martes, 13 de septiembre de 2011

En medio de la lucha contra los ejércitos blancos y contra la intervención de las potencias occidentales, el poder bolchevique evolucionó rápidamente hacia una férrea dictadura, que concentró el poder político y económico de la incipiente Rusia soviética en una ínfima minoría: el aparato del partido; Lenin mientras tanto había prometido a los campesinos una inmediata reforma agraria, sobre la base de un reparto de los latifundios. Las nacionalizaciones masivas, la represión indiscriminada (o el terror rojo, como gustaba definirlo a Lenin) y la militarización del conjunto de la sociedad, rasgos que caracterizan el periodo del llamado "comunismo de guerra", no conseguían evitar el hambre. Solo la aplicación sistemática de la Nueva Política Económica (NEP), promulgada por Lenin en 1921, Rusia pudo conseguir, pero ya en 1927, alcanzar el nivel de desarrollo industrial anterior a la guerra civil.

En Marzo de 1919 las tropas del Ejército Blanco avanzaban desde Este, Sur y Noroeste pero como vimos ayer, fueron detenidas prácticamente a las puertas de Moscú, quedando rota en Noviembre la capacidad combativa de estos ejércitos, entre otros factores, por el abandono del apoyo extranjero. Hubo un lapsus en la campaña mientras se llevaba a cabo la guerra polaco-soviética, pero cuando las tropas bolcheviques regresaron de Polonia, la resistencia de los blancos en Crimea, donde resistían todavía el acoso rojo, viéndose forzados los supervivientes a ser evacuados a Estambul en Noviembre de 1920.

La guerra civil concluyó en 1923. El 25 de Octubre de 1922 el ejército rojo ocupó Vladivostok.

A través de una argucia retórica, el partido, que ejercía una dictadura, cada vez con menos tapujos, transformó esa situación en una "dictadura del proletariado", aunque los proletarios resultaran las primeras víctimas de su despotismo: en 1921 , la sublevación de los marinos y obreros de Petrogrado (San Petersburgo), que protestaban contra la miseria reinante y los métodos policiales del partido en el poder, fue reprimida a sangre y fuego. A partir de ese momento toda oposición a la línea política general decretada por el Comité Central del Partido, fue considerada un leso crimen contra el estado. En Junio, una purga, la primera de una larga serie, en el seno del propio partido, condenó a la muerte civil a una cuarta parte de los hombres que habían protagonizado la revolución de Octubre.

El poder residía en la alianza de obreros y campesinos, pero lo ejercía, en su nombre, el partido bolchevique; este, a su vez, obedecía disciplinadamente a su comité central y este organismo, con el tiempo, declarará obediencia ciega a su Secretario General, llegándose así al poder de una sola persona, es decir a una autocracia, sistema de gobierno que luego ejercería Stalin a través del más criminal poder que ha conocido la historia del hombre, seguido posteriormente por otros criminales comunistas que han practicado el genocidio con las gentes de sus propios países en nombre del socialismo, con frecuencia "democrático" o "popular" (República Democrática Alemana, o del Congo, o Popular de Corea del Norte, o de Laos, etc.).

Azorín nos relata a propósito del sufragio que tuvo lugar en Yecla en 1885:

"Ayer se celebraron las elecciones. Y ha salido diputado, como siempre, un hombre frívolo, mecánico, automático, que sonríe, que estrecha manos, que hace promesas, que pronuncia discursos..."

Parece ser, amigos míos, que el PSE, para cualquier persona con dos dedos de frente el partido socialista, rama del PSOE, que ejerce el poder político en Vascongadas, ha hecho la propuesta en el parlamento de su región para que se homenajeen a las víctimas de los "excesos policiales". Independientemente de que todo esto huele a simple "agit-prop" de lo más cutre, no cabe la menor duda de que la desmembración, decadencia, corrupción institucional y descomposición del partido socialista es total. Aquí cada uno dice y hace lo que le da la gana. No solo para España, a la que el progre Obama ha calificado ayer de un peligro para Europa y el mundo occidental, sino para el histórico PSOE, Zapatero y su comparsa ha resultado la peste más dañina de toda su historia, incluyendo las vilezas de su propio fundador.

Desde hace meses que saben que su descomposición es tal que solo el vil Rubalcaba puede tener la desvergüenza de mantener la proa hacia las generales, y siempre cumpliendo dos cometidos: hablar pero no gobernar, mientras ensucia la alfombra todo lo que pueda para que los siguientes (el PP) arrastren las cadenas de las miserias que ellos mismos han sembrado; y en segundo lugar agitar las masas todo lo que sea posible para crear un ambiente de crispación pre-guerra civil (ayer se intentó quemar una iglesia) que supere a la que siguió al 11-M que tan bien diseñaron.

Y en esta línea política de la nada, afirma el candidato a la nada que el Estado va a crear empleo (cuando es al contrario, el estado debe fomentar la creación de empresas pero en ningún caso contratar más funcionarios) y aumentar los impuestos (de momento sobre el patrimonio, que dice que es contra los ricos, cuando en todos los pueblos de España, Cataluña y Vascongadas, muchas personas, en buen número jubiladas, poseen finquitas, terrenos, solares y viviendas rurales, heredadas desde sus bisabuelos y que si les clavan este impuesto van a tener que abandonar, por no poder sufragar los gastos) ambos propósitos, como la materia y la antimateria, destinados a anularse entre ellos. Mientras, no hacen más que llegarnos noticias nacionales, como que las obras de los Ave se deben en su totalidad, es decir engrosan la deuda pública, o internacionales, como el horror de que Grecia no tiene dinero más que para pagar sueldos en el mes de Octubre, en tanto que el vil Rubalcaba aconseja "aislar" -literalmente- a ese país. Grecia está ya en la quiebra total, no por qué las arcas de su Estado ya no tenga dinero, sino por la enorme cantidad que debe, a causa de los préstamos para su rescate, y jamás va a poder devolver. Y si el pais heleno cae, la cordada se desplomará y España saldrá también del euro, volveremos a la peseta -algo que yo he pronosticado hace años- y la devaluación de la moneda propia nos va a empobrecer entre el 50 y el 70%. Esto es Zapatero; esto es el socialismo; esta es la masonería unida a la izquierda rampante, pija y progre. Y mientras tanto entretengámonos discutiendo si se debe o no hablar catalán o español en las escuelas de la Marca Hispánica. Yo me conformaría con que se educara bien a los jóvenes aunque fuera en suajili.

Pio Baroja, en 1904 decía:

"Yo quisiera que España fuera muy moderna persistiendo en su línea antigua. Yo quisiera que fuera un foco de cultura amplio, extenso, un país que reuniera el estoicismo de Séneca y la serenidad de Velázquez, la prestancia del Cid, y el brío de Loyola".

Buenas noches.

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