viernes, 28 de diciembre de 2012

El 10 de Abril de 1865, el gobierno moderado del general Narváez ordena una brutal disolución de una manifestación de estudiantes que se iniciara al anochecer. Los estudiantes, a los que se unieron varios obreros e intelectuales, protestaban contra la destitución del catedrático Castelar, así como del  rector de la universidad.. Sin embargo su protesta iba implícitamente dirigida contra la política reaccionaria practicada por el general Narváez y su gabinete, asi como contra la represión llevada a cabo en días anteriores contra los motines de obreros. Resultaron 9 muertos y más de cien heridos en la intervención de esa noche, única razón en la que el gobierno apoyaba su política reaccionaria. La sangrienta noche de San Daniel evidenció el grave descontento popular contra el gabinete, al ser apoyados los estudiantes por amplios sectores de la población. Con la persecución, y con el subsiguiente debate que se suscitó en el congreso, aumentó la  impopularidad de Narváez. Asimismo puso de manifiesto la necesidad de un plan conjunto de las diversas fuerzas políticas para derribar al gobierno.

Jacinto Benavente, nos recordaba en uno de sus poemas líricos musicalizados Alberto Cortez, escribió:
"En el meeting de la humanidad
millones de seres gritan lo mismo:
¡yo, yo, yo, yo, yo, yo!...
¡Cu, cu cantaba la rana;
cu, cu debajo del agua!...
¡Que monótona es la rana humana!
¡Que monótono es el hombre mono!
¡Yo, yo, yo, yo, yo, yo!...
Y luego: a mí, para mí,
en mi opinión, a mi entender.
¡Mí, mí, mí, mí, mí, mí!
... La rana es mejor:
¡Cu,cu, cu, cu, cu, cu!
Solo los que aman saben decir... ¡Tu!

¡Que triste soledad intelectual la de los políticos españoles! ¡Que patética apariencia de desarrapados, de perdidos, de aislados homúnculos! A qué punto puede alcanzar la esclavitud del poder, siempre pendientes en la paranoia de ser acosados, perseguidos y alcanzados. Sí, ya sé que ellos tienen automóviles de lujo, eso sí blindados por si las moscas; viajan en "vips" porque si no se encuentran desazonados entre las personas que rien, cantan y aman, y protestan ¡mamá! yo quiero irme donde esté aislado y atendido en todo momento; ellos no pueden permitirse sufrir ante el infortunio de las personas, principalmente por un vacío mediastínico, aunque deben, y ese es su castigo, fingir sufrimiento, condolencia y lamento a todas horas; siempre con el traje gris (véase la toma de posesión, como si no lo poseyeran desde antes, de Arturo Mas y su gobierno), con ojeras pintadas como si lamentaran lo que ven y con los oidos aitos de cera, sordos a todo lamento, con la que fabrican las velas para las ceremonias de mayor enjundia (como Shreck). Ellos siempre inseguros, anodinos, prosaicos, pecadores contra las leyes de la naturaleza, amantes desapasionados y frívolos de maniquíes de escaparates, de establecimientos muy, muy caros. Nunca hacen favores ni aceptan ofrendas; roban continuamente a la gente llana impunemente, pero sin la emoción de temer ser descubiertos; los que llaman amigo a quienes ambicionan su puesto y enemigo a quienes les dan de comer... comer buenos pedazos de la mejor carne, cálices con el mejor vino, el cava catalán más espumoso y los más dulces pasteles, aferrados al ácido úrico y el colesterol, a las desenfrenadas transaminasas y la ateromatósis arterial que isquemiza sus pétreos corazones. ¡Dios, que lástima me dan!  ¡Yo, yo, yo, yo, yo! jamás tendrán tiempo universal para decir ¡tu! ¡Que desconcierto en sus cerebros embrumados entre sus manglares neuronales! No es de extrañar que confundan yo, mí, lo mio con tu, lo tuyo, lo de todos... la bandera, la nación, España... la tierra de hombres libres en su cerebro y en su corazón, hijos de la ilustración de sus choznos, a los que maltratan como esclavos pero que nunca podrán impedir que gocen con unos amigos ante un vaso de tinto peleón, o un simple contramuslo de pollo asado; a los que jamás amargarán la Navidad porque son capaces de amar a sus hijos, a su familia, a sus vecinos a pesar de las estrecheces y el chulesco desafío que supone el agravio del latrocinio de los bienes cosechados con su trabajo por aquellos que no saben lo que es llegar a casa satisfecho por el deber cumplido, ese deber que ensucian a diario los políticos con su ponzoña y su hediondo aliento, aquellos que precisan acaparar, tomar, apresar, apañar, despojar, apandar, arramblar, asediar, invadir... para sentirse seguros... ¡Mamá! ¡Quiero ir a la Moncloa, al sindicato, al ayuntamiento, al coche oficial con asientos de cuero... y blindado! ¡Quiero poseer, dominar, humillar... para ser! Quiero entender a que huele el humo de la leña, a que saben las peladillas, como suena un canto de villancico cantado por villancicos por las calles... quiero que se callen, que no rian que no canten, que no celebren, que no enciendan luces de colores... que no vivan. ¡Auxiliares! ¡Ministros! ¡Quitadles el sueldo, subir los precios, incrementar las tasas... la luz más cara, el combustible al alza, cortad el agua, despojarles del trabajo, acusadles de algo gravísimo y arruinadles! Pero no quiero que rían... que no hablen con orgullo de su familia, de su oficio, de sus amigos... de España.

A todos los que rien y aman... ¡Feliz Navidad!

Y ya que hemos recordado a Alberto Cortez:
"Que suerte he tenido de nacer,
para estrechar la mano de un amigo
y poder asistir como testigo
al milagro de cada amanecer...
Que suerte he tenido de nacer,
para cantarle a la gente y a la rosa
y al perro y al amor y a cualquier cosa
que pueda el sentimiento recoger...
Que suerte he tenido de nacer,
para comer a conciencia la manzana´
sin el miedo ancestral a la sotana
ni a la venganza final de Lucifer...!

miércoles, 26 de diciembre de 2012

El 5 de Agosto de 1772, en los acuerdos de San Petersburgo, Rusia, Prusia y Austria se reparten un tercio del territorio polaco. Rusia está interesada en mantener su influencia sobre Polonia, ya que todas las vías hacia el oeste de Europa cruzan por este país. Por ello, desde principios del siglo XVIII existe un ejército ruso en Polonia y la zarina Catalina y Federico II intervienen en la política polaca. En el reparto, Rusia obtiene la Livonia polaca y la Rusia Blanca, los territorios hasta el Dvina y el Dniéper. Austria se apropia la Galitzia oriental y la pequeña Polonia, excepto Cracovia. Federico II se anexiona la mayor parte de Prusia occidental, menos Gdansk y Torun, la Pomerelia y Warmia. Así se evita una guerra europea, porque el éxito militar ruso en la guerra contra el imperio otomano en los Balcanes provoca un conflicto de intereses entre Austria y Rusia.

 Escribió Santiago Ramón y Cajal en sus "Crarlas de Café":
"La verdad es un ácido corrosivo que salpica casi siempre al que lo maneja".
Andaba yo estas últimas semanas fráncamente preocupado con la opinión que de los funcionarios pudieran tener los miembros del legislativo español ya que no  hay manera de convencerles de que todas aquellas benéficas dádivas que a lo largo de los años han concedido diferentes ejecutivos a estos empleados públicos no era otra cosa que un callabocas en forma de días de permiso para libre disposición cuando de manera reiterada y sistemática, o bien se les congelaba o se les bajaba el sueldo, pero me he tranquilizado al contemplar que, despues que diferentes autoridades del Partido Popular, para quien lo ignore el partido político que soporta al actual gobierno español, y que se dice moderado y de centro (ja, ja, ja), hayan puesto de mata perejil, es decir como una balleta de fregar a los funcionarios de carrera argumentando que no saben más que pasarse el día tomando cafelitos y leyendo el periódico, y que han creado una clase privilegiada en relacción a los pobres trabajadores de las empresas privadas (por ejemplo los banqueros, agentes comerciales, los fabricantes de cava catalanes,  o los directivos de constructoras, consejos de administración, agencias inmobiliarias y financieras o multinacionales y, por qué no,  Rumasa, los Pujol, la Conferencia Episcopal o liberados sindicales del metro madrileño) y por eso deben tomar ejemplo de las condiciones laborales de estas corporaciones entregándoles, de momento, la sanidad de Valencia, Asturias y Madrid. Pero, amigos, cuando me he enterado que los padres de la... de lo que queda de la patria, sí cobran la "extra" de Navidad y pueden disfrutar durante el año 2013, que aprovecho a felicitar a todos mis lectores, de tantos días de permiso de libre disposición como les venga en gana, mi conciencia se ha tranquilizado; estaba a punto de confesarme por los abusos cometidos durante tantos años. Y es que a quién se le ocurre cobrar trienios y la cuota correspondiente de la carrera profesional (cuyo nivel cuatro deben desde el año 2009 en la Comunidad de Madrid)... como puede pretender un cirujano ortopédico con 30 años de profesionalidad al servicio de la administración pública cobrar más que un ilustre y excelentísimo becario de El Corte Inglés ¿que iba a pensar el señor Negrin o el señor Durruti si vivieran? Porque el muy socialista señor Rajoy no puede estar aceptando a vagos y maleantes sus caprichos, salvo que estos "trabajen" en el Congreso o en el Senado. Es más, en un rapto de generosidad sin parangón, el gobierno Rajoy piensa devolver el dinero que ha descontado, en la nómina de Diciembre, a los funcionarios como retención de una paga que no ha pagado. Que Dios le bendiga.
El mismo Cajal, en otro momento de su obra, reflexionaba:
"En lo físico como en lo mental, la actividad más meritoria consiste en esculpir o cincelar, no en moldear o vaciar".

Feliz noche.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Después de constreñir a los bizantinos a una reducida región, los Algarves, Suintila es nombrado rey de los visigodos por la muerte de Recaredo II. Los primeros años de su reinado se caracterizaron por una febril actividad militar que le concentró en el sometimiento de los vascones, a quienes derrotó y obligó a construir el baluarte de Oligito. Al mismo tiempo, para conseguir que los bizantinos abandonasen definitivamente la península. Suintila recurrió no solo a la fuerza de las armas, sino también a la astucia política: aprovechó la circunstancia de que los bizantinos comenzaban a sufrir la presión de los persas en oriente y en la península italiana. Suintila fue el primer monarca visigodo que consiguió imponer su dominio sobre toda la península ibérica, desde Gibraltar a los Pirineos, un ideal perseguido ya por Leovigildo. Para convertir la monarquía en una institución hereditaria asoció al trono a su hijo Ricimero, medida que le valió la oposición del alto clero y de la nobleza. Destronado por Sisenando en 631, en 633 en IV concilio de Toledo lo excomulgó y lo despojó de sus bienes; Suintila fue expulsado de la península y salvó la vida merced a una confesión completa de sus pecados y su renuncia a la dignidad real.
Segismundo, en “La Vida es Sueño” de Calderón de la Barca exclama en la escena VII de la jornada 2ª:
“Harás que de cortés pase a grosero;
Porque la resistencia
Es veneno cruel de mi paciencia”.
¿Quién no ha visto el film dirigido por Carol Reed "El Tercer Hombre", en el que Holly Martins (Joseph Cotten) llega a la Viena de la postguerra (1947) en busca de su amigo Harry Lime (Orson Welles) y se encuentra que es un canalla que trapicheaba y se enriquecía con penicilina adulterada a costa de la salud y la vida de niños y adultos necesitados de este antibiótico descubierto por Fleming en 1929 y comercializada en 1943? Pues la familia Pujol, durante años de latrocinio institucional junto a sus socios políticos, y a saber si socios en algo más, con González y Aznar, adornada de excepcionales virtudes mafiosas que abarcan desde el fraude con obras de arte al negocio sucio inmobiliario, pasando por el del medio ambiente, pueden ser contemplados bajo el mismo objetivo del cambalacheo de la sanidad, asunto, a todas luces de beneficios nada desdeñables en todos los ambientes socio-políticos, si tenemos en cuenta el pulso a muerte que tiene con los profesionales sanitarios el PP allá donde ostenta una pizca de poder. Los políticos populares y sus “accionistas poltroneros” (Asturias) o mediáticos (diario La Gaceta que miente en asuntos sanitarios de manera escandalosa), dan un ejemplo de cinismo y rentable y calumniosa mentira pretendiendo, por ejemplo, que la gestión de la sanidad se encuentra en la situación en la que "la pusieron los distintos gobiernos socialistas" (Cospedal), porque, en lo que concierne a la Comunidad de Madrid, el Partido Popular, es decir Esperanza Aguirre, lleva gobernando desde 2003, hace 9 años, más de dos legislaturas... Cospedal, miente y se beneficia junto a Rato y otros destacados “peperos” de la privatización de centros por participar, presuntamente, en empresas adjudicatarias. Y esta gente cuya ética sugiere la de una almeja y cuya desvergüenza a la del macaco Rhesus, pretende que nos creamos que van a embestir al mamarracho de Mas con el artículo 155 de la Constitución; estos que han acentuado, por ley, la dependencia del poder judicial del ejecutivo, estos que pretenden ahora implicar al Rey, que no está para muchos trotes ya, salvo recomponer su figura antes de que sea depuesto por las fuerzas que exiliaron a su abuelo, más que nada por la foto para la historia, en sus manejos; los mismos que han destruido todo aquello que no tuvo tiempo de destruir Zapatero, los que dejan libres y exonerados a los culpables de la pasada, pero reciente, debacle hispana y nos exigen a los ciudadanos, especialmente a los funcionarios públicos, sacrificios, adefagia, privaciones y esfuerzo de galeotes saltándose toda ley que protege cualquier derecho laboral y profesional con muchos años de vigencia, amparándose en imperativos de protección estatal en tanto que los banqueros (no los empleados de las oficinas a los que la gente quiere linchar sino los que se han forrado con los ahorros de los ciudadanos), empresarios especuladores del ladrillo y la gran multinacional (o gran nacional con frecuencia inexistente), así como políticos se lo llevan crudo con total impunidad. Son los mismos, los del PP, que nos insultan a los funcionarios, y ahora muy especialmente a médicos, mintiendo sobre imaginarios privilegios, y tratando un problema de gravedad inconmensurable con la chulería, prepotencia y jactancia (“ si dimiten120 directores de centros sanitarios, bienvenido sea, ya pondremos otros nuevos”) que solo un resentido dictadorzuelo se permitiría ante un estamento profesional  de alta cualificación universitariacuya meritoria labor lleva más de 30 años sacándoles las castañas del fuego a tanto indeseable, ignorante e incapaz como han sido (y son) los prebostes de la sanidad, tanto ministerial como autonómica. Por simplificar el comentario valga solo la justificación que ha argumentado el consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid para privatizar la mayoría de los hospitales de esta región (principalmente los que nunca debió haber construido Esperanza Aguirre); según este sátrapa le pasa la gestión a empresas privadas (la mayoría que nada tienen que ver con la sanidad) porque ellos no son capaces de gestionar estos centros. Pero el tío sigue en su puesto. Es decir, los políticos del PP en Madrid no son capaces de gestionar los hospitales y no se marchan de sus cargos en sanidad para dejar que otros más espabilados lo hagan ¡no señor! se quedan en sus poltronas (para las que nadie les ha votado, en un sistema electoral de listas cerradas) y se lo largan a empresarios privados a los que, si el centro en cuestión no resulta rentable como negocio, recompensarán con dinero público (como ya han hecho en Játiva) para volver a entregárselo a otros comerciantes... o a los mismos, nuevamente.
El mismo Calderón en “La Vida es Sueño” pone en boca de Rosaura:     
“Lo más que podré decirte
De mí es el dueño que roba
Los trofeos de mi honor,
Los despojos de mi honra”. 
Feliz noche del fin del mundo y enhorabuena a quien haya afortunado la lotería.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Es Navidad, una época en la que, al menos en apariencia, debería producirse una reconciliación, una tregua o armisticio entre los hombres libres y las fuerzas del mal, es decir los políticos. A pesar de que en España nos encontramos pendientes de un precipicio de corrupción y desesperación de muchas familias, no quiero el día de hoy comentar ningún suceso socio-político que entristezca una celebración que con matiz religioso, para los creyentes, o simplemente familiar debe rematar el final de un año verdaderamente aciago. Es por ello que quiero que mis lectores conozcar un cuento del que soy autor y que tiene aroma a abeto y sabor a turrón:
                                          
  EL NIÑO DE LA LUZ
                                                  
-¡Señor! ¡Señor! ¡Mi señor!

              El oficial de la guardia entra  en el  salón del trono realizando, con un incuestionable vigor,  un  marcial  saludo militar, al uso, golpeándose el pecho con el puño de la mano derecha, en tanto mantenía la mano izquierda aferrada a la empuñadura de su espada.
              Aquella sala mostraba muy escasa riqueza en su obra, al igual que el resto del inmueble, al fin y al cabo no se trataba sino de una atalaya de piedra con techado y encofrados de madera, en medio de un campamento militar, rodeado por una empalizada de troncos. En realidad, los signos externos de opulencia que podían denotar la condición real de su inquilino, quedaban a cargo de los escasos, aunque trabajados, muebles, los tapices, alfombras, doseles, colgaduras y pieles de animales, que cubrían suelos y paredes, en anárquica alternancia con distintos tipos de armas y escudos.
              El trono, de madera de castaño, bien labrado, aparecía encaramado sobre una tarima de tres escalones, que el tiempo había desgastados. Tras el  sitial, dos  largos cortinajes  en  color  granate, rompían la monotonía del tabique de sillares de granito con pobre pellada, que veíanse burilados de forma descuidada y desigual, y que tapiaba el fondo de la estancia.
              El rey Gondofares (en idioma armenio Gastaphar) se encontraba de pie, delante de una amplia mesa sobre la cual figuraba representado, en barro rojo, un plano en relieve de algún territorio ciertamente montañoso. El monarca era un hombre joven de larga cabellera y abundante barba, moreno de tez y cabello, alto de talla y bien fornido, que portaba un peto ligero de cuero sobre una túnica ajustada a la cintura por un ceñidor y botas de cuero hasta media pierna. Rodeado de media docena de aguerridos generales, discutía, valiéndose de una vara, algunas maniobras militares para la disposición de los ejércitos a saber en que futura empresa, pero que atraía evidentemente su interés.
              Todos los presentes giraron sus cabezas hacia el capitán de la guardia
-¿Por qué nos interrumpes? – preguntó el viejo general Hirkhamu.

-Mi señor, ha llegado hasta la fortaleza una extraña comitiva.

- ¿Una extraña comitiva? –Repitió el rey- ¿Un grupo armado?

-No, mi señor; no serán más de una docena y su aspecto es de gente de Dios, o algo parecido, aunque su indumentaria es bien singular. 

-Explícate.

-Tienen sus cabezas afeitadas y cubierta con extraños tocados, altos como mogotes puntiagudos. Visten túnicas largas de color púrpura y togas como el azafrán. Montan en asnos y parecen custodiar un carro cerrado, tirado por una pareja de yak, donde se acomoda el que parece ser el patriarca, pues es más rica su vestidura.
-¿Y que es lo que piden? –Preguntó Hirkhamu, que se cubría la espalda con una gran piel de oso- que la guardia los despache.
-No tienen aspecto de nómadas vagamundos, sino que parecen gente principal para alguna comunidad, pues que insisten en ser recibidos por mi señor.
              Gondofares se volvió y miró con gesto inquisidor a un hombre muy alto, cubierto por una túnica y capa talares de color oscuro, que no dejaban ver salvo sus manos, a través de la abertura delantera de la capa, apoyadas en un largo báculo rematado en una formidable piedra de cuarzo rosa. Portaba barba muy fina, que dejaba al descubierto unos gruesos labios, y se cubría la afeitada cabeza con un amplio capuchón integrado asimismo en la capa. Aquel hombre, a todas luces un adivino, druída, mago, augur o algo parecido, que se había mantenido todo el tiempo en la penumbra de la sala, iluminada con hachones humeantes, dio un paso hacia adelante y, sin cruzar una palabra, asintió con la cabeza.  
-Sea, hazles pasar –ordenó el rey al oficial, al tiempo que hacía un gesto con la mano a sus generales para que se apartaran a los lados de la estancia, y cubría sus hombros con una capa color carmesí, ricamente bordada con oro en su vuelo.
              No pasó mucho tiempo antes de que dos soldados de la guardia separaran ambos palios de los cortinajes que cerraban la poterna de acceso, y por ella entraron tres personajes, el más destacado en su atavío, delante de los otros dos, cuyo aspecto respondía exactamente a la descripción que de ellos hubo hecho el capitán de la guardia.
              Su porte era venerable y bondadoso y en sus labios se dibujaba una afable sonrisa. Juntas las palmas de sus manos delante de la cara, avanzaron unos pasos, con la templanza de a quienas el tiempo no hostiga, hasta detenerse a unos pasos del rey, y realizar una cortés reverencia con sus cabezas. Gondofares, que aguardaba de pie delante del trono, correspondió, ya inevitablemente  intrigado, colocando su puño derecho sobre el pecho e inclinando también la cabeza levemente.
-Seáis bienvenidos. Habéis solicitado verme. Yo soy Gondofares, descendiente de Atheas rey de 
los Escitas y unificador de los Sármatas. Soy hijo de Hereo, y rey del pueblo de los Pahlavas y señor de la tierra de Agni.

-Sabemos quien sois.

-Bien pues entonces decid que queréis de mi.

-Veréis señor de los bravos Pahlavas –comenzó a hablar con tono apacible, aunque firme, aquel que encabezaba la embajada- nosotros, nuestro séquito y las bestias que nos acompañan llevamos muchas jornadas de agotadora marcha desde las escarpadas montañas del país del Tibet, y deseamos solicitar de vuestra indulgencia nos permitáis detenernos a descansar en vuestros dominios para reponer fuerzas y aprovisionarnos de alimentos y agua, y así  poder proseguir nuestro viaje sin más pausa.
              Gondofares miraba a los recién llegados con ceño fruncido, pero indudablemente tranquilizado al comprobar que no se trataba de espías de los griegos, los romanos, los partos o a saber.
-Si, claro –titubeó el rey- podéis permanecer en mi fortificación el tiempo que os sea menester para aprovisionaros, pero no entiendo…
-Es muy de agradecer, señor, pero no podemos demorar nuestra partida más allá de dos jornadas, pues el tiempo apremia y el gozoso día está por llegar.
-¿Y que es aquello que ha de suceder en un día cercano que es tan importante?
-Veréis señor, mi nombre es Meljhi-Hor (en armenio Melchior), a la sazón Mons. perteneciente al monasterio del sagrado monte Kailas, en la región del Tibet. En esta abadía es donde reside nuestro maestro espiritual que vosotros llamáis Dalai y nosotros Gyam-Tsho. Mi misión, en vida del Dalai es asesorarle en la interpretación de los signos de la naturaleza y de los astros del cielo. Pues bien, hace algunas jornadas, nuestro maestro, el Dalai murió, y su espíritu voló para reencarnarse en otro cuerpo, en el de un recién nacido.
             Pocas horas después de su muerte, mientras sosegaba mi espíritu en la contemplación del estrellado firmamento, pude observar la aparición de una señal del Universo, una estrella con una gran cola brillante que desde entonces marcha muy lentamente hacia poniente, indicándome así el lugar hacia donde debo buscar. Hoy mi misión, pues que fui nombrado Panchen Lama por la comunidad, es encontrar el Turku, la nueva reencarnación del espíritu de nuestro maestro, el niño donde reside el alma del “océano de la sabiduría”, y debo encontrarlo antes de 49 días, pues de ello
dependerá que el espíritu del Dalai consiga completar su Karma, para alcanzar el fin más deseado, la completa perfección espiritual, el Nirvana.
             El rey miraba a aquel hombrecillo con gesto de gran estupor. Lentamente volvió a girarse hacia su hombre sabio, podemos asegurar que en demanda de ayuda. Aquel esbelto personaje echó hacia atrás el capuz que le cubría la cabeza, se acercó a los monjes, saludó y habló.
-Soy Habban, sacerdote zoroástrico, adivino y astrólogo al servicio del rey Gondofares, como antes serví a su padre. He escuchado vuestro relato con atención. Conozco la existencia de vuestra comunidad y tengo razón de algunos de los preceptos difundidos por Buda hace 500 años. Os he escuchado hablar de una señal en el firmamento…Yo también la he visto, e informe a mi señor de que en la voluntad del Universo está un gran acontecimiento que ha de suceder, aunque no pude asociarlo con algún hecho que no fuera una victoria militar. Pero al escucharos relacionarlo con el nacimiento de un niño prodigioso, me ha evocado la promesa  que nuestro profeta Zaratustra nos hizo, antes de partir, sobre el nacimiento de un redentor de las almas que llamamos Peshotan.

              Durante unos instantes se hizo un silencio que rompió de nuevo Habban

-Veréis, -avanzó a paso lento por la sala- el origen de mi nombre se remonta a las tierras próximas al río Jordán, donde vivían mis abuelos, en las riberas del mar salado, la tierra donde moran los cananeos. Un escalofrío me dice que es allí donde va a nacer el niño prodigioso, pues ellos comparten la misma profecía. Permitidme, pues acompañaros en vuestro viaje.
-No, Habban, soy yo, el rey quien debe acudir a rendir homenaje a quien llega a iluminar las almas
-Pero, mi señor, la campaña…-apostilló Hirkhamu. Un murmullo entre los generales inundó la estancia.
-Así debe ser –insistió Gondofares- Este es mi deseo y así se escribirá en la historia. Tu Habban quédate aquí y asiste a Hirkhamu, al que dejo al mando de mi reino en mi ausencia, en la preparación de la empresa para unificar a las tribus de los Partos y los Hindúes en un gran imperio, como es mi sueño. Pero ello habrá de esperar a mi regreso.
              Dicho esto Gondofares llamó al jefe de su guardia y dio las instrucciones precisas para preparar una caravana escoltada, con gran impedimenta y fuertes caballos de las estepas que sustituyeran a las lentas acémilas de los humildes monjes. Y antes de que el sol se pusiera dos veces, la expedición partía rumbo a las tierras del poniente, siguiendo el mapa que el sabio Habban confeccionó sobre piel de ternera, para indicar el camino que habrían de llevar, y que, por supuesto
procuraba evitar encuentros incómodos con las principales tribus hostiles que podrían encontrar, y ante todo con los romanos.
              Durante el viaje, acampados en las noches tibias y estrelladas de las tierras al sur de la meseta Iránia, en la región de Persis, siempre cercanos a la costa del golfo Pérsico, y sin perder de vista a la hermosa estrella de larga cola, aquellos hombres pertenecientes a culturas y creencias distintas, pudieron comprobar que era mucho más aquello que les unía que lo que podía separarles. Unos, los zoroástricos o mazdeistas adoraban al dios Ormuz, o Ahura Mazda, señor del bien, que enfrentaban al espíritu del mal personificado por Ahriman. Básicamente la estructura de su filosofía se sustentaba en el dualismo entre el bien y el mal, noción que dará lugar entre los iránios a la teoría del Maniqueísmo, que luego hará furor entre los partos. De este modo, según profetizó Zaratustra el hombre es libre de elegir entre la maldad o la bondad de sus pensamientos, palabras y actos, pero finalmente su espíritu, tras la muerte, habrá de cruzar el puente para ser juzgado según haya sido su elección. Pero ese juicio no será final sino que, con la llegada de Peshotan, existe la posibilidad de limpiar el mal de las almas condenadas.
              Los budistas, por su parte, intentaron ilustrar sobre que las almas deben atravesar por este mundo para purificarse y conseguir finalmente el estado de mayor felicidad, ausente de dolor y sufrimiento y de cualquier influencia material o de conciencia. Ese estado es el Nirvana, al que se consigue acceder en sucesivas reencarnaciones del espíritu, y en cuyo transcurso la suma de los buenos actos conducirá, finalmente, al paraíso de la suma dicha, y bienaventuranza. Estas y otras consideraciones iban completando de sabiduría el entendimiento de aquellas gentes.
              Pasaron los días y finalmente la comitiva alcanzó las estériles riberas del mar salado, que los hebreos conocen como mar Muerto, en su orilla más austral. El día iba muriendo y era menester hacer el campamento, de modo que buscaron una pequeña vaguada resguardada del seco viento del desierto del Negev. Pero el destino quiso que al pequeño valle alcanzara a llegar, al mismo tiempo, una caravana de camellos y caballos que acampó muy cercana, haciendo uso de pertrechos que denotaban la importancia del príncipe que la dirigía.
              Poniéndose el sol hacia el desierto, un oficial y dos singulares soldados de raza negra con ropajes de vistosos colores se acercaron al campamento de nuestros caminantes, rogando tuvieran a bien aceptar ser los invitados de su señor el rey Natakamani, el protegido de Dios (que en idioma hebreo sería traducido por Belshazzar), para compartir con él las viandas de su cena. 
También a ellos les picaba la curiosidad, de modo que aceptaron, y Meljhi-Hor junto a sus dos inseparables Lamas, y Gondofares acompañado del primer oficial de la escolta, se trasladaron hasta la lujosa carpa, en compañía de un grupo de protocolarios y endrinos guerreros.
              La tienda del príncipe negro era de grandes dimensiones, redonda, cubierta por ricas telas y alfombrado el duro suelo con bellos tapices, esteras y almohadones. El recinto estaba ocupado por servidores y servidoras que surtían de todo tipo de frutos y derivados de la leche de camella (lo que alegró a los monjes, ahítos de comer carne, pues recordaban el yogur batido, de leche de yak que solían consumir con tortas de harina de cebada tostada que llamaban tsampa, y té con grasa de yak y sal) una mesa a ras de suelo, fabricada con maderas y metales preciosos. El anfitrión se encontraba sentado con las piernas cruzadas sobre almohadas, y al ver entrar a sus invitados se levantó presto, haciendo una prolongada reverencia que invitaba a penetrar en la estancia. El lujo del aposento y del vestuario de aquel joven de piel de ébano, aturdió momentáneamente a nuestros huéspedes en modo alguno habituados a tanto derroche y oropel.
-Seáis bienvenidos a mi humilde cobijo –saludó el hospedador, cortesía a la que correspondieron sus invitados, cada uno a su estilo-. Y ahora lo menos que debo hacer es presentarme: soy Natakamani, rey y sumo sacerdote del país de Nubia, descendiente de Menelik I, rey e hijo de la reina de Saba y del rey Salomón de Israel. Siendo adolescente fui instruido por un maestro de la Casa de la Vida egipcia, para curar las enfermedades del cuerpo y de la mente y en el estudio del firmamento de los astros. Ahora he recorrido, hasta estas tierras, largos ciclos solares por el desierto en pos de una quimera posiblemente descabellada.
-Todo hombre persigue una ilusión, un espejismo una esperanza que de sentido a su vida- añadió el monje.
-Mi esposa, la reina Amanitore ha leído muchos pergaminos y papiros, y ha escuchado muchos relatos acerca del mundo de los hebreos, cuyo noble Patriarca José dejó una huella en el recuerdo como glorioso gobernador de la tierra de Egipto. Esta gente espera hace siglos la llegada de un Mesías que nacería en la tierra de Judea y conduciría a su nación por el camino del bien supremo, bajo los preceptos de Jehová, sus patriarcas y sus reyes; un reino de paz, amor y perdón que descenderá de la gloría de los justos, para salvar a su pueblo elegido. Pues bien, hace algunos septenarios mientras estudiaba el firmamento, observé una nueva luz, un astro refulgente, que nunca antes había visto, y que portaba una hermosa cola, que se movía y que indicaba un camino a
seguir que conducía a estas tierras. Era la señal de la profecía.
-Nosotros también hemos acudido siguiendo esa huella celeste, en busca del que ha de nacer –añadió Gondofares.
              Naturalmente durante toda la velada y el resto del camino hasta la ciudad de Jerusalén, los tres hombres compartieron sus respectivos conocimientos místicos, que cada vez se iban aproximando más y más entre sí. Recorrieron como una única caravana atravesando el desierto de Judea siguiendo el camino entre el mar salado y el río Jordán, y las montañas que le arropan en su ribera occidental, hasta alcanzar un pequeño pueblito a no muchos estadios de Jerusalén, llamado Belén, aldea de pobres pastores y recolectores. Allí, sobre sus cabezas se detuvo momentáneamente  la estrella, iluminó con un gran fulgor el lugar y desapareció para siempre de sus sorprendidos ojos. Allí les comunicaron que acababa de parir una joven mujer a un varon. La puerta de gastada madera del dornajo protegía a la madre de las vistas de los curiosos que, sin saber porque acudían sin cesar, tendida sobre el  forraje de las bestias, y cuidada por dos mujeres del lugar aliviábase del gran esfuerzo. El padre, un maduro trabajador manual de encallecidas manos, sostenía a la criatura entre sus brazos, envuelto en paños de estameña, de pie, en el rincón donde el ganado, allí guardado, más calor emanaba. Los tres peregrinos hicieron una profunda reverencia a la madre y besaron sus manos. Gondofares (Gastaphar) se desabrochó su capa y arrodillándose junto a la mujer, cubrió su cuerpo con ella. Natakamani (Belshazzar) tomó en sus manos un estuche, de uno de sus servidores que aguardaba tras de él, y abriéndolo untó sus dedos con el bálsamo que contenía y lo extendió en la frente de la madre para aliviar los dolores del parto. Meljhi-Hor (Melchior) observaba con las palmas de sus manos juntas delante de su cara, como era su costumbre, con un rosario de cuentas entre sus dedos.
              Ahora, los tres hombres sabios, se acercaron al padre y descubrieron el lienzo que cubría al niño, cuyo rostro infundía al mirarlo una extraña paz. Un aroma a pasto fresco recién segado invadía la estancia. No había luz alguna en el establo, pero no era necesaria, puesto que una insólita luminiscencia llenaba todo el lugar como si centenares de luciérnagas hubieran invadido el recinto. Meljhi-Hor habló y dijo:
-Bienaventurados seáis porque habéis encarnado un espíritu prodigioso que no os pertenecerá jamás, puesto que será la luz, el bien y la sabiduría que los hombres necesitan para su salvación
-Este niño ha de pasar su infancia en el seno de su familia –añadió el rey guerrero- pero un día, 
cuando despierte en él la pubertad, mandaremos en su busca, porque ha de instruirse en las leyes más elevadas del conocimiento, para poder llevar a cabo la elevada misión que le será revelada. Yo forjare con oro la corona que ha de portar un rey poderoso y justo. En mi reino aprenderá sobre el bien y el mal en los pensamientos, la palabra y los actos, y podrá prepararse para responder por ellos en el último juicio.
-Yo le ilustraré sobre la forma de amar y cuidar el cuerpo y el corazón de los dolientes hombres –dijo el príncipe de color de ébano-, a conocer la naturaleza y los astros y a fabricar la mirra y los ungüentos que han de calmar el padecimiento de los pueblos.
-Junto a mi –terminó el monje- llegará a comprender que para el hombre que se descuida a la materia y el placer mundano, una sola vida no es suficiente para alcanzar la sabiduría, la paz y el bien infinito. Entre el incienso de nuestro monasterio en tan lejanas montañas su espíritu aprenderá a alcanzar el Nirvana de los justos.
              Dicho esto, los tres hombres repitieron un reverente saludo y salieron del pesebre, para lo cual sus escoltas hubieron de hacer un pasillo entre la incontable muchedumbre que aguardaba junto a la puerta, portando todo tipo de regalos para ayudar a aquella pobre familia, y tras una breve despedida marcharon junto con sus séquitos, siguiendo ahora caminos distintos, pero rebosantes de la sabiduría que el germen de aquella aventura hizo brotar en sus corazones, y la promesa de reunirse un día para instruir al “niño de la luz”.
              Es muy poco probable que este cuento corresponda al relato de un suceso verídico, pero que hermoso sería soñarlo en compañía de Melchior, Gastaphar y Belshazzar, o como gustéis de llamarlos.
 
Amigos lectores feliz Navidad, porque lo de próspero año 2013 ya es mucho más dudoso a pesar de los deseos que yo pueda expresar.

jueves, 13 de diciembre de 2012

El 13 de Noviembre de 1986, el presidente estadounidense, presionado por el Congreso de mayoría demócrata elegido el pasado día 4, reconoce sus tratos secretos con Jomeini y la venta de armas a Irán. R. Rigan admite por fin su personal participación en el mayor escándalo de su mandato, conocido por Irangate. El escádalo estalló al conocerse que la administración había facilitado armas a Irán, país enemigo por antonomasia al haber puesto en ridículo a los EEUU con el asalto a su embajada.
 
Del Chi-King, el libro de versos más antiguo de China, extraemos este pensamiento:
"Es inútil enseñar a los monos a trepar a los árboles".
Qué duda cabe que la política es un ejercicio que cultivan una serie, que se nos hace interminable, de individuos que basan su labor en tres parametros respecto a los adversarios y los ciudadanos: la mentira; yo soy muy bueno (tengo razón); tu eres muy malo (no tienes ni idea). Esta norma es, creo yo, internacional, y si no que me desmientan mis lectores extranjeros. Pero los políticos enpañoles, y advertimos en la actualidad que especialmente los del Partido Popular, además se equiparan a sí mismos con el Cid Campeador, con Alejandro Magno o Moctezuma. Estos tíos estan convencidos que, y así se lo ha comentado Rajoy a Carlos Herrera, no tienen por qué dar explicaciones a los ciudadanos, porque estos son un populacho caracterizados por su estupidez, que no merecen respeto y que su gobierno es independiente de los deseos de quienes, desgraciadamente, les han colocado entre brocados y tules. La ralea tribal debe limitarse a votarles cada cuatro años sin derecho a opinión y dejarse gobernar, sin pensar en la veracidad de los programas preelectorales que no tiene por qué obedecer a una realidad que altere la manipulación del mandato que exija el día a día. Los ciudadanos son galeotes, pues que remen. Como prueba de lo que digo consideremos que el iletrado (a pesar de ser letrado) de Gallardón afirma que los jueces, fiscales y abogados madrileños, unidos por primera vez en la historia ante una causa común, protestan porque les ha quitado una paga y un puñado de días para asuntos propios, y de ninguna manera porque esten en desacuerdo con la reforma judicial que está llevando a cabo, y mientras hacía este comentario sonreía sardónicamente. Por otro lado, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, al exigirle que escuche las quejas de los sanitarios afirmó que el pueblo está, en su mayoría, de acuerdo con sus reformas; le dijeron que la mesa encargada de las protestas cuenta con un millón de firmas que se oponen a la misma, a lo que respondió que él ocupa un cargo porque le votaron un millón ochocientos mil madrileños y que cuando se reúnan esa cantidad de firmas comenzará a pensárselo. En primer lugar es mentira su afirmación, ya que la persona votada fue Esperanza Aguirre, quién colocó según su parecer al resto de sus sátrapas; pero aunque fuera cierto, la chulería de estos tipejos, que en su vida han dado un palo al agua ni saben lo que es trabajar de firme y cuya dignidad no se basa en su ocupación ni en sus méritos profesionales, valores que desconocen, solo merece una respuesta, que yo vengo proponiendo hace años: no acudir nadie a las urnas en lo sucesivo. Porque, amigos míos, no sé que tiene la "democracia" cultivada, con a saber que abono, en España y que se nos vende como un producto ecológico, que es capaz de dar cabida a tan ingente cantidad de corrupción, delincuencia, o robo institucional, muy por encima de lo que ocurre en cualquier dictadura, pongamos por caso, en la actualidad, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Sierra Leona, Arabia Saudí, Iran... por comentar algunas vigentes. Porque en estos sistemas políticos autocráticos y absolutistas los que se foprran son el dictador y sus allegados, pero es que desde que España es una "democracia" la corrupción y el delito en las esferas políticas e institucionales alcanzan desde la Casa Real hasta el concejal pedáneo más obtuso del pueblo más insignificante del territorio... iba a decir nacional pero eso ya no existe. Habrá que esperar, pués, a que todos los rufianes matasiete y perdonavidas se hayan guarnecido suficientemente hasta el hartazgo  a costa de nuestros bolsillos, para poder dormir sin tener un ojo abierto. De todas formas, señor Rajoy y pandilla, perdone usted por opinar y quejarme cuando me saca un ojo con la varilla del paraguas. Y, por Dios, queridos lectores, no compren productos catalanes para que se enriquezcan aún más los Pujol, los Mas y toda esa canalla y tengan la bondad de adquirir mi libro "Lágrimás de Arena" que relata la historia y andadura del pueblo hebreo.
Calderón de la Barca, en "La fiera, el rayo y la piedra", en labios de Pigmaleón afirmaba:
"Y es verdad que nada espero,
porque no tiene mi mal
en la esperanza consuelo".
 
Felices sueños.

domingo, 9 de diciembre de 2012

El sátrapa Mausolo, que desde 377 adC. gobierna casi como soberano absoluto la provincia persa de Caria, en Asia Menor, ordena la construcción de un suntuoso monumento funerario destinado a albergar sus restos y los de su hermana y esposa, Artemisia. El Mausoleo de Halicarnaso, llamado así en honor de quien mandó construirlo, sería considerado una de las siete maravillas del mundo. La tumba lleva hasta las últimas consecuencias el estilo inaugurado por el monumento funerario del rey Ciro II de Persia, y era el edificio más destacado de Caria; constaba de dos pisos, estaba construido de marmol y medía 49 m.de altura; fue obra de los arquitectos Piteos y Satiro. En la cúspide de la obra aparecía una cuadriga. La planta baja estaba ornada por tres frisos, el mayor de los cuales tenía 117 m. de largo. El sátrapa Mausolo murió antes de ver completada su obra en 353 adC.


Calderón de la Barca en "Amigo, amante y leal" versificaba:
"Pues soberbia será de todos modos
querer saber tú solo más que todos".
Hoy día medio país celtíbero corresponde a la tierra de los acomplejados y el otro medio al de los aprovechados, y en este zoco que algunos llaman España, donde todo se vende y se compra exhibiendo, para reclamo comercial, carteles tan sugerentes como: "Democracia", "Estado de Derecho", "Patria Chica", "Nación", "Bandera Independentista", "Sindicato", "Partido" o "Secta" que viene a ser lo mismo, "descamisados", "pueblo obrero", "nación católica", "Dios, Patria, Rey",... en fin aquello que bien convenga a cada momento, acuden las gentes con redoblado entusiasmo, urna bajo el brazo en plan mochila, a adquirir los "bienes de equipo" que les son de premiosa necesidad, sin saber para qué sirven ni la calidad de lo que compran porque desconocen su fundamento y utilidad, pero es fundamental montar un belén sin mula, sin buey, sin reyes, sin Virgen, sin pastorcillos, pero con caganet y a ser posible el día de halloween. En resumen que este pueblo diferente precisa madurez y formación (la educación y el conocimiento vienen despues), y algunas precisiones, que forman, indudablemente, parte de la historia nacional, habrá que hacerle para que acierten a digerir las informaciones mediáticas, las graves noticias que se estan produciendo; contemplemos, pues, el desastre de la sanidad: La media España acomplejada a la que pertenecen los empleados públicos de las sanidades, hoy las 17 sanidades, procedentes de la sanidad única estatal, no se atreven a poner delante de sus reivindicaciones la verdad más dolorosa del daño que los distintos gobiernos "democráticos" han infligido a sus trabajadores de este segmento del producto del estado. En realidad, hasta que llegó Felipe a la Moncloa un médico podía trabajar como interino, como contratado (como ahora), como suplente o bien prepararse adecuadamente y presentarse a uno de los dos concursos-oposiciones que se convocaban cada año. Presentábamos ante las autoridades nuestros méritos que podían ser suficientes y aceptados o no y a partir de entonces esperar a la convocatoria de un número determinado de plazas (siempre muchos más examinandos que plazas) a las que accedíamos tras superar tres ejercicios, escrito, oral y práctico, en que seríamos calificados con una nota que habría de superar a la de los demás porque si no te quedabas en la calle a esperar la siguiente oportunidad. Claro está que cada una de las plazas convocadas se refería a un puesto concreto, con una concreta categoría, en una institución concreta, en un horario concreto y en un turno concreto, de modo que si, pasados unos años, deseabas ocupar una plaza de superior categoría o situación más ventajos debías presentarte de nuevo a concurso que se conocía como de acoplamiento o traslado. Esto era común a médicos, catedráticos de universidad y de instituto, notarios, maestros, directores de aeropuertos, directivos y empleados de correos, telefonica y RENFE, fuerzas armadas, forenses, jueces, carabineros, funcionarios de los distintos ministerios, etc. Así las cosas, yo personalmente, y hace 30 años, ostento una plaza en turno de mañana, como adjunto de Traumatología y Cirugía Ortopédica, en jornada completa, en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, trás sucesivos concursos de traslado que me obligaron a recorrer varios centros sucesivamente. Pues, digamos la verdad del problema, resulta que Felipe suspendió todas las convocatorias durante todo su "reinado"; las abrió un poquito Aznar; Zapatero continuó introduciendo, como González, el dedazo en la designación de empleados y, a día de hoy, Rajoy está rematando, a través de toda suerte de ilegalidades, la embestida a todos esos derechos sin que le palpite un músculo facial. Todos los que procedemos de aquellos modos, e insisto que no solamente en la sanidad, ostentamos un nombramiento, no un contrato, sino un nombramiento como titulares de una plaza determinada, que este traidor y cobarde, moviendo las piezas de alguno de sus sátrapas (en este caso el consejero de Sanidad) pretende transformar en contrato laboral privado de un plumazo para hacer depender al profesional de un hospital privado, ponerle el sueldo que le salga de allí mismo, trasladarle al centro que mejor le convenga, en el horario y turno que le dé la gana, y facilitar su despido en caso que no se lleve bien con el director del correspondiente centro hospitalario, pongo por caso. Claro que la maniobra, iniciada por Felipe y seguida por todos sus descendientes, de enhebrar en el cerebro del populacho hispano, descerebrado donde los haya, que los funcionarios y estatutarios somos unos beneficiados, unos aprovechados y los culpables de que España esté como está ha funcionado y sigue funcionando en virtud de dos factorae: de la ignorancia del español y de que, como asentó Diaz Plaja, el pecado capital de los carpetovetónicos es la envidia. Los funcionarios no trabajan y además no tienen más que beneficios agraviantes respecto a los demás trabajadores. Para conocimiento general he de aclarar que los días sueltos de disfrute vacacional que hasta Rajoy podiamos disponer a lo largo del año eran compensaciones que a lo largo de los años nos callaban la boca de las continuadas y sistemáticas congelaciones y bajadas de sueldo que ningún sindicato ha reclamado; ahora nos quitan esos días y las pretéritas actualizaciones de honorarios pasaron a la historia. Por otro lado la paga "extra" de Navidad, que de ningún modo es exclusiva de la función pública pues tabién puede encontrarse en el Corte Inglés, Renfe, la banca en general o Entrecanales y Tavora (ahora no sé si seguirá), junto con la de Julio (o Junio) no es otra cosa que el producto de dividir nuestros emolumentos anuales entre 14 en lugar de hacerlo entre 12 mensualidades; ahora el camándulas de Mariano la retira y lo que está haciendo es bajarnos el sueldo más del 7% más. En definitiva, estos canallas nos insultan, nos colocan a los pies de los caballos (léase la opinión pública) y nos putean y quieren que doblemos la cerviz. A mi al menos solo me quedan meses para jubilarme y pasar a mejor vida, que lo será sin duda porque ya haría falta imaginación para que fuera peor, pero a los médicos jóvenes les espera un futuro patético, porque una ruindad, una bajeza, una indecencia, y un estrago semejante para purga sobre el cuerpo general de empleados públicos solo lo recuerdo en las manos de Stalin, ni Hitler se atrvió a tanto, salvo que fueran judios. Si al menos lo del Cielo fuera verdad.
Saavedra Fajardo opinaba que:
"Más reinos derribó la soberbia que la espada; más príncipes se perdieron por sí mismos que por otros".

Buenas noches, y nada de productos catalanes.

domingo, 2 de diciembre de 2012

El 10 de Diciembre de 1977, el poeta español Vicente Aleixandre, nacido en sevilla el 26 de Abril de 1898, recibe el premio Nobel de literatura. Su en cuentro con Dámaso Alonso, en 1917, le inició en la lectura de los modernistas, linea a la que pertenece su primera obra poética, "Ámbito".
Obras como "Espadas como Labios" señalan, poco después, su ruptura con este movimiento y su ingreso en un movimiento lírico cercano al surrealismo. Durante la Guerra Civil colaboró con la causa republicana y al final de la misma, a causa de una enfermedad renal que lo aquejaba, no pudo marchar al exilio, por lo que se vio convertido, durante bastante tiempo, en un verdadero exiliado interior. Murió en Madrid el 14 de Diciembre de 1984.
 
Emilio Zola, refiriéndose a un hombre profundamente lujurioso, pero que en sus expresiones verbales no lo dejaba traslucir, comentó:
"Era casto en palabras como esos borrachos que jamás hablan del vino aunque lo ingieren de continuo".
Durante la dictadura de Franco no existía libertad de expresión... bueno podías hablar de lo quisieras siempre que, en los temas más comprometidos, tu opinión no contradijera la oficial; si no había opinión oficial sobre el tema (sobre todo política, moral o religiosa) podias decir lo que te viniera en gana, cosas de la dictadura. Ahora Rajoy expulsa a un militar por opinar (en la prensa militar) que Mas hace mal con su imposición independentista porque perjudica a España. Durante el franquismo era conveniente ir a misa y ser adicto, de alguna forma, al "Movimiento" para no ser mal visto; ahora, como confieses que no eres demócrata ni de izquierdas, lo más fácil es que te veas obligado a aislarte o aceptar todo tipo de insultos y chanzas tanto en tu medio laboral como en el resto de tu entorno. La justicia durante la oprobiosa dependía demasiado frecuentemente del criterio del juez en relacción con una legislación restrictiva y encorsetada... ahora, sistemáticamente, los jueces se pasan la legislación por donde les parece para quedar cómodamente oportuno con la política que toca en cada momento; la justicia, como se ve, es mucho más flexible. Con Franco no existía independencia entre los 3 poderes del estado; ahora tampoco. Haciendo abstracción de la guerra civil, Franco condenó a muerte a un buen puñado de personas que contravinieron gravemente la ley establecida; hoy no hacen falta leyes, porque a través de la colza, del GAL, con bombas en vagones del ferrocarril o crispando la desesperación de la gente que acabará incrementando el porcentaje de suicidios, los gobiernos de la "democrácia" en España han provocado más muertes que la anterior dictadura. Entonces ¿que es lo que distingue el modelo de estado franquista de los actuales? pues hace 50 años la mujer estaba atada a su labor hogareña donde, todo sea dicho, era la reina, cuidaba permanentemente de sus hijos, no se los repartía por horas con el padre de los mismos y era respetada incluso por la calle a altas horas de la noche en cualquier capital del país... ahora puede abortar, fumar (antes también) decir tacos en público, enseñar lo que quiera, confesarse homosexual, recibir palizas, usar anticonceptivos a los 16 años, pasar de la autoridad paterna  y vivir de las falsas acusaciones hechas contra su marido para conseguir el divorcio expres rentable. Por aquella época la enseñanza era común a todos los españoles, basada en el imperativo de la formación, la cultura y alguna que otra mentirijilla que con el paso de los años nos la hemos quitado de encima sin complejos; por ejemplo, puede que España no fuera grande ni libre, aunque como no dependíamos de la Comunidad Europea, de fronteras para dentro lo nuestro era nuestro, y a lo mejor tampoco una, si en rigor consideramos la ideal unidad emocional, pero cuando contemplabas la bandera y escuchabas el himno nacional te emocionabas. Naturalmente el estado te imponía su pensamiento... ahora te lo imponen los marxistas, los catalanistas, los asesinos vascos, los maricones, las asesinas abortistas, los ignorantes de la ceja, los del Barsa, los inmigrantes musulmanes o los indignados que viven de indignarse. Con Franco no nos querian en Europa, ahora se cachondean de nosotros en todo el mundo. Los sueldos eran bajos, lo que obligaba a que los padres de familia trabajaran en varios sitios a la vez... ahora no tienen en donde trabajar. Las letras se pagaban a través de un cobrador que acudía a tu casa a entregarte el recibito a cambio de su costo mensual; ahora se hace a través de un banco que te lleva a cabo todas tus gestiones, tarea por la que te retiene en porcentaje, mientras te roba sin pudor lo que puede y cuando quieres darte cuenta eres más pobre que las ratas. Los golfos y sinvergüenzas de ayer, que los había sobre todo entre aquellos que estaban amparados por el poder o el dinero, eran unos aprendices al lado de los de hoy. Los obisposs aquellos te obligaban a besarles el anillo; ahora, como pases por Vascongadas o Cataluña, igual te pegan un tiro. En fin, las prioridades del franquismo eran la religión católica, la moral diseñada por ella y las normas estrictas que aseguraban la estabilidad política... y la cultura, y la alegría (yo hace años que no me rio de nada), la Navidad, la familia, las pagas extraordinarias, los puntos por hijos (que a veces superaban al sueldo), las vacaciones en las Ciudades Residenciales de Educación y Descanso, el cine en sesión contínua, el Don Juan Tenorio por Todos los Santos (evitándose eso de Halloween) y los Reyes Magos (sin adulteraciones como Santa Claus). A día de hoy, nos dice la ministra Fátima Bañez que la prioridad es cumplir con el déficit, claro que a su modo, lo que asume cualquierr atropello a los derechos (recortar los sueldos, algo impensable durante el franquismo, o atentar contra los derechos adquiridos, que eran intocables entonces), cualquier trampa a los ciudadanos (como la mascarada encubierta que prepara la Comunidad de Madrid al convocar 3.500 plazas en sanidad para trabajar a destajo en horario político con un sueldo basura para titulados universitarios), o cualquier pisoteo a la vida y estabilidad de los grupos más débiles e indefensos. Si han sacado la conclusión de que yo echo de menos a Franco están muy equivocados, aquel general y yo no tuvimos nada que ver, y el franquismo solo me interesa como historiador; no me pregunten por qué pero entonces yo era feliz y hoy medio amargado... será copsa de la edad.
Benavente dejó escrito:
"Casi todos los grandes capitalistas y nobles improvisados se hacen muy devotos. Acaso, como los antiguos criminales, sienten la necesidad de acogerse a sagrado".
 
Buenas noches y no compren productos catalanes.