jueves, 24 de enero de 2013

En 1636 y bajo los Tokugawa, la tercera y más importante de las dinastías shogunales, Japón inicia una política de total aislacionismo del mundo exterior. A partir de 1624, Iemitsu Tokugawa interrumpe el proceso de expansión promulgando una serie de decretos de expulsión de los extranjeros que comportan la prohibición de comerciar a los españoles y portugueses y la persecución del cristianismo. Las leyes aislacionistas del país se agudizan en 1639 con el cierre de todos los puertos japoneses, salvo para buques chinos y holandeses.

Diógenes advertía al hijo de una cortesana que tiraba piedras a la muchedumbre en un paseo de Atenas, con estas palabras:
"Ten cuidado; mira que puedes herir a tu padre".
Queridos lectores, una duda tremenda me corroe el alma, y me atrevo a preguntar espantado: ¿qué relacción comercial viene a tener Rajoy con la nación japonesa? ¿qué compromiso ideológico, emocional o de dependencia doctrinal embarga al presidente, no electo, de la Comunidad de Madrid Ignacio González con el presidente Shinzo Abe? ¿Y el consejero de sanidad madrileño Javier F. Lasquetty con el nunca bien ponderado ministro de economía del imperio del sol naciente Taro Aso? Porque el nipón, recientemente y acosado, supongo, por su propia crisis económica (he observado que por las ciudades europeas, incluidas las españolas, ya no se ven japoneses con sus magnñificas cámaras fotograficas, ahora nos invaden los chinos, claro que estos también resultaran efímeros a medio plazo) que le agobia hasta el estrangulamiento moral, ha declarado que los ancianos deben darse prisa en morir, que son demasiado caros para el sistema. Claro que el oriental pertenece al partido demócrata liberal... ¡Demócrata y liberal! ¡Qué peligro! Pues el tal Aso piensa llevar a cabo una reforma sanitaria (aprende Obama) reduciendo el gasto social y procurando que los jubilados vayan menos al médico y gasten menos en medicamentos. El aplastante argumento de este yellow man se apoya en: "¿Por qué tengo yo que pagar por las personas que sólo comen y beben y no hacen ningún esfuerzo?" Yo espero que no cunda el ejemplo de este merluzo y, más aún, que no haya cundido ya, porque miedo me da que el asunto de la privatización de los centros sanitarios (que, por si no se habían dado cuenta se esta llevando a cabo sin demora a día de hoy), lo del euro por receta, que de ningún modo tiene fines recaudatorios, lo de las restricciones del aparataje diagnostico, reducción del personal cualificado y su subsiguiente expulsión fuera del país, etc. tenga como fin el ahorro a la japonesa. Claro, no me extraña que de todos los empresarios (un total de 1.300) de 68 países reunidos en la asamblea del Foro Económico Mundial, los españoles hayan resultado los más acojonados por el riesgo de que en España tenga lugar una revolución social, temor que comparten  con los compatriotas de Chavez, el presidente que gobierna desde el exílio sanitario, y los del apartheid mata-negros. Y yo tan contento porque me queda poco más de un año para jubilarme. En este país ya no hay quien viva tranquilo, como si fueras judío en la alemania del III Reich.
Sir Horace Walpole escribió en una carta fechada el 20 de Agosto de 1743 a John Chute:
"Estoy tan lejos de haberme acostumbrado al trato de la especie humana, que mi ferocidad y mi natural salvaje aumentan cada día".

 Feliz descanso.

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