miércoles, 21 de julio de 2010

¿Que os parece la República golpista, asesina, desconcertada, ignorante, populista, inútil, que tanto se pondera en nuestros días? ¿Porque será? ¿Porque será que, desde que murió Franco, la izquierda socialista ha cometido todos los delitos que yo conozco, excepto, que yo sepa la violación?... El robo, el asesinato (GAL), el nepotismo, la prevaricación, la estafa (bueno esto es tradicional en España), el soborno, el secuestro, el cohecho (esto también ha perdido caché hoy día), el uso fraudulento de información reservada en su beneficio, el saqueo de bienes públicos, la corrupción en todas sus formas, implicando a las fuerzas del orden, a la justicia y a cualquier empleado público o privado (los sindicatos no sé como clasificarlos) agradecido, en fin... Y ¿porque será ese interés por pintar a la estúpida derecha actual como peligrosos fascistas? ¿Que se traen entre manos?
Bueno sigamos a lo nuestro, a la Segunda República y sus golpes de estado.
Habíamos quedado en el intento de golpe de estado de la izquierda contra la derecha de Gil Robles y Lerroux vencedora en las elecciones el 19 de Noviembre de 1933. Fracasado el golpe, y sin desaliento, toda la izquierda se une en el Frente Popular, siguiendo el dictamen del VII Congreso de la Internacional Comunista.
En Asturias, en Octubre de 1934 se produce un levantamiento anarquista en Asturias, reprimida despiadadamente por el ejercito republicano (otro golpe). Más huelgas, revueltas, asesinatos, disturbios...
Nuevas elecciones en Febrero de 1936 que gana el Frente Popular. Todavía más caos y, sobre todo, enfrentamientos entre izquierda y derecha: El teniente Castillo perteneciente a las milicias de las juventudes Socialistas, mata de un tiro a un primo de José Antonio Primo de Rivera y hiere a un estudiante de Medicina carlista. Se siguen asaltando y quemando iglesias, así como periódicos de derechas y domicilios particulares y edificios y locales de derechas (le suena al lector esto en cuanto a las sedes del PP, despues de haber ganado las elecciones trepando sobre los cuerpos de 192 cadáveres). La violencia callejera está descontrolada por completo. Continúan los asesinatos.
El 12 de Julio de 1936 es asesinado el teniente Castillo; al día siguiente las fuerzas de seguridad, al servicio del gobierno (como hoy) asesinan al diputado José Calvo Sotelo, líder de la oposición, tras haber sido amenazado en una sesión del congreso.
El 18 de Julio de 1936, se produce un nuevo golpe de estado. Uno más, llevado a cabo por los generales Mola y Franco. Un pronunciamiento más...¿O no?

Hoy, como médico, estoy muy satisfecho por los esfuerzos realizados por la ministra se Sanidad para controlar la obesidad, ya que a la buena señora el tocino la rebosa sin compasión. Debe atiborrarse de chuches.
Por otro lado ¡El Gobierno Socialista privatizando el control aéreo! Los mismos que critican las privatizaciones sanitarias en la Comunidad de Madrid. ¿Se estarán volviendo fachas?

Voy a faltar una semana por una cortitas vacaciones. Aconsejo a los lectores que relean todos estos artículos y mediten sobre ellos.
De modo que el 12 de Abril de 1931 se produjeron simultáneamente 3 golpes de estado, con el propósito de cambiar, no solo el gobierno (como el 11-M), sino el régimen (como hoy día andan dándole vueltas).
Uno de ellos lo inspiraron y lo fomentaron los intelectuales más notables de la época, los que a los pocos días, horrorizados del monstruo que habían parido, salieron pitando de España murmurando "no es esto, no es esto...". A la vez se produjo un golpe militar del ejército (y la Guardia Civil) que había jurado servir a la bandera y al rey, y que arrastrados por Sanjurjo (que algo más de un año despues intentó dar un golpe de estado, el muy cabrón, que moriría en el 36 "casualmente" en accidente de aviación) renunciaron, incluso a protegerle al rey en el camino del exilio, negándose a garantizar su seguridad (por lo que les estuvo muy bien que lo primero que hizo Azaña, fuera cerrar la mayoría de las academias militares). Por último, se produjo un golpe de estado de las fuerzas de izquierdas cuyo propósito, ni siquiera era el bien de una España republicana, sino, manejados y dirigidos desde la URSS, pretenden desatar una revolución bolchevique al estilo soviético, o, aún más, anarquista. Así nació la Segunda República.
El gobierno republicano, que había comprobado el fracaso de la política de Primo de Rivera cuando inició las reformas potenciando infraestructuras, y dada la agitación popular del momento, prefirieron empezar por las reformas "sociales", (es decir carne de circo a la plebe) la Constitución liberal, la enseñanza, la reforma agraria, entregando al campesinado las tierras de la Iglesia y de los burgueses terratenientes, es decir ideas demagógicas y populistas, que no se comían. Además es que era imposible comenzar por otro sitio ya que los ferrocarriles, la telefonía, la industria eléctrica y los transportes, por ejemplo, estaban en manos de capital extranjero, capital ansioso de crear capital, pues nos encontramos bajo los efectos de las secuelas de la Gran Depresión, además de que el capital europeo o americano no se fiaban un pelo de una España que había caído en manos de una izquierda revanchista, revolucionaria y socialista; una España en desorden y caos completo.
El mundo dio la espalda a la Segunda República.De modo que el incendió de iglesias, los asaltos de las fincas, los asesinatos, las purgas y, sobre todo, la política populista (escucha José Luis) no solo no sirvieron de nada sino que resultaron desfavorables en todos los campos. La fuerza y el poder otorgado al mundo de la agitación, el independentismo y los radicales (escucha Rodriguez) se acabó volviendo contra sus intereses.
La República nació fracasada e imposible y la guerra civil había comenzado ya aquel Abril de 1931.De todas formas, en los cinco años que duró aquel despropósito de promesas incumplidas y patético espectáculo ante el mundo, no podía ser más inoportuno, pues Europa se debatía entre dos tendencias políticas radicales: el Comunismo y el Fascismo-Nazismo, y, o pertenecías a una familia o a la otra, no había alternativa. Y las noticias que llegaban a España de los hechos de los unos y los otros, provocaron el pánico entre los ciudadanos españoles, que temieron un gobierno radical de izquierdas, unos (con mayor razón tras comprobar las bestialidades de que eran capaces) y la reacción ultraderechista, los otros (sobre todo tras la fundación de la Falange, en Octubre del 33, por el hijo del general Primo de Rivera).
Así las cosas, los políticos se desentendieron de gobernar y se dedicaron a asegurar su posición. Fueron cinco años de pronunciamientos varios, de todos los colores, motines huelgas, y sangrientas represiones, no de media España contra la otra media (eso es un bulo que siempre les ha funcionado a unos y otros) sino, incluso de las izquierdas contra la república (huelga de la telefónica a los 3 meses de la proclamación) y los republicanos contra la república.
La Segunda República comenzó siendo una cruzada de la izquierda, y terminó siendo una cruzada de la derecha. Las figuras que tanto se han ponderado despues, en realidad eran mala gente; así, los dos presidentes de la república que se alternaron en el poder yo los califico: a Azaña como un canalla y un criminal, al que, cuando le pidieron que sacara a la calle a las fuerzas de seguridad para impedir el saqueo e incendio de los templos, respondió que todas las iglesias y conventos de Madrid no valían lo que la vida de un solo republicano... Y Alcalá Zamora un traidor y un acojonado inmoral.
Curiosamente en un estado de "libertad de opinión" se decreta, por ley, la prohibición de difamar públicamente el nuevo régimen... Curiosamente el cardenal Herrera Oria manifiesta las virtudes de avanzado evolucionismo occidental de la república española... Y curiosamente las fuerzas de la república masacran a los sediciosos de izquierda radical que protestaban, y que habían sido sus aliados en un principio, como en Casas Viejas o Castilblanco.
Otro intento de golpe de estado (que de eso va esta secuencia histórica) fue el de la izquierda revolucionaria, tras ganar las elecciones la derecha de Gil Robles en Noviembre de 1933. En fin, más golpes, pronunciamientos, revueltas, motines... más de lo mismo en relación con el siglo XIX. Pero algunas cosas habían cambiado. El mundo había cambiado. Europa había cambiado y para mal.
Bueno, mañana seguimos.

domingo, 18 de julio de 2010

Desde el desastre de 1898, con la pérdida de las colonias, y lo que económicamente representaba para el país y para la burguesía industrial, principalmente la catalana, es decir la masonería, esta región no dejó en ningún momento de echar leña a un fuego que amenazaba con abrasar la monarquía española desde antes de comenzar el reinado de Alfonso XIII.
Si a eso añadimos la misérrima situación social, la ausencia de una industria mínimamente competitiva, el azote marxista leninista, y la guerra de Marruecos, la nación caminaba hacia una guerra civil indefectiblemente.
Y sería la desastrosa campaña del Rif, trufada de desatinos, penosas acciones militares y traiciones, lo que condujo a una situación tan inestable y tambaleante de Alfonso XIII, que no tuvo más remedio que aceptar un golpe de estado del general de Cataluña Miguel Primo de Rivera, en 1923, aunque se mantenía la figura del monarca. ¡Otro golpe de estado!
Primo de Rivera, en primer lugar resolvió el conflicto de Marruecos, en 1925, que, a pesar de todo, no dejó satisfecho a nadie, pues la alegría del fin del conflicto, que había durado un cuarto de siglo, quedaba ensombrecida por las gravísimas secuelas que había arrastrado en vidas y capital.
Ahora D. Miguel tenía que elegir el camino de reconstrucción, y eligió bien desde el punto de vista económico, pero mal desde el punto de vista político y social. Consideró primario la construcción de infraestructuras, carreteras, ferrocarriles, pantanos, industria... Y posiblemente ese fuera el camino, pero cuyos beneficios llegarían al pueblo, cuando menos a medio plazo, y la miseria no permitía ni un día de plazo, algo que les venía de perilla a la presión de izquierdas, tanto sindical como partidista. A ello habría que añadir la oposición a Primo de gran parte del ejército y del mundo intelectual, lo que condujo al rey a destituir al golpista.
Ahora, Alfonso XIII se había quedado solo, y los errores que cometió a partir de este momento acabarían con su reinado. Al rey, todo el mundo le acusaba de todo, y su acción no podía ser más errática. Se produjeron varios pronunciamientos militares, que no llegaron a prosperar, y la aristocracia y la derecha tradicionalista le abandonó, acusándole de no detener las pretensiones populares, cada vez más "impertinentes".
En definitiva, que el 12 de Abril de 1931 se celebraban elecciones municipales, para nombrar alcaldes y concejales en toda España. Para presentarse a los comicios se asociaron todos los partidos republicanos (hoy día no figuran, como tal, en nuestro espectro político).
En el cómputo general triunfaron los partidos conservadores y monárquicos, pero en las capitales resultaron más votados los partidos republicanos (debido a que los tradicionalistas y la aristocracia, quisieron "castigar" al rey sin presentarse a votar).
En realidad, aquí debía haberse quedado la cosa, en el nombramiento de los distintos concejos, que es para lo que se había votado, pero la acción política de las izquierdas, los republicanos y un buen grupo de intelectuales, sobre todo estos, le dieron a estas elecciones carácter de plebiscito, que no habían ganado, por cierto, y dieron UN GOLPE MILITAR más, declarando instituida la Segunda República. ( Ahora Zapatero quiere dar, igualmente, carácter plebiscitario al hecho de que algunos catalanes, sin contar con el resto de la nación, votaran a favor de un estatuto independentista, para darlo por bueno, saltándose todas las legislaciones que sean necesarias, a pesar de tener controlados todos los altos tribunales de la nación).
Concretamente los intelectuales que impulsaron aquel Golpe de Estado, de la categoría de Ortega, Marañón, Pérez de Ayala, Romanones y muchos otros eminentes cerebros, se habían dejado llevar, parece mentira, de su ansiedad republicana, sin pensar con que país estaban tratando y cual era la situación de agitación revolucionaria y los intereses reales que abrigaba; y eso sin contar con la poderosa acción de la masonería que tan bien supo manejar López Malo.
Y aquí, en este Golpe de Estado de 1931 comenzó la guerra civil. Sí, en 1931, y no en 1936

sábado, 17 de julio de 2010

Y ya hemos pasado, como quien no quiere la cosa, al dominio del proceloso siglo XX, que comienza, prácticamente, con el reinado de Alfonso XIII, hijo póstumo de Alfonso XII, quien toma las riendas de la corona en 1902.
Alfonso XIII era un hombre bueno y culto, pero, a lo largo de su reinado cometió las suficientes torpezas para que su permanencia en el trono llegara a resultar imposible. Sufrió una situación parecida a la de Amadeo I, en cierto modo, sobre todo al final de su regencia. El entusiasmo que desató al principio se acabó convirtiendo en el abandono de las clases sociales que le habían apoyado, y el frontal y agresivo ataque de otras que respiraban vientos revolucionarios socialistas, comunistas y anarquistas, que llegaban de Europa, con ansias de sangre y latrocinio, en un continente que, en un alto porcentaje, se moría de hambre, de miseria y de ignorancia. y en España esto era patético.
La pregunta era ¿Que son lo primero a resolver, la situación social, el comercio exterior, o las infraestructuras. Lo primero era, no difícil, sino imposible, cuando hacía pocos años que los americanos nos habían robado una insustituible fuente de ingresos, y a cambio gran parte de la juventud se había dejado la vida en la defensa de aquellas provincias lejanas.
Por otro lado, España carecía de industria; seguía siendo un país rural, agrícola y ganadero. Pero para levantar una industria competitiva, sobre todo despues de la Primera Guerra Mundial, oportunidad única de exportación hacia una Europa desangrada, era necesario actualizar las muy escasas comunicaciones ferroviarias y viales. ¿Por donde empezar?
Mientras tanto la aristocracia y la burguesía, ignorante de los acontecimientos ocurridos en Rusia, no aceptaban la más mínima colaboración, ni carga impositiva. Vivían de espaldas a una realidad que les acabaría devorando.
Las revueltas, más o menos importantes, de los primeros años del reinado de Alfonso XIII, eran constantes, en virtud de exigencias, en muchos casos perentorias y en otros políticas; y los masones empujando. Pero además el levantamiento de la provincia de Marruecos, (otro alzamiento más a contabilizar) que había quedado dormida, pero no resuelta, obligó a desviar finanzas y personas a morir en las tierras desérticas del norte de África, y ello de manera torpemente injusta en perjuicio de las clases más humildes que no poseían los avales económicos suficientes para librarse del sservicio de armas. Los jóvenes de los humildes, tan necesarios para el trabajo en el campo, eran quienes cayeron como moscas en tierramarroquíes. ¡Que gran error!
Ello sería el detonante de la Semana Trágica de Barcelona, en 1909, en que, con el pretexto de la Guerra de Marruecos, comenzaron los asaltos y quema de iglesias y conventos, incitados por anarquistas y socialistas que condujo a un estado de guerra, intervención del ejército, enviado por el gobierno de Maura, represión, asesinatos, fusilamientos...En fin lo de siempre.
Claramente la situación no había mejorado en relación con el siglo anterior; si acaso había empeorado, pues los intereses revolucionarios de izquierdas, seguían la consigna de impedir en Europa la gobernabilidad de las naciones para imponer en ellos, por la fuerza, la implantación de estados comunistas.

miércoles, 14 de julio de 2010

En fin que si creíamos que los episodios revolucionarios del siglo XIX habían acabado, estábamos muy equivocados, porque el levantamiento cubano de Octubre de 1868, había abierto heridas que, ni mucho menos, habían quedado cerradas. Muy al contrario, el pueblo cubano esperaba la revancha con ansiedad, a pesar de los intentos de los gabinetes de Cánovas y Sagasta para dulcificar la situación de esclavitud y aparhteid, a que los sucesivos monarcas y gobiernos españoles habían sometido a la población indígena durante siglos, en beneficio, durante los últimos decenios, de la burguesía industrial.
Pero para reavivar las ascuas, e iniciar una nueva gran hoguera hacía falta un líder, un mesías, y él llegó en la persona de José Martí, quien, apoyado por los EEUU (que ya lo habían intentado anteriormente, sobre todo los estados del sur), inició la revuelta con la invasión desde Haití de un contingente guerrillero, que desembarcó en el este de la isla, reclutado en Costa Rica y la República Dominicana.
Martí murió nada más comenzar el conflicto, pero la mecha estaba prendida. Los combates se producían con una gran mortandad, sobre todo en el centro de la isla, ante la mirada de buitre de las potencias mundiales, sobre todo de los americanos, los cuales decidieron dar fin al conflicto, hundiendo su propio acorazado Maine, anclado en la bahía de la Habana y culpando a los españoles del "atentado". De la agitación social en los EEUU, contra España, se encargaría la prensa amarilla, y el cóctel estaba servido.
Los yanquis, herederos del espíritu corsario, tan característico de los británicos (siguen siéndolo ambos) declararon la guerra a España, destrozando la armada de la bandera roja y gualda y forzando la rendición española en 1898, y ya que habían empezado el melón, también se quedaron con Puerto Rico y Filipinas. El robo a la, ya, pobre España, ya estaba consumado.
Los muertos en las campañas contra los lugareños y los americanos, que desnudaron a España, exhibiendo ante el mundo y, sobre todo, ante sus propios hijos sus miserias y precariedades, dio lugar a una amarga generación de literatos, que fue conocida como la Generación del 98, crisol de una de las generaciones intelectuales más relevantes de los últimos tres siglos. Y con este grito de dolor de la cultura, la ciencia y el pensamiento hispano patriótico, que nunca ha vuelto a repetirse, dio fin el ajetreado siglo XIX, durante el cual tuvieron lugar más de 40 golpes de estado ¿Y todavía alguien se escandaliza por lo sucedido el 23 F?
Pues esto no ha terminado, vamos a seguir hablando del siglo XX, el siglo de las mentiras y los crímenes de estado, algo que el XXI ha heredado sin pausa ni rubor.

Y ya que todo el mundo está enardecido de orgullo patrio, y los progres capitalistas apuntándose el triunfo, por la victoria de la Selección Española en los mundiales de fútbol, llevados a cabo, con todo tipo de fausto, en un país africano donde los que no tienen para comer multiplican por diez (al menos) a los que comen tres veces al día, creo digno de anotar que con lo que está cayendo, y lo que queda por caer, todavía existen un montón de millones de españolitos, que Dios guarde con el corazón helado, que confiesan votar a Zapatero, y un montón de millones más que se encuentran dispuestos a votar, a quien sea, como "un mal menor", que hace falta ser imbécil, en un reino sin rey y en el que el estado de derecho está siendo pisoteado, diariamente, por todas las instituciones, grupos criminales (los sindicatos, por ejemplo) o individuos sin conciencia, que han convencido a la masa, que la democracia consiste en meter un papel en una arqueta cada 4 años y ya...
Debo insistir en una idea que ya expuse hace tiempo: En tanto el político que se presenta a las elecciones no firme un "consentimiento informado" como los médicos antes de la cirugía, de compromiso de resultados sobre el programa prometido, aceptando responsabilidades penales en caso contrario, y hasta que el ciudadano se vea obligado a votar a un programa y tragar con la lista de candidatos que le enjareten, sin conocer a nadie, en lugar de listas abiertas, nadie debería acercarse a una urna.
La democracia es únicamente un sistema de elección de representantes, y nada más. Pero este sistema de elección sin estado de derecho, al ciudadano, no solo es que no le sirve para nada, sino que es peligroso, por tratarse de un cheque en blanco para los sátrapas.

Por cierto, no había oído y leído tantas necedades, majaderías, cretinismos y afirmaciones malintencionadas, por unidad de tiempo, que estos días en relación con el estatuto catalán (que no de Cataluña), y la sentencia del Constitucional del Gobierno "masón socialista". Memeces cretinistas como las de González afirmando que el alto tribunal podía haber evitado ofender a nadie, (Este, desde que se le ha disparado el espermiograma con la novia, ha perdido las pocas sinapsis que le quedaban despues de haberlas agotado para el mal) o que el famoso estatuto, que nadie ha leído, y menos José Luis, fue refrendado por los ciudadanos. ¿Que ciudadanos? Yo no he refrendado nada. O lo del derecho de los catalanes a decidir. Los catalanes, los homosexuales, las mujeres, o los controladores, por ejemplo, no tienen derechos. El derecho existe, (nunca dejaré de insistir) se aplica a las personas y no a las comunidades. Algún gilipollas ha dicho que no se pueden juzgar los sentimientos...Yo sí; vosotros no tenéis más sentimientos que la pela y la poltrona, que no es poco. Y la de la Vega reconoce en un escrito poseer una delicada sensibilidad...Y así todos
¿Y Vds. van a votar a esta chusma? ¿O al que se marchó del parlamento a meditar al Tibet, mientras rezaba el conxiuro en una queimada, agotado por el esfuerzo intelectual realizado? ¿Allá ustedes? En 2012 hablaremos.

domingo, 11 de julio de 2010

Hemos comentado dos "guerras civiles" dos revoluciones en la España de finales del siglo XIX, la primera de Cuba y la primera de África, puesto que estos dos territorios eran España igualmente en aquella época. Habíamos entronizado, también, al hijo de Isabel II, Alfonso XII, que la historia conoce como "El Pacificador", y que yo adjetivaría como un neurótico mal educado (como su madre), que reinó desde el pronunciamiento de Martínez Campos en 1875, hasta su muerte por tuberculosis en 1885, 10 años que se quedaron en nada, porque gobernar, lo que se dice gobernar, gobernó 4 o 5. En realidad lo peor del reinado del final del siglo, se lo comió, a su muerte, la regente, su segunda esposa Mª Cristina de Augsburgo, por cierto una gran señora, a la que Alfonso amargó la existencia, con su desprecio, el tiempo que vivieron juntos.
Y sería justo al año siguiente de su muerte, cuando el General Villacampa, tiene la ocurrencia de pronunciarse, en 1886, con la intención de proclamar una república, en vista del éxito obtenido por la Primera República española.
Ya 3 años antes Ruiz Zorrilla había intentado lo mismo tímidamente, y con un pie en Francia, por si las moscas, fracasando en su tentativa debido a la falta de entusiasmo demostrado por las fuerzas convocadas. Villacampa habíase matriculado en el partido republicano de Zorrilla y ensayó una nueva cruzada republicana, pero, nuevamente las tropas desertaron cuando se dirigía hacia Alcalá de Henares.
El general salió por pies, pero fue apresado y condenado a muerte por alta traición. Sería el presidente del gobierno Sagasta, quien le indultaría. En resumen que el acontecimiento, que cobardemente había aprovechado la muerte del rey y creía provechosa la debilidad de la regente, para dar un golpe de estado y provocar un cambio régimen, se remató con la caida del gobierno de Sagasta.
¿Han contado los lectores el número de golpes de estado, revueltas y confrontaciones civiles que hemos comentado hasta la fecha? Pues háganlo, háganlo, y comprobaran dos cosas: primero que esta costumbre forma parte de la tradición política de nuestra nación (la española, claro), y en segundo lugar que lo ocurrido en el recientemente concluido siglo XX, no es más que la continuación del frangollo ibérico.
Y todavía nos queda la gran Guerra de Cuba, con la pérdida de todas nuestras posesiones de ultramar, antes de rematar con agónica tristeza un siglo que dejará en la memoria de nuestra tierra, de aquellos que les preocupa la verdadera memoria histórica, la semilla que germinará en los dramas desatados en el siguiente siglo... y los que vivimos en la actualidad, y los que nos quedan por sufrir en un inmediato tiempo.

Que digo yo que ¿Porque no les damos la independencia a los catalanes de una puñetera vez? Eso sí despues de echar de sus poltronas a Zapatero y a Rajoy, y aplicarles la ley de fuga, porque si no, nos incluyen a todos en la "nación catalana". Y una vez conseguido esto, podemos empezar a hablar de lo que verdaderamente nos preocupa a los españoles (que no es "la roja").
Esto, dejando claro que no existe el derecho de las comunidades ni de los pueblos, en casi ningúna legislación del mundo occidental; desde luego no en la española. Existe el derecho de las personas individualmente. El rollo este de los derechos de los catalanes, de los homosexuales, de las mujeres, o de las comunidades de propietarios, por decir algunos, es una de las muchas imbecilidades que han puesto de moda los oportunistas y la progresía, basándose en una cagada más de las Naciones Unidas, que no sabía como desenredar el ovillo que había creado, siempre con la intervención del Reino Unido, para ordenar de forma inteligible y "civilizada" el follón que se había provocado en tierras de África, Sudamérica y Asia, tras las guerras mundiales, con las fronteras de países que formaron parte de imperios europeos como protectorados o así.
La ONU, en 1966 emitió un arbitraje de compromiso para aquellos pueblos muertos de hambre (y que se siguen muriendo de hambre, además de matarse a machetazos entre sus distintas etnias) en 1966, y al que se han agarrado todos los tradicionales nacionalistas, y los que no eran tradicionales, para dar por saco a los ciudadanos de la nación que les da de comer.
Pero, insisto, por favor, que se vayan a hacer puñetas los catalanes, de una puñetera vez, y vamos a ocuparnos, si no de vivir, de sobrevivir en esta destrozada España.
En cuanto a Vascongadas, y otras Comunidades terroristas, y teniendo en cuenta el articulo 145 de la Constitución en vigor, que impide un estado federal, deberá aplicarse el articulo 155, para que, o entren en razón, o respeten, sin más, y por las bravas, las leyes vigentes. He dicho.

miércoles, 7 de julio de 2010

Pero amigos míos, nos hemos dejado atrás dos episodios revolucionarios de gran fuste, que vamos a recuperar.Hoy toca hablar de la Primera Guerra de Marruecos, guerra civil, igualmente, puesto que Marruecos también era España.
El conflicto tuvo lugar durante el reinado de Isabel II, entre los años 1859 y 60, aunque los moros venían dando por saco desde hacía bastantes años, acosando a las ciudades y destacamentos españoles, como es su estilo de guerra de guerrillas: ataco, mato a media docena y me marcho antes de que puedan reaccionar.
De modo que, en Agosto de 1859, tras un ataque de los muslimes a un desprevenido fuerte español, al general O´donell, comisionado por el Congreso y de los vecinos en África, los gobiernos Francés y Británico, se le autorizó a declarar la guerra al sultán de Marruecos.
Es curioso comprobar que en Vascongadas y Cataluña se produjo una efervescencia patriótica, que llevó a los jóvenes de estas provincias, y principalmente entre los carlistas, a alistarse voluntarias en las fuerzas combatientes, hacia "la Guerra de África". Estos catalanes están como cabras.
Habría de ser el General Prim quien mandara las tropas de reserva de la expedición y quien fuera considerado un héroe por la campaña marroquí.
La guerra comenzó el 17 de Diciembre de 1859 tomando Tetuán y Tánger, y concluyó con la victoria española el 26 de Abril del año siguiente. El número de tropas expedicionarias españolas se acercaba a las cincuenta mil. España conseguiría ampliar el territorio norteafricano que gobernaba, y la convicción, ya demostrará la historia que erróneamente, de que estos moros no tenían media bofetada.

En segundo lugar, en Octubre de 1868, la Cuba española se levanta en armas contra el gobierno español exigiendo la independencia de la isla; el conflicto duraría 10 años.
La verdad es que, si la sensibilidad del Gobierno Provisional, y sus antecesores, hubiera manifestado una mayor apertura y cercanía hacia los nativos cubanos, a los que se trataba como esclavos, o, en el caso más favorable, no se consentía ejercer cargos públicos, expresarse en libertad o tener acceso al comercio de los productos de la isla, principalmente la caña de azúcar, quizá se hubiera evitado la sangrienta revuelta.
Lo cierto es que, muy al contrario, España aumentó la diferencia de clases y la colonia de españoles emigrantes, tanto civiles como militares, para incrementar la presión y control sobre el nativo.
Despues de 10 interminables años de combates y miles de muertos por ambas partes (en el bando español, gran parte de ellos debido a enfermedades tropicales para las que no existía defensa), finalmente se llegó a un convenio de compromiso, conocido como la paz de Zanjón, que no resolvía nada y que solo aplazó la guerra unos años, para volver a reanudarse con mayor virulencia en 1895, con la decisiva intervención de los EEUU que, como notables descendientes de los bucaneros ingleses, dieron medida de la valía imperialista de la canalla yanqui.

La masacre de inocentes para fines políticos, las amenazas e insultos y los ataques a las sedes del partido adversario, ya es moneda habitual en este país de la progresía rampante (no sé por qué me ha venido a la memoria la "Noche de los Cristales Rotos" de la Alemania de Hitler). Ahora observamos que insisten en los "paseillos", que ya empezaron hace meses, por parte de la policía del gobierno, sacando a la gente poco menos que a rastras de sus casas, sin orden judicial, de momento para que salga en la prensa el detenido, que si pertenece al rival del partido socialista, nunca será presunto. Al menos, hasta el momento sobreviven al paseillo, probablemente porque nunca les ha interrogado un policía miembro del SUP.
Dentro de poco comenzarán la quema de iglesias y conventos (con el Valle de los Caidos ya están en ello), la misteriosa desaparición de los ciudadanos incómodos y la muerte de representantes políticos en las tapias de los cementerios, o en las cárceles por parte de la checa.
Si hay algo peor que la represión que caracteriza al marxismo leninista, o al nacional socialismo, es un estado de socialismo capitalista y además masón.
Y pensar que mi abuelo, fallecido hace muchos años, un hombre culto y sensato, me advirtió sobre esta chusma y le contradije de forma desdeñosa llamándole carca obsesionado por la Guerra Civil. ¡Pobre de mi abuelo! ¡Que visión más preclara! Y sobre todo ¡Pobre de mí!

Queridos lectores, pues no vamos a tener más remedio que hablar de la Tercera Guerra Carlista, que comenzó en 1872 y concluyó en el 76. La arremetida del pretendiente a la corona, "Carlos VII", recorrió los periodos comprendidos por el reinado de Amadeo I, la Primera República, y el comienzo del reinado de Alfonso XII.
Así como la Segunda Guerra Carlista, estuvo resumida, casi a Cataluña, en este tercera edición la mayor parte de la revuelta ocupó el territorio vasco-navarro, sin excluir territorios catalanes y de Castilla la Nueva.
El pretexto para iniciar esta revuelta sería la reclamación de los fueros que habían sido abolidos por Felipe V, como represalia a las provincias que se habían puesto de parte de su oponente, y perdieron la Guerra Civil de Sucesión. Pero ya, en esta ocasión el general carlista Cabrera, una autoridad en las fuerzas revoltosas, había dimitido de su cargo retirándose de toda actividad guerrillera; ello restó eficacia a las acciones militares de los portadores de la boina roja.
No obstante no hay que negar intrepidez a los carlistas que, por ejemplo, llegaron a tomar Olot, en tierras catalanas (hasta Noviembre de 1875 en que en Cataluña se acabaron las bromas), o incluso la ciudad de Cuenca, pero, a pesar de todo, su trayectoria militar iba de derrota en derrota.
Para acabar de arreglar la falta de apoyo popular, cuando se produjo el golpe de estado del General Martínez Campos, que acabó de darle la puntilla a la República, declarando rey de España al hijo de Isabel II, muchos monárquicos abandonaron el bando carlista para unirse al nuevo partido alfonsino (principalmente la Iglesia y la aristocracia). Es más, el mismo Cabrera se declaró, oficialmente, partidario de Alfonso XII. La suerte estaba echada, pues cuando el nuevo rey de España, el maleducado Alfonso XII, entraba en territorio español por Navarra, el 28 de Febrero de 1876, el ejército nacional expulsaba al presunto Carlos VII y los restos de sus guerrilleros, allende los Pirineos. De esta manera acababan las Guerras Carlistas, aunque el espíritu que las inspiró, nunca se ha abandonado en el territorio vasco-navarro.

Lo siento, no puedo evitar comentar una noticia que divulga la prensa hoy, informando que el gobierno de España afirma que el 50% del capital de las cajas de ahorros se pondrá en manos de inversores privados. ¡No me lo puedo creer! ¿pero no acusaba la progresía roja madrileña, a gritos por las calles, a Esperanza Aguirre de privatizar la sanidad madrileña? Algo que a los pijos sociatas les desquiciaba los nervios. Lo que es la vida.
¡Ah! Tambien nos alecciona el mismo gobierno que integran estadistas de la talla intelectual de Bibiana Aido, que el Tribunal Constitucional no tiene potestad para suspender una ley aprobada en cortes. ¡Vaya calamidad! Porque si ahora resulta que este importante puntal al servicio del gobierno, pues al resto de los españoles no nos sirve para nada, no puede ser usado al estilo de la Fiscalía, también al servicio del ejecutivo (llamado así por la manera que tiene de ejecutarnos), pues vaya lata... Bueno, no se preocupen, pues estos supremos tribunales ya serán de gran utilidad para rematar a Pepe Bono, cuyas vergüenzas ha divulgado el PSOE, para quitarle a Rodriguez un posible rival, como ya hizo con el eterno Chaves (el dictador Venezolano, no, el otro dictador), sacándole de AL Andalus, para prepararle la jubilación, y así uno tras otro aquellos socialistas indeseables para el proyecto zapaterista.

domingo, 4 de julio de 2010

Una vez instaurada la Primera República, básicamente por los "monárquicos" traidores, (los que aclamaros y luego expulsaron a D. Amadeo de Saboya) el 11 de Febrero de 1873, que solo duró un año escaso, y tuvo 4 Presidentes, y ha pasado a la historia como una de las experiencias políticas más calamitosas y violentas, el General Pavía da por concluido el experimento, por las bravas, es decir mediante un golpe de estado más.
Los debates en sesión del Parlamento de los diputados en esos once meses, más parecían asambleas de una facultad universitaria. Las broncas, los insultos y amenazas, los "chaqueterismos" (ahora se llaman tránsfugas) y el total desgobierno eran la tónica dominante. La nación caía en picado; el paro, la miseria del pueblo, el hambre, las enfermedades...Parecía que a nadie venía a importarle un pimiento en el hemiciclo (PARA MAYOR INFORMACIÓN LÉASE MI DISCURSO DE INGRESO EN LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE MÉDICOS ESCRITORES Y ARTISTAS (ASEMEYA) TITULADO "REFLEXIONES SOBRE LA SALUD Y LA HIGIENE EN EL MADRID DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX).
En estas circunstancias se produjo un nuevo golpe de estado, que vino a ser un calco del protagonizado por el coronel Antonio Tejero Molina el 23 de Febrero de 1981.
Se estaba votando la dimisión del último presidente de aquella triste República, Emilio Castelar, que perdió su puesto por 191 votos a favor de su dimisión, frente 101 en contra (la misma proporción que atrajo, para su desgracia, a D. Amadeo de Saboya a este miserable país), y el nombre de su sustituto, cuando el General Pavía formó ante el edificio del Parlamento a sus tropas y ordenó a la Guardia Civil que entrara en el salón de sesiones, y ordenara la disolución de la cámara.
El terror se apoderó de aquellos diputados que dieron un ejemplo de "gallardía" saltando por las ventanas, y alguno de ellos huyendo por los tejados para refugiarse en una casa de putas. (Lean, para más información mi libro "UN PAÍS INGOBERNABLE")
Verdaderamente no puede decirse nada honroso sobre la Primera República Española, salvo que se comenzó, como siempre, con la redacción de una constitución progresista (¡Que obsesión!), antes, o en vez de ponerse a la tarea de ayudar al pueblo a combatir su penuria, porque las constituciones no se comen.
En fin que otra penosa experiencia política. Hay que recordar que Pavía era republicano, de modo que despues de la asonada, con aquella exhibición militar y de cobardía de los padres de la patria, el general Serrano aceptó formar gobierno en una República de concentración, el mismo general Serrano que le lamía lo que hiciera falta a Isabel II ¡Ay, Dios, que país! Gobernó durante unos meses, prescindiendo del Parlamento, como un "dictador republicano", hasta que el 29 de Diciembre de 1874, el general Martínez Campos, apoyado por Cánovas, se pronunció en Sagunto, acabando con aquel pitorreo republicano y dando paso a la restauración borbónica en la persona de Alfonso, hijo de Isabel II.
Hemos de hacer dos anotaciones para los lectores. En primer lugar, la bandera de la España de la Primera República era roja y gualda, como la actual, solo variaba el escudo, la tricolor solo se erigió durante la Segunda República.
En segundo lugar que en el corto lapso de tiempo que duró la experiencia republicana, se produjeron en España TRES guerras civiles, a saber: La Tercera Guerra Carlista, la Sublevación Cantonal y la primera Guerra de Cuba (tengamos en cuenta que entonces España era, además del actual territorio peninsular, los dos archipiélagos de Baleares y Canarias, y las ciudades de Ceuta y Melilla, que Zapatero no ve el momento de regalarle al moro para pagar algún favor inconfesable, también formaban parte del territorio nacional Cuba, Marruecos y Filipinas)

Por cierto que, hablando de constituciones, ahora nos encontramos cambiando la nuestra, la de 1978, pero sin contar con la "ciudadanía" (que hermosa palabra), si no por la puerta de atrás, legislando hechos consumados (eso ha prometido Zapatero a los catalanes) que, luego, se encargarán los Altos Tribunales del Gobierno, de sancionar, y aqui paz y luego gloria.

sábado, 3 de julio de 2010

Pues si, pues si, el Parlamento Español aprobó el nombramiento de Amadeo de Saboya, como Amadeo I, (despues de que en Cortes Constituyentes aceptará, con una mayoría de parlamentarios, decretar España como una Monarquía Parlamentaria, en 1869) atestiguado como un rey católico y progresista. Como digo, el 16 de Noviembre de 1870, es aceptada la entronización de D. Amadeo, por las Cortes, por 191 votos a favor, 101 en contra, y 19 en blanco. Es muy importante considerar que, de los votos en contra, solo 63 eran republicanos, el resto apostaban por un descendiente Borbón, la mayoría por el chulo mentecato de Montpensier, y el resto por la línea isabelina o carlista.
No obstante, no crea el lector que las cifras congresuales eran representativas del sentir ciudadano. En realidad, dentro de los representantes borbónicos, los isabelinos, donde se encerraba la practica totalidad de la aristocracia, y la Iglesia, apenas representaban una pequeña minoría, pero la realidad era otra, pues el poder real de estos estamentos era arrollador.
Por su lado la Iglesia no le perdonaba que fuera hijo del rey de Italia que había entrado en conflicto con los Estados Pontificios, mientras la aristocracia, desde el primer día, se le enfrentó, tratando de humillarlo, pues no consentían que se instalara un monarca (todos eran monárquicos) sin la condición de descendiente de la tradicional rama que consideraban limpiamente española: la Borbónica. Este era un advenedizo.
Finalmente, los poderes fácticos, tras haber enviado una delegación a Italia para rogarle que aceptara la corona, y haber asesinado, casi de inmediato, al poderoso general Prim, le hicieron la vida insoportable, llegando a intentar asesinarle, junto a su esposa, mientras viajaban en coche descubierto, haciendo la gobernabilidad imposible, hasta expulsarle, junto con su familia, como si fuera un leproso ¡Los mismos que le reclamaron como rey! para establecer una surrealista república, La Primera República española, a favor de la que votaron parlamentarios que se habían declarado manifiestamente monárquicos anteriormente; si no fuera así, hubiera sido imposible esta opción. Muchos otros se habían pasado al bando Carlista. El asunto era un Borbón com fuera y quien fuera. El español es bastante canalla y de poco fiar.
Por cierto, no sé por qué me viene a la memoria el año 1931 y el 11-M.
Debo insistir en que toda la información de esta época se encuentra en mi libro "UN PAÍS INGOBERNABLE"

Hoy la prensa se descuelga con que la presidencia de España en la Unión Europea, ha conseguido impulsar el coche eléctrico. ¡Pero pedazo de imbéciles! Si resulta que Industria recorta la aportación a la energía eólica y termosolar, en, nada menos que el 35 % y quieren cerrar las Centrales Nucleares, ¿De donde piensan estos mamarrachos sacar la electricidad para mover los automóviles, si no se ha construido un pantano desde que los inauguró Franco y la gentuza de mando autonómico se están peleando como rabaneras para apropiarse de los ríos que estudiamos en la Geografía de España, y pasan por sus pagos?
Insisto, si exportáramos imbéciles...Y golfos, apenas podríamos salir en una procesión de semana santa con un par de cofradías.
Al parecer "La inteligencia" española (llevo toda la noche desvelado tratando de descubrir donde puede estar esto en la administración pública) está asustadísima, dice, porque ha descubierto que existe un alto riesgo de atentado islamista en España, que ¡Oh casualidad! coincide con un descenso en picado de la intención de voto hacia el PSOE. Ya estamos preparando otro 11-M.

viernes, 2 de julio de 2010

Bien pues hemos llegado a un momento cumbre en la historia de España del siglo XIX. Finalmente, despues de tantos intentos de golpe de estado, la Monarquía Borbónica es destronada, mediante una asonada militar. Y los lectores me preguntaran: ¿Y en esta ocasión, donde están los masones? Pues para su información he de aclarar que el general Prim era masón, al igual que el almirante Topete y Serrano; lo mismo que lo eran anteriormente Lacy, Milans del Bosch, Riego, Torrijos, O´donell, Daoiz, Palafox, Espoz y Mina, Castaños y el mismo, Espartero... O, entre los civiles Mendizabal, Manuel Becerra, Cea Bermúdez, Pi i Margall, Zorrilla, Sagasta y el mismo Castelar, y muchos más. ¿Está claro?
Ya habían expulsado a Isabel II ¡Por fin! No pudieron con el padre, pero sí con la hija. Bien ¿Y ahora qué? Se había constituido un gobierno de transición, de conveniencia, y unas Cortes de aliño, pero había que darle una continuidad a la política nacional. Claro que el levantamiento lo habían llevado a cabo cada uno con una idea distinta. Y como no, los republicanos y afines, no albergaban la más mínima intención de volver a apoyar una corona. Pero el hombre más poderoso, influyente y paladín popular era Prim, que odiaba a Isabel y despreciaba a los Borbónes, pero ya dejó claro que "Mientras yo viva la república jamás, jamás, jamás..." Y probablemente esos tres "jamases" constituyeron su sentencia de muerte.
En fin, que estamos en medio de una forzada monarquía sin rey. Pues había que buscar un rey. Bien es verdad que, al menos por entonces, la mayoría del resto de las fuerzas políticas, confortadas, de momento, por la expulsión de Isabel II, aceptaron la jugada sin pensar demasiado. Y el Parlamento votó por mayoría esta solución de compromiso.
La búsqueda de un monarca adecuado, tuvo un gran parecido al episodio del cuento de "La Cenicienta" en que un funcionario de la Corte recorre todo el reino buscando un pie al que le fuera al pelo el zapatito de cristal.
Se propusieron y se rechazaron varias propuestas, de las cuales la primera, a favor de Leopoldo de Hohenzollern, príncipe de Prusia, fue el resultado de las negociaciones entre Prim y Bismarck, y causa de la inquietud gabacha y de la guerra Franco-Prusiana; por ello se acabó desestimando esta posibilidad. La última carta de Prim señalaba a D. Amadeo de Saboya, duque de Aosta e hijo segundo del primer rey italiano Victor Manuel II, a la sazón también masón ( el padre, no el hijo). ¿Aceptaría esta posibilidad el Parlamento español? Mañana lo veremos, pero para mayor información deben leer mi libro "UN PAÍS INGOBERNABLE"

Hoy me apetece comentar la majadería del gilipollas de Jimmy Carter, premio Nobel de la paz, por la misma vía que Obama, declarándose catalanista, en la "chochez" de su vida, cuando tuvo que mirar en Wikipedia donde estaba España, porque los mastuerzos de los yanquis, nos confunden con los hispanos caribeños. Pero lo más palurdo y mentecato de sus babeantes declaraciones es que, afirma el pobrecito que la caída de Barcelona en las postrimerias de la Guerra de Sucesión Española, Cataluña luchaba por algo así como por una "República Independiente", cuando, durante aquella guerra civil, y casi europea, había dos bandos, cada uno de los cuales apoyaba a un rey extranjero, y Cataluña se equivocó de bando apoyando al perdedor, es decir al Archiduque Carlos de Austria, que optaba a la corona española, enfrentándose al otro candidato, Felipe de Anjou. Pero cuando D. Carlos fue nombrado Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico, en 1711, perdió todo interés por el cetro español, dejó en Cataluña, de prenda, a su esposa, retiró sus tropas y dejó a los catalanes con el culo al aire. Y el jolgorio es que los de la barretina y las monchetas, desconocen, o quieren desconocer esta realidad histórica de una guerra que perdieron por apoyar a un rey equivocado. En realidad son monárquicos sesgados.
Por otro lado, el presidente de la Audiencia pedía hoy respeto al Constitucional. Verá usted, señor mío, mi actitud como contribuyente, muy contribuyente, y súbdito de este patético reino, es la de acatar la decisión de los tribunales y las leyes, y ello solo porque tienen el poder en sus manos, pero yo, penoso Juanes, solo respeto aquello que me parece respetable, y hoy, aquí, no existe ninguna institución laica o canónica, que me merezca el más mínimo respeto. ¿Queda claro?