jueves, 3 de noviembre de 2011

Tras recibir un ultimátum del emperador francés Napoleón I, el emperador Francisco II renuncia a la corona del Sacro Imperio Romano Germánico y declara solemnemente su extinción. Todos los estados miembros quedan liberados de sus obligaciones para con la autoridad imperial. Los precedentes de la disolución hay que buscarlos en una decisión de la diputación principal del Reich, el 23 de Febrero de 1803 en la que se conformaba una reordenación del Imperio, que se consideraba heredero del fundado por Carlomagno en el siglo VIII, y en general como un ansia de renovar el antiguo Imperio Romano.
La secularización de los príncipes eclesiásticos supone la anulación de la soberanía directa del imperio sobre los estados miembros; el emperador había perdido todo su poder y se había transformado en una figura simbólica. El 12 de Julio de 1806, 16 estados imperiales alemanes fundaron la confederación del Rin, bajo el protectorado de Napoleón, y el 1 de Agosto declararon bajo la Dieta Imperial de Ratisbona su segregación; la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico era inevitable. La mayoría de las prerrogativas imperiales pasan a manos de la Confederación del Rin y, por ende, a las de Napoleón.
Los estados de Baviera, Baden y Württemberg, que han logrado aumentar considerablemente su extensión, intentan alcanzar la plena soberanía, y creen que la única vía para alcanzar su objetivo es aliarse con el emperador francés. El estado prusiano, que también ha conseguido ampliar notablemente su territorio, está ligado a Francia por un tratado de neutralidad. Solo unos pocos partidarios del Imperio lamentan la progresiva desintegración de este y el paso definitivo dado por el, hasta ahora, emperador Francisco II.
La extinción del Sacro Imperio Romano Germánico supone una importante victoria de Napoleón y un afianzamiento de la autoridad francesa en Europa.

Antonio Machado al final de un artículo publicado en aquel gran diario de Madrid, "El Sol", en Septiembre de 1920, tal vez el primero de su firma que allí apareció, escribió:
"El imperio es una satisfacción que se debe preferentemente a los esclavos".
Y en nuestros días la ambición por desenterrar una empresa que evocara aquel Imperio Romano Germánico (Sacro, ya no) con la actual Comunidad Económica Europea, sin los ladrillos ni la argamasa que utilizaron Otón I fundador del Imperio Romano Germánico, en el año 962, y no digamos Carlomagno fundador del antecedente Imperio Carolingio, con ambiciones de coronación franco-germana (Sarcozy-Merkel), cometió el error, desde su inicio, de anexionarse a los nórdicos (daneses y noruegos), en realidad invasores del norte, junto a húngaros y eslavos, y magiares, greco-romanos y otomanos, enemigos del este, todos ellos dentro de la congregación, es decir, el mismo error que cometió al final de sus días el Imperio Romano de Occidente viéndose obligado a incluir entre sus tropas de élite a los bárbaros de más allá del Rin ¿Y como acabó la cosa? pues con la destrucción del imperio Romano de Occidente, la invasión visigoda y un nuevo orden social, político y religioso, bastante triste y oscuro que conocemos como Edad Media.
En el año 2011/2012 estamos concluyendo un ciclo que dará al traste con las ambiciones de una Europa "unida" pero gobernada por franco-alemanes, donde los males de la comunidad derivan, nuevamente, de las naciones periféricas de bárbaros que se han comido el pan de todos sin ambiciones de macroestado ni de unos Estados Unidos de Europa, como aseguraba el negado de González.
Grecia, arruinada por decenios de latrocinio, nepotismo, y corrupción que ha alcanzado a todos los estratos de la administración sin traba, está arruinada, sin poder pagar los sueldos de sus funcionarios ni las deudas a los proveedores, y no digamos las contraídas con la Europa que lleva más de 2 años jugando al escondite con la realidad. Grecia está socialmente desestructurada y secuestrada en manos de poderes fácticos y fuerzas neo-marxistas y antisistema que han encontrado en su debilidad la mecha a prender para que estalle en mil pedazos el capitalismo europeo y, quien sabe si mundial. Grecia es el miembro gangrenado que Europa debe amputar, y, si el tratamiento anti- infeccioso para otros miembros como Portugal, Italia, Irlanda y, por supuesto, España, no proporciona una curación sostenible, habrá que seguir amputando.
La Comunidad Europea nació sin cerebro, en una sociedad que no tiene nada de común, ni étnica, ni idiomática, ni cultural, ni social, ni económicamente ni tampoco comparte iguales ideales y proyectos de cara al futuro; y sobre todo una Europa dividida en dos tendencias políticas que, sin ser irreconciliables, marchan en oposición pero con similitud de propósito de detentar el poder sin la más mínima convicción democrática y que se han dado en llamar social-democracia y democracia-cristiana (en España derechas e izquierdas). Los combates en cada nación o estado entre estas fuerzas por conseguir la distinción, la supremacía y, en definitiva, el poder, jamás cederá ni permitirá armonía alguna.
La Comunidad Europea no existe; la moneda única es mentira; los ideales europeístas son alucinaciones de algunas mentes irreflexivas y el iluminismo doctrinal, bajo el odio secular de las razas que habitan el continente, obliga a la imposición del "yo" sobre el nosotros, y el "mi" sobre el vosotros. Aquí nadie rescata a nadie; esos rescates económicos de países son mentira; los estados ricos se están rescatando a sí mismos porque la ruina de uno de los miembros de la comunidad implica su ruina, pues la ambición les condujo a los poderosos a comprar, literalmente, una parte de los estados indigentes. ¿Y ahora qué?... los poderes mercantiles y financieros alemanes, principalmente, están deseando quitarse de en medio no solo a Grecia, sino a Portugal, Chipre y por supuesto la Italia del golfo Berlusconi y la España del masón de poca monta de Zapatero; pero los intereses bancarios se entrelazan con los intereses económicos de las naciones "esclavas" y la solución solo puede pasar por deshilachar todas las hebras del encaje de ganchillo que, bajo ningún concepto, puede acabar en un password equilibrado.
Europa es imposible. A este respecto diría Buffón:
"Existe una posibilidad moral que destruye hasta la posibilidad matemática".

Buenas noches.

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