martes, 24 de mayo de 2011

Amigos lectores, creo que las consideraciones que hemos hecho, días pasados, en relación con la Segunda República y la Guerra Civil, en nuestro repaso a la Historia de España, que venimos comentando desde los primeros pobladores de la Península Ibérica, desde hace semanas, resultan más que suficientes, acerca del tema, para el propósito de este blog. Hoy toca entrar en el capítulo del "Franquismo", Porque aquel, que debió ser, un pronunciamiento militar más, promovido por los generales Mola y Sanjurjo, y apoyado por Franco, terminó, después de una sangría humana, social, y económica, para el país, en una dictadura militar, que era el propósito primero: pues nos habríamos ahorrado la guerra.
El debate del gusto de la gente, se resume en "Franco bueno/Franco malo" "Franco libertador y cierra España/Franco fascista y asesino". Yo no voy a entrar en esas consideraciones, que siempre me han parecido, como historiador, una estupidez simplista y tenebrosa. Si queremos analizar los años que siguieron a la Guerra, el periodo de dictadura del General Francisco Franco Bahamonde, hay que aventar la parva y separar tres grandes aspectos de su mandato:
Franco no era un hombre muy inteligente, pero sí astuto y listo (y además gallego, de los de antes) y sabía lo que queria. Y para llevarlo a cabo hubo de vender "acciones de su empresa", empezando por llamar al invento político "Democracia Orgánica", y continuando por convocar a aquellos "partidos" políticos que, sin duda apoyarían su mensaje, y que él reunió en un solo partido, y que controlaba a través de un ministerio (el ministro Secretario General del Movimiento), muy saturado por la Falange (a la hermana de José Antonio la concedió un cargo muy relevante), aunque no era la única agrupación politica que estaba representada (también los Requetés (de origen carlista), las JONS (nacional-sindicalista), el Núcleo de la Lealtad, de Jesús de Cora, excombatientes y División Azul, y otros más, siempre minoritarios respecto a Falange, algunos, verdaderas moscas cojoneras, como el grupo del conde de Rodiezmo de tendencia pro Juan de Borbón, a quien Franco acabó por poner en la frontera).
A estos apoyos les debía, en buena parte su asiento en el poder, de modo que si en ciertas celebraciones había que usar el uniforme blanco, con camisa marino, boina ladeada y saludar brazo en alto, pues nada, a ello, que no se molesten los aliados. Por otro lado hizo todas las concesiones habidas y por haber, a la Iglesia, consciente del ataque sufrido durante la contienda, y de la importancia que para sus propósitos tenía introducir, por narices, en todas los hogares, una serie de devociones que desagraviaran a la Iglesia y le dieran un protagonismo relevante en el devenir de la sociedad española, por cierto, bastante devota en el bando ganador.
Ya me han leído que opino que Franco no era fascista, aunque sí se alió con partidos de esta ideología. Una prueba de ello es que, durante el mandato de Mussolini en Italia, e incluso de Hitler, en Alemania, en estos países no se besaba la mano de los curas por la calle, ni se llevaba a los alumnos de colegios enteros en fila a "tomar la ceniza" el miércoles oportuno, ni se controlaba en los colegios quien iba a Misa y quien no, anotando estas faltas con un punto rojo junto al nombre del alumno, ni se rezaba al entrar en clase, ni se pasaba por las casas una capillita con la imagen de la Milagrosa, que cada familia exponía en el salón alumbrada con una lamparilla, ni, sobre todo, jamás Mussolini ni Hitler entraron bajo palio en ningún templo para llevar a cabo una ceremonia de alto rango. El Fascismo y Nazismo eran, básicamente anticlericales. Lo que ocurre es que Franco montó, con gran astucia, un mejunje, trenzando el Movimiento con la Iglesia oficial, y de esta forma, concediéndoles atribuciones de segundo orden, tenía, al mismo tiempo controlada la política y el mundo católico (a pesar de todo él era católico practicante, sin lugar a dudas).
Resueltos estos dos escollos, ya podía dedicarse a su programa de reconstrucción nacional, que llevó adelante, a pesar del bloqueo que hubo de sufrir, durante los primeros años de su mandato, por parte de los países europeos. Pero aquella división, pertinaz en Europa, de la que ya hemos hablado, entre Comunistas y NO Comunistas, tras la Segunda Guerra Mundial, se extendió a todo el planeta, hasta el punto de dividirlo en dos bloques, enfrentados en lo que se conoció como la "Guerra Fría", y, por idénticas razones, o estabas en un bando (Pacto de Varsovia) o en el otro (OTAN), Y Franco controlaba, en buena medida, la entrada al Mediterráneo, y era anticomunista acérrimo. De modo que el apoyo americano no se hizo esperar (Bienvenido Mr. Marshall), y detrás, con agrado o sin él, el resto de la comunidad occidental en Naciones Unidas.
La reconstrucción del país estaba asegurada. Y su proyecto tuvo gran éxito en cuanto a industria, comunicaciones, construcción de pantanos, atracción del turismo hacia el Mediterráneo, viviendas asequibles a todo el mundo, sanidad (Seguridad Social), exportación de cítricos, aceite y vino, ferrocarriles, automóviles, etc. Y finalmente el Ejército (al que también implicó en el trenzado con el Movimiento y la Iglesia declarando la contienda civil como una "Cruzada"), ni que decir tiene, que la milicia era devota a su Generalísimo hasta la muerte. Se trataba, naturalmente, de una dictadura militar, caracterizada por ser de corte patriótico (algunos dicen que nacionalista, pero yo distingo entre ambos términos), católico, tradicionalista (algunos dicen que conservador) como corresponde a su carácter de hidalguía militar, y, en cierto modo autárquico, pero solo en cierto modo, pues sin la ayuda exterior, los logros conseguidos hubieran sido imposibles de llevar a cabo.
Y Franco, sin duda, era, ante todo, militar, católico y anticomunista, y después personalista, antimasón, antijudío (esto yo nunca he acabado de encajarlo), muy astuto (es notable que nunca se dejó atrapar por cantos de sirena, aunque a alguno se lo pareciera, por eso duró lo que duró) y gallego. Todo lo demás fue brindis a la concurrencia y "¡Viva Cartagena!".


El padre Mariana afirmaba:
"¿Qué mayor locura que fundar la esperanza ni confiar en el juicio de una muchedumbre demasiado ligera, de una muchedumbre que en breve espacio de tiempo raciocina y piensa de distintos modos?"
En fin que ya tenemos a todo el mundo pendiente de los comentarios de las pasadas elecciones, que los hay para todos los gustos, una vez que la mamarrachada de la Puerta del Sol ha perdido la fuerza mediática que se le concedió, nunca entenderé por qué, la nueva desobediencia de Rubalcaba a la ley,en este caso a la normativa electoral, pero es igual este hace con la ley lo que le sale de la operada próstata, y finalmente muy atentos a los fichajes de los equipos de fútbol para la temporada que viene. Y ya.
¿Y que pasará cuando los del PP lleguen a las comunidades y los ayuntamientos y consulten los libros de cuentas? Europa se teme lo peor y la bolsa también. Porque, no me cansaré de decirlo, el cáncer de España no es la banca -que también-, como pretenden los políticos, la prensa y los pretendidos expertos en economía, naturalmente para despistar de la verdad; el cáncer español, la ruina del pais son las autonomías y la corrupción, en el momento actual disparada hasta extremos asesinos.
Hasta las elecciones generales, todo hace pensar que quedan diez meses, habida cuenta de que Zapatero se ha enrocado, se ha aculado en tablas, y con esta chusma todo vale. Espérense cualquier felonía en estos meses: una manifestación "pacífica", muy probablemente sindical, en que se producen unos aleatorios disparos, naturalmente de la derecha extrema, con el saldo de varios muertos, algo así como ocurrió cuando el asesinato del arzobispo Oscar Romero y un montón de civiles en El Salvador, o en Honduras en el golpe de estado de 6 de Julio de 2009, en Guatemala el obispo Gerardi, o, en la actualidad los asesinatos de Assad; es un suponer solamente. De todas formas, con Gandhi Rajoy estamos todos para dar la vida por... todavía no sé por qué. Pero atención a los próximos meses.
Y del 11-M ¿Que? ¿Como se nos ha quedado el cuerpo? Muchísima gente pensará que es imposible, impensable e inverosímil semejante crimen de estado en un país "democrático" como el nuestro. Bien, que cada uno piense lo que quiera, pero ni es el primer genocidio, ni será el último desde la muerte de Franco; la ambición por el poder y las imposiciones de doctrinas del orden de las masónicas, hacen posible cualquier bestialidad. Y les voy a decir más, estos y otros atropellos son uno de los inconvenientes de la "democrácia" española.
En España no existe separación de poderes ni estado de derecho; un político, local o nacional solo gobierna, por llamarlo de alguna manera, para dentro de cuatro años, sin importarle el futuro, lo importante son las elecciones. Un estado destruido, disperso y necio es siempre más manejable, luego la política consiste en destruir ese estado y adoctrinar a las futuras generaciones, sobre todo, por parte de la izquierda, de que lo importante es, precisamente, el estado, la persona, el individuo es prescindible por el bien del partido y la doctrina.
Para los lectores de fuera de las fronteras españolas, que tengo muchos, quiero que sepan que España es un vertedero de mentiras, donde los propios españoles continúan viviendo como si se mantuviera el pasado "estado de bienestar"; un país infestado de inmigrantes, más de la mitad moros, que constituyen una quinta columna de posible terrorismo, y delincuentes de países del este europeo organizados en bandas criminales, contra todos los cuales, la legislación vigente, y la voluntad comprada de las fuerzas del orden nada estan dispuestas a hacer; sobre todo las policías autonómicas y locales, cuya misión es escoltar al edil de turno y poner multas de tráfico... y ya. El resto, un sheriff y sus ayudantes.
Los jóvenes preparados y conscientes de la situación se marchan a trabajar al extranjero; la situación moral ha destruído la familia, ha introducido el asesinato bajo protección legal (aborto y eutanasia), se ha liquidado la posibilidad de creación de empleo (en este momento hay más personas viviendo como pensionistas en la forma que sea que trabajadores estables) y se ha endeudado la nación hasta extremos impensables para décadas. Hoy día invertir en España es un suicidio.
De Unamuno en su obra "Del Sentimiento Trágico de la vida" extraemos esta frase:
"El trabajo es el único consuelo práctico de haber nacido".

Buenas noches.

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