miércoles, 27 de abril de 2011

En efecto, y continuando con nuestra Historia de España, hemos de recordar que el siglo XIX fue el siglo de las revoluciones; comenzaron los disturbios en 1830 en Francia y se extendieron por Alemania, Bélgica, Polonia e Italia, creándose, poco a poco, los grandes imperios, y las grandes alianzas europeas que conducirán al continente, sin perder el paso, hasta la Primera Guerra Mundial.
¡Claro! Es que habremos que tener en cuenta que países que ahora son consideradas punteros en Europa, como Italia o Alemania, no han existido, como tales, hasta hace menos de siglo y medio, escasamente. Además los encajes de bolillos que significaban los complicados y frágiles pactos y federaciones entre los poderes europeos, algo, por otro lado nada novedoso, y siempre por intereses económicos, pero entonces ya en una Europa industrializada, cuyas naciones perseguían detentar el poder comercial, mantenían a la máxima tensión la neurótica cuerda de la estabilidad y seguridad de los distintos países, muchos de ellos con nombres y fronteras muy diferentes a las que conocemos hoy día.
En fin, que España, la ya muy maltrecha España, tenía que buscar un rey. Había unos cuantos candidatos entre las casas reales europeas, que se fueron descartando por distintas razones, quedando solo dos aspirantes, a saber: Leopoldo de Hohenzollern (que como era muy difícil de pronunciar en España le llamaron Leopoldo Ole-Ole), padre y hermano de reyes de Rumanía y aliado de Von Bismark, canciller de Prusia, y creador del Imperio Alemán. Con su candidatura, el riesgo que corría la Francia de Napoleón III era quedar encerrada en medio de tierras que le eran hostiles, pero aliadas entre sí, de modo que se agarró el gabacho un rebote del diez, y le declaró la guerra a Prusia, a Bismark nada menos.
En fin que mientras se sacaban los ojos los prusianos y los franceses, el parlamento español, que consideró inoportuna aquella candidatura, se decidió por el Duque de Aosta, Amadeo de Saboya, que fue aceptado por 191 votos a favor, 116 en contra y 19 en blanco en sesión especial de Cortes.
¡Pobre Amadeo! Entre tanto la situación política en nuestro país cada vez se hacía más difícil de ser enderezada por nadie. Tengamos en cuenta que, solo en el siglo XIX se pueden contabilizar en España ¡más de 200 pronunciamientos!, que es como entonces se llamaban a los golpes de estado, y la redacción de hasta 9 diferentes Constituciones en poco más de 60 años. ¡Magnífico! ¿Eh? En realidad, las fuerzas políticas no sabían lo que querían, o lo que es peor, lo sabían pero tragaban con cualquier cosa para no complicarse la vida individualmente cada partido, y perjudicar al máximo la acción política al partido de al lado.
Con algunas excepciones, como la del diputado Emilio Castelar, que no se cortaba un pelo, el Congreso estaba controlado por la voluntad de hierro de dos hombres de gran carácter: El general Serrano, que ocupaba el cargo de "Regente", desde la caída de Isabel II, y, sobre todo, el general Prim, Presidente del Consejo de Ministros (Presidente del Gobierno, para entendernos), el cual representaba el auténtico valedor de la candidatura de Amadeo. Como militar, Prim era considerado un auténtico héroe en la nación, lo que junto a su carácter impositivo, hacía que aquí no había quien le tosiera. Amadeo salió para España el 27 de Diciembre de 187o, en barco desde Italia, a donde habían ido a rogarle que aceptara el cetro, una delegación de 28 diputados, encabezada por Ruiz Zorrilla (que meses después se manifestó como un exaltado republicano; así es la gente en este país) para tomar posesión de la corona, pero antes de que pusiera un pié en tierra hispana, el día 30, Prim fue asesinado.
El desastre estaba firmado, Amadeo I, se había quedado huérfano de padrino, de modo que sin saberlo aún (se iría enterando poco a poco) se estaba metiendo en la boca del lobo español; una boca de aliento pútrido. En ese mismo año de 1870, en Barcelona, se celebra el primer congreso revolucionario obrero de la AIT, (Asociación Internacional de los Trabajadores) como apoyo en España de la Primera Internacional Socialista celebrada el año anterior en Basilea. Y para que no faltara de nada, a la llegada de Amadeo de Saboya, hacía 10 años de la primera guerra con Marruecos (1860) cuyas consecuencias todavía se hacian sentir, estábamos inmersos en la primera Guerra de Cuba (1868 a 1878) y a punto de iniciarse la tercera Guerra Carlista (1872 a 1876). Los jóvenes muertos se contaban por decenas de millares en una España más necesitada que nunca de brazos fuertes y emprendedores, y cerebros iluminados y enérgicos. Pero nadie quería ver la debacle que se avecinaba.


Fernando de Rojas, que en "La Celestina", realmente aparenta ser el continuador de esta famosísima obra, cuyo plan fundamental se debió a Rodrigo de Cota, aunque algunos también atribuyeron su autoría a Juan de Mena, nos advierte:
"Es más difícil de sufrir la próspera fortuna que la adversa; que la una no tiene sosiego y la otra tiene consuelo".
Admirados y nunca bien ponderados lectores, el turismo ha subido notablemente en España. ¡Oh maravilla! los que no van a visitar a la morería vienen a presenciar la Semana Santa, ese festejo de rancio arraigo que se han empeñado en cargarse los masón-socialistas, pero que ha contentado a la clase hotelera y hostelera, y a los inmigrantes hispano americano y del oriente europeo que ellos contratan con cicatera generosidad. El turista vuelve y el español se marcha a hacer fortuna al extranjero, como en la época de Franco. ¡Ah! que tiempos aquellos, durante los años 60 y la mitad de los 70, en que Manolo se iba a Alemania con una maleta de cartón atada con una cuerda, su boina, una raída y estrecha chaqueta abrochada en todos sus botones como único "sobretodo" y un bocadillo de chorizo de matanza para el camino; el elevadísimo analfabetismo no era óbice para trabajar duro y mandar dinero a la familia.
No sé donde he leído que aquella diáspora se produjo porque Franco prohibió el pluriempleo; eso es sencillamente mentira. Tanto, que no conozco a ninguna "persona mayor" (yo tenía entre 10 y 20 años y sé de lo que hablo, no como algún piernas por ahí que dice lo que ha oído) que no tuviera de 2 a 3 empleos; eso sí se pagaba muy poco y había que recortar gastos para llegar a fin de mes. Aquel tiempo de los Beatles, del Duo Dinámico, de la música folk y los autores protesta hispanoamericanos; de los cines de sesión continua, de la prensa de la tarde, del 600 y los taxis Seat 1.500, de los guardias de tráfico del casco blanco, los serenos y las felicitaciones de Navidad del cartero y el basurero... Lo que digo, todo el mundo, si podía, tenia más de dos empleos, a pesar de los cual 2 millones de españoles tuvieron que emigrar; era gente humilde sin ninguna preparación específica, muchos de ellos emigrantes, primero del campo a la ciudad y de allí a Europa. Gente sin cultura ni formación. En cambio ahora son los más preparados, aquellos en los que la sociedad española ha puesto su esperanza y su dinero (el que queda despues del robo socialista y nacional-socialista), los que están marchando en masa a entregar sus conocimientos a otras sociedades más respetuosas con su formación, su persona y su futuro.
Pero, han vuelto los turistas... ¡Y huyen de España los inversores! Este país da pánico. Justo hace un año las desinversiones en nuestro suelo patrio alcanzaron los 10.000 millones de euros, y el cálculo para el primer trimestre del corriente probablemente doblará esta cifra, si no es que ascienda peligrosamente.
En la época de Franco, la gente sin formación, sin cultura, las personas iletradas marchaban a Alemania a ganar un marco; y volvían sabiendo leer, escribir, hablar alemán y conociendo un oficio. Hoy los ignorantes, los iletrados y las malas bestias se dedican a la política, no aprenden ni a martillazos pero se llevan el talego forrado de billetes. ¡Como ha cambiado la vida! ¡Que manera de evolucionar a lomos de la democracia!
Y no es cosa de exagerar, porque no hay día que no tengamos un ejemplo de lo que afirmo; hoy, sin ir más lejos, ha asomado el hocico un subnormal, Ibarra, diciendo que el PP necesita a la ETA para existir. Aunque no, no es subnormal por lo que ha dicho, pues yo estoy de acuerdo con él y ya lo comenté hace unos días, sino porque ha eximido de este menester a todos los demás partidos políticos y, en definitiva, a los tres poderes del estado, y, como no, tal como estamos comprobando, a los que creíamos jubilados, felizmente, del oficio político, como él mismo, González, Carrillo (que no hay manera de que pliegue la servilleta, al menos ya que nos ha dejado en la Universidad a su retoño de Rector), Arzallus, y tantos otros que no hay forma de quitárselos de encima.
Fíjense, amigos lectores, si serán lerdos nuestros políticos, a esos que les pagamos unos sueldazos, que hasta ayer estaban a la gresca entre ellos y con la prensa, por si era imprescindible o no ilegalizar el Bildu ese de la mierda (por cierto el PP, en su línea, quería ilegalizar solo la mitad), y hoy todos se han lanzado a la ilegalización convencida, argumentando razones irrebatibles totalmente contrarias a las esgrimidas, con el mismo énfasis, anteayer. ¡Pero incluso el majadero más majadero de todos los majaderos del reino, el fiscal jefe Pumpido, cuyo rostro manifiesta una necedad tal que debía ceder su cuerpo a la facultad de Ciencias para disecarlo y exponerlo como ejemplo de eslabón perdido ( junto al de Méndez, claro) esta, como una pantera, deslegitimando a dentelladas a los susodicho vascos asesinos. Bueno, tranquilos, mañana dirán otra cosa.
Y no digo esto por que piense que nuestros líderes son inseguros, más creo que es esa una condición humana unida a algún cromosoma en todo el orbe. Porque resulta que ahora nadie sabe quienes son los malos y quienes los buenos en Libia, ni como empezó todo el tomate ni como o cuando puede acabar, ni tampoco que fué lo que ordenó la ONU, que ya no lo sabe ni la ONU, ni si hay que ofrecer un refugio para el exilio a ese sátrapa vestido a lo Celia Gámez; y Obama que ya no puede decir más gilipolleces entre rezo y rezo. Tampoco se aclaran si Gadafi es mas malo que Al Assad, igual que Mubarak o menos que el tunecino Ben Ali (que en árabe es como decir Manolo Fernández). ¡Ah! pero el qatarí ese, esposo de la maciza del turbante, es buenísimo y, como ha quedado demostrado, y ya sospechábamos, nada idiota; ¡vamos como los chinos! a pesar del peloteo de nuestros monarcas.
Y ahora una sola pregunta a mis lectores: todos habrán tenido noticias de que se le ha concedido el premio Cervantes a Ana Mª Matute. Pues bien ¿Saben si también se le ha otorgado la medalla de Isabel la Católica? ¿Y a Cela? En fin dejémoslo.
Terminemos nuestro coloquio, pues así lo considero yo, con una sonrisa ante el candoroso aserto de Enrique Heine, extraído de su libro "Ideas o el Libro de Le Grand":
"Y allá arriba, en el cielo, en primera fila, están sentados los angelitos y nos miran con sus gemelos a nosotros, los actores, y el buen Dios ocupa con gravedad el palco de gala y quizá se aburre o calcula que este teatro no puede ya durar mucho, porque algunos actores cobran demasiado y otros harto poco, y todos trabajan muy mal".

Buenas noches, que descansen.

martes, 26 de abril de 2011

La historia del hombre, cuando menos desde el Medioevo, tiene cierto parecido al despegue de los cohetes de los distintos proyectos espaciales del siglo pasado, como el Mercury, el Saturno o el Apolo, que llevó al hombrte a la Luna. En realidad hay una serie de etapas que deben ir desprendiéndose en el ascenso, para llevar a cabo la siguiente etapa hasta alcanzar la altura orbital deseada.
Desde la Edad Media la sociedad europea estaba dividida, básicamente, en cuatro clases: la nobleza, los guerreros, el cléro y la más abundante, los campesinos y artesanos, y este esquema se mantuvo, casi sin alteraciones, hasta el siglo XVIII, cuando tuvo lugar la Revolución Industrial, cuyo origen lo encontramos en Inglaterra. Fue el momento decisivo para un gran salto hacia adelante de las sociedades occidentales.
Durante siglos, el campesino o artesano vivía de lo que producía y de lo que con ello podía comprar o cambiar. En el mismo pueblo, a unos les había ido bien la cosecha y salían adelante ese año, con más holgura, e incluso podían pagar los impuestos requeridos por el señor feudal, mientras que su vecino podía morirse de hambre porque el destino le había sido adverso. Cada palo aguantaba su vela, y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. No existía corporativismo vecinal.
Pero aparecieron las máquinas y las grandes fábricas en las que los obreros eran todos iguales. Compartían el salario (habitualmente de miseria) sus angustias y penalidades, que solo se diferenciaban por las enfermedades que entraran en una u otra casa. Pero hablaban entre ellos y se indignaban juntos frente a su infortunio, formando una unidad laboral que, al contrario de debilitar su energía y su fuerza, como siempre se ha supuesto que ocurría con los esclavos constructores de pirámides, disueltos en una masa informe de miles de unidades de obedientes servidores del poder (aunque hoy se sabe que, en realidad no fue así), fueron creándose núcleos laborales reivindicativos de sus derechos. Y con ellos nace un concepto nuevo de modelo económico capitalista, basado en la plusvalía y el beneficio, y dos clases sociales enfrentadas: la burguesía capitalista y el proletariado.
A este nuevo modelo social se unió un viento cultural, procedente de centro Europa, que levantó por el aire mil años de obediencia ante prejuicios intelectuales y presiones religiosas, conocido como La Ilustración. Los ilustrados comenzaron a pensar por sí mismos, para bien y para mal; aparecieron los inventores con sus inventos, por extravagantes y peligrosos, para la doctrina aceptada, que les pareciera a los retrógrados de levita, y tres de esos inventos acabaron por facilitar el remonte del ingenio humano y su despegue social: la obtención del coque, por cocción de la hulla, y su aplicación en la industria siderometalúrgica; la invención de la máquina de vapor y, finalmente, la instalación del ferrocarril.
Carlos Marx, sociólogo y filósofo de fama mundial, nació en 1818 en un pueblecito alemán a orillas del río Mosela. Los pensamientos de este hombre, precisamente en mitad del siglo XIX (en otra época anterior no se hubiera comido un colín o le hubieran ejecutado por escándalo), coincidiendo con todos los fenómenos sociales que hemos comentado, florecieron en Europa como un jardín japonés.
Si resumimos al límite su doctrina, podemos decir que el pensamiento de Marx se divide en dos percepciones: La del Capital como esencia del dinero inmóvil, que no circula, y por lo tanto no produce salvo para sí mismo, y la del Trabajo como una parte propia del hombre, no extraña, ni ajena, ni humillante, ni penosa, aunque haya que cumplirla día a día, sino que debe formar parte del propio hombre, para servirse de él y poder romper las cadenas de su destino al nacer. Bueno, algo así, básicamente.
Desde estos conceptos teóricos, se encargarían su gran amigo Engels, mucho más radical que Marx, y el ruso aristócrata, anarquistas, extremista, radical y...masón, Bakunin, de hornear una serie de posturas políticas (algunas tan pintorescas como el Nacional Socialismo), de entre las cuales la más determinante ha sido el socialismo, en todas sus formas existente.
Bueno, pues con este panorama se encontraron los políticos españoles después de la partida al exilio de Isabel II; con que España no era ni carne ni pescado, pero olía a podrido, ya, de forma alarmante. Y a partir de aquí, con estas células germinales, comenzó a preñarse nuestra patria de la historia que nos ha hecho llegar a lo que ahora tenemos: Como dijimos ayer, el Congreso declaró a España una monarquía ¡Sin rey! Luego había que ponerse a buscar un rey. Y aquí empieza el gran follón que atenderemos el próximo día.



Juan de Iriarte era un verdadero sabio, que dominaba las lenguas antiguas y modernas, y que, como versificador dejó algunos felicísimos epigramas, como el que a continuación relato:
"El señor don Juan de Robres,
con caridad sin igual,
hizo este santo hospital
y también hizo los pobres".
Veo, amigos míos, que en efecto cada día se aprende algo nuevo. Yo estaba convencido de que las ordenes mendicantes estaban constituidas por los franciscanos, los agustinos, los dominicos, los carmelitas y, si me apuran, los servitas, lo que nunca se me hubiera ocurrido es incluir entre ellas a los psocialistas y los Borbones. Hay que ver los gorrazos que las autoridades del Estado y el gobierno español les han dado a los emires de Qatar. Bueno, es posible que la diplomacia exija todo este derroche de pompa, oropel y peloteo. Y es que la cosa no está para menos. Yo les aconsejo que cojan una calculadora, por curiosidad, y sumen a las cifras oficiales del paro, los desempleados que se encuentran ocultos a las estadísticas, y podrán comprobar que nos estamos acercando ¡a los 6 millones! Totalmente en serio. Y siguen escapando de España profesionales cualificados como emigran en África los ñues. A la noticia de los 14.000 huidos en los últimos 3 meses que comenté el otro día, hay que añadir el goteo de médicos, que llevan años abandonándonos mientras se contratan del tercer mundo, en tanto que hoy nos enteramos que el ¡73%! nada menos de los arquitectos españoles estan deseando salir de esta casa de putas.
Empiezo a sospechar que las "medidas" (es un decir) que está tomando el gobierno son intencionadamente pobres y cicateras, lo justo para mantener contenida a Europa mareando la perdiz, mientras llevan a cabo todo tipo de tropelías y maldades que distraigan al personal, para llegar a las generales y entonces dejar caer del todo a la nación en el fango, que nos rescaten en pleno corralito, y allá se las componga el PP. En ello, sin duda alguna están pringados ciertos bancos, como el Santander, el que trapichea con Garzón, los sindicatos de siempre, grandes empresas, el gran oriente frances de la masonería y alguna rama hispana, los servicios secretos marroquíes, que les facilitaron el 11-M (hombre, les han dado 183.000 euros a una fundación árabe y acaba de conceder nuestro gobierno 50.000 euros a la junta islámica que pidió otro 11-M; y es que verdaderamente les hace falta otra masacre) y vayan ustedes a saber cuantas sectas malignas más.
Por ello creo que tampoco debemos juzgar con extrema dureza a nuestros próceres, que ya no saben como tirar adelante sin limosnear por el mundo del dinero fácil (en Europa ya no adelantan ni un maravedí). Pero lo que más me entristece es que piensen que los chinos y los árabes, por ejemplo, son gilipollas; los chinos ya han demostrado que no se les puede engañar como a tales, y los dictadores sarracenos de manos cubiertas de oro y sangre (estamos contemplando estos días pruebas más que sobradas) veremos que bocado se llevan de España.
Y es que cuanto más majadero, lerdo y mostrenco es un individuo (aquí podemos exportar) más convencido está de que los estúpidos son los demás, y los tratan con displicencia o conmiseración. Por ejemplo, que los británicos gibraltareños no hacen más que agredir a la Guardia Civil del mar, es porque se sienten superiores a los andaluces del Campo de Gibraltar, pero no pasa nada, ¡pelillos a la mar mediterránea!. Pasa que Gibraltar es el principal puerto de entrada de droga de toda Europa, vive de el tráfico de estupefacientes, y la participación económica que representa este negocio para la madre británica no es ninguna pochez; por eso atacan cuando la policía española persigue a una lancha cargada de narcóticos ¡Que casualidad! ¿Porqué será que los inventores de los corsarios no quieren ni oír hablar de devolver el peñón? Y si en este comercio no está implicado el orejas y el resto de la familia, milagro será.
Del manifiesto dado en Cádiz el 19 de Septiembre de 1868 suscrito por los generales Duque de la Torre, Prim, Dulce, Serrano, Bedoya, Nouvillas, Primo de Rivera, Caballero de Rodas y Topete, extraemos esta frase, que hoy día ningún político, militar de rango, purpurado y muchos tonsurados, leguleyos puñeteros, miembros notables de las fuerzas del orden, burgués de fuste y la mayoría de los vascos y catalanes se atreverían a pronunciar:
"Queremos que las causas que influyan en las supremas resoluciones, las podamos decir en alta voz delante de nuestras madres, de nuestras esposas y de nuestras hijas".

Buenas noches.

lunes, 25 de abril de 2011

Hasta ahora, en este recordatorio de nuestra Historia de España, no he dicho una palabra sobre las posesiones de España en el mundo. ¡Miento! Sí dije que durante el reinado de Felipe II en ellas no se ponía nunca el sol. Pero ello no podía seguir así. España, desde entonces, iba empobreciéndose como estado y como "unidad de destino en lo universal", es decir como "imperio hacia Dios" , vamos, que iba quedándose en cueros. Concretamente, al entrar el siglo XIX, a lomos de la calamidad de Carlos IV y Fernando VII, nuestro país, que durante unos años se desangró en una guerra cruel y marcha a trancas y barrancas en un absoluto desgobierno, mostrando ante el mundo sus precarios andrajos, se transforma en despojo moribundo para las mas carroñeras aves de rapiña (principalmente los ingleses, que por donde han pasado han medrado robando a manos llenas).
Con estos dos ilustres Borbónes ya comenzamos a perder todos los territorios del sur de EEUU, a raíz de su independencia (de 1779 a 1783), incluso vendiendo territorios a los americanos, como ocurrió con Florida, por 5 millones de dólares. El desgobierno en la madre patria, durante el periodo napoleónico, provocó, primero levantamientos populares en las Américas, y posteriormente, a cargo de los "libertadores" Bolívar y San Martín, volaron todas las colonias de centro y sur América. Y no es que ello fuera ni malo, ni inevitable (que haríamos hoy nosotros con tipos como Chavez, o Morales, Correa, Karitz, Zelaya, Ortega, grupo de los Kirschner, Bachelet, etc; ¡vaya punta de ganado!), ni innecesario, sino que España basaba una gran parte de su ya maltrecha economía, muy quebrantada por el elevado coste de evitar con el ejército y la armada lo inevitable en las importaciones llegadas del otro lado del occeano. Cuando la vaca americana dejó de dar leche, en la primera mitad del siglo XIX, la hambruna en nuestro país comenzó a hacerse crónica. A ello se sumaron las malas cosechas, debido a la "Pequeña Glaciación", y las epidemias, y los brazos jóvenes muertos en una u otra guerra... A España solo le quedaban Cuba, Filipinas y los protectorados del norte de África, que solo dieron penalidades.
Desde la muerte de Fernando VII, en que, como ya comentamos, comenzó la primera guerra carlista, guerra civil reincidente que se extendería por casi todo el siglo XIX, y hasta el comienzo del reinado de Isabel II, en 1843, regentó la corona su madre la intrigante Mª Cristina, entre las disputas de tres generales que perdían el tafanario por detentar el poder, a saber: O´donell, Espartero y Narvaez.
Isabel comenzó a gobernar a los 13 años. Resultó, en esta primera etapa, una niña mal educada y caprichosa, que de vez en cuando metía baza en el gobierno, aconsejada por arribistas, bien nutridos cortesanos, beatos y cenobitas de avío, y liaba cada zapatiesta de mucho cuidado. Afortunadamente, pasó a una segunda etapa, tras la boda con el ninfo cacorro de su primo Francisco de Asís, en que se dio con fruición al jaranero arte de fabricar niños (o al menos de no perder la oportunidad de intentarlo) con cualquier caballero que pasara por la cercanías, hasta el punto de que, hoy todavía se tienen dudas de la paternidad de su hijo y, finalmente sucesor, Alfonso XII.
Poco podemos decir positivo de los distintos gobiernos de Isabel II, salvo que se llevó a cabo la tímida extensión de los ferrocarriles, algunas obras hidráulicas (como el canal de Lozoya que lleva su nombre), la apertura de algunas universidades que cerro el mastuerzo de su padre y poco más. Así las cosas, y siendo insostenible la situación socio-política, y la ruina total del estado, la situación revienta, con un golpe de estado el 18 de Septiembre de 1868, que fue conocido como "La Gloriosa", de la mano de los generales Topete, Prim y Serrano de parte de todas las fuerzas políticas. A SM la sorprendió el evento veraneando en San Sebastián y tuvo que salir pitando exiliada a Francia con uno de sus amantes de turno (no recuerdo si fue Moltó, Arana o Marfori), en tanto en el país se reúnen las Cortes Constituyentes, se crean Juntas Revolucionarias, se nombra regente del invento a Serrano, y se declara que España es una monarquía ¡sin rey! ¡Cosas de nuestra España!


Cánovas del Castillo afirmaba:
"Los que imaginen, si los hay, que los gobernantes felices y victoriosos únicamente abrigan eminentes cualidades, ni han estudiado de veras la historia, ni deben de haber intervenido personalmente en los grandes negocios de estado".
Bueno pues hoy invito a reflexionar a mis lectores acerca de un tema que nunca pensé que llegaría a ser motivo de conversación en mi blog. Me refiero a un vulgar asunto deportivo, como tantos otros que vienen siendo cartel de las páginas de deportes de la prensa especializada en tales eventos y que, habitualmente me traen sin cuidado. Pues resulta que la atleta Marta Dominguez ha sido victima de una encerrona preparada por las autoridades del Consejo Nacional de Deportes. En fin, esto no parece nada nuevo, ni siquiera interesante. Pero cuando me he decidido a informarme con más detalle en la prensa nacional, han vuelto a erizárseme los pelos de la nuca; resulta que estamos ante un fenómeno político de alto calado en el que se implica la honorabilidad del propio estado de la nación española y la credibilidad de una institución tan tradicionalmente popular como la Guardia Civil.
Que la honorabilidad en un político es un ornamento innecesario para la practica de semejante actividad, no cabe ya ninguna duda a nadie en nuestra nación. Que la vileza y la traición en un partido político de la tradición infame, indecente y deshonrosa como el PSOE, que ha cometido, durante el periodo que nos ha llevado desde la muerte de Franco hasta el día de hoy, todo tipo de delitos, desde el secuestro, el robo, la prevaricación, el cohecho e incluso el asesinato hasta para conseguir el poder, ya hay pocas personas que lo desconozcan; que compran a jueces, fiscales, médicos, políticos de otros partidos, e incluso votantes, con cuatro perras, está a la orden del día. Y que Rubalcaba es, de entre todos los indecentes galopines que nos tienen rodeados a los ciudadanos, el más nauseabundo representante del partido actualmente en el poder, es una afirmación que por repetida en mis escritos no voy a reiterar más. Pero la trama que alrededor de una deportista de élite mundial, perteneciente al PP, se ha tejido para obtener ocultación de culpas en el incidente de los controladores aéreos, hundiéndola ante la opinión pública como hacía la inquisición e incluso siendo torturada por la "Benemérita" en un calabozo, estando embarazada de 3 meses, institución armada esta que se prestó a saltarse a la juez que entendía el caso de presunto dopaje de Marta, para provecho político de Rubalcaba y Lissavetzky, es de una felonía y una maldad institucional solo comparable al nacional socialismo en los años 40 del pasado siglo.
¿Que nos queda ya a los españoles? La policía colabora en beneficiar a los asesinos de ciudadanos informándoles del riesgo de ser detenidos ; los mandos de ejército se bajan los pantalones ante una ministra independentista que odia a España; El partido en el poder cuenta con grupos de maleantes que pueden ser activados para apalear e incluso matar a las personas en beneficio de la politica que les convenga; la justicia reverencia sus deseos permitiendo la violación de las leyes sin ningún recato; la enseñanza se ha transformado en adoctrinamiento de la juventud según los cánones masónicos (que no socialistas); el enriquecimiento de la clase política y pseudopolítica se lleva a cabo en plena luz del día a la vista de todo el país; se ha parcelado la nación para debilitar su presunto patriotismo; el Jefe del Estado no sabe, no contesta, y no se le espera y la propia Guardia Civil colabora con el delito estatal. Ni al propio Adolfo Hitler se le hubiera ocurrido trenzar un horror tan abyecto alrededor de un cartel que dice "pais democrático", otro que reza "estado de derecho" y un tercero que afirma "todo por la patria".
Amigos lectores las riendas de la cuadriga nacional está manejada por el PSOE sin remedio y sus aliados y guardianes. Solo una revolución ciudadana, una insurrección cívica, una conspiración de la gente negándose a votar en todas la elecciones y bloqueando el sistema podría terminar con esta locura que de aquí a dentro de un año puede traer desgracias irreparables.
Alguna vez creo haber referido esta frase de Benavente:
"Las personas inteligentes y prácticas solo hacen el mal que les conviene. Dios nos libre de las personas de pocos alcances que hacen el mal aunque no les convenga".

Buenas noches.

domingo, 24 de abril de 2011

Dentro de nuestro recuerdo de la Historia de España, del reinado de Fernando VII, que puedo decir; que es una desgracia más de los centenares que los españoles se han merecido, y se siguen mereciendo.
Después de su entrada triunfal en España, entre el calor de "su pueblo", implantó, inmediatamente un sistema absolutista de gobierno (pero no ilustrado, sino del otro, del de aquí mando yo); expulsó a los afrancesados, los masones (la única buena idea) y todo el que le estorbaba, y se acabó la broma. Las cosas llegaron a tal punto que se le sublevó parte del ejército, al frente del general Riego, lo que le aconsejó dar marcha atrás, jurar "La Pepa", y, durante 3 años, tener engañado a todo el país, siendo accesible y "demócrata", en tanto que intrigaba (que era lo suyo) para pedir ayuda a Francia, para que le enviaron un ejército conocido como "Los Cien Mil Hijos de San Luis", con la ayuda del cual poder restaurar el régimen absolutista y rematar su reinado expulsando y fusilando a todo el que se le oponía, hasta su muerte en 1833.
Se casó 4 veces. Con sus primeras 3 esposas, o no tuvo hijos o abortaban, pero todas murieron. Con la última, Mª Cristina dos Sicilias, tuvo dos hijas; la primera Isabel, y la segunda, estando él ya muy enfermo, no se sabía si sería hembra o varón, de modo que rescató aquella ley que su padre Carlos IV, dejó sin aplicar, aunque estaba aprobada por el congreso, la Pragmática Sanción, que abolía la ley sálica de Felipe V, según la cual el heredero podía ser hombre o mujer, y murió sin saber lo que venía; y venía una niña:Luisa Fernanda, y, a raíz de la aplicación de esta legislación, un follón de mil demonios. Porque al no ser niño el nacido, la heredera era la mayor, es decir Isabel, y por tanto el siguiente varón en la línea de descendencia, que hubiera gobernado, si no se hubiera aplicado la susodicha ley semisálica, era el hermano del rey, Carlos.
Este se no soportó la faena que le habían hecho y levantó a media España contra la regente Mª Cristina. España se dividió en dos partes: por un lado los defensores de la heredera Isabel y por otro los defensores de Carlos Mª Isidro, los Carlistas. Otra guerra civil de sucesión en España estaba en marcha; la primera de tres episodios repetidos, que comenzaron, en 1833, a la muerte de Fernando VII, y terminaron en 1876. Tras ellas, multitud de golpes de estado, inestabilidades socio-políticas, guerras en África, en Cuba y Filipinas con pérdida de las colonias, de nuevo en África, guerra civil de 1936... Por ahora, dejamos a la nueva reina, con tres años, Isabel II, a cargo de la chismosa de su madre de regente, hasta su mayoría de edad.

De una rima de Gustavo Adolfo Bécquer extraemos esta reflexión:
"¡Yo no sé si este mundo de visiones vive fuera, o va dentro de nosotros; pero sé que conozco a muchas gentes a quienes no conozco!"
He leído estos días de penitencia alguna cosas que deseo matizar a mis lectores: un artículo de Alfonso Ussía en el que deplora el cambio que ha dado Cataluña que en otro tiempo era un modelo de buena educación y cortesía; amigo Ussía totalmente falso, los catalanes nunca han sido ni educados, en el sentido social del término, ni corteses, y si no que se lo digan al mismísimo Cajal cuando obtuvo la plaza de catedrático de Anatomía en la Ciudad Condal, como le recibieron, haciéndole el vacío con una actitud fatua y jactanciosa, al decir de García Duran y Alonso Burón, hasta el punto que tuvo que trasladar su laboratorio a la calle del Carmen fuera de los muros de la facultad, para luego instalarlo en su propia casa, y hablamos de 1887. De modo que, don Alfonso, lamento enmendarle, pero los catalanes siempre han sido, sálvese el que pueda, mal educados, paletos y resentidos. He dicho.
Sin embargo Joaquín Marco , en su artículo afirma que le alarma el crecimiento de una nueva e inédita extrema derecha, que ya no es alternativa de la extrema izquierda (que se ha transformado en la progresía pija, burguesa y delincuente), sino de la socialdemocracia. ello es cierto, y yo me he referido en alguna ocasión en este blog a este peligroso fenómeno socio-político, añadiendo que el majadero de Pepiño, el insultador oficial del PSOE, que tanto se refiere a le "derecha extrema", no tiene ni idea de la velocidad que podría alcanzar con esas paticas que Dios le ha dado, si algún día aparecieran semejante facción política en España. Pero, repito el señor Marco acierta con esta observación.
También he podido comprobar que otra sectaria , la consejera de educación Lucía Figar se dedica a tocarles las criadillas a los maestros que debían optar a una plaza, negándose a convocar las oposiciones prometidas. Esta, como ya tiene resuelto el porvenir... Pues, hala, votadles.
Tambien dale que te pego con el asunto del asesino ese que se llama Troitiño, que le liberan de su pena penita pena y a las pocas horas dicen que está en busca y captura porque se ha fugado ¡Pero coño! ¿No le habían dejado libre? Pues la criatura se ha ido de vacaciones donde le ha dado la gana. Que los jueces españoles o bien son unos vendidos al poder o unos negados, es algo que es tarde ya para evitar, alguna otra generación de leguleyos es posible que nos salga decente; pero yo no lo veré. Pero anda que vaya paliza que nos están dando unos y otros con el asesino vasco ese; claro que si hubiera pena de muerte para estos asesinos vascos, estas cosas no pasaban.
Y en definitiva que la situación económica continúa siendo caótica: la primas de riesgo se ha vuelto a disparar de la mano del diferencial con Alemania, la morosidad sobre los créditos ya es histórica y hasta 14.000 españoles se han largado del país en solo 3 meses; el paro en 5 millones, las empresas cerrando, la Chacón jodiendo a las fuerzas armadas sin compasión, y la Trini y la Salgado que parecen dos pollos sin cabeza, pero con estúpida sonrisa. ¡En fin, más de lo mismo! La Semana Santa no ha aportado novedades za este patio de monipodio.
Pero sí me apetece hacer notar la descarada influencia que la masonería está mostrando en España, hasta el punto de desplazar al OPUS, y en Europa, muy notoria en las reformas sociales que Zapatero, masón él como su abuelo, quizá de ello le viene el desmedido afecto al franquista militar, se encuentran muy dirigidas a la destrucción de las tradiciones patrias, y especialmente la cultura católica y el liberalismo. No olvidemos que el judío Sarkozy es también masón, y se le nota, así como Berlusconi (de la logia P-2); igual afirmación se hace de David Cameron, que es masón o Iluminati, y se duda de Merkel. No me cabe la menor hesitación de que existen dos fuerzas que intentan hacer de Europa un supraestado a su conveniencia: la masonería y el nuevo renacer de las extremas derechas, cada uno utilizando métodos diferentes.
Más, ya Luis XIV, a propósito de las protestas a que dio lugar "El Tartufo" de Moliere dejó claro este acertado razonamiento:
"Si la comedia fuera contra la Religión, no le importaría a los falsos devotos; pero va contra ellos y eso no lo perdonan.

A partir de mañana intentaremos recobrar una actualidad mas jugosa en cogitaciones.
Buenas noches


lunes, 18 de abril de 2011

A partir de este momento, nuestra Historia de España, empieza a volverse polémica, porque los sucesos acontecidos desde el siglo XIX ya tienen una repercusión definitiva en el futuro, incluso hasta nuestros días, y la frecuente manipulación de las realidades históricas, se hace políticamente interesada y descaradamente utilizada para fines fraudulentos.
La segunda parte del reinado de Carlos IV, fue un dechado de despropósitos, como es difícil volver a contemplar. La Revolución Francesa resultó ser un fracaso, afirmo, si consideramos sus propósitos, útil solamente para todos aquellos que necesitaban cepillarse los dientes todos los días con sangre.
Ya he dicho en otra ocasión que las revoluciones siempre han sido llevadas a cabo por la clase burguesa, y la intelectualmente capacitada que desarrolla la probatura unos ideales teóricos, para que, finalmente, la necia chusma siga sin pan que llevarse al talego, no resuelva sus problemas sociales, pero mate a los ricos y a los curas, y así el hambre es más soportable. En Francia llevaron a cabo una revolución, que devoró incluso a los mismos padres que la parieron, para derribar una monarquía, instaurar una chapuza, que ni era república ni nada parecido, matar a millones de ciudadanos y luego adorar a un general que se coronó emperador a sí mismo; después continuar derribando al ídolo de barro, y volver a coronar un rey. ¡Bien!
La Francia de Napoleón era enemiga a muerte (literalmente) de la Gran Bretaña del majareta del rey Jorge III, lo que equivale a decir la Inglaterra del duque de Portland, lo que equivale a decir la Inglaterra de Wellington, posiblemente el mejor general que han tenido los ingleses en 300 años. Pero Inglaterra, como tal enemiga de Francia, mantenía una alianza con Portugal, y con otros países europeos, y a Napoleón le interesaba sobremanera controlar la Peninsula Ibérica, para tener ese flanco asegurado y dedicarse a las conquistas del lado oriental, de modo que como el señor Bonaparte era un zorro, teniendo claro que la monarquía española era una olla de grillos, invitó a los reyes, al canalla de su hijo Fernando y a Godoy a pasar una temporada en Francia, concretamente en Bayona, para charlar de alianzas. Una vez que los tenía a buen recaudo, les dijo que iba a pasar tropas por España para atacar a los portugueses. Aquello coló, de modo que además de atacar a los portugueses, sin gran éxito, todo sea dicho, dejó sus ejércitos en España, y ocupó Madrid, en tanto que lo que quedaba de parlamento español salió pitando lo más lejos que pudieron, es decir a Cádiz.
Los reyes, el heredero y el valido tragando; pero cuando Napoleón, tranquilo por la docilidad del rey y el Príncipe de Asturias, que se insultaban incluso delante de él, pretendió exiliar hacia Francia al resto de la familia real, el pueblo de la villa y corte y localidades aledañas se levantaron contra los franceses, al grito de muera el gabacho. Las masacres que llevaron a cabo las tropas napoleónicas entre el desarmado pueblo español, porque el ejército regular, con la excepción de los héroes de Monteleón (Daoiz y Velarde) y algún otro patriota, y una victoria en Bailen, no tardaron tragarse el ardor guerrero y dejar que el pueblo se las compusiera. Y en efecto la resistencia era popular. Cada localidad tenía su "ejército" con líderes verdaderamente surrealistas, y a veces auténticamente delincuentes comunes, que no obedecían a nadie más que a ellos mismos y que llevaban a cabo una guerra de guerrillas, sin orden ni disciplina. Lo llamaron Juntas de Defensa Locales.
Esto a Napoleón ya no le hacía ninguna gracia: el rey español era in imbécil, que acabó abdicando en su hijo, y este traidor, bien comido y bebido, vivía de perlas en Francia. Pero el pueblo español no estaba por dejarse domar. De modo que, el emperador sustituyó a Carlos IV por su propio hermano José I (llamado por los españoles "Pepe botella"), quien entró al mando de la Grande Armée, y se acabaron los ejércitos españoles. No está claro si era gustoso de deleitarse con los caldos de la tierra hispana, o no el bueno de José, y tampoco niego que puso buena intención, a la "francesa", de gobierno, como tantos otros familiares de Napoleón que fueron colocados en distintos puestos de responsabilidad en Europa, pero la majadería que ahora gustan por divulgar a pseudohistoriadores de que hubiera sido mejor haber seguido adelante con este rey, que era el factótum de grandes ideas avanzadas y liberales, no hay quien se lo trague. ¡Un rey impuesto, como la marioneta de un emperador! Hubiera sido, sin duda, algo muy progresista, aunque desde luego no peor que la opción de Fernando VII.
Ya entonces las opiniones se dividieron entre patriotas y afrancesados; Goya fue un afrancesado que tuvo que exiliarse a Francia después de la guerra y murió en Burdeos, mientras Beethoven resultó un napoleónico, llegando a dedicar la 7ª Sinfonía al heroico general, aunque, más tarde, con la iluminación con que estaba dotado el genial, aunque rústico, sordo, cuando aquel se coronó "imperator", tachó la dedicatoria, titulándola, simplemente "la heroica". Entretanto, en Cádiz, la pantomima de Cortes Españolas, que amalgamaron algunos absolutistas, ilustrados y liberales de avío, redactaron una Constitución, a la que el pueblo llamaría "La Pepa", aunque yo todavía, con la nación desangrándose, sin ejército y cada uno a su aire, no he entendido para que aquel gesto de ambientación de inmediata normalidad, entre otras cosas porque me da la impresión que se trataba de rizar el rizo de las doctrinas de la Revolución Francesa, pero sin revolución, sin franceses y con más miedo que un perrillo chico. Había que demostrar que en España el levantamiento contra el gabacho contaba con un cimiento legal de un legislativo, sin ejecutivo ni judicial, aunque fuera mentira, y aquellas Cortes no representaban a nadie, pues nadie las había pedido, ni votado, ni necesitado; pero la historia la escriben los hombres y ahí está la Constitución valerosa, inteligente y fuera de lugar, alumbrada el día de San José, de las Cortes de Cádiz; pues ¡Viva la Pepa!
Finalmente, cuando Napoleón cayó en desgracia, los franceses, siempre de ideas tan insobornables, nuevamente instalaron en el trono a un Borbón: Luis XVIII, que volverian a descabalgar de nuevo por Napoleón, durante 100 días, para coronarle otra vez hasta 1824. En fin haber masacrado media población francesa en una revolución de dirección masónica, que se considera ejemplo de arranque de libertad popular para esto.
Pero no queda ahí la cosa, desaparecido Bonaparte, nuestro brillante nuevo rey Fernando VII, volvió a España ante el enardecido clamor popular, que le apodó "El Deseado", convencidos de que había estado defendiendo nuestros intereses, los de los torturados y asesinados por los franceses que Goya pintó una y otra vez.


De los manuscritos de Montesquieu, recogemos esta frase:
"En los estados despóticos, la tranquilidad no es nunca la paz; recuerda el silencio de esas ciudades que el enemigo acaba de ocupar".
Amigos lectores, no me cabe la menor duda que los acontecimientos que estan teniendo lugar durante esta semana habremos de sobrellevarlos como penitentes bajo el sayo de la cofradía de el Padre Jesús Crucificado. No obstante hay algunas cosas que no soporto ni en Semana Santa.VG.: La prensa informa que el PP se pregunta como es que la Ertzaintza permitió que personas que hace unos días afirmaban rechazar la violencia corearan la puesta en libertad de terroristas ¿Y a quien querían que corearan los asesinos vascos, al Papa?. Para empezar es más propio decir asesinos y ya. Pero es que no soporto el cinismo ni que me tomen por imbécil, cuando un tipo que ha aplaudido la legalización de esos asesinos y ahora que intentan darnos la de cal. Rajoy es un canalla y un traidor, que no le quepa a nadie la más mínima duda... y la Chacón, el Pepiño y la Trini otro tanto; porque creo recordar que el mandato de la ONU sobre Libia alcanzaba a declarar un espacio de exclusión aérea, lo que significa usar aviones aliados para impedir el acceso de aviones de Gadafi a determinado espacio aéreo, y estos mangutas, y los mangutas europeos y yanquis, han bombardeado tanques, objetivos terrestres e incluso a civiles, y andan ahora pretendiendo una invasión terrestre. Sois gentuza vomitiva y repugnante, después de lo que ha habido que aguantaros con Iraq. Tomémoslo como penitentes.
Claro que Luis María Ansón, que nunca se ha cansado de que se le vea el plumero, nos adoctrina, con eso de que es académico, con la cantinela de que don Juan de Borbón por amor a España , lo sacrificó todo. Miren estoy de esta majadería hasta las narices. Don Juan no sacrificó nada, y mucho menos por amor a nadie; hizo lo que le obligaron a hacer y no hizo lo que le prohibieron hacer, y finalmente abdicó, o algo así, porque nunca había sido coronado, en su hijo cuando era un antañón y no tenía ninguna posibilidad de conseguir el cetro español; y eso sí, quedó como Dios. Esta leyenda urbana es similar a la de las Cortes de Cádiz y La Pepa, que los políticamente correctos nunca descansan de afirmar que fué "el motor de la conciencia española". De eso nada ; a mi no me la dan con ese queso. Las Cortes de Cádiz fueron el resultado de la fuga de los diputados al punto más alejado de la península, cuando Napoleón entró en Madrid, y mientras esos señores, escondidos, jugaban a la redacción de una Constitución muy liberal, en España no existía ninguna representación del estado, ni orden ni ejército, y aquí cada uno hacía la guerra por su cuenta en cuadrillas mandadas con frecuencia por un delincuente, laico o cenobita. Mientras tanto España se desangraba, para dar alimento y pretexto a la masonería para llevar a cabo las varias decenas de pronunciamientos que patrocinaron en todo el siglo XIX; y lo demás son monsergas. Bien, tomémoslo como una penitencia.
Y como última penitencia tengo una frase de Rajoy que afirma que no será necesario el rescate en España, mientras Montoro y otros del PP dicen lo contrario y los economistas europeos avisan que el diferencial con Alemania, es decir la puntuación de riesgo de rescate se nos ha vuelto a disparar. Y yo me pregunto ¿Que sabe el gallego que Montoro desconoce? O viceversa.
Además el baboso de Trillo intentó vetar a Isabel San Sebastián que acudiera a la manifestación de la AVT. ¿Y quién es este mamarracho que piensa que por ser del OPUS puede impedir que nadie salga a la calle, excepto los asesinos vascos? Y por no cansar finalizaré comentando que la generalidad catalana que está pidiendo el oro y el moro para financiar su harapienta sanidad, a todos los españoles, ha negado recetas a enfermos aragoneses. ¡Penitencia, hermanos, penitencia! ¡Esto es una prueba que se nos manda a los españoles, como a la mujer de Lot!.
Decía Benavente:
"Locura y tontería son igualmente disparates; pero, según la definición de un amigo mío, tonterías son los disparates que no producen dinero".

Buenas noches y hasta pasada la Semana Santa, que yo voy a remendarme el alma a la tierra de Don Pelayo, y ustedes se libran de mí, pues en caso contrario sería mucha penitencia.

sábado, 16 de abril de 2011

Sigamos sumergidos en nuestra Historia de España de modo que vamos a contar cuatro cosillas de Carlos IV, hijo de Carlos III. Comenzó a gobernar en diciembre de 1788. Ya siendo bien jovencito dio muestras de ser corto de intelecto y débil de carácter, pero de mayor se reveló más bien como imbécil de baba, y un necio sin ideas propias -afortunadamente, aunque consiguió que las Cortes aprobaran su proyecto de derogación de la ley Sálica, sin que se llegase a aplicar- que, quizás espantado por los acontecimientos ocurridos en Francia con la Revolución Francesa y el paso por la guillotina de su primo Luis XVI, delegó toda responsabilidad de gobierno en las manos de la taimada, intrigante y mangoneadora de su esposa (además de fea), Mª Luisa de Parma, con la que tuvo 14 hijos, aunque embarazada estuvo 24 veces, y de su valido Manuel Godoy.
Con ello parece que el rey tenía claro que entre la tarea de tener hijos, yantar, con escasa mesura, en banquetes y arreglar relojes, SM lo tenía todo hecho. Afortunadamente heredó de su padre dos grandes políticos: primero Floridablanca que al contemplar los acontecimientos que tenían lugar entre los gabachos en 1789, cerró las fronteras pirenaicas con el ejército, dio cerrojazo asimismo a las Cortes y aisló España para que la "tóxica nube revolucionaria", no penetrara en el solar patrio. Pero todo parecía inútil. Las noticias corrían como la pólvora. Entonces tomó las riendas de la gobernación Aranda, que intentó lo contrario, es decir llevarse bien con los miembros del gabinete revolucionario francés... Un fracaso.
De modo que en 1792, por decisión de la reina, le soltaron toda la responsabilidad al gallardo de Godoy, en realidad un oficialucho de medio pelo, sacado del cuartel por caprichito de Mª Luisa. Bueno, pues el desastre nacional estaba cantado, ya que toda la gobernabilidad del estado español tenía lugar a remolque de lo que ocurriera, día a día allende los Pirineos; y esta sería la norma el resto de su reinado.
De entre todos los hijos de Carlos IV, el Príncipe de Asturias era su retoño Fernando, precisamente; una de las personas más traidoras, ruines, falaces, rufianes y embusteros de la historia de España, ¡hasta nuestros días!, al que España, y los españoles le importaban una higa, pero, mira por donde, ha pasado a la historia como el rey "Deseado". El enfrentamiento entre los reyes, Godoy y el príncipe, impediría traer a nuestro país nada que no fuera desgracia y sangre, en consonancia con los acontecimientos europeos, y un retraso, en todos los terrenos, del que, aún no nos hemos recuperado.

Ricardo León en "La Escuela de los Sofistas" nos dejaba esta reflexión:
"La mayor parte de los hombres reposan tranquilos y satisfechos sobre un cierto número de lugares comunes que les ahorran el trabajo de pensar... El lugar común es el dogma del necio".
Es inevitable, ineludible, forzoso, y mira que me fastidia, pero hay temas de actualidad que le arrastran a uno como una avalancha, y me es imposible soslayar el comentario de moda, dada su trascendencia.
El otro día compartía yo con mis lectores la necesidad de ciertos sucesos de nuestra historia reciente para que sirvieran de pasto y recebo a los personajes que dominan el poder patrio, y concretamente afirmé la necesidad que la mayoría de las instituciones del estado tienen de la existencia de ETA, pues sin esta organización mafiosa de izquierdas no tendría sentido en España cualquier otro suceso, y mucho menos la política propiamente dicha.
¿Por qué un grupo de átomos de carbono se organizan en un anillo bencénico? pues por proximidad y por afinidad de valencia; es así de sencillo. ¿que da un cierto aspecto morfológico, deforme si quieren, pero materializado ante el escaparate nacional e internacional? Pues la ETA, cuya máxima utilidad ha quedado reflejada en su utilización en el 11-M para conseguir el poder, esos que dicen que también son de izquierdas como la ETA de hecho el actual presidente del gobierno se ha definido como reojo (y feminista, es decir imbécil). Y el debate de si el PSOE está negociando o no con esa mafia vasca asesina (como todas las mafias) resulta una controversia que, por estúpida y ofensiva a mi inteligencia, debo confesar que me trae al fresco.
Ahora bien, lo que me ha dejado descolocado es el disfraz del PP; ahora resulta que son la madrastra de Blancanieves, camuflada de inocente ancianita con su cesto de manzanas envenenadas. Que Rajoy es un traidor no es nada nuevo, de hecho ya se lo llamé, en una carta personal, hace varios años, sin recibir respuesta, claro, cuando le vi las canillas por debajo de la puerta. Que no trago al OPUS, y, por tanto, a los opusitores, elementos siniestros capaces de pringarse en el asesinato de Juan Pablo I, y en lo que haga falta, es teorema que forma parte de la ecuación de mi ser más íntimo, de modo que Trillo simplemente me ha repugnado siempre, sentimiento que me provocan también las cucarachas. Pero este asunto de apoyar al gobierno de la nación para dar cancha a los asesinos vascos, en razón de no se sabe que oscuros motivos. Esta es la negociación que más me preocupa en este momento, porque, a nadie le cabe dudas de que España esta siendo vendida por parcelas al mejor postor, y su patrimonio despachado en almoneda, pero es que los españoles, nuestro presente, nuestro futuro y el nuestros hijos (el que los tenga), el de los ciudadanos como personas se está vendiendo en pública subasta, y no sabemos a quien, ni a cambio de qué.
¡Majestad!, o espabiláis y tomáis cartas en el asunto o ¡Viva la república! Os lo dice un monárquico por inmersión histórica.
De los pensamientos, máximas, caracteres y anécdotas de Chamfort, extraigamos esta afirmación:
"Conservad, si es posible, los intereses que os atan a la sociedad; pero cultivad los sentimientos que os separan de ella".

Buenas noches.

viernes, 15 de abril de 2011

Hoy, dejándonos arrastrar por el torrente de nuestra breve Historia de España, vamos a rematar el reinado de Carlos III.
La muerte de su esposa Mª Amalia de Sajonia, no detendría su misión reformista, si acaso la aceleraría, pues se concentró mucho más en la acción de gobierno y en la caza que era su pasión, pero sí oscureció de manera definitiva su vida personal; la tristeza de su alma, el luto que siempre guardaría a su esposa nunca le abandonaría. En adelante siempre sería el rey viudo, el rey con el alma sombría.
Por lo demás debe ser considerado como el mejor rey, y el suyo el mejor gobierno que España ha tenido durante los siglos XVII, XVIII y XIX, y del XX, el lector juzgará cuando repasemos su trayectoria. Las innovaciones del reinado de Carlos III, y su equipo de gobierno, alcanzaron a todos los niveles de la sociedad, dejando siempre una huella indeleble en sus aventuradas reformas, que con frecuencia han llegado, sin apenas modificaciones hasta nuestros días. Él fue el primero en desamortizar la tierra de las manos muertas, de terratenientes improductivos, para entregárselas a los colonos que trajo de centroeuropa para ocuparlas, principalmente en Sevilla, aquello que hay quien afirma haber inventado Karl Marx. Por otro lado, las reformas llevadas a cabo por Carlos III en el campo de la industria, se encaminaron en crear un tejido productivo sostenible como se dice ahora) propio y competitivo en el campo de la artesanía de lujo, con fábricas de cristal, porcelana, y telares, principalmente en Cataluña, de modo que no dependiera la economía nacional de valores inestables. Creó, asimismo, el rey Carlos, las 4 principales carreteras radiales que parten de Madrid, equivalentes a nuestras nacionales N-II, N-III, N-IV, y N-VI, cuyo trazado se ha seguido hasta el momento casi al pie de la regla. Fundó hospitales, universidades y reformó los planes de estudio que controlaba la Iglesia... Pero su reforma más conocida habría de ser la villa de Madrid, que puso patas arriba, para hacer de ella la digna capital que el reino de España merecía; por eso siempre se ha dicho que el mejor alcalde que ha tenido Madrid ha sido Carlos III. PERO NADIE, DESPUÉS DE ÉL SIGUIÓ AQUEL CAMINO MODERNIZADOR, REFORMISTA E ILUSTRADO, con lo que su labor, que pudo ubicar a España, a la que concedió su himno Real y su bandera roja y gualda, a la cabeza del mundo occidental, poco a poco se fué deshaciendo como un azucarillo en un vaso de agua. A partir de entonces esta inconsciente e ignorante nación, desde su muerte, en 1788, entró en picado y no ha levantado cabeza desde entonces, y mucho me temo que ya no la levantará.

Victor Hugo en "Los Miserables", incluye esta afirmación:
La mentira es lo absoluto del mal. Mentir poco no es posible; el que miente, miente en toda la extensión de la mentira; la mentira es precisamente la forma del demonio".
A la vista de las tropelías, desmanes, delitos e indiferencia que los representantes de todas las instituciones del estado -y digo todas- no paran de llevar a cabo, y que no voy a relatar, en primer lugar porque ya lo relata la prensa y en segundo lugar porque ya me provoca un profundo asco, se me ocurre reflexionar en los siguientes términos, a la vista de la carencia total de ideas, la ignorancia y necedad de los que viven de la política, así como el borreguismo analfabeto y retrasado del vasallaje ciudadano:
¿Que sería de la izquierda española si no fuera por la Guerra Civil del 36? El recurso, el único arbitrio del, llamémosle, pensamiento de la izquierda nacional para mantenerse en el podio, es la Guerra Civil. A este episodio histórico que desconoce la mayoría de los rojos, y el resto quiere desconocer, adecuadamente amañado, mediante mentiras, algunas de calibre desproporcionado, les sirve para, no sobrevivir, sino vivir como obispos (y esto en algunos casos, literalmente).
También me intriga ¿que sería de la progresía, es decir los ricos que se dicen pertenecer al rojerío "intelectual", si no hubiera existido Franco? Estos mamarrachos que afirman hacer cine de tal interés que se premian unos a otros en nombre del genial Goya, escribir libros atrevidos que siempre son galardonados si el autor es mujer, la temática arrastra el feminismo y además el autor es catalán; cantar canciones de brillante audacia poética, o distraer al personal sobre las tablas de un escenario, todo ello, sin lugar a dudas, distintas formas de hacer el ridículo, han elevado a un personaje que ha ocupado un hueco en el transcurrir de la historia de España, a los altares de la inmortalidad. Franco hoy día es imprescindible para la supervivencia del progre ibérico.
Además ¿Que sería de los sindicatos y sindicalistas de clase (la mayoría nunca han ido a clase alguna) sin que tuviera lugar la Segunda República, en España? Porque otro cualesquier episodio de carácter liberal, ilustrado o progresista de nuestra historia, les trae al fresco, seguramente porque de eso no han leído nada, ¡pero amigo, la segunda República!... Aquello fue el paraíso donde sus antecesores sindicalistas llegaron a recibir armas de las autoridades, poder sobre el pueblo y la orden de sacar de su casa y fusilar a todo el que fuera a Misa, llevara corbata o pareciera acobardado, así como Rajoy. ¡Como se echa de menos aquel democrático evento! ¿Cuando querrá Dios que vuelvan aquellos tiempos tricolores!
Y, por no cansar, finalmente me sigo preguntando ¿que sería de los políticos españoles, los jueces, las fuerzas de seguridad y la prensa en general, si no existiera la ETA? ¡Que calamidad tan tremenda! Como podrían jugar al juego de la "oca democrática": ahora te toca tirar a ti; has caído en el puente y te llevo al otro lado del río; caíste en la cárcel pero sales dentro de tres jugadas, salvo que te rescate otro jugador; de oca a oca y doy un soplo por que me toca; quedas inmovilizado, Rajoy, hasta nueva orden sin tirar... ¡Que útil es la ETA para todos estos! Es la moneda política española por excelencia.
Y para terminar mis reflexiones, pregunto a los lectores: ¿Es que Rajoy tiene un acuerdo de silencio con alguien? ¿Será con el mismísimo Zapatero, que da síntomas ya de enajenación mental? ¿Será con algún poder logiaco? ¿Será con la CIA? (Esto lo digo en serio) Este gallego tiene un "As" oculto.
En fin, descansen tranquilos pensando como Alphonse Karr que "las injurias resultan humillantes para el que las comete, cuando no logra humillar al que las recibe"