viernes, 15 de agosto de 2014

Pues señor, resulta que la visita del papa a Corea del Sur ha provocado en el gobierno marxista "democrático" de su vecina del norte una explosión de entusiasmo tal que han prohibido a sus deudos acudir a la recepción popular del presidente del Estado del Vaticano bajo pena de muerte, al menos, y en demostración de arrebato, han sustituido el lanzamiento de fuegos artificiales por el de misiles, muestra mucho más "elevada" de su delirio empático, evidencias todas solo comparables a la liberal y "democrática" generosidad mostrada por los marxistas españoles, que incluyen, junto a los comunistas "demócratas", a los socialistas de variado pelo y al diario "El País", entre otros, con el auxilio que el gobierno de España otorgó al padre Miguel Pajares afecto de una enfermedad terminal. Y es de extrañar que los "rojos" (Zapatero dixit) carpetovetónicos hubieran dejado morir a una persona que ha dedicado toda su vida a ayudar a los demás, tirado en un camastro, cuando abanderan la causa de todo pobrecito negro que procure entrar en nuestros pagos, traiga o no traiga contagiada la enfermedad del Ébola. Estos férreos criterios argumentarios que caracterizan a la mamarrachada patria "democrática marxista", son los mismos que utilizan cuando arremeten contra el estado de Israel, episódicamente reprobables, aunque comprensibles, en su actuación, y no se manifiestan pancarta en mano cuando se produce las masacres injustificadas contra civiles desarmados en el mundo árabe o en el neo-marxista del zar Putin, heredero del asesino Stalin que ya masacró por millones a la población ucraniana, o de los ladrones andaluces o los ladrones catalanes (póngaseles nombre).
Pero dicho lo cual, reflexión nada original, pregunto dolido ¿por qué la iglesia y los fieles medios de comunicación, se han apropiado de la condición "profesional" de D. Miguel Pajares? porque es cierto que era sacerdote, pero también era médico, y nadie ha otorgado su respeto al doctor Pajares, muerto en acto de servicio; pero ni siquiera las autoridades sanitarias, médicas y colegiales españolas. Sí, ya sé que ser sacerdote es mucho más elevado que ser médico, mucho más importante, escogido, sublime, eximio, clemente y, por supuesto, divino, pero sería de agradecer que los religiosos no se pusieran del lado de los abogados para intentar despreciar a los galenos y no olviden que si el doctor Pajares ayudó a aquellos africanos durante tantos años, fue en virtud de sus conocimientos profesionales como médico, lo demás no pasa de ser buena voluntad, común a cualquier monja o fraile que se precie, y que no son todos. Vaya, pues, mi respetuosa admiración por el doctor Pajares.