sábado, 21 de abril de 2012

En el reinado de Isabel I de Inglaterra, los estudiantes de la escuela de derecho animados por la misma pasión por el espectáculo que ha llevado al pueblo a hacer con la historia santa los "milagros" que se representan en suntuosos desfiles, se convierten en actores y autores. Echan mano sobre todo de Séneca, que les presta un estilo eficaz y variado, y temas trágicos propicios para inflamar su fértil imaginación.
Venganzas, celos, orgullo, odio despiadado y destino implacable se encuentran entre los ingredientes básicos, a los que contribuyen, en los intermedios, los coros de fantasmas los banquetes monstruosos, las inmolaciones por el hierro o el fuego, todo ello inmerso en los indispensables ríos de sangre, necesarios para el progreso de la tragedia. Los autores de mayor éxito son, primero, Thomas Kyd, Marlowe, Alabaster y más tarde, Chapman, Shakespeare, Tourneur, Middleton yRowley.
Los espectáculos comienzan a trasladarse de las iglesias y las escuelas de derecho al patio de los albergues, hasta que, en 1576, se construye el primer teatro público: "The Theatre".


Preguntaba Posada Herrera, en el Congreso, impugnando la concesión de los derechos individuales, que defendían los demócratas, a finales del siglo XIX:
"¿Que pedazo de pan dais con eso al pueblo?".
Según el diccionario de la RAE, masoquismo es la "perversión sexual de quien goza con verse humillado o maltratado por otra persona". En ningún momento dice que el masoquista precise, necesariamente, pertenecer al grupo de los imbéciles, subnormales, necios, memos, majaderos, mentecatos, acémilas o algo por el estilo; claro que tampoco aclara el diccionario que esté prohibido ser todas estas cosas. Esto ha quedado claro. Por otro lado todos recordamos, remontándonos a nuestra tierna infancia, que en clase siempre existía el típico niño repelente, aunque ahora no sabríamos decir por qué lo era el pobrecito, que cada vez que se escapaba una colleja, una patada en la espinilla o un capón siempre se lo llevaba él , normalmente por repulsivo a los ojos de los demás colegas (del latín co-legere). Bien pues ahora voy a referirme a Tomás, y no digo más, el niño más tonto de la política madrileña que debe ir de orgasmo en orgasmo, si nos atenemos a le definición de la RAE, porque cada vez que se dirige a una compañera de clase que se llama Esperanza, se lleva una patada en el cielo del paladar que las orejas, de soplillo que son, le aplauden con entusiasmo fervoroso, y, digo yo, ¡le da un gustirrinin!... y además nos descubre que tampoco paga su sueldo a sus empleados de la sede madrileña de la logia. En fin todos los días nos desayunamos con alguna noticia especialmente grata para endulzar un poco la amargura de la generalidad mediática.
Y hoy, que me encuentro de buen humor, también he sabido que en España hay petróleo. ¡como lo oyen! Oro negro. Al parecer ya se sabía, hace años, que existían estos yacimiento de la esperanza, en cantidades prometedoras, al menos en Valencia, Sevilla, Málaga, Cádiz, el Cantábrico y ahora en Lanzarote; y ahí los tienen, en el subsuelo, muertos de risa mientras la gasolina nos sube, y nos sube, y nos sube y Zapatero colocó, bien que tímidamente, algunos molinillos o placas solares por ahí para perder dinero que era su distracción favorita (al menos la de González era llevárselo crudo y los bonsais). Pues señor, aunque no se lo crean, todavía no se ha hecho un agujero para extraer el preciado hidrocarburo porque los ecologistas y otras especies autóctonas de tarugos, merluzos, desinformados e ignorantes, esos que estan convencidos de que se lo saben todo (entre los que se encuentra Jiménez Losantos que pontifica de oído) no quieren que se perforen. Y así estamos. Lo que no tengo claro, y si alguien lo sabe que me lo diga, es si los sufridos habitantes de este reino mágico, tenemos ganado al menos el purgatorio por soportar a esta fauna ibérica tan desaliñada.  Y si seguimos remontándonos a tiempos de mi infancia, recuerdo que había un actor de cine cómico que atendía por Buster Keaton, al que en España llamaban cara de palo porque no solo no decía ni pío (estamos en la época del cine mudo) sino que además no hacía ni un gesto, a pesar de lo cual era divertidísimo, o al menos a mi me lo parecía; recuerdo que la última película que le vi, siendo ya muy viejo (él) se titulaba "Golfus de Roma", film que aconsejo a todos que vean porque se van a reír un rato. Pues señor, la historia del mundo es cíclica y tiene tendencia a repetirse, será por eso que, a día de hoy, tenemos a Mariano que además de que no habla, ni parpadea, ni gesticula, es que no es nada divertido, no tiene maldita la gracia. Pienso yo que odia a todo el mundo: odia a los jubilados y pensionistas, a los "funcionarios", a las amas de casa, a las víctimas del terrorismo (del institucional, es decir del de Rubalcaba, también), odia a los que se ríen, a los que lloran, a los que luchan por sostener su familia, a los que comen todos los días, a los que no comen todos los días, a los que leen el periódico, a los que toman un cafelito porque es más barato que matar elefantes e incluso perdices, a los que tienen una carrera y la ejercen, a los que no tienen una carrera y ejercen lo que sea, a los pequeños empresarios, a los que trabajan sentados en una mesa de una oficina de Bankia, a los enfermos, a los sanos,... a todo el mundo, aunque parece especialmente dadivoso con los sindicatos, los partidos políticos en general, los diputados en general, los asesinos vascos en particular, los catalanes y su estatuto de los cojones, las televisiones públicas, los andaluces vagos que viven por el morro, los parlamentos de las comunidades autónomas en general y las alemanas y francesas en particular... en fin que es un niño autista, desorientado, galleguizado que además no sabe hacer queimadas ni recitar el conxiuro como hacía su condiscípulo Fraga. Mas hoy, que celebramos el cumpleaños de mi esposa con unos amigos, pocos y buenos, voy a hacer una paella con frutos del mar, de la huerta y del trabajo del hombre, congelados, que no va a podérsela saltar un nómada calé.
Un adagio anónimo afirma que:
"El mendigo es un invento útil; no puede pedirse un servidor más barato de nuestra conciencia".


Buen fin de semana.

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