viernes, 30 de diciembre de 2011

El amplio movimiento migratorio registrado en los pueblos germanos durante la primera mitad del siglo V afecto sobre todo a germanos, francos, visigodos, burgundios y vándalos. En realidad, la historia de los germanos, un pueblo de origen indoeuropeo, es la de una migración constante, como la de los vándalos y los godos, que desde el sur de Escandinavia se trasladaron a la costa Báltica para asentarse en la región comprendida entre los ríos Vístula y Oder, la actual Alemania Oriental.
En su avance hacia el oeste las tribus germanas expulsaron a los celtas y. en tiempos de Cesar, atravesaron el Rin. Por su parte el numeroso pueblo marcómano abandonó durante el último decenio del siglo I adC. el valle de Main y se refugió en Bohemia bajo presión de los romanos. Hacia finales del siglo III, los pueblos germánicos se distribuían así: Al este del Rin y al norte del Main, una región que abarca también los Campos Decumanos, estaba ocupado por los alamanes, y en el curso superior del Main se habían establecido los burgundios. Los frisones y sajones se asentaban en la costa septentrional de los actuales Paises Bajos y de Alemania, hasta Holstein. Por último los anglos ocupaban Jutlandia (en la punta norte de Dinamarca).
Los pueblos que durante la época del historiador romano Tácito (siglos I-II adC.) habitaban en el curso inferior del Vístula, se desplazaban ahora hacia el sudeste; los ostrogodos se habían establecido en Ucrania, los visigodos en la antigua provincia romana de Dacia (actual Ucrania)y los gépidos en Transilvania (en el centro de la actual Rumanía). En los territorios situados en el este de esta región, los hunos organizaban ya su expansión hacia occidente.
A partir del 370, la presión militar de los hunos obligó a los germanos a abandonar las regiones en las que habían vivido durante largo tiempo: los visigodos atravesaron entonces el curso inferior del Danubio y penetraron en territorio del Imperio Romano. Las siguientes invasiones de los hunos, que afectaron en buena parte a Europa Central, empujó a los vándalos, alanos y suevos hacia las Galias a partir del 406. La principal arma de los hunos era la caballería, compuesta por jinetes reclutados en las llanuras del Asia Central. Además estos jinetes usaban sillas de montar, herraduras en sus caballos y, sobre todo, estribos, lo que les daba una estabilidad sobre su montura excepcional, y que eran desconocidos por los pueblos europeos, incluidos los romanos.
Los hunos eran un pueblo nómada, que vivía de la ganadería, la caza y los botines que obtenían durante sus incursiones bélicas y sus operaciones de saqueo. Su organización política y militar era laxa y permitía que las distintas tribus que los componían se desplazaran según sus propias necesidades. Como resultado de la creciente agresividad de los hunos la distribución de los pueblos germanos registró variaciones importantes en el siglo V. Los anglosajones ocupaban Inglaterra; los francos eran dueños del norte de Francia
y los burgundios se trasladaron a Saboya (norte de Italia) y al valle del Ródano con autorización de los romanos. Al oeste de los burgundios aparecen ahora los visigodos, cuyo reino tiene a Tolosa como capital. En 409 los suevos, vándalos y alanos habían penetrado profundamente en la Península Ibérica, y 20 años despues, con el rey Genserico a la cabeza, llegaban al norte de África y se adueñaban del granero del imperio. Mientras tanto Alemania occidental y central queda en manos de los eslavos, cuyo territorio se extiende ahora hasta Bohemia y el Elba.
Los movimientos migratorios determinan la aparición de una nueva estrategia bélica y una nueva organización política. La caballería se convierte en el arma predominante, y en los pueblos germanos de los reinos mediterráneos, el antiguo orden romano es reemplazado por una autocracia de origen militar, que concentra en manos del monarca la totalidad del poder político (como en el principio de la Roma).

Gracián, en el "Criticón" nos aseguraba:
"Para gobernar locos es menester gran seso y para regir necios, gran saber".
Magnífico el Concierto de Año Nuevo que, como siempre nos ha ofrecido la Orquesta Filarmónica de Viena dirigida, en esta ocasión, por el letón Mariss Jansons.
Ahora pasemos de largo entre la niebla de las corruptelas de los personajes y personajillos (pienso en Pepiño, por ejemplo) mediáticos (que se dice), que de ellos ya se ocupa la prensa, e incluso sobre esa majadería que ha derramado tanta tinta, con lo cara que está la tinta para revelar noticias imprescindibles, acerca de lo que gana el rey y si embargo recordemos, por decir algo, aquel caso que yo comenté en este blog, sobre médicos foráneos a los que se les regalaba la titulación y habilitación para ejercer en España sin derecho oficial, y de lo que no se ha vuelto a hablar. Bueno pues ya sabemos que un comisario corrupto, por un sueldo de 6.000 euros (talentos de plata), de la piara del vil Rubalcaba, detuvo la vía investigadora. Yo, ténganlo por cierto, estoy totalmente convencido de que toda esta gentuza que se ha arrimado, sistemáticamente, al fuego infernal del PSOE, ni son socialistas ni les importa un pirulí semejante ideología o cualquier otra, que no sea el medro personal, amoral y despreocupado, como las ratas se arraciman en la basura, pero son dúctiles y maleables a la voluntad del corrupto jefe; porque golfos tenemos para aburrir en todas las cajitas sociales (incluida la Iglesia), pero lo del socialismo español y sus pseudópodos infiltrantes es asunto para tesis doctoral en sociología. Por lo menos parece que ya nos quitamos a Pumpido, que ya es algo, y al JEMAD ese traidor que le lamía el felpudo (la alfombra quiero decir) a la Chacón, también le han destituido, pero creo que fusilado no; aunque parece que a Fernández Ordóñez no le despegan del Banco de España, último culpable de la situación bancaria nacional, ni con agua caliente.
Mientras, continúa la preocupación por el desplome irrecuperable de los créditos hipotecarios y, a rebufo, la construcción, al menos hasta que las entidades financieras vomiten todas las viviendas que acaparan y el poder adquisitivo del ciudadano permita asegurar su fiabilidad para el endeudamiento, y este asunto, de importancia vital para un país cuyas finanzas se han nutrido tradicionalmente del turismo y del ladrillo, no deja de ser una pescadilla que se muerde la cola. Habrá que empezar por algún sitio y, sin duda, este se encuentra en creación de puestos de trabajo estables, algo que debe llevar a cabo la empresa privada, sobre todo la pequeña y mediana empresa, y para ello hay que facilitárselo al ciudadano con espíritu emprendedor, bajando impuestos y subvencionando su iniciativa para prosperar, promesa que hizo Rajoy, porque existen otros métodos.
Y a ello se han puesto en la Moncloa y han comenzado a apalearnos con subida de impuestos (IBI e IRPF), y demás medidas que encontrarán en la prensa y que, parece que son necesarias, pero a costa de la clase trabajadora (término que no coincide con lo que los sindicalistas entienden por trabajador. Mientras tanto Zapatero no va a la cárcel, sino al Consejo de Estado a seguir medrando y le van a colgar el collar de Isabel la Católica. Quién le iba a decir a este necio e inútil abogaducho que iba a trepar como lo ha hecho sin el menor esfuerzo intelectual.
Pero, por lo menos a mí, me resulta un pelín molesto que el gobierno Rajoy legisle sanciones rigurosas contra quien provoque despilfarro del erario público, pero dicen que es sin carácter retroactivo (será que esperan sancionarse a sí mimos en el futuro), y en cambio que nos machaque en las próximas declaraciones de la renta a la clase media con la reforma del IRPF, y, como siempre, a costa de la felicidad de los empleados públicos y sus familias (menos los políticos nacionales y locales, que al parecer no son empleados públicos y no se recortan ni el bigote), y el resto del año con subida de impuestos, a pesar de garantizar durante la campaña que los bajarían porque subir impuestos provoca retracción de la economía, y ahora lo justifican diciendo que no esperaban lo que se han encontrado (yo sí..., y ellos también sabían que el déficit público estaba en el 8%, de lo que culpan a las autonomías, pero ningún responsable, insisto, a la cárcel). Qué ¿Que no es mosqueante?
Según el diccionario de la RAE cinismo es: "Desvergüenza en el mentir y en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables- Impudencia; obscenidad descarada". Marx definía la plusvalía como: "la apropiación del trabajo no remunerado del obrero", y, en el derecho civil español, la "apropiación" "acto por el cual alguien hace suya una cosa, incluyéndola en su patrimonio" se considera que equivale a "la adquisición del derecho de propiedad" (no necesariamente el de pernada, pero todo es darles tiempo); en cuanto al derecho penal se considera "apropiación indebida" a : "Delito por el que, en perjuicio de otro, se apropia o distrae dinero, efectos o cualquier otra cosa mueble que se hubiera recibido en depósito, comisión o administración...". Tambien leemos que "Agravio comparativo" resulta definido como: "Situación de discriminación que se produce entre dos o más personas, instituciones o estados que tienen derecho a un trato igual"... En fin para qué seguir. Si consideramos que el gobierno del PP mantiene la ley Sinde, pasa página y no desea ponerse a mal con los culpables de la ruina de la nación, ni con vascos ni catalanes, miente con descaro y prepotencia de dictadura argentina o chilena (las de hace 30 años), pienso que igual que el PSOE negoció en secreto con ETA, el PP ha negociado con el PSOE trás bambalinas.
Mariano, eres un cínico sin vergüenza, además de un traidor.
Y encima el ignorante pueblo español que tenía que negarse a votar, agarrar un fusil y asaltar el Parlamento y no dejar un político vivo, ni un juez prevaricador, ni un fiscal corrupto, ni un empresario enriquecido con el choriceo, ni un sindicalista..., pues resulta que se dedican a insultar a los médicos en los ambulatorios, porque la sanidad no funciona, o a los pobres empleados de las oficinas de banca a los que llaman ladrones, sinvergüenzas y no se cuantas cosas más, en tanto Rato, Botín y demás, de rositas. Ciudadanos, sois unos imbéciles.
Ven ustedes por qué no voto en las elecciones.
Y si la admonición de Gracián no tiene vuelta de hoja, vean lo que advierte Balmes:
"¡Ay de los pueblos gobernados por un poder que ha de pensar en la conservación propia".

Relájense que estamos en lo mejor de lo que nos queda, y descansen.

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