martes, 1 de noviembre de 2011

Durante 200 años tuvieron lugar, en la Edad Media, una serie de campañas militares, en un total de ocho, que conocemos como Cruzadas. Mucho se ha escrito al respecto de este suceso histórico, de hecho yo ya he hecho comentarios en varias ocasiones sobre el tema, pero hay un aspecto apenas conocido que tuvo lugar hacia el año 1212, el mismo en el que en España tenía lugar la batalla de las Navas de Tolosa entre Alfonso VIII de Castilla y los almohades.
Resulta que ocho años despues de la cuarta gran cruzada, las expediciones militares para liberar Jerusalén de los infieles y recuperar el Santo Sepulcro vuelven a ponerse en marcha.
Desde los territorios ribereños del Rhin y la Baja Lorena, millares de jóvenes, humildes campesinos y clérigos se dirigen a los puertos del sur de Europa para emprender desde allí viaje a Tierra Santa. El aspecto más llamativo de esta nueva cruzada es la participación de niños: más de 7.000 llegan en Agosto al puerto de Génova. Una pequeña parte de los mismos se costea el viaje a Jerusalén; pero la gran mayoría no dispone de medios económicos y termina por sufrir un triste destino ser vendido por los mercaderes genoveses a los tratantes de esclavos.
La cruzada de los niños fracasa antes de iniciarse.

Calderón de la Barca se lamentaba con estos versos:
"¡Ah, que abrazo es tan ruin
el que la necesidad
hace dar, y no sentir!".
Hoy, un diario de difusión gratuita de Madrid, informa y edita fotografías de personas, con bastante buen aspecto "luchando" por obtener preferencia para rebuscar en los contenedores de basura próximos a centros comerciales... y no son pacientes psiquiátricos afectos por un síndrome de Diógenes, sino necesitados por asegurar alimento durante las próximas 24 horas. No crean que me escandaliza el que haya quien rebusque en las basuras, porque he conocido épocas de mayor necesidad que la actual, pues yo nací en la postguerra, sino porque al menos entonces, los años 50, existía un servicio de Beneficencia dependiente del Ayuntamiento de la capital, y entidades de ayuda al desvalido con presupuesto , más o menos decente, de ámbito nacional, privado, de Cruz Roja e incluso programas de radio (no existía la TV, afortunadamente) que se encargaban de conectar la sensibilidad del ciudadano a las carencias y necesidades de sus vecinos, como el bien conocido "Ustedes son Formidables", que dirigía Alberto Oliveras. Lo triste hasta llorar, hoy día, es que ni existe conciencia de la penuria del confinante, ni los ciudadanos se dan cuenta del pozo en el que todos estamos cayendo, ni importa un carajo el hambre de los demás y, por supuesto, jamás se vería "democráticamente" correcto que, durante las Navidades, el cartero, el basurero, el sereno o cualquier otra persona que durante todo el año vela por una parcela de nuestra seguridad y comodidad, nos felicite las Pascuas solicitando un aguinaldo, ya que sus ingresos no le alcanzan para mantener a toda su familia. Porque la necesidad de la gente, hoy día más moral que humana, más de cariño que de filetes, nos importa a todos una higa y creemos que la administración pública está obligada a sanear las calles de miseria y... ¡Que se ocupen ellos porque para eso están! En nuestros días los partidos políticos han sustituído a la caridad, las "ideologías" a la misericordia y a la generosidad el "ya pago mis impuestos". Hemos pasado de puntillas por el día de los difuntos, de los muertos, celebrando halloween, sin gloria ni pena porque nosotros tambien estamos muertos y todo esto que estoy contando son episodios franquistas. Lo que sí puedo asegurarles es que nadie rebusca en la basura para obtener estuches de comida caducada por gusto.
Mientras tanto una maraña de desahogados que ocupan los poderes mundiales, pero especialmente en España, lanzan arengas imposibles, irreales y demagógicas mientras el pueblo que les rodea les vitorea con ahínco. Se anuncian automóviles que solo les falta tener bidé, colonias que atraerán a las hembras como moscas a un panal de rica miel, enormes televisores extraplanos, teléfonos móviles de ultimísima generación que, menos comunicarnos con nuestros semejantes, hacen de todo, viajes en avión por 3 euros, colchones carísimos donde poder dormir a pierna suelta y... dan ganas de vomitar. Los pobres cerebros adoctrinados y adormecidos por el "fúlbol", el maniqueísmo más abyecto y el sexo seguro y rápido, siguen convencidos de que el "estado de bienestar" nunca puede acabar...¡para mí!, y el resto, lo que no programa Tele-5, (cuyas acciones, por cierto, se han hundido un 8,6%) no me afecta. Pues veremos si os afecta cuando el decorado socialista del mundo idílico se caiga y aparezca la realidad como ha ocurrido en Grecia, que no solo está en la total quiebra, sino al borde de un golpe militar.
En palabras de Erasmo, que imprimió en "Elogio de la Estulticia":
"La vida de los mortales, ¿que es sino una comedia como otra cualquiera, en la que unos y otros salen cubiertos con las carátulas a representar sus papeles respectivos, hasta que el director de escena les manda retirarse de las tablas".

Que descansen.

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