jueves, 13 de octubre de 2011

Es posible que existan personas convencidas de que el café, al igual que el cacao, es una bebida obtenida de un grano tostado y molido, procedente de América e importado hacia Europa por los españoles y/o portugueses; pues no señor, el café tiene un origen muy distinto.
En realidad, por África oriental, concretamente en la zona de Abisinia, rondando el año 1000, se está extendiendo la costumbre de ingerir una nueva bebida: el café. La planta del café nace en estado silvestre en forma de arbusto. Cada una de sus flores, blancas y encarnadas, produce dos granos de café. El proceso de elaboración de esta bebida es sencillo: se dejan secar los granos durante unas semanas; una vez secos se tuestan y se obtiene de ellos un líquido negro y amargo. El café fue descubierto por un pastor que observó que sus cabras experimentaban una inusual excitación al comer de una planta y se decidió a probarlo; no podría imaginar la magnitud de su hallazgo.

Benavente afirmaba:
"El dinero no puede hacer que seamos felices; pero es lo único que nos compensa de no serlo"
No deja de preocuparme que un hombre de la talla en el mundo de la economía como Rodrigo Rato, con motivo de haber sido galardonado con un premio en Oviedo, y persona que no tiene por costumbre hablar por hablar, haya asegurado que la CE es posible siempre que los europeos estemos dispuestos a soportar los mismos sacrificios que tuvieron que padecer los iberoamericanos en los años ochenta; que debemos abandonar en el viejo continente la soberbia del nuevo rico con derecho al estado de bienestar pasado, afirmando asimismo que los paises iberoamericanos han logrado superar aquella grave crisis "contra el viento de la historia", es decir que afrontaron el reto simultáneo de afianzar la democrácia y los avatares económicos y financieros, al contrario que paises emergentes, como China, en donde resucitan un capitalismo de tramoya y abandonan la definitiva defensa de los derechos humanos.
Verdaderamente llevarle la contraria a Rato es enormemente arriesgado, pero imagino que cuando se refiere a Iberoamérica no hará alusión a la Bolivia de Evo Morales, a la Venezuela de Hugo Chavez, al Ecuador del actual Correa o de todos sus compadres desde Osvaldo Hurtado hacia nosotros porque, aunque los datos macroeconómicos actuales son mejores que los españoles (solo el paro marca el 9% mientras que el nuestro sobrepasa el 21%) , con diferencia, el umbral de la absoluta pobreza anda por el 17% y emigrando; solo sostiene su economía el petróleo cuya producción sobrepasa los 5.000 millones de dólares (de lo que se benefician los ricos), ya que el resto de la producción y exportación no petrolera se encuentra en un déficit (saldo negativo) de unos 2.900 millones de dólares, y además el negocio del crudo está manejado desde empresas extranjeras. Nos queda la Colombia del fracasado Álvaro Uribe y el reciente Santos Calderón, la nación de los tres ejércitos, la economía de la droga, el secuestro, el asesinato,... el crimen en definitiva; el Perú de Alan García, cuya estructura política nos deja un regusto de auténtica democrácia, pero con unas diferencias sociales entre clases y entre el campo y la ciudad que sitúa un 30% de sus habitantes en la pobreza más extrema, una delincuencia altísima y una enorme tasa de emigración; de todas formas tambien las cifras macroeconómicas (PIB, inflación, competitividad, y exportación de minerales textiles y pesca) se sitúan entre las más altas del mundo, quizás porque la palabra estado de bienestar no se conoce y el que es pobre, es pobre y o se conforma o emigra, y el resto sale en la foto. Chile está gobernado por Sebastián Piñera continuador de Michelle Bachelet: aunque desde los años sesenta al final de los ochenta las dictaduras se sucedían sin descanso hay que reconocer que en los últimos años el crecimiento económico ha sido exponencial, aunque volvemos a considerar las diferencias económicas de clases y de oportunidades en relación con la mujer, con un paro muy elevado. Y, bueno, Brasil con el oportunista Lula, o la desconcertante Argentina, la del corralito, la de la corrupción presidencial y, como no, Méjico, cuyo principal valedor económico es el turismo "encarcelado", es decir sin libertad de movimientos dada la alta inseguridad, delincuencia y corrupción institucional que corrompe una nación secuestrada por la droga como en el caso de Colombia. Pero en cuanto a matices de alta economía no voy a llevarle la contraria a don Rodrigo porque estos economistas contemplan siempre las naciones desde la ISS (estación espacial internacional), nunca bajan a la tierra a mascar polvo. De todas formas, como el señor Rato nos esté queriendo advertir del famoso corralito argentino como medida imprescindible para crear una Europa estable, por lo que a mi respecta, le pueden ir dando morcillas a la CE.
Bacon solía decir:
"El dinero es un buen servidor, pero un mal amo"

Buenas noches.

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