Pues señor, en nuestra Historia de España tenemos a los moros (esta palabra viene del latín "maurus", que definía a los habitantes del norte de África, donde aún existe una nación llamada Mauritania, nombre que tiene la misma raíz) en la Península Ibérica. Para comenzar a describir uno de los periodos más importantes de nuestra historia, vamos a dar antes una pincelada sobre el Islam, doctrina predicada por el profeta Mahoma, y revelada por Alá (Dios). Todo creyente musulmán debe cumplir con 5 preceptos: fe, oración, limosnas, ayuno y peregrinación a la Meca, al menos una vez en su vida.
Es, por otro lado una religión de gran simplicidad de culto, que carece de liturgia y también de ministros encargados de preservarla; ni siquiera el Almuédano, que llama a los fieles, ni el Jatib, o predicador, son sacerdotes.
Mahoma nació en el 570 en la Meca; comenzó a predicar en el 613 (porque se lo encargó el arcángel San Gabriel, que se le apareció) y murió en el 632 en Medina. Para entonces su mensaje se había extendido por todo el norte de Arabia, Palestina, Siria, Egipto y Persia.
No pasó mucho tiempo para que, en el seno de aquella nueva casta se crearan dos facciones enfrentadas por ostentar el poder: los Omeyas que dominaron al principio, y los Abasidas o Abasí, que decidieron exterminar a los primeros para quitarse de en medio cualquier competidor, provocando que aquellos se vieran obligados a huir y a extenderse por el norte de África, hasta llegar a el estrecho de Gibraltar.
Pues bien, después de la melonada de Agila II, vimos ayer como los 12.000 moros, bereberes en su mayoría, cruzaban el estrecho, y en menos de 7 años consiguieron extenderse por toda la Península Ibérica, lo cual da una idea de la cohesión del reino visigodo; vamos que los muslimes pillaron en calzoncillos a nuestros buenos godos. Y por si fuera poco los judíos habitantes de la Hispania recibieron a los recién llegados como una intromisión favorable, después del comportamiento nada amistoso que habían tenido los visigodos con ellos.
La osadía de los moros llegó a pretender traspasar los Pirineos, con la misma facilidad que lo habían hecho en España. Y en efecto la Galia visigoda fue un paseo militar, a lo que ya estaban acostumbrados (como los alemanes con su Blitzkrieg, o guerra relámpago, en la 2ª Guerra Mundial; ellos también pensaron que todo iba a ser coser y cantar, como en Polonia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, etc., pero no fue así). Pero en el 721 las huestes del rey Eudes en Toulouse les atiza una soberana paliza, y en el 732 en Poitiers, el ejército franco de Carlos Martel, (fundador de la dinastía Carolingia, y abuelo de Carlomagno) que sustituyó a la Merovingia remata la faena. En aquella batalla de Poitiers muere Abderramán ibn Abdullah Al Gafiki, lo que obliga a los del turbante a volver sobre sus pasos y cruzar los Pirineos.
Pero el caso es que los árabes habían conquistado toda Hispania, salvo una pequeña región en el norte, allá entre las montañas que llamamos Picos de Europa, donde habitaban unas tribus a las que requirió un noble visigodo, nieto de Recesvinto e hijo del duque Favila, llamado Pelayo. Él organizará la defensa del territorio asturiano e iniciará la Reconquista, desde el 718.
Decía don Santiago Ramón y Cajal que:
"En nuestras grandes crisis históricas no han faltado nunca españoles esclarecidos capaces de prever y evitar el desastre inminente. Más, para nuestra desventura, quienes tuvieron previsión carecieron de autoridad, y quienes gozaron de autoridad carecieron de previsión. Y algunos previsores callaron por cobardía".
Hemos hablado en días pasados de la necesidad imperiosa de desarrollar alternativas fuentes de energía. Una de ellas es la energía atómica. Ahora voy a explicar algo que todo el mundo y principalmente los jóvenes tienen que saber: La utilización de la energía nuclear para obtener electricidad (centrales), por ejemplo, o fabricar motores, tiene el mismo fundamento que el motor da vapor perfeccionado por Watt en 1.784, es decir que se basa en el agua caliente y el vapor que produce. Las centrales termonucleares simplemente utilizan la energía obtenida de la fisión de átomos inestables para calentar agua, transformarla en vapor y hacer girar una turbina; hasta aquí, sorprendentemente, la cuestión es reveladoramente simple. Sólo hay que gobernar dos problemas: 1-Controlar la reacción de fisión para que no se desmadre, lo que hoy está superado, y 2- disponer de un doble circuito de agua: uno para que sea calentada hasta producir vapor, y otro circuito para enfriar el exceso de calor producido por la máquina termonuclear, como se hace con el radiador de los automóviles para enfriar el motor.
En cuanto a los motores termonucleares, el principio es parecido: el calor producido por la desintegración atómica calienta el Hidrógeno -que se aporta al motor por un tubo desde un depósito donde se almacena congelado-, hasta llegar a su combustión, escapándose violentamente por una tobera ardiendo y a gran presión, lo que impulsa el vehículo en sentido contrario, siguiendo la ley de la acción y la reacción, posiblemente una nave espacial. En cualquier caso los problemas a resolver son los mismos. Y eso es todo.
Ahora quiero darle un recado a Pedro J. Ramirez, quien no oculta su interés en que se hunda RUMASA, periodista de pasado admirable, pero de presente cada vez más asqueroso. Y en esta ocasión voy a referirme a la foto de Esperanza Aguirre saliendo del quirófano. Mira Pedro, tú no tienes vergüenza. Se nota que tienes problemas para mantener las ventas del diario El Mundo cuando has de recurrir a repugnantes maniobras de revista de peluquería de señoras. Para las personas de honor siempre hay un límite cuya frontera entre la verguenza y el desmán es tan sutil que gente como tú no sois capaces de atisbar, porque la deshonesta ambición acaba cegándoos. Lástima que no se tratara de tu madre.
Calderón de la Barca nos advertía:
"Y advertid que es baja acción,
que solo a una fiera toca,
madre de engaño y traición,
el halagar con la boca
y matar con la intención".
Y hablando de desvergüenza y asociándolo a las pretensiones de Chacón para ser candidata a presidenta de la "puta España", (aunque el sinvergüenza de Bono anda en plan pavo real enseñando el plumero) resulta que esta, por otro lado independentista y pacifista (así se definió ella misma en París) ha vendido, -si no es que está vendiendo aún- armas a Venezuela, Marruecos y... Libia, para matar a civiles inocentes. Vamos que encima terrorista. Es una joya la patizamba aspirante a presidenta. Y además, ni a ella ni a Trini ni a ningún otro responsable europeo o americano, sea progre o memo, les preocupa lo más mínimo el tránsito de los buques de guerra, posiblemente con armamento nuclear, iranies, hacia Siria o por allí. ¿Será que verdaderamente desean la destrucción de Israel hasta el orador sabatino de Obama?. ¿O es que compensaría un conflicto militar a gran escala en aquella región? Quien sabe.
Nietzsche afirmaba:
"¿Dices que una buena causa justifica incluso la guerra? Yo contesto: Una buena guerra justifica cualquier causa".
No solo en el PSOE se admiten señorías con una capacidad intelectual semejante a la del berberecho -digamos Chamosa, Maleni Álvarez, o la Calvo, por decir solo tres-, que han dejado la fregona en el portal para forrarse en el parlamento, sino que ahí tienen a Celia Villalobos que ya quisiera llegarle a las rodillas a los personajes de Lina Morgan. Por lo general, nos recuerda Rochefoucauld:
"Los espíritus mediocres condenan generalmente todo aquello que no está a su alcance".
Y ya en el colmo de la estulticia más ramplona, el mismo Zapatero se da vacaciones a sí mismo en el parlamento, y no responde a preguntas, porque dice que en el aniversario del 23-F (fecha masónica donde las hubiere) él no se pelea con nadie. Como diría Mafalda el problema de llevar las orejas puestas todo el día es escuchar cosas como estas.
Tirso de Molina en "Amar por Arte Mayor" comentaba:
"Villano, todo malicias,
necio, todo atrevimientos...".
Hasta mañana.
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