lunes, 28 de marzo de 2011

Conste que -sigamos con retazos de nuestra Historia de España- en lineas generales, desde los Reyes Católicos, o mejor dicho después de la regencia de su hija, Juana la Loca, comienza el reinado de los reyes de la casa de Augsburgo, también conocidos como los Austrias, a saber: Carlos I, Felipe II, Felipe III, Felipe IV, y Carlos II; tras ellos llegaran los Borbones, pero estos monarcas de momento nos pillan muy lejos.
Casualmente, el primer monarca de la casa de Augsburgo, Carlos I, nace en 1500, y el último, Carlos II, muere en 1700; exactamente doscientos años de Austrias.
Pues bien, hoy nos toca comentar algún asuntillo de Felipe III que reinó desde 1598 hasta 1621, pero no esperéis grandes cosas de él, porque los dos gigantes de la familia, ya los hemos pasado: el caballero Carlos y el administrador Felipe. No obstante, y antes de seguir adelante, ayer dejé sin comentar algo importante del reinado de Felipe II: En 1578, en plena batalla muere el rey de Portugal sin dejar descendiente, por lo que se queda a cargo de la corona el anciano y decrépito tío abuelo suyo, cardenal Enrique, al que le quedaban no más de 3 afeitados. De modo que cuando el purpurado abandona este mundo, se lía la gorda, porque hay distintos candidatos para recoger el cetro que ha quedado libre; entre otros Felipe II, como recordaréis, hijo de Isabel de Portugal, única esposa de Carlos I. Y como no había forma de llegar a un acuerdo por las buenas entre todos los aspirantes, Felipe II le dijo al duque de Alba ¿Que tienes que hacer mañana? -Nada especial majestad (contestó) -Pues toma varios miles de soldados, los más bestias, y embiste contra Portugal, y convénceles de que el rey de la Lusitania, por derecho soy yo. Dicho y hecho. De este modo su hijo Felipe III, heredó la corona de España y la de Portugal, junto con las posesiones de ambos reinos.
Pues señor, a este Felipe III, rubio y bigotudo él, se le conoce como "el Piadoso", una forma delicada de llamarle simple y un tanto gaznápiro. Más hemos de considerar, asimismo, que este monarca tuvo una suerte tremenda, porque le tocó vivir el tránsito desde el Renacimiento al Barroco, con un plantel de figuras que jamás volverán a darse juntas en la historia de la cultura española, tanto es así que al siglo XVII se le conoce como el "Siglo de Oro". Voy a nombrar, solo, a los más conocidos: Cervantes, Lope, Góngora, Quevedo, Tirso, Calderón, Alarcón, Garcilaso, Velazquez, el Lazarillo de Tormes, de autor anónimo, y el humanista y filósofo Luis Vives que coincidió con los momentos álgidos de las universidades de Salamanca y Alcalá de Henares...
Se dice que las aficiones del rey eran la caza (como todos), el teatro y la pintura, ¡Pero vamos! es que si no le gustan las artes en aquella época es para matarle. Se casó con Margarita de Austria, con la que tuvo 8 hijos. También disfrutó de un valido, el duque de Lerma, otro figura que se dedicó a forrarse, hasta que aquello resultó tan descarado que era la comidilla en palacio y fuera de él y tuvo que ser sustituido por el duque de Uceda, que era más fino.
En cuanto a la acción de gobierno de Felipe III, prácticamente todo gris: algunos rifirrafes con los de siempre, quizá mas intensos con los turcos que llegaban a saquear las costas españolas, con la ayuda de los moriscos locales, una de las razones por lo que los mandó a freir espárragos (aún se le sigue criticando la expulsión de los moriscos).
España con Felipe III sufrió una seria crisis económicas, en vista de lo cual el rey recurrió a un subterfugio para la devaluación de las monedas, que debían ser de plata, pero a las que se les añadía cobre, cada vez en más cantidad, con lo cual su valor nominal no correspondía con el valor del metal; eran las monedas de vellón.
Felipe III murió de unas fiebres que contrajo en Portugal, como ya comentamos en 1621.


Desconfiemos de las improvisaciones -advertía Ramón y Cajal-. Obra del inconsciente, constituyen algo así como la descarga no inhibida del automatismo cerebral. En ellas las ideas suelen seguir la dirección de la menor resistencia, substrayéndose, por lo común, a la alquitara de la lógica y a la turquesa de la forma sobria y expresiva".
Un poco de atención a la crisis de la energía atómico como medio de obtener energía eléctrica, a propósito del incidente de Japón, donde, por cierto, los muertos por el terremoto/maremoto sufrido, por el momento todavía sin saldo definitivo, se acercan a 25.000 contando los desaparecidos, en tanto que los afectados por la radiación, son todavía muy pocos. Sí, ya sé que habrá todavía más debido a alguna forma de cáncer y, posiblemente, malformaciones genéticas en recién nacidos, pero nunca alcanzarán la cifra que se ha llevado por delante la madre naturaleza (la bomba de Hiroshima mató a 100.000 personas, pues esa era su misión, los mismos, por cierto, que en la toma de la isla de Okinawa, en tanto que la batalla de las Ardenas se saldó con 160.000 bajas sumadas las de los aliados y los alemanes).
Yo no puedo dejar de hacerme una pregunta: Si en lugar de una central nuclear el terremoto hubiera reventado una presa, utilizada para producir electricidad no contaminante, que se hubiera llevado por delante varios pueblos en una gran riada ¿Cual sería el saldo fatal? Recordemos que la rotura de la presa de Johnstown mató a 2.200 personas. Entonces ¿Cual es el sistema de obtener energía más seguro, no contaminante y que no altere el ecosistema? Sin duda la energía nuclear, claro que controlada en centrales que sean inspeccionadas regularmente por una agrupación internacional, imparcial y no corruptible (pues no pido yo nada) para evitar que el gobierno local se ahorre los gastos de mantenimiento y puesta al día, causa última de los accidentes de Japón y, por supuesto, de Chernobil. Como dice George Monbiot: "La energía es como la medicina: lo más probable es que lo que no tiene efectos secundarios no sirve para nada".
Y aunque estoy haciendo esfuerzos titánicos para evitar comentarios que por reincidentes y sistemáticos resultan estomagantes,sobre la canalla que nos gobiernas y sus agregados, no se puede obviar el descubierto que hace un diario de tirada nacional el 28 de Marzo. Además, de la misma manera que critico a Pedro J. en otras ocasiones, hoy..."chapó"; abramos la puerta del bar Faisán y ventilemos la peste a podredumbre institucional que rezuma, y de paso las del palacio de la Moncloa y de los ministerios y... dejémoslo. No obstante yo vengo, hace años, dando pistas más o menos sutiles, que me eviten dar con mis huesos en la cárcel, sobre las verdades que deben descubrirse en toda su crudeza, para verguenza de todos los españoles y especialmente los que votan al PSOE. Ahora se está limpiando la pátina de herrumbre que cubre la letrina de la relacción entre el partido socialista y los asesinos vascos, por intereses políticos (hablo también del 11-M). Algo también se empieza a alumbrar sobre el GAL y algún día se escarbará en el 23-F, en el caso de la colza y, definitivamente, sobre el 11-M, episodios que podemos calificar de genocidios para obtener ventajas políticas. A este respecto dos refranes nos vienen al pelo y se los dedico al miserable y mezquino Rubalcaba: "por la boca muere el pez" y "a cada cerdo le llega su San Martín". Esa es al menos mi esperanza. Solo algo me entristece como español: Majestad, ¿donde estáis?
"Discutíase en el Ateneo -comenta Ramón y Cajal en sus "Charlas de Café"- el manoseado tema de la escasa o nula retribución de los maestros de escuela. Todos lamentábamos el infortunio de la sufrida clase, tan traída y llevada en zarzuelas y sainetes, cuando Zahonero se levantó para decir: -Si no cobran, suya es la culpa, porque en treinta años de labor no han sabido educar una generación que les pague".
Algo semejante deberíamos decir de las generaciones que se vanaglorian de asentarse en un sistema democrático, cuando no han sabido nunca elegir a representantes que no se corrompan., si no es que ya llegan corrompidos.

Buenas noches.

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