viernes, 25 de febrero de 2011

La famosa batalla de Covadonga, que continúa el relato de nuestra Historia de España, en realidad fue la sublevación de algunas tribus cántabras y astures, apenas romanizadas, reforzadas y unificadas por algunos nobles visigodos, entre ellos Pelayo (cuyo femenino es Pelagia, ¿Vale?), contra una patrulla musulmana de las enviadas para cobrar los impuestos, pues, básicamente en eso consistía la dominación árabe. Era mucho más practico dejar vivir a los nativos, que trabajaran a destajo y luego poderles cobrar unos sustanciosos impuestos, que matarlos, mientras los árabes llevaban a cabo su relajada vida, según sus preceptos y costumbres.
Otra cosa es que la leyenda haya transformado el episodio en una gran victoria con intervención de la Virgen. Lo que sí es cierto es que aquel episodio coincidió el inicio de un movimiento patriótico y religioso destinado a restaurar la España visigoda y la fe cristiana. Y también que Pelayo funda el incipiente y frágil Reino de Asturias.
En el 756, Abderramán I, príncipe de los Omeyas, perseguido por los Abasíes, funda el Emirato Árabe de Córdoba y consigue la autonomía política de Al-Andalus del Califato de Bagdad, salvo en lo religioso. En el 771, el gran Carlomagno se convierte en rey de los Francos, y emprende campañas de expansión, llegando a conquistar Gerona y el noroeste de la Península Ibérica.
En lo sucesivo no voy a repetir el latazo de la lista de los reyes del reino asturiano como con los Visigodos, tranquilos. Me basta con que los jóvenes recuerden que desde Pelayo, en el 718, hasta el 910 podemos contar 12 reyes asturianos. El último, Alfonso III, dejó a su primogénito, García I el reino de León; al segundo hijo, Ordoño II, el de Galicia y a Fruela II,que posteriormente reunió los tres reinos bajo el cetro Asturias-León, el de Asturias.
En León, pues, desde Fruela II en 910, hasta Bermudo III en 1.037, hay 9 reyes. Asturias, pues, quedó incorporada a León, como ya hemos comentado, junto con Galicia. El reino de León es ahora el más poderoso de la cristiandad hispánica. Castilla, allá por el 925 no era más que un condado, pero en el que un conde, Fernán González, en unión de Cantabria y Vascongadas (que paradoja), declaró su independencia como reino.
Luego ya tenemos dos reinos, el de León y el de Castilla, el cual, desde Fernán González en el 729, y hasta el 1.037, dará protagonismo a 5 reyes castellanos. Y aquí empieza ya el follón. Bueno podemos haceros a la idea de que todo el avance conquistador hacia el sur de la Península Ibérica, reconquistando territorio moro, trajo consigo todo tipo de intrigas y malas artes entre los reyes cristianos...Vamos como de costumbre. Y ahora vamos a ver, para empezar Castilla se unió a Navarra, siendo rey Sancho Garces III, cuyo hijo Fernando I heredó el trono de Castilla, pero tambien el de León, al morir Bermudo III sin descendencia y resultando ser cuñado suyo. Pues ya tenemos unidos los reinos de Castilla y León bajo el mandato de Fernando I. ¿Vale?
Y alguien me dirá ¿Y este es el follón que nos prometía? No, no, el lio viene ahora: Al morir Fernando I, deja en este perro mundo 3 hijos, a cual más siniestro, y que se llevaban a matar. A saber Alfonso (VI); Sancho (II) y la bruja de doña Urraca. De forma que para quedar bien con todos dejó León a Alfonso; Castilla a Sancho y Zamora a Urraca. ¡Mira que haber unido los dos reinos para ahora volver a separarlos!. En el futuro podremos comprobar que esto es algo muy extendido. Pero resulta que ambos hermanos varones querían poseer la corona de Castilla y León unidas, y empezaron las disputas y los tira y afloja, con muy mal estilo. Ahora es cuando aparece Urraca la Zamorana, que era perdidita por su hermano Alfonso, y no se cortaba un pelo, y claro esto llegó a molestar a Sancho que plantó sus huestes ante las murallas de Zamora, para darle una azotaina a su hermana, por meticona.
¡Ay! amigos, pero Zamora no había manera de que cayera. Y hete aquí que un zamorano llamado Bellido Dolfos (hijo de Dolfos Bellido, dice el cantar) se presentó a Sancho y le convenció de que le iba a enseñar una portilla secreta de la muralla por la que podía entrar con su ejército (de uno en uno, claro) a cambio de una pasta o un carguito de vicesecretario o en el Consejo de Estado, o así. Más cuando andaban ambos dos intrigantes, en una noche sin luna, a la búsqueda del presunto postigo, el traidor de Bellido, traidor por doble causa, introdújole a Sancho una daga por el quinto espacio intercostal y allí se acabó la disputa entre Sancho y Alfonso.
Que doña Urraca estaba en la pomada es algo que a nadie cupo dudas; pero lo peor fue que los castellanos, sospecharon que Alfonso, que ya no tenía nadie que le estorbara, para transformarse en Alfonso VI de Castilla y León, tambien estaba pringado en aquel asesinato. Y entonces es cuando la tradición dice que el Cid Campeador, a la sazón caballero muy destacado del rey Sancho, obligó a Alfonso a jurar, en la iglesia de Santa Gadea, que era inocente y no había tenido participación en el asesinato, porque en ese caso él no le juraría como su rey, algo que Alfonso seis, nunca le perdonó al Cid. Pero de este noble y conocido guerrero, y de los sucesos que acontecieron a continuación hablaremos el próximo día.


Lord Wellington, en su correspondencia, escribiendo desde España, y desencantado, pues donde él esperaba encontrar soldados como los suyos no veía sino masas de paisanos, la inmensa mayoría sin uniforme siquiera, exclamó:
"Estos españoles hacen sus ejércitos con una cosa que llaman entusiasmo. Yo no sé lo que es eso; pero sí que ese entusiasmo no produce armamento, ni vestuario, ni disciplina, ni nada".
La Chacón no da tregua a este analista político para que pase un día sin glosar sus laureles. La muy ignorante, además de muy indeseable, para justificar la reforma militar que ansía llevar a cabo, afirma que pretende identificar la susodicha transformación copiando la llevada a cabo por Azaña durante la 2ª República. Independientemente de que SM el Rey, imagino que estará de acuerdo en ello, por ser un rey muy republicano, estoy convencido de que es una de las pocas cosas de que esta tía (debe tener sobrinos, digo yo) es capaz. No por sus conocimientos en história militar o cualquier otra historia, porque la ignorancia es uno de los atributos que la adornan, sino porque estará asesorada por algún uniforme sectario guerracivilista y lameculos -vg. el JEMAD- que habrá leido por ahí que Azaña dijo que "había que triturar al ejército" lo mismo que, interpelado para que sacara las fuerzas de seguridad para parar la quema de iglesias y conventos, espetó "todas las iglesias de Madrid no valen lo que la vida de un republicano". Tipos de este jaez, cuyas biografías ya se han encargado los progres de ensalzar y dorar adecuada e injustificadamente, porque era un animal de bellotas, les ponen a estos pijos sociatas capitalistas. Afortunadamente el ejército actual no tiene nada que ver con el de los años 30 del pasado siglo; y desgraciadamente tampoco tiene nada que ver con una milicia constituida para la defensa de la patria, jurando defenderla, sino para la defensa de un gobierno masón-socialista o, quizá, estúpido de baba, si gana Rajoy las elecciones. Más claro, no tiene nada que ver con un ejército.
Menéndez y Pelayo, refiriéndose al P. Feijóo, sentenciaba:
"No quiero hacerle la afrenta de llamarle periodista, aunque algo tiene de eso en sus peores momentos, sobre todo por el abandono del estilo y la copia de galicismos".
Ah, pero a Pedro J., periodista que ha hecho del cinismo una obra de arte, dando, diariamente, una de cal y otra de arena, a lo que sin duda considerará un gesto de imparcialidad y tolerancia, yo de desvergüenza y procacidad intelectual, la ministra Chacón no le parece mal como presidenta; o al menos a su colaborador Rubén Amón, quien afirma que es catalana pero no nacionalista. Que se te ve el plumero Amón. La Chacón, como ya he mencionado hasta el cansancio, apoyó explícitamente a Pepe Rubianes que "queria a la puta España con los cojones reventados y colgando del campanario de una iglesia" (ruego disculpen, pero es casi textual), y además se definió en una entrevista en Francia como independentista, pacifista y antimilitarista. Pues Amón mío, tu reseña biográfica de la progre, no solo es inexacta, por omisión, sino un alarde de desvergüenza.
También Rafael Mainer meditaba sobre el periodismo:
"Cuando haya que emplear como arma la pluma, debemos acordarnos de la vieja leyenda de los toledanos aceros:"no me saques sin razón ni me envaines sin honor". Aserto que bien pudiera invertirse.
No estoy descubriendo nada si afirmo que a los españolitos de residencia en el extranjero, nuestras embajadas nos tratan, al igual que en nuestro pais, como si fuéramos gentuza, como material de obra, la mayoría de las veces, de deshecho; sin duda ello es una asignatura puntera en la carrera diplomática por lo generalizado del esfuerzo patriótico de estos privilegiados (luego dicen de los controladores). En fin, el abandono sistemático del que somos objeto por nuestras delegaciones en otros países en caso de conflicto civil, o desorden grave de la naturaleza resulta tradicional; en el extranjero que nadie recurra a nuestras embajadas, mejor a otra europea, porque sino será tratado con desprecio y remitido a freir espárragos, que por cierto tienen mucho ácido úrico. En el momento actual, ha tenido que ser REPSOL por sus medios quien ha repatriado a un puñado de españoles que se estaban jugando la vida de la manera más tonta, dentro de la turbulenta Trípoli ante la impasibilidad de nuestra embajada. Ya no cabe dudas quien nombra a los embajadores y de quien dependen (Trini y Rubalcaba), porque, y sálvese el que pueda, son una piara de canallas con carné, y modus vivendi de emires.
Decía Balzac:
"¡Diplomacia! Ciencia de aquellos que no tienen ninguna y que son profundos como el vacío".
¿Sabían que la cuarta parte, el 25% de los parados son inmigrantes extranjeros? Es decir que en lugar de facilitarles trabajo para que colaboren al sostenimiento de la Seguridad Social, como se nos ha vendido estos años, los estamos manteniendo entre los que todavía trabajamos. Pues saquen sus propias conclusiones.
¿Y sabían que Repsol ha triplicado su beneficio en 2010? ¿y que Iberdrola, que ahora va como un cohete apoyada por Florentino Pérez, ha ganado en el mismo año un 1,6% más que el ejercicio anterior? ¿Y que Endesa se ha superado en un 20%? ¿Y que Cepsa gana un 55% más que en 2010? ¿Y, para rematar nuestra satisfacción, que Telefónica bate su récord con unas ganancias de 10.167 millones de euros? ¿y que hay muchísimos pensionistas y familias en crisis que llevan todo el invierno muriéndose de frío por no poder pagar el recibo de la luz si encienden la calefacción, recibo que nos ¡roban! mensualmente sin siquiera leer el consumo? ¿Y que el vil Rubalcaba no nos deja andar con los automóviles más que como carros de mulas (para aumentar las multas, claro) ¿Y que vamos a pagar de nuestros bolsillos en este año 80 millones de euros, unos 13.400 millones de pesetas, para que aborten nuestras niñas?. Pues eso. ¿Y la revolución ciudadana contra nuestros Gadafis, para cuando?
Nuestro acostumbrado Alphonse Karr escribía:
"Vivimos en una especie de Arcadia sinvergüenza, donde el robo se contenta con actuar bajo la forma prudente del comercio".
Señor Camps ¿porque no presenta su renuncia a la ciudadanía española, motu proprio, y adquiere la de Turkmenistán y le alivia de ese peso a Rajoy, que ya no sabe como quitárselo de encima (ya ni él ni Cospedal le apoyan en el acto de enaltecimiento de su candidatura), y de paso a todos los demás españoles? ¿Eh majo? Preciosos trajes en aquella república euroasiática.
Y finalmente recordaremos a Paul Valery:
"Un estado es tanto más fuerte cuanto puede consentir en su seno lo que actúa en contra suya".

Hasta mañana.

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