sábado, 22 de diciembre de 2012

Después de constreñir a los bizantinos a una reducida región, los Algarves, Suintila es nombrado rey de los visigodos por la muerte de Recaredo II. Los primeros años de su reinado se caracterizaron por una febril actividad militar que le concentró en el sometimiento de los vascones, a quienes derrotó y obligó a construir el baluarte de Oligito. Al mismo tiempo, para conseguir que los bizantinos abandonasen definitivamente la península. Suintila recurrió no solo a la fuerza de las armas, sino también a la astucia política: aprovechó la circunstancia de que los bizantinos comenzaban a sufrir la presión de los persas en oriente y en la península italiana. Suintila fue el primer monarca visigodo que consiguió imponer su dominio sobre toda la península ibérica, desde Gibraltar a los Pirineos, un ideal perseguido ya por Leovigildo. Para convertir la monarquía en una institución hereditaria asoció al trono a su hijo Ricimero, medida que le valió la oposición del alto clero y de la nobleza. Destronado por Sisenando en 631, en 633 en IV concilio de Toledo lo excomulgó y lo despojó de sus bienes; Suintila fue expulsado de la península y salvó la vida merced a una confesión completa de sus pecados y su renuncia a la dignidad real.
Segismundo, en “La Vida es Sueño” de Calderón de la Barca exclama en la escena VII de la jornada 2ª:
“Harás que de cortés pase a grosero;
Porque la resistencia
Es veneno cruel de mi paciencia”.
¿Quién no ha visto el film dirigido por Carol Reed "El Tercer Hombre", en el que Holly Martins (Joseph Cotten) llega a la Viena de la postguerra (1947) en busca de su amigo Harry Lime (Orson Welles) y se encuentra que es un canalla que trapicheaba y se enriquecía con penicilina adulterada a costa de la salud y la vida de niños y adultos necesitados de este antibiótico descubierto por Fleming en 1929 y comercializada en 1943? Pues la familia Pujol, durante años de latrocinio institucional junto a sus socios políticos, y a saber si socios en algo más, con González y Aznar, adornada de excepcionales virtudes mafiosas que abarcan desde el fraude con obras de arte al negocio sucio inmobiliario, pasando por el del medio ambiente, pueden ser contemplados bajo el mismo objetivo del cambalacheo de la sanidad, asunto, a todas luces de beneficios nada desdeñables en todos los ambientes socio-políticos, si tenemos en cuenta el pulso a muerte que tiene con los profesionales sanitarios el PP allá donde ostenta una pizca de poder. Los políticos populares y sus “accionistas poltroneros” (Asturias) o mediáticos (diario La Gaceta que miente en asuntos sanitarios de manera escandalosa), dan un ejemplo de cinismo y rentable y calumniosa mentira pretendiendo, por ejemplo, que la gestión de la sanidad se encuentra en la situación en la que "la pusieron los distintos gobiernos socialistas" (Cospedal), porque, en lo que concierne a la Comunidad de Madrid, el Partido Popular, es decir Esperanza Aguirre, lleva gobernando desde 2003, hace 9 años, más de dos legislaturas... Cospedal, miente y se beneficia junto a Rato y otros destacados “peperos” de la privatización de centros por participar, presuntamente, en empresas adjudicatarias. Y esta gente cuya ética sugiere la de una almeja y cuya desvergüenza a la del macaco Rhesus, pretende que nos creamos que van a embestir al mamarracho de Mas con el artículo 155 de la Constitución; estos que han acentuado, por ley, la dependencia del poder judicial del ejecutivo, estos que pretenden ahora implicar al Rey, que no está para muchos trotes ya, salvo recomponer su figura antes de que sea depuesto por las fuerzas que exiliaron a su abuelo, más que nada por la foto para la historia, en sus manejos; los mismos que han destruido todo aquello que no tuvo tiempo de destruir Zapatero, los que dejan libres y exonerados a los culpables de la pasada, pero reciente, debacle hispana y nos exigen a los ciudadanos, especialmente a los funcionarios públicos, sacrificios, adefagia, privaciones y esfuerzo de galeotes saltándose toda ley que protege cualquier derecho laboral y profesional con muchos años de vigencia, amparándose en imperativos de protección estatal en tanto que los banqueros (no los empleados de las oficinas a los que la gente quiere linchar sino los que se han forrado con los ahorros de los ciudadanos), empresarios especuladores del ladrillo y la gran multinacional (o gran nacional con frecuencia inexistente), así como políticos se lo llevan crudo con total impunidad. Son los mismos, los del PP, que nos insultan a los funcionarios, y ahora muy especialmente a médicos, mintiendo sobre imaginarios privilegios, y tratando un problema de gravedad inconmensurable con la chulería, prepotencia y jactancia (“ si dimiten120 directores de centros sanitarios, bienvenido sea, ya pondremos otros nuevos”) que solo un resentido dictadorzuelo se permitiría ante un estamento profesional  de alta cualificación universitariacuya meritoria labor lleva más de 30 años sacándoles las castañas del fuego a tanto indeseable, ignorante e incapaz como han sido (y son) los prebostes de la sanidad, tanto ministerial como autonómica. Por simplificar el comentario valga solo la justificación que ha argumentado el consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid para privatizar la mayoría de los hospitales de esta región (principalmente los que nunca debió haber construido Esperanza Aguirre); según este sátrapa le pasa la gestión a empresas privadas (la mayoría que nada tienen que ver con la sanidad) porque ellos no son capaces de gestionar estos centros. Pero el tío sigue en su puesto. Es decir, los políticos del PP en Madrid no son capaces de gestionar los hospitales y no se marchan de sus cargos en sanidad para dejar que otros más espabilados lo hagan ¡no señor! se quedan en sus poltronas (para las que nadie les ha votado, en un sistema electoral de listas cerradas) y se lo largan a empresarios privados a los que, si el centro en cuestión no resulta rentable como negocio, recompensarán con dinero público (como ya han hecho en Játiva) para volver a entregárselo a otros comerciantes... o a los mismos, nuevamente.
El mismo Calderón en “La Vida es Sueño” pone en boca de Rosaura:     
“Lo más que podré decirte
De mí es el dueño que roba
Los trofeos de mi honor,
Los despojos de mi honra”. 
Feliz noche del fin del mundo y enhorabuena a quien haya afortunado la lotería.

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