martes, 14 de julio de 2015

La perversión, encenagado moral y envilecimiento, el desorden político y social, la corrupción, la pérdida de principios y valores y la dominancia del materialismo más ramplón de la Roma imperial, corroyeron tan costosos y elaborados cimientos de aquella cultura, y condujeron a la invasión y ocupación del imperio por parte de los "bárbaros" que parecían dormitar pero que aguardaban su oportunidad al otro lado de la frontera imperial occidental. Así fue que Alarico I ocupó y saqueó una agonizante y militarizada Roma, que en virtud de su fragilidad social y política se vió obligada a formar sus legiones con mercenarios germanos que, como era de esperar, resultaron una maligna contaminación de aquella frívola y amoral sociedad, acabando por destituir al mismísimo emperador romano Rómulo Augústulo, apenas un niño, e instalando a Odoacro en su trono.
De modo que el 23 de Agosto de 476, Odoacro, general de los mercenarios germanos de más allá del Rin, y en aquellos días, en virtud de acuerdos, negociaciones y componendas, que parecían evitar males mayores, al servicio de Roma, se hizo con el poder.
En resumen que el poderoso e indestructible Imperio Romano, valedor de la brillante cultura europea durante siglos, cayó estrepitosamente víctima de su desidia, excesiva seguridad en sí mismo, su conformismo, inmoralidad y corrupción, y como consecuencia, inmediata dimos paso a la sombría, a la cerrada, rancia, retrógrada y apagada Edad Media, periodo triste en el que se arruinaron todos los progresos en ciencia y humanidades que desarrollaron los egipcios, griegos y romanos para que Europa transitara por un periodo de  mil años con dominancia de la clase aristócrata y la iglesia, humillación de los trabajadores manuales y del campesinado, encadenados a una eterna y extrema pobreza, y tremendas guerras que trajeron como resultado las hambrunas, la peste y la ignorancia.
En fin que, abreviando, después llegaron los árabes (a España), que finalmente, con muchos esfuerzos y mucha sangre derramada, conseguimos echarlos y, de inmediato, se implantó, a partir de los Reyes Católicos, o antes, un periodo de dominio, basado en el terror, de la Iglesia (y otros poderes fácticos asociados que hemos denominado feudalismo) que se infiltró en las almas de los pobres e ignorantes (el 90% o más), aterrorizándolos con terribles castigos si no cumplían con sus "deberes" (con los "espirituales" y los materiales que demandaban los poderes fácticos), o bien pensaban por su cuenta, opinaban en público o se rebelaban contra el status quo establecido.
Pero, un montón de siglos después, cuando ya parecía que todo aquello se había superado resulta que Europa es invadida, nuevamente, por los árabes, moros y otros norteafricanos, aunque de manera más sutil y lenta, pero igual de dañina, que se infiltran en la cultura occidental para imponer una vuelta el medioevo a través del Corán,, y apoyándose, no ya en la iglesia (católica, ortodoxa, protestante o anglicana), sino en una nueva religión llamada marxismo que se vale para su adoctrinamiento a las masas de un ritual, una sagrada ceremonia que se conoce como democracia., que ritualiza su corrupta falsedad apoyándose en el terror a las ignorantes masas si no cumplen con sus deberes hacia el sistema y sus gurús.
Bueno pues ya tenemos todos los elementos para afirmar que estamos inmersos en una nueva Edad Media europea, en que se ignoran todos los avances conseguidos siglos pasados en materia de ciencia, tecnología, humanística y sociedad, como en el siglo V se hizo con la sabiduría de los clásicos. Volverá la ignorancia (de la mano de la informática y la tecnología de la comunicación (Whatsapp, etc.) y las tribus urbanas), las hambrunas (indigencia creciente de los ciudadanos en países desarrollados), la pérdida de valores y principios (alcoholismo, drogas y relativismo juvenil), la corrupción  y la peste (el SIDA por ejemplo). Cuidado súbditos europeos que os están empalando y no decís nada, mientras una nueva, oscura y triste edad Media nos ha alcanzado.

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