lunes, 17 de agosto de 2015

El dictador imperialista, el bucanero, el corsario británico todavía no se ha acostumbrado a que el mundo no le pertenece. Es más ya no puede robar del planeta aquello que desea poseer en nombre de su graciosa majestad (la verdad es que Isabel II maldita la gracia que ha tenido nunca). Y es curioso que se continúe dando vueltas al tema de la leyenda negra sobre el imperio español y las "masacres" que los descubridores españoles llevaron a cabo en América, y no haya nadie en el mundo que recuerde los crímenes de todo tipo que el "león imperial" ha cometido, a lo largo de la historia, y muy especialmente en la Edad Contemporánea, con todos aquellos a los que consideraba una raza inferior. Y digo más, la mala sangre inglesa supera con mucho a los desprecios hacia la humanidad perpetrados por Hitler y Stalin juntos. Insisto, todavía no se han enterado los británicos que ya no significan, para los países del mundo, nada más que cualquier otro estado, a pesar del condicional apoyo de la Commonwealth y de sus primos los yanquis. De modo que tanto amenazando a España, en un estilo muy de Maduro, con represalias armadas en las aguas de Gibraltar que, como han hecho toda su vida, nos han robado y siguen robando, o fanfarroneando con el resto de Europa cuando las oleadas de inmigrantes ilegales, que cuando le ha tocado soportarlo a España, Italia o Grecia, les ha importado un dídimo, les ha llegado a su isla. Ahora todo son desplantes, amenazas y alambradas de cuchillas, las mismas que criticaban de las fronteras de Ceuta o Melilla.
Y es que esta "chusma" que se les cuela por el tunal del canal son "gentuza" de la misma ralea que los nativos de la India, de Afganistán, los "miserables" árabes de Oriente Medio, los africanos o los "piojosos" chinos a los que sometieron con su "invencible" armada, a golpe de cañón en la guerra del opio.
Claramente Gran Bretaña no es, nunca ha sido y nunca será Europa.
Europa, Europa... ¿Verdaderamente existe una Europa como concepto? o solamente como definición continental geofísica. ¿Cuántas Europas hay? Si nos atenemos a su historia, Europa abarca un concepto socio-político de ida y vuelta; de alianzas temporales tejidas y destejidas, en una sola noche, como Penélope, según la conveniencia de la política, y los políticos, imperante en el momento. De hecho, si en la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, Alemania no hubiera amenazado con arrasar Inglaterra, las tropas de su real majestad no habrían cruzado el canal para apoyar la defensa de Europa, como dejó claro Chamberlain, de la misma manera que abandonaron a los polacos durante la guerra polaco-soviética.
Pero dejando a un lado a los casposos ingleses, la mayor parte de Europa, vive a su aire, ignorando al resto de las naciones vecinas y a sus problemas, salvo que a ellos mismos les pisen en el juanete. Esta postura es una constante en los países nórdicos, de los holandeses y centroeuropeos. Pero qué curioso que ahora la lideresa Merkel se preocupe de las riadas de inmigrantes, cuando sus fronteras se ven amenazadas por aquellos que huyen del oriente medio hacia Grecia y solicitan su entrada en el pasillo Schengen y, parece evidente, van a conseguirlo, emulando el sitio de Viena por los otomanos en 1529. Y de Alemania hacia Holanda, luego Dinamarca y ¿por qué no? a las Repúblicas Bálticas, Noruega... Queridos eslavos, arios, teutones y vikingos, vais a tragar inmigrantes hasta que os saciéis y hasta que se os vean las orejas de falsa progresía, cuando comencéis a repartir palos fascistas entre los más miserables, arrasando sin escrúpulos seis décadas de fama liberal y de sociedad avanzada y ejemplar.
En definitiva, Europa no existe, ni siquiera en la proximidad a los Pirineos donde los franceses destruyen las mercancías y apalean a los camioneros españoles con la aprobación de las policía gala, método, casi diríamos que impuesto bajo el gobierno del canalla de Giscard d´Estaing o, después, por nuestro enemigo Mitterrand (curiosamente siempre se producen estos ataques con presidentes de izquierdas).
La Europa común, la Comunidad Europea "asimétrica", que diría ZP o el igual de necio Pedro Sánchez, no ha sido más que una falacia impuesta por países que querían dominar la economía  del continente para lo cual era fundamental acabar con la competencia, el dominio de naciones agrarias y ganaderas -las del Mediterráneo-, y antiguas repúblicas soviéticas, obligándolas a destruir sus cultivos y matar sus reses y sometiéndolas a través de una moneda que ellos manejan y una industria que controlan y evitando que el cinturón fronterizo con Rusia, fuera absorbido por Putin, el enajenado nuevo Stalin.
Pero la historia es un poliedro de innumerables caras y el tiempo de sufrir, sufrir las avalanchas de pobres desgraciados, de sufrir atentados terroristas islámicos o serias competencias en alimentación ha llegado y ya empieza a entenderse donde está el talante europeísta, liberal y conciliador de cada uno. Y esto no ha hecho más que empezar.

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