Después de constreñir a los bizantinos
a una reducida región, los Algarves, Suintila es nombrado rey de los visigodos
por la muerte de Recaredo II. Los primeros años de su reinado se caracterizaron
por una febril actividad militar que le concentró en el sometimiento de los
vascones, a quienes derrotó y obligó a construir el baluarte de Oligito. Al
mismo tiempo, para conseguir que los bizantinos abandonasen definitivamente la
península. Suintila recurrió no solo a la fuerza de las armas, sino también a
la astucia política: aprovechó la circunstancia de que los bizantinos
comenzaban a sufrir la presión de los persas en oriente y en la península
italiana. Suintila fue el primer monarca visigodo que consiguió imponer su
dominio sobre toda la península ibérica, desde Gibraltar a los Pirineos, un
ideal perseguido ya por Leovigildo. Para convertir la monarquía en una
institución hereditaria asoció al trono a su hijo Ricimero, medida que le valió
la oposición del alto clero y de la nobleza. Destronado por Sisenando en 631,
en 633 en IV concilio de Toledo lo excomulgó y lo despojó de sus bienes;
Suintila fue expulsado de la península y salvó la vida merced a una confesión
completa de sus pecados y su renuncia a la dignidad real.
Segismundo, en “La Vida es Sueño” de Calderón de la Barca exclama en la
escena VII de la jornada 2ª:
“Harás que de cortés pase a grosero;
Porque la resistencia
Es veneno cruel de mi paciencia”.
¿Quién no ha visto el film dirigido por Carol Reed "El Tercer
Hombre", en el que Holly Martins (Joseph Cotten) llega a la Viena de la
postguerra (1947) en busca de su amigo Harry Lime (Orson Welles) y se encuentra
que es un canalla que trapicheaba y se enriquecía con penicilina adulterada a
costa de la salud y la vida de niños y adultos necesitados de este antibiótico
descubierto por Fleming en 1929 y comercializada en 1943? Pues la familia
Pujol, durante años de latrocinio institucional junto a sus socios políticos, y
a saber si socios en algo más, con González y Aznar, adornada de excepcionales
virtudes mafiosas que abarcan desde el fraude con obras de arte al negocio
sucio inmobiliario, pasando por el del medio ambiente, pueden ser contemplados
bajo el mismo objetivo del cambalacheo de la sanidad, asunto, a todas luces de
beneficios nada desdeñables en todos los ambientes socio-políticos, si tenemos
en cuenta el pulso a muerte que tiene con los profesionales sanitarios el PP
allá donde ostenta una pizca de poder. Los políticos populares y sus “accionistas
poltroneros” (Asturias) o mediáticos (diario La Gaceta que miente en asuntos
sanitarios de manera escandalosa), dan un ejemplo de cinismo y rentable y
calumniosa mentira pretendiendo, por ejemplo, que la gestión de la sanidad se
encuentra en la situación en la que "la pusieron los distintos gobiernos
socialistas" (Cospedal), porque, en lo que concierne a la Comunidad de
Madrid, el Partido Popular, es decir Esperanza Aguirre, lleva gobernando desde
2003, hace 9 años, más de dos legislaturas... Cospedal, miente y se beneficia
junto a Rato y otros destacados “peperos” de la privatización de centros por
participar, presuntamente, en empresas adjudicatarias. Y esta gente cuya ética
sugiere la de una almeja y cuya desvergüenza a la del macaco Rhesus, pretende
que nos creamos que van a embestir al mamarracho de Mas con el artículo 155 de
la Constitución; estos que han acentuado, por ley, la dependencia del poder
judicial del ejecutivo, estos que pretenden ahora implicar al Rey, que no está
para muchos trotes ya, salvo recomponer su figura antes de que sea depuesto por
las fuerzas que exiliaron a su abuelo, más que nada por la foto para la
historia, en sus manejos; los mismos que han destruido todo aquello que no tuvo
tiempo de destruir Zapatero, los que dejan libres y exonerados a los culpables
de la pasada, pero reciente, debacle hispana y nos exigen a los ciudadanos,
especialmente a los funcionarios públicos, sacrificios, adefagia, privaciones y
esfuerzo de galeotes saltándose toda ley que protege cualquier derecho laboral
y profesional con muchos años de vigencia, amparándose en imperativos de
protección estatal en tanto que los banqueros (no los empleados de las oficinas
a los que la gente quiere linchar sino los que se han forrado con los ahorros
de los ciudadanos), empresarios especuladores del ladrillo y la gran
multinacional (o gran nacional con frecuencia inexistente), así como políticos
se lo llevan crudo con total impunidad. Son los mismos, los del PP, que nos
insultan a los funcionarios, y ahora muy especialmente a médicos, mintiendo
sobre imaginarios privilegios, y tratando un problema de gravedad
inconmensurable con la chulería, prepotencia y jactancia (“ si dimiten120
directores de centros sanitarios, bienvenido sea, ya pondremos otros nuevos”) que
solo un resentido dictadorzuelo se permitiría ante un estamento profesional de alta cualificación universitariacuya
meritoria labor lleva más de 30 años sacándoles las castañas del fuego a tanto
indeseable, ignorante e incapaz como han sido (y son) los prebostes de la
sanidad, tanto ministerial como autonómica. Por simplificar el comentario valga
solo la justificación que ha argumentado el consejero de sanidad de la
Comunidad de Madrid para privatizar la mayoría de los hospitales de esta región
(principalmente los que nunca debió haber construido Esperanza Aguirre); según
este sátrapa le pasa la gestión a empresas privadas (la mayoría que nada tienen
que ver con la sanidad) porque ellos no son capaces de gestionar estos centros.
Pero el tío sigue en su puesto. Es decir, los políticos del PP en Madrid no son
capaces de gestionar los hospitales y no se marchan de sus cargos en sanidad
para dejar que otros más espabilados lo hagan ¡no señor! se quedan en sus
poltronas (para las que nadie les ha votado, en un sistema electoral de listas
cerradas) y se lo largan a empresarios privados a los que, si el centro en
cuestión no resulta rentable como negocio, recompensarán con dinero público
(como ya han hecho en Játiva) para volver a entregárselo a otros
comerciantes... o a los mismos, nuevamente.
El mismo Calderón en “La Vida es Sueño” pone en boca de Rosaura:
“Lo más que podré decirte
De mí es el dueño que roba
Los trofeos de mi honor,
Los despojos de mi honra”.
Feliz noche del fin del mundo y enhorabuena a quien haya afortunado la
lotería.
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