lunes, 27 de febrero de 2012

El agente británico Thomas Edward Lawrence (Lawrence de Arabia) consigue ganarse la confianza del jerife de la Meca y de su hijo Faysal, y anima a las tribus árabes de Hedjaz a alzarse contra el imperio otomano para fortalecer la política de los británicos frente a los turcos durante la Primera Guerra Mundial.
Mediante una guerra de guerrillas logra que las tribus árabes avancen hasta Baalbek y ocupen Agaba en 1917. Husayn ibn Alí, quien el 2 de Noviembre de 1916 se había proclamado rey de los países árabes, declara la independencia del Hedjaz y establece la capital en la Meca.
La rebelión significa un triunfo para la oficina británica en el Cairo, a la que se incorporó el arqueólogo Lawrence en 1914. Sus aventuras en el Próximo Oriente, aderezadas por su amor a las tierras del desierto, las describe posteriormente en una obra titulada "Las Siete Columnas de la Sabiduría" (1936).

Ángel Ganivet afirmaba en su "Idearium español":
"Nuestra rebeldía contra la justicia no viene de la exaltación del sentido jurídico; al contrario, arranca de su corrupción".
En España, las autoridades judiciales, y en ellas incluyo a la fiscalía (por ejemplo al mastuerzo rojo ese de Villarejo), estarían compuestas por un 30% de corruptos, un 50% de sectarios, un 17% de acojonados y, con suerte, un 3% de personas decentes. Yo ya sabía, y lo dije en este blog, que trás la condena a Rubalcaba no habría otra más y que quedaría exonerado del resto de los delitos que se le imputaban; lo que no podía imaginar es la argumentación tan paleta e intelectualmente paupérrima, a más que embustera que lo intentara razonar. Dícese, y todos los partidos políticos y hombres de páginas mediáticas se apresuran despues de cada sentencia a dejarlo patente en sus declaraciones, que los dictámenes de los tribunales deben ser acatados y respetados. Pues bien, a mi no me da la gana. Yo respeto todo aquello que me parece respetable exclusivamente; lo de acatarlo ya es otra cosa mientras los de la toga tengan la sartén por el mango. Y puedo asegurarles que conozco poquísimas sentencias respetables, cuya argumentación, con frecuencia, es una payasada leguleya, y las dos últimas de Garzón no inspiran respeto ni por aproximación. Está claro que la violencia callejera tiene su recompensa política ( hoy nos informa la prensa de que Rubalcaba insta al PSOE a salir a la calle para hacer frente a la revolución conservadora) por lo que no entiendo como es que el partido en el gobierno actual no la practica igualmente. De cualquier forma ya dejó claro Pablo Iglesias que acatarían las leyes vigentes siempre que les fueran favorables. Y es que estos de "centro derecha" no aprenderán nunca. Y mira que es sencillo, no hay más que observar como se comporta la izquierda capitalista o, en su defecto, los de Al Qaeda que aprovechan cualquier oportunidad para colarse a reivindicar con el asesinato cualquier crimen institucional pero a la manera islamista. Y es que los musulmanes (me refiero al pueblo) son muy raros, porque los estan machacando por millares sus propias autoridades; no comen más que higos chumbos, cuando comen; sus mujeres son apedreadas y violadas impunemente; y viven en chabolas inmundas mientras los capitostes sobreviven en palacios a todo trapo... pero todo ocurre porque Dios lo ha querido. Pero como a alguien se le ocurra quemar un Coran, algo que me parece una falta de educación y una muestra de mal gusto, se lanzan a la guerra santa; son gente rara... Nunca acabaré de entender a Lawrence de Arabia.
Benavente, ya nos dejaba para la posteridad la siguiente reflexión:
"Si la justicia parece venganza, ¿como ha de impedirse que los hombres crean alguna vez que la venganza puede ser justicia?".

Que descansen.

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