta de pelotas, de todos los presidentes españoles y muy especialmente de Rajoy, al que sus votantes le dieron en la mano todos los triunfos para jugar esta partida sin problemas, y que, cuando ya todo está perdido, tiene la desfachatez de pasarle la patata caliente a los tribunales de justicia, esos que no quieren problemas, en el caso más favorable (véase la evolución del proceso de los ERE y los cursos de preparación para parados en Andalucía), tras haber desatendido su inexcusable obligación de actuar contundentemente en una acción de gobierno para la nación que dirigen y a la que representan, pero, en cualquier caso. muchos años antes.
Lástima, digo yo, que me lean cincuenta veces más los rusos, treinta veces más los estadounidenses o alemanes que los españoles, compatriotas, estos, mucho más cómodos con su condición de súbditos, de vasallos que de ciudadanos libres y cuyo interés en reflexiones como las mías tiende a cero. Un español se siente muy satisfecho por vivir, a día de hoy, en un sistema "democrático", a la ibérica, que consiste en votar cada cuatro años a un golfo, a un asesino, un canalla, a un cobarde, a un antiespañol o, en general a un delincuente, pero perteneciente a un partido político "amado", y luego dedicarse a discutir de fútbol, de las maravillas de su automóvil o que hay una moza en su empresa a la que tiene en el bote y, por supuesto, a compartir la opinión de lo malos que son los políticos de los otros partidos diferentes al de sus amores.
Por lo que concierne al Partido Popular ya llegan muy tarde para levantar sus miserias del estercolero votacional. Están convencidos de que pueden arreglar su debacle, que ha provocado la "espantá" de quienes confiaban en ellos paseando a Rajoy por las calles y tomando cañas. Pero, lo siento, sigue pareciendo un tipo antipático, como la mayoría de los estirados miembros de su gobierno. Pero además lo que ha traído la desgracia al Partido Popular ha sido la falta de compromiso con los principios de sus votantes, que evidentemente no son los suyos, que debieron defender de manera radical, impositiva y terminante, y haber ignorado aquellas envenenadas trochas que les imponían las izquierdas disfrazadas de democráticas o, dicho de una forma más europea, de social-democracia, que continuamente amenazaban a su intranquila y acomplejada moral llamándoles fascistas (que se lo han llamado igual), franquistas  (que se lo siguen llamando), o bien restos casposos de la derecha extrema, algo que se lo han creído hasta en el mismo PP. Vamos que el virus que ha forzado a sus votantes a abandonarlos en masa es, principalmente, la falta de cojones para defender sus ideales y la traición a unos principios irrenunciables, es decir la deslealtad, la deserción y la apostasía política a la patria.
Insisto en que me gustaría que hubiera en España más lectores de mi blog para que estas opiniones, que son exclusivamente mías, y no las vendo ni las alquilo, sirvieran de reflexión a todos aquellos que prefieran pensamientos y manifestaciones diferentes y, por supuesto, totalmente independientes distintas de las que no pararan de deponer sus señorías hasta el 10 de Diciembre... y después.

viernes, 2 de octubre de 2015

Aproximadamente en el año 375 de nuestra era el bestial pueblo Huno embiste con furia a la Europa oriental desde las tierras esteparias de Asia. Las distintas tribus godas, cuyo origen se remonta al sur de Suecia desde donde marcharon, buscando un clima más favorable, y asentadas a orillas del mar Negro, fueron empujadas por aquellos al interior del imperio romano donde penetraron en calidad de refugiados. Roma, con cuyas legiones tuvieron anteriormente sus diferencias, les prometieron tierras para que se asentaran en paz. Los Visigodos deambularon y deambularon y deambularon por el noreste del imperio, como miserables errabundos pasando hambre, frio y enfermedades, pero el imberbe y débil emperador Honorio, mal aconsejado por sus asesores, rompió por tres veces sus promesas al pueblo de  Alarico, y su cuñado Ataulfo, a los que consideraba poco menos que animales irracionales incapaces de pensar por sí mismos. Pero se equivocaba. Se equivocó en todo, porque las tropas de Alarico y Ataulfo saquearon Roma sin piedad, en el 410, protagonizando el principio del fin de un imperio que, en aquel momento, tenia los pies de barro, sin unión entre sus dirigentes, saturados de ambición personal y sobrados de soberbia.
Mil seiscientos años después, otras bestias que llamamos islam, provocan un éxodo de gentes desde el Oriente Medio hacia, nuevamente, la Europa "rica", donde se come todos los días, donde se duerme en unas mullidas camas y se vive bajo un techo sin que nadie te mate o te persiga por ser quien eres o pensar como piensas (bueno menos en Vascongadas y Cataluña), y nuevamente se encuentran abandonados deambulando y deambulando y deambulando, pasando hambre, sed, frio y enfermedades sin que nadie se ocupe de darles tierras, porque son bestias, ignorantes y dañinos para una sociedad que está encantada de su dulce balancear sobre el yate de lo que han dado en llamar estado de bienestar, algo que, por otra parte, nada tiene de bienestar para una mayoría de sus ciudadanos, algo evidente sobre todo para el grupo de aquellos que todavía piensan y sienten.
El final de esta segunda historia está todavía sin escribirse, pero muy cerca de temerse. En ambos casos la Europa "civilizada" se desmorona abiertamente sobre sus propias y perfumadas cenizas, y bajo un celestial y laureado techo incapaz de comprender nada que no fueran reflexiones de centímetros de alcance y razonamientos de manual político para darse cuenta de su inminente ruina.
Yo no creo en que aquellos culpables de este drama paguen su maldad en la otra vida. Yo no soy creyente, como ya saben. pero quien sí pasa la factura sin remedio es la historia. Puede que pasen otros 1.600 años antes de que resulte evidente la perversidad y crueldad europea, quien sabe, mas yo creo que mucho antes este imperio que llamamos Comunidad Europea habrá desaparecido, por las malas (detestándose unos a otros) o por las peores, en el curso de una nueva guerra mundial. Yo apuesto por esta segunda opción.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Hoy quiero recomendar vivamente a los seguidores de este blog la lectura del artículo que en el diario ABC del día 11 de Septiembre del actual, firma el  periodista José María Carrascal y que titula  "El Comunismo del Siglo XXI", algo que se puede conseguir, naturalmente, por Internet. Y aconsejo la lectura de este artículo, algo que no es lo habitual en mí, es porque este magnífico periodista se me ha adelantado en el examen que hace de la actual crisis de la avalancha de los refugiados, o como los quieran llamar, reconozcámoslo, con el acertado verbo que caracteriza a don José María. En efecto, la idea sobre la que él reflexiona he estado a punto de desarrollarla yo en este blog porque es algo evidente a nada que se interese uno en pensar sobre los fundamentos y el destino de la fracasada Comunidad Europea; vamos que salta a la vista: ¿Por qué será que los países cuyo comportamiento, ante la avalancha de inmigrantes huyendo del crimen del islam (que se acerca más al nacionalismo, al nacional-socialismo, al fascismo), son aquellos que estuvieron prendidos a la órbita soviética de la URSS? Resulta que Polonia, "Checoeslovaquia", Hungría, Rumania, "Yugoeslavia" y ¡Austria! maltratan a los desgraciados que escapan de una muerte segura con su familia y lo puesto, los apalean, los patean, les niegan la comida, la bebida los cuidados médicos y el transporte para desplazarse  al corazón de una Europa a la que estos países detestan. Y si nos falta por citar a las Repúblicas Bálticas, Bielorrusia, Ucrania (pobre Ucrania) y Bulgaria es porque a ellos no les ha tocado el problema directamente todavía. Y digo yo ¿qué pintan esas tierras en una comunidad de naciones  cuyo espíritu, moral, proyecto, ideales y fines no solo no comparten, sino que sus filosofías socio-políticas se acercan más a la demencia islámica? Naturalmente el único beneficio que hasta ahora han aportado al resto de Europa es evitar que caigan en las ávidas garras del maléfico Putin.
Afirma Carrascal en su artículo que el comunismo no se dedica a preparar y prepararse para un mundo "feliz y humano" tal y como predica, ni a la manoseada igualdad entre los hombres, ni el reparto de la riqueza entre todos por igual, sino todo lo contrario. Bueno, eso yo ya lo sabía, y seguramente José María también, y es más, añádase al manojo de marxistas desbocados el socialismo  agazapado como manso corderillo ente las faldas de la señora democracia, añado yo, el socialismo, por ejemplo del necio Zapatero o del botarate de Pedro Sánchez, que insiste todavía en acusar a Rajoy de ultraderechista, a propósito de que por su edad nunca le ha tocado desfilar a paso de la oca, por imperativo legal, ante un auténtico ultraderechista, en un ambiente de espeso nacional-socialismo, como el que crece en Cataluña o como los que están surgiendo por toda Europa como reacción a  las crisis inmigratorias que no se sabe o no se tiene intención de resolver. Pero si cuela en el estúpido electorado...
Termina su aserto Carrascal diciendo: "Por si no hubiéramos tenido bastantes ejemplos en el siglo XX de los daños que el totalitarismo de izquierdas causa en los países como en las personas, resurge en el siglo XXI, al socaire de la crisis para vendernos su averiada mercancía persiguiendo lo único que busca: el poder, que incluso enarbola en su nombre. Poder, además, absoluto, para decirnos no solo lo que tenemos que hacer sino también lo que debemos pensar... y ahora del brazo de uno de sus grandes enemigos, el nacionalismo".
Hace años, en un iluminado suelto, Julio Ariza hacía la siguiente comparación:
La extrema derecha no considera al individuo, sino al orden social en el que este se debe integrar, pues existe un orden natural supremo al hombre y con destino en lo universal que hay que respetar y no permitir que nadie se aleje de él por el procedimiento que sea.
La extrema izquierda (o simplemente la izquierda, afirmo yo) solo considera al individuo para cambiarlo a su gusto y criterio. No acepta al hombre real y lo persigue para cambiarlo mediante decreto, y transformarlo en un hombre nuevo. Igual maniobra lleva a cabo con la sociedad, y ello aunque para lograrlo deba emplear el crimen, y conseguir ajustar las personas a las ideas.
Hace tiempo que yo dediqué un ensayo a defender que los dos totalitarismos en competición durante el siglo XX, el marxismo y el fascismo-nazismo, no nacen de un pensamiento convectivo, son dos posturas reactivas entre sí con un origen común, que acaban por darse la mano en razón a la encorvadura del tiempo, que demostró Einstein. Y habiendo nacido ambos en reacción a otro concepto opuesto, deberían esfumarse al desaparecer el contrario. Pero los conceptos extremos de derechas desaparecieron y en cambio perduraron, y se mantienen hoy día, las ideas comunistas y socialistas que se han negado a desaparecer segadas por la guadaña de la evidencia social capitalista, aferrándose, parasitando otros fenómenos de pujanza más duradera como el apoyo a la causa palestina, a movimientos feministas, anticlericales, antisistema, , ultranaturalistas, antimonárquicos y, sobre todo, nacionalistas. Pero la negativa a desaparecer, cuya causa final es mantener el poder como sea, vuelve, como en una espiral, a provocar el mismo fenómeno reactivo que en el siglo XX, vuelven a fermentar las causas de ultra derecha con una fuerza que se están negando a reconocer y a divulgar. Hoy por hoy no ha surgido un líder que aune las fuerzas de estos grupos, ahora dispersos, pero la torpeza de estos socialistas y comunistas, que, curiosamente, se llaman democráticos, conducirá de nuevo a Europa a otro ruinoso drama.
 

lunes, 7 de septiembre de 2015

Según la prensa el criminal Putin está tratando de recomponer su imagen. Un jefe de estado intenta recomponer su imagen luciéndola en camiseta y alardeando de figura como un capullo de piscina. En fin. Además a ese que falta le hace retocar su imagen si tiene por costumbre imponerla mediante el tiro en la nuca o el envenenamiento; nadie le tose en Rusia y, como mucho le evitan en el resto del mundo. Pero no me hagan mucho caso que este no es el tema del día, lo que ocurre es que el tipo este me puede, sabemos que es un sociópata, torvo, resentido, estrafalario, amargado, receloso, aprensivo y mafioso pero el tener todos estos diagnósticos no impide que me levante el estómago, y cada día más.
En realidad, a día de hoy, estamos viviendo una peligrosísima situación que vengo anunciando hace mucho tiempo. Sin entrar a analizar los esfuerzos del Premio Nobel Obama por dar lecciones de moral social y política a través de sus homilías, pero evitando entrar en debates sobre la necesidad de convencer a los países occidentales de formar una coalición militar que entre a saco en esas dos caricaturas de naciones que son Siria e Irak y no dejar vivo ni a un solo miembro del Estado Islámico, ni a uno solo (tema sobre el que podríamos extendernos largo y tendido), resulta que los gobiernos de la Europa "libre", las "democracias" del Viejo Continente del siglo XXI, que tampoco están por la labor de jugarse ni un solo voto (que al fin y al cabo es el único objetivo de las mismas), en traer soldados muertos a casa y dar explicaciones a los antitaurinos... ¡huy! perdón, he querido decir los antisistema (los antitaurinos españoles son los antisistema financiados por la Holanda que tanto nos ama, para alborotar el ya muy alborotado patio español), es decir las extremas izquierdas, vamos los comunistas y los socialistas al uso, y ven, como ya hemos anunciado en este blog, acercarse a la serpiente multicolor inmigrante, comienzan a dar palos de fascista... ¡de ciego quería decir!, y enarbolan los métodos más irreflexivos, atolondrados, sin caer en que se les ve la posadera. En fin resumiendo diríamos que les encontramos evacuados en un retortijón intestinal incontenible que me provoca un estado entre una mezquina vergüenza ajena y la desazón de la nausea.
No hace mucho que yo lo advertí. Pero nada que no escuchan. Ahora me gustaría saber lo que piensa aquella comisaria europea, ¿Cómo se llamaba aquella majadera? ¡Ah, sí! Cecilia, y aquel otro comisario de derechos humanos, nada menos, un gilipollas llamado Nilh algo y, sacando factor común, todos los mentecatos, sean o no españoles, que también los hay, de la necia Europa que se han dedicado a criticar al gobierno de España y a la Guardia Civil, por evitar la entrada de expatriados en las fronteras de Ceuta y Melilla, por cierto con todo cuidadito para que no se hagan pupa con los pinchos, o devolverlos a Marruecos, cuando los países de Centroeuropa, es decir los dignos eslavos, los aguerridos prusianos, los progresistas escandinavos o los húngaros herederos de todos aquellos 5.000 supervivientes del nazismo que el diplomático español Ángel Sanz Briz conocido como el "Ángel de Budapest", sacó de las garras de una dictadura criminal y que a esta hora se dedican a masacrar a otros desgraciados que les parecen inoportunos y molestos.
Las alambradas de espinos y cuchillas (tan criticadas a España), las represalias policiales, que incluso impiden que la Cruz Roja les proporcione agua y alimentos, la utilización del ejército por parte de británicos y franceses (los mismos gabachos que siempre han presumido de ser un país de alojamiento para exiliados políticos, como Jomeini, por ejemplo), el hacinamiento en trenes al estilo de los judíos por las SS, para quitárselos de encima, la caza despiadada de familias que escapan del horror de una muerte segura y espantosa y van dejando un rastro de cadáveres a sus espaldas y... vamos que si se hubieran metido, los países de la digna Europa boreal, la lengua en el culo cuando opinaban, displicentemente, ante una taza de te o una jarra de cerveza, sobre la bien merecida fortuna de "esas tierras de desgraciados que huelen a ajo" llamadas España, Italia y Grecia, sin pestañear, y negándose a colaborar para resolver la sangría de los emigrantes en el Mediterráneo, los miles y miles de inocentes ahogados o muertos por frio, asfixia, hambre o sed, ahora no se les estaría  viendo el alcance tan pobre de su ética, de la moral de una civilización que va apagándose, de una Europa que se desmorona lentamente sin remedio... Y el islam lo sabe perfectamente.
¿Recuerdan como empezó la Gran Guerra? Pues creo que desde 1945 no se conocía un drama semejante, salvo los crímenes cometidos por los serbios en la Guerra de los Balcanes, naturalmente aún sin esclarecer ni castigar la mayor parte (muy al estilo de la payasada de Núremberg), o las purgas comunistas en el mundo soviético, que han pasado a la historia porque no hay que mirar al pasado, es más es mejor desconocerlo, ignorarlo, porque el comunismo resulta que es democrático en todos los parlamentos, incluso el comunismo más marxista y estalinista, mientras el fascismo, lógicamente, no. No obstante setenta años son muchos desde el final de la última contienda mundial; creo que a Europa le está haciendo falta otra gran guerra.
 

viernes, 21 de agosto de 2015

Dos de las razones que enriquecen mi "espantá", mi oportuna, aunque siempre tardía, jubilación son el haber acabado con mis huesos en un pueblecito asturiano pequeño, sin comercios (miento, hay tres furgonetas que nos traen en distintos días de la semana comestibles, pan y congelados) y con una hermosísima playa que da término a un pequeño valle de manzanos de sidra y huertos vecinales; el haberme librado de los majaderos que dirigen la sanidad de la Comunidad de Madrid (incluyo las directrices del Hospital Puerta de Hierro) y por evitarme el berrinche intelectual de acoger, por imposiciones del guión, a mamarrachos que acuden a la consulta con camiseta de tirantes, bermudas, sandalias playeras y gorra de visera, que no se quitan no vaya a ser que se les escapen las dos o tres ideas que han elaborado a lo largo de su vida y allí las tienen almacenadas. Ahora resulta que estos espantajos de ilustración y cultivo muy semejante al del berberecho, se nos están echando encima como concejales, alcaldes o presidentes de comunidad autónoma. En fin todo parece indicar que la sensibilidad del gochu, que dicen los asturianos, se extiende, ya hace muchos años, sin remedio por allá donde la democracia alcanza a tentar con sus pseudópodos la pobre capacidad del elector para elegir a sus elegidos.
Y todo esto viene a reforzar el asco que me produjo una foto publicada por la prensa en el día de hoy. Cuando se acude a rendir un postrero homenaje, por cierto sin que nadie te haya llamado, a una persona de la categoría humana y profesional, de la distinción, nobleza y humanidad de María de los Ángeles López Segovia (Lina Morgan) no puede acudirse en camisa con las mangas remangadas. Pero el necio de Pedro Sánchez, que ya no sabe que hacer ni decir para parecerse a Pablo Iglesias, para simular ser el más marxista, el más caribeño, el más progre, el más gilip..., no da más de sí. Que le vamos a hacer. la necedad, el cretinismo, el síncope intelectual y la insensibilidad cabalgan por nuestros campos patrios como los cuatro jinetes del Apocalipsis. Cuánto tendrían que enseñar a estos betetas, a estos patriarcas de cerebro algodonoso la mayoría de los habitantes de estos rincones rurales, estos paisanos de avanzada edad que aún encallecen sus manos con  la guadaña y la azada pero que cuando abren la boca sentencian verdades como puños y exhalan señorío y cultura por todos sus poros.

lunes, 17 de agosto de 2015

El dictador imperialista, el bucanero, el corsario británico todavía no se ha acostumbrado a que el mundo no le pertenece. Es más ya no puede robar del planeta aquello que desea poseer en nombre de su graciosa majestad (la verdad es que Isabel II maldita la gracia que ha tenido nunca). Y es curioso que se continúe dando vueltas al tema de la leyenda negra sobre el imperio español y las "masacres" que los descubridores españoles llevaron a cabo en América, y no haya nadie en el mundo que recuerde los crímenes de todo tipo que el "león imperial" ha cometido, a lo largo de la historia, y muy especialmente en la Edad Contemporánea, con todos aquellos a los que consideraba una raza inferior. Y digo más, la mala sangre inglesa supera con mucho a los desprecios hacia la humanidad perpetrados por Hitler y Stalin juntos. Insisto, todavía no se han enterado los británicos que ya no significan, para los países del mundo, nada más que cualquier otro estado, a pesar del condicional apoyo de la Commonwealth y de sus primos los yanquis. De modo que tanto amenazando a España, en un estilo muy de Maduro, con represalias armadas en las aguas de Gibraltar que, como han hecho toda su vida, nos han robado y siguen robando, o fanfarroneando con el resto de Europa cuando las oleadas de inmigrantes ilegales, que cuando le ha tocado soportarlo a España, Italia o Grecia, les ha importado un dídimo, les ha llegado a su isla. Ahora todo son desplantes, amenazas y alambradas de cuchillas, las mismas que criticaban de las fronteras de Ceuta o Melilla.
Y es que esta "chusma" que se les cuela por el tunal del canal son "gentuza" de la misma ralea que los nativos de la India, de Afganistán, los "miserables" árabes de Oriente Medio, los africanos o los "piojosos" chinos a los que sometieron con su "invencible" armada, a golpe de cañón en la guerra del opio.
Claramente Gran Bretaña no es, nunca ha sido y nunca será Europa.
Europa, Europa... ¿Verdaderamente existe una Europa como concepto? o solamente como definición continental geofísica. ¿Cuántas Europas hay? Si nos atenemos a su historia, Europa abarca un concepto socio-político de ida y vuelta; de alianzas temporales tejidas y destejidas, en una sola noche, como Penélope, según la conveniencia de la política, y los políticos, imperante en el momento. De hecho, si en la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, Alemania no hubiera amenazado con arrasar Inglaterra, las tropas de su real majestad no habrían cruzado el canal para apoyar la defensa de Europa, como dejó claro Chamberlain, de la misma manera que abandonaron a los polacos durante la guerra polaco-soviética.
Pero dejando a un lado a los casposos ingleses, la mayor parte de Europa, vive a su aire, ignorando al resto de las naciones vecinas y a sus problemas, salvo que a ellos mismos les pisen en el juanete. Esta postura es una constante en los países nórdicos, de los holandeses y centroeuropeos. Pero qué curioso que ahora la lideresa Merkel se preocupe de las riadas de inmigrantes, cuando sus fronteras se ven amenazadas por aquellos que huyen del oriente medio hacia Grecia y solicitan su entrada en el pasillo Schengen y, parece evidente, van a conseguirlo, emulando el sitio de Viena por los otomanos en 1529. Y de Alemania hacia Holanda, luego Dinamarca y ¿por qué no? a las Repúblicas Bálticas, Noruega... Queridos eslavos, arios, teutones y vikingos, vais a tragar inmigrantes hasta que os saciéis y hasta que se os vean las orejas de falsa progresía, cuando comencéis a repartir palos fascistas entre los más miserables, arrasando sin escrúpulos seis décadas de fama liberal y de sociedad avanzada y ejemplar.
En definitiva, Europa no existe, ni siquiera en la proximidad a los Pirineos donde los franceses destruyen las mercancías y apalean a los camioneros españoles con la aprobación de las policía gala, método, casi diríamos que impuesto bajo el gobierno del canalla de Giscard d´Estaing o, después, por nuestro enemigo Mitterrand (curiosamente siempre se producen estos ataques con presidentes de izquierdas).
La Europa común, la Comunidad Europea "asimétrica", que diría ZP o el igual de necio Pedro Sánchez, no ha sido más que una falacia impuesta por países que querían dominar la economía  del continente para lo cual era fundamental acabar con la competencia, el dominio de naciones agrarias y ganaderas -las del Mediterráneo-, y antiguas repúblicas soviéticas, obligándolas a destruir sus cultivos y matar sus reses y sometiéndolas a través de una moneda que ellos manejan y una industria que controlan y evitando que el cinturón fronterizo con Rusia, fuera absorbido por Putin, el enajenado nuevo Stalin.
Pero la historia es un poliedro de innumerables caras y el tiempo de sufrir, sufrir las avalanchas de pobres desgraciados, de sufrir atentados terroristas islámicos o serias competencias en alimentación ha llegado y ya empieza a entenderse donde está el talante europeísta, liberal y conciliador de cada uno. Y esto no ha hecho más que empezar.

lunes, 27 de julio de 2015

Decía mi madre que más vele una vez colorado que ciento amarillo. Si se hubiera dado, hace muchos años, un puñetazo en la mesa, si alguien hubiera tenido los testículos suficientes para impones, por la vía que fuera, la ley en este país...Pero me temo que no todo era falta de testosterona.
El odio es ciego... pero también necio, irreflexivo y muy, muy dañino. Y si encima es ejercido por bestias cuyos argumentos o motivos no son la respuesta a una agresión previa por parte del odiado, sino que ni saben el origen de ese destructivo estado de ánimo, solo sienten el instinto de aniquilar, demoler, hacer un daño infinito como respuesta a bajas emociones hijas del rencor, la envidia y frustraciones, prejuicios y fracasos personales, resulta aún más doloroso, porque se engarza a la cadena genética de los individuos pasando de generación en generación sin que, al final, nadie sepa como comenzó semejante aborto emocional. Los asesinos vascos, los vascos en su conjunto, nunca han sabido a ciencia cierta el por qué de la necesidad de matar, observar impávidos como matan aquellos a los que llaman sus representantes, sus libertadores, o justificar estos actos. En resumen hay que expresar (derecho de expresión) el odio y las frustraciones asesinando de cualquier forma.  Pero con esa amenaza han malvivido en una situación de purga estalinista, vigilándose unos a otros, convencidos (mira que son mulas) de que podían obligar a todo un país a arrodillarse a sus pies aterrorizados y vencidos.
Pero he aquí que a los próceres nacionales, desde hace mucho tiempo, les priva la idea de ser, cada uno de ellos, quien pase a la historia como el "pacificador" de la región vasca, aquel que consiguió que la ETA no matara más. Y el milagro ha tenido lugar a caballo entre los gobiernos de la alianza de civilizaciones de ZP y el del "buen rollito" de Rajoy. ¿Y cómo lo han conseguido? Es fácil de saber si nos damos cuenta de lo que -¡Oh casualidad!- está pasando hoy día. Solo me falta por saber quien les convenció a los vascos diciéndoles:
"No seáis jumentos ¿no veis que así no vais a conseguir nada? Son muchas décadas intentando una independencia haciendo el bestia sin ningún resultado. Uníos a nuestra "democracia" y conseguiréis vuestro propósito".
Habrá sido el Gedeón de Zapatero, el autista Rajoy... No lo sé pero sé que la chusma etarra se está adueñando de las instituciones locales a pasos agigantados, en colaboración directa con la línea marxista leninista de las últimas elecciones y la actual dirección nacional del PSOE. ¿Es esto lo que esperaban conseguir todos ellos y temíamos todos nosotros, o al menos los que razonamos?. Creo que sí. Y es más el triunfo de la revolución bolchevique, el golpe contra el estado español, contra todas sus instituciones, las normas y reglas que nos rigen, nuestras costumbres, tradiciones, historia, creencias y en definitiva, todo aquello por lo que hemos luchado y sufrido toda nuestra vida, parece imparable, inevitable. Pero los vascos ya no matan... de momento. Porque ¿Quién será el que recoja la pistola de las manos asesinas vascas? Los catalanes (a estos no les hace falta ya), las fuerzas de la izquierda marxista tras el presuntamente inminente golpe, como ocurrió en 1931 con el Frente popular. De momento la franja de tierra que limita, más o menos, con los Pirineos, el Ebro, el Cantábrico y el Mediterráneo, autorizada a desmadrarse contra la ley y contra el ciudadano libre, reflexivo y de buena entraña está inflamada y en expansión. Pero la ETA ya no mata... De momento

martes, 14 de julio de 2015

La perversión, encenagado moral y envilecimiento, el desorden político y social, la corrupción, la pérdida de principios y valores y la dominancia del materialismo más ramplón de la Roma imperial, corroyeron tan costosos y elaborados cimientos de aquella cultura, y condujeron a la invasión y ocupación del imperio por parte de los "bárbaros" que parecían dormitar pero que aguardaban su oportunidad al otro lado de la frontera imperial occidental. Así fue que Alarico I ocupó y saqueó una agonizante y militarizada Roma, que en virtud de su fragilidad social y política se vió obligada a formar sus legiones con mercenarios germanos que, como era de esperar, resultaron una maligna contaminación de aquella frívola y amoral sociedad, acabando por destituir al mismísimo emperador romano Rómulo Augústulo, apenas un niño, e instalando a Odoacro en su trono.
De modo que el 23 de Agosto de 476, Odoacro, general de los mercenarios germanos de más allá del Rin, y en aquellos días, en virtud de acuerdos, negociaciones y componendas, que parecían evitar males mayores, al servicio de Roma, se hizo con el poder.
En resumen que el poderoso e indestructible Imperio Romano, valedor de la brillante cultura europea durante siglos, cayó estrepitosamente víctima de su desidia, excesiva seguridad en sí mismo, su conformismo, inmoralidad y corrupción, y como consecuencia, inmediata dimos paso a la sombría, a la cerrada, rancia, retrógrada y apagada Edad Media, periodo triste en el que se arruinaron todos los progresos en ciencia y humanidades que desarrollaron los egipcios, griegos y romanos para que Europa transitara por un periodo de  mil años con dominancia de la clase aristócrata y la iglesia, humillación de los trabajadores manuales y del campesinado, encadenados a una eterna y extrema pobreza, y tremendas guerras que trajeron como resultado las hambrunas, la peste y la ignorancia.
En fin que, abreviando, después llegaron los árabes (a España), que finalmente, con muchos esfuerzos y mucha sangre derramada, conseguimos echarlos y, de inmediato, se implantó, a partir de los Reyes Católicos, o antes, un periodo de dominio, basado en el terror, de la Iglesia (y otros poderes fácticos asociados que hemos denominado feudalismo) que se infiltró en las almas de los pobres e ignorantes (el 90% o más), aterrorizándolos con terribles castigos si no cumplían con sus "deberes" (con los "espirituales" y los materiales que demandaban los poderes fácticos), o bien pensaban por su cuenta, opinaban en público o se rebelaban contra el status quo establecido.
Pero, un montón de siglos después, cuando ya parecía que todo aquello se había superado resulta que Europa es invadida, nuevamente, por los árabes, moros y otros norteafricanos, aunque de manera más sutil y lenta, pero igual de dañina, que se infiltran en la cultura occidental para imponer una vuelta el medioevo a través del Corán,, y apoyándose, no ya en la iglesia (católica, ortodoxa, protestante o anglicana), sino en una nueva religión llamada marxismo que se vale para su adoctrinamiento a las masas de un ritual, una sagrada ceremonia que se conoce como democracia., que ritualiza su corrupta falsedad apoyándose en el terror a las ignorantes masas si no cumplen con sus deberes hacia el sistema y sus gurús.
Bueno pues ya tenemos todos los elementos para afirmar que estamos inmersos en una nueva Edad Media europea, en que se ignoran todos los avances conseguidos siglos pasados en materia de ciencia, tecnología, humanística y sociedad, como en el siglo V se hizo con la sabiduría de los clásicos. Volverá la ignorancia (de la mano de la informática y la tecnología de la comunicación (Whatsapp, etc.) y las tribus urbanas), las hambrunas (indigencia creciente de los ciudadanos en países desarrollados), la pérdida de valores y principios (alcoholismo, drogas y relativismo juvenil), la corrupción  y la peste (el SIDA por ejemplo). Cuidado súbditos europeos que os están empalando y no decís nada, mientras una nueva, oscura y triste edad Media nos ha alcanzado.

martes, 16 de junio de 2015

Bien, pues ya están aquí. Los necios votantes españoles han abierto las cárceles, las pocilgas y las letrinas y han colocado a sus representantes, a todos aquellos que, al parecer, van a resolverles los problemas que les preocupan. Ya, por fin, la demagogia greñosa, la zafiedad ofensiva, el marxismo de escaparate se han adueñado de nuestras ciudades para satisfacción de la canalla y euforia revanchista del populacho, bajo los auspicios de los dirigentes más vacíos, ineptos, botarates e ignorantes del PSOE de toda su historia (incluyo a ZP) obsesionados con destruir, a cualquier precio, a la derecha del PP, que tanto les incomoda, y de paso a la nación española en todos sus aspectos. Lo que está ocurriendo en España resulta excesivo incluso para la oscura masonería.
No pasaron ni 24 horas y ya dieron la cara jurando, prometiendo, apalabrando o como sea que se manifiesten estos desarrapados, su cargo por la república y junto a la bandera republicana, por el partido o por sus santos... Ya han testimoniado su necesidad de invadir las iglesias (la capilla de la Universidad Complutense una edil), aunque es de agradecer que todavía no quemaran ninguna; ya han expresado su odio a los judíos para los que aconsejan los hornos crematorios, y hacia los minusválidos; ya sabemos que para los adversarios políticos, a los que declaran enemigos, recetan el empalamiento  y la tortura antes de masacrarlos y como solución final el Kalashnikov, argumento, por cierto muy del gusto estalinista.
Pues señor, en mi anterior intervención reflexioné sobre la similitud entre las perspectivas político-sociales de la actual España y el grave problema en la Alemania del siglo pasado y que tantas vidas costó en todo el mundo. Pero tenemos un referente mucho más próximo, en cuanto a distancia aunque coetáneo de aquella calamidad germana. Porque es que los españoles no hay manera de que aprendan ni con dolor. Me estoy refiriendo a las elecciones municipales que tuvieron lugar en España en 1931, y que paso a recordar para los que ignoren el proceso, los que no lo recuerden o los que hayan querido olvidarlo:
Es el caso que en pleno reinado de Alfonso XIII, y en vista de que el gobierno dictatorial del general Primo de Rivera no había sido capaz de solventar los problemas regionales que impedían el progreso de las comarcas, el rey encargó la formación de gobierno al almirante Aznar, quien convocó elecciones municipales el 12 de Abril de aquel 1931, para designar más de 80.000 concejales de todos los pueblos y ciudades de la nación. El resultado global fue de victoria de los partidos considerados monárquicos en los pueblos y de victoria de los partidos de izquierda republicana (Esquerra Republicana, Agrupación de partidos Socialistas republicanos, Liga Regionalista Catalana, Comunistas y PNV) en el cómputo de las grandes capitales. He de hacer notar que los nacionalistas vascos, legalitarios de Requetés y Carlistas, es decir de extrema derecha, resulta escalofriante introducirlos entre las izquierdas radicales, al igual que los independentistas catalanes apestosamente burgueses y, en buena parte, impregnados de masones. De todas formas y para las mentes simples, si queremos enfocarlo de manera total, el cómputo sería favorable a los partidos republicanos en 451 ediles sobre un total de casi 82.000. (40.324 para monárquicos y 40.775 para izquierda republicana). No obstante hemos de hacer una anotación y es que se produjo una gran abstención de votantes de derechas (toma nota Rajoy) como castigo hacia Alfonso XIII por haber destituido a Primo de Rivera.
El caso es que la muchedumbre se echó a la calle con banderas republicanas, las autoridades se asustaron, no supieron reaccionar y declararon la Segunda República española. El rey fue expulsado de España y, acto seguido, tomaron el poder las fuerzas radicales de izquierdas, se armaron los sindicatos y los anarquistas y comenzaron las invasiones de las tierras, la quema de iglesias y conventos, el asesinato de religiosos y religiosas, la profanación de cementerios, la persecución de personas sospechosas de ser "de derechas" o de creencias religiosas, el crimen el asesinato y el secuestro. La inacción de la Guardia Civil y las fuerzas del orden y el apoyo de los políticos del primer gabinete republicano a la anarquía (Manuel Azaña, cuando se pidió la presencia de la Guardia Civil para controlar los desórdenes, se negó afirmando que todos los conventos de Madrid no valían lo que la vida de un solo republicano), amparando lo que se llamó la justicia del pueblo, extendió el caos, el crimen y los abusos del populacho por todo el territorio nacional. Los tres poderes del estado solo servían al "nuevo orden" y... bueno las consecuencias son de sobra conocidas: 5 años de calamitosa república, una guerra civil, que aún colea y una dictadura de 40 años.
Recórranse toda la prensa española de las últimas 48 horas y, posiblemente, de los próximos días, semanas y meses y saquen sus propias conclusiones.

sábado, 13 de junio de 2015

Mis lectores alemanes lo saben perfectamente: Adolf Hitler alcanzó el poder tras varias elecciones de un don nadie, un presunto fracasado, aprovechándose primero de los efectos de la gran depresión, es decir de la desilusión, el desengaño y la miseria de un pueblo en la ruina y anhelante de un líder que les prometiera salir de aquella penuria y de la indignidad que les provocaba el tratado de Versalles y la enorme corrupción que asfixiaba la nación. En resumidas cuentas, el fracaso de la República de Weimar y la torpeza de Hindenburg que le despreció creyéndole un iluminado sin futuro, cuyas alucinaciones dejó reflejadas en su libelo titulado Mein Kampf condujeron a lo que la historia nos recuerda.
Hitler, desde 1924, fecha en que fue liberado de la prisión, puso en marcha la reestructuración del partido Nazi y comenzó a hacer política en serio a la sombra de la "democracia", es decir a presentarse a las sucesivas elecciones, las de 1924, 28 y 30, de derrota en derrota,  hasta sus prósperos resultados en las de 1932 (con un 38%), y 1933 con un sonoro 44% y 288 escaños en el Reichstag, estas últimas aliñadas de intrigas y extrañas alianzas. Tras los resultados prometedores de 1933, negoció con Papen para que convenciera al decadente y decrépito Hindenburg (aquí Rajoy) para que le encargara de la formación de un gabinete, presuntamente bajo el control de los poderes económicos de los grandes capitales de la industria.
Mientras tanto el poder político y social, basado en la violencia callejera, del partido Nazi, había ascendido como un cohete en toda la nación. El incendio del Reichstag y la muerte del anciano Hindenburg dieron el pistoletazo de salida para la toma del poder por parte del dictador austriaco. Lo demás todo es historia.
Iba a comenzar este comentario afirmando que "Spain is diferent", pero qué va. Lo que esta pasando en España en estas semanas ya ha ocurrido antes. Solo hay que cambiar los nombres de los personajes y los partidos y, sobre todo, no perder de vista la gran estupidez de 90% de los votantes que se las tragan dobladas. Hay quien afirma que, habiéndose percatado astutamente el PSOE (claro que a ellos no les asesora el nigromante Arriola), hará un par de años, del descalabro electoral que se avecinaba, crearon en su propia cocina a Podemos y situaron de chef, de cara al populacho, al necio de Pedro Sánchez. Porque el partido socialista no se ha aliado con Podemos, sino que han elevado al altar popular a una franquicia que les interesa trabajar ante los descontentos y, poco a poco ir ascendiendo sujetos a ese globo, hasta que ya nos les sea útil. Mientras tanto hay que enterrar al PP, vivo o muerto, para evitar su incómoda presencia, como Hitler hizo con los judíos, e ir haciendo alianzas hasta con el diablo si fuera necesario para hacerse con el poder, aunque en el camino se destruya la nación, el reino de España, lo que a todos ellos, con coleta o sin ella, se la trae floja. Y todo ello comenzó con Zapatero y sigue con otro merluzo igual.
No sé si esta teoría es correcta, pero lo cierto es que cuadra con los acontecimientos de la Alemania de los años treinta del pasado siglo.
Recuerdan: "Quien no recuerda la historia de su pueblo, está obligado a repetirla". Y, francamente, Rajoy de historia anda muy flojito... bueno flojito de todo.
En resumen, los sucesos post-electorales de estos últimos días en España vienen a fortalecer mi convicción para declararme no demócrata. Primero, niego que mi voto (mi criterio) valga lo mismo que el del 90% de los españoles. Segundo, en un sistema "democrático" los políticos solo piensan en los votos a conseguir cuatro años después, esa es su visión de futuro para la gobernación de la nación. Tercero, niego que la mayoría sea quien tiene la razón. Y para mayor abundancia, y sosteniendo que la democracia es el sistema político en el que gobierna la voluntad de la mayoría, al menos en España es mentira pues las mayorías están siendo aplastadas por las minorías unidas (oligarquía). Dicho de otra forma, se ha falseado, corrompido y violentado la voluntad popular; y la gente lo acepta sin echarse a la calle y volviendo a las urnas en la próxima oportunidad para seguir bajándose los pantalones. Mas que conmigo que no cuenten, como no cuentan desde hace, al menos, treinta años.

domingo, 31 de mayo de 2015

Un pastor protestante de triste escarmiento con los nazis, llamado Martin Niemöller dejó una reflexión, basada en su experiencia, para la posteridad, que años después recondujo en similares términos Bertolt Brecht, y que en síntesis viene a decir:
 
"Primero vinieron a por los comunistas, y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron a por los judíos, y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron a por los sindicalistas, y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron a por los católicos, y yo no dije nada porque yo era protestante... Luego vinieron a por mí, pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
 
Señor Rajoy, don Mariano, ya vienen a por usted... y a por nosotros. La meditación de Niemöller es una dramática advertencia, un aviso a navegantes que usted nunca ha querido considerar; y ya es demasiado tarde. La inacción ante el delincuente, el chulo, el rufián, el matón y provocador, a la larga se convierte en un acto de lesa patria, una traición de lesa patria. Porque  a usted, soy consciente, no se le votó, como al infausto, lúgubre y sobrado de sí mismo Montoro, para ser educado, caritativo y agradable, pero sí para defender, con uñas y dientes, los intereses de su patria y de todos sus ciudadanos por igual. Pero no ha sido así. Se le acusa de tardo en sus decisiones, de hacer el Don Tancredo político, de desapasionado y de vivir por encima de los demás mortales sin considerarse obligado a dar explicaciones a sus gobernados de sus actos. Pero no es así. O al menos no es fundamentalmente solo así. Hace años le envié una carta personal y en ella ya se lo decía: usted es un traidor. Bien es verdad que Pedro Sánchez, además de un necio, un merluzo de la escuela de Zapatero, también es un traidor, y... y no conozco un político español al que no se le pueda aplicar semejante acusación. Y le voy a hacer un favor aclarándole las razones que más han influido en su descalabro electoral. Y no es en modo alguno el ramillete de corruptos, ladrones, prevaricadores, estafadores, culpables de cohecho, etc. lo que le está conduciendo a la nada, como en la Historia Interminable, porque la corrupción y el robo forma parte de la genética hispana, de sus entrañas y de su ser, lo mismo que la paella, los Sanfermines o la Semana Santa de Valladolid. Ese pecadillo los españoles lo tienen ya superado. Como en la "mili" el valor, a un español la corrupción se le supone. Pero el daño que ha hecho usted, y sus adláteres, incluido, por ejemplo, el mamarracho de Beteta que acusaba a sus propios empleados públicos de pasarse el día leyendo el periódico y tomando cafelitos, y tantos otros, a los ciudadanos honestos, trabajadores, dedicados a sus familias, a sus amigos y, cómo no, a sus interminables problemas personales, pisoteando su orgullo, sus esperanzas, sus derechos, sus convicciones y el respeto que les debe, eso nunca se lo van a perdonar.
Usted se siente el Cid Campeador porque  ha recuperado, ante el público europeo, la economía española, de la ruina diseñada por ZP, aunque con una fragilidad tal que ha bastado que resuciten los cadáveres marxistas-populistas para que la sutil confianza de los inversores se quiebre y la nación vuelva a perder los euros por miles de millones. Pero sus ofensas a las víctimas del terrorismo, sus regalos en sacos de euros a los catalanes para calmar su griterío (a pesar de lo cual siguen permitiéndose ofender a la bandera nacional y a SM el Rey), el abandono a su suerte de provincias y regiones enteras por no ser plañideras, la permisividad hacia aquellos políticos que se pasan las decisiones judiciales por los cojones, los beneficios de todo tipo para los asesinos vascos, permitir los asentamientos sarracenos mientras consiente que se pisoteen los derechos de los católicos y de sus hijos (recuerdo que yo no soy creyente), porque le va bien el aborto cuando piensa que le hace ganar votos (pedazo de idiota), porque permite que prolifere sin pausa y en progresión geométrica el nacionalismo, el independentismo, el fraccionamiento de España, la pérdida de valores sociales, el derrumbe de la familia como institución enfrentando legislativamente a los hijos con los padres y a los esposos en periodo de crisis, porque España se encuentra a la cola del ranking de formación de sus jóvenes, en algunas regiones totalmente neutralizados por los intereses autárquicos, etc., etc.
Todo eso y mucho más, que hay que ver lo que dan de sí 4 años para destruir la moral de un país, jamás se lo van a perdonar. De modo que más vale que deje las elecciones generales en manos de un equipo decente, honrado, luchador y consecuente, hasta la muerte, de sus propias convicciones. Claro que lo primero que habrían de definirse es la confesión del PP, que no es de derechas y mucho menos de centro (esto último no existe por mucho que se empeñen desde hace años), vamos que, como diría Mafalda, el PP no existe, y una vez que hayan redactado los principios a los que atenerse luchen por ellos sin pensar en mantener los votos 4 años después (uno de los muchos inconvenientes de la democracia) ni conducir dando bandazos a derecha e izquierda con la idea de arrimar papeletas de aquí y de allí. No sé quién le aconseja a usted (bueno todos lo sabemos) pero puedo asegurarle que eso no funciona.
¡Coño! le voy a hacer otro favor: dígale al inútil de Arriola que atienda: en el planeta Tierra, el agua que existía hace mil millones de años, es la misma que hoy día, porque el agua, en cualquiera de sus manifestaciones físicas, no ha abandonado el planeta; si hay sequía en unos puntos o inundaciones en otros es porque nuestro preciado líquido está mal distribuido. Pues bien, los ciudadanos españoles, hoy por hoy, están decantados clarísimamente en su voto hacia los principales partidos; no hay votantes irresolutos o indecisos, hay ciudadanos decepcionados, desencantados y desilusionados, los mismos que unas veces se niegan a votar y otras, arrastrados por su ignorancia, se arriman a la primera ascua que asoma por el horizonte, pero las habas están contadas.
En definitiva, señor Rajoy, don Mariano, es usted un traidor y si hoy día las leyes vigentes no permiten someterle a juicio sumarísimo bajo la acusación de lesa patria, no le quepa la menor duda de que la historia se los demandará, como se lo ha demandado a Fernando VII. 

martes, 26 de mayo de 2015

Bueno, después de un intervalo de muchas semanas de ausencia en este blog, provocado por el deterioro, casi total de mi ordenador y el traslado definitivo de mi hábitat a un pueblecito asturiano, parece que nuevamente puedo volver  a exponer mis opiniones para quien tenga a bien leerlas, lo que, casualmente coincide con la resaca de las elecciones autonómicas y municipales en esta calamitosa España.
Algunas de mis observaciones me resulta cansino repetirlas una y otra vez, pero es que continuamente surgen signos que avalan dichas reflexiones. Y una de ellas es la evidencia de la mentira institucionalizada sobre la existencia de una Europa unida por los mismos intereses y caminando hacia una meta común. A este respecto es innegable que la Europa septentrional, perdida allá lejos entre su bunkerizada y acomodada sociedad del bienestar tan carente de generosidad y tan poco dada a compartir ni a cooperar en cualquier proyecto que pueda resultar incómodo para su aislamiento social, considera a los países del Mediterráneo meros esclavos, gente de baja estofa a los que visitar para disfrutar de sus bellezas naturales, principalmente de aquellas de las que ellos carecen, como si veranearan en el norte de África entre la solícita morería, y eso es todo. Vamos que las avalanchas de desgraciados inmigrantes desde el continente negro a las otras orillas del Mare Nostrum, para estos estúpidos constituye un mero problema entre miserables del sur. Los sistemas político-sociales de los pálidos norte-europeos, en nada se parecen a los nuestros, por no hablar de nuestro carácter apasionado y ruidoso que tanto les molesta a los devoradores de mantequilla. Pero mira por donde hay un mal, una lacra que infecta a todos ellos. Es más infecta a todo el mundo occidental, y es la adoración a la diosa DEMOCRACIA, que dicen inventaron los griegos (pobres griegos) pero que tanto retocáronla que en nada se parece, ni en la forma ni en el fondo, a la política de Pericles.
Conocido por mis lectores debe ser ya que yo siempre me he definido como "no demócrata", en tanto no cambien mucho las cosas, pero hay consideraciones que quiero apuntar para ver si algún ciudadano de este despistado país se entera de la movida.
En primer lugar el hecho de acudir a votar puede ser un derecho, pero en modo alguno un deber, de modo que el exhaustivo control que en las mesas electorales llevan de aquellos que lo han hecho me conduce a pensar que, al igual que en los plebiscitos franquistas, quien no lo haga queda señalado de entre la multitud censal.
Por otro lado mucha tinta se han llevado las criticas hacia la peligrosa partidocracia, pero resulta que en unas elecciones para nombrar alcaldes y presidentes de comunidades autónomas, la campaña corría por cuenta de los diferentes líderes nacionales. El ciudadano no ha votado a su anterior alcalde, si gestionó bien los problemas del pueblo, o a otro de su gusto, en caso de estar disconforme con su manera de proceder, sino que al parecer votaba a tal o cual partido, de modo que todos esos próceres nacionales están ahora debatiendo si Podemos ha ganado, si el PP ha perdido, si el PSOE debe negociar, etc. En fin que la nefasta religión de la democracia se ha dividido en sectas en las que los juramentados adoran a los distintos partidos políticos, en la figura de su líder correspondiente, al que deben pleitesía según el rito que figure en el manual de culto. Y los necios que acuden a las "misas negras" de los mítines y posteriores elecciones acreditan semejante milonga.
 Naturalmente todo ello es otra alarmante muestra del fracaso de las autonomías, el avance de los nacionalismos y el alejamiento de una muy deseable reforma electoral, de la que nuestros políticos de "profesión" no quieren ni oír hablar, que debería empezar por introducir las listas abiertas, es decir el voto a la persona y no al partido, para continuar por eliminar la subvención estatal a los partidos políticos y un largo etcétera que no voy a desglosar ahora.