sábado, 12 de enero de 2013

En 1285 las tropas del rey francés Felipe III el Atrevido invaden Cataluña, en defensa de la iglesia romana, que ha visto atacados sus intereses tras la toma de Sicilia por Pedro III el Grande, rey de Aragón. Sicilia estaba bajo protección papal, por lo que Martín IV desposee a Pedro II e infeuda su corona a Carlos de Valois, tercer hijo de Felipe III, y proclama la cruzada contra los catalanes. Pedro el Grande acaba de hacer frente a las pretensiones de los nobles aragoneses, y concede a Cataluña importantes constituciones. Además ha sostenido una dura campaña contra el señor de Albarracín. Los cruzados de Felipe III y de Carlos de Valois, que cuentan con la complicidad de un sector de clero, e incluso con el apoyo de un hermano de Pedro el Grande, Jaime II de Mallorca-Rosellón, penetran rápidamente por el Rosellón y el Ampurdán y llegan hasta Gerona, que toman después de un duro sitio. Por el mar, gracias al errojo y la pericia del almirante Roger de Lúria, quien luego de batir a la armada de carlos el Cojo en el golfo de Nápoles y a los franceses frente a las islas Formigues, consigue impedir el abastecimiento por mar de los invasores.
 
Shakespeare, en Macbeth dejó escrito:
"¡Arroja a los perros la medicina; no la necesito!".
En fin, los médicos son muy malos porque hacen huelga, en las comunidades de Madrid y Asturias solo, y no quieren atender a los abandonados pacientes, ni los operan y, además, no son capaces de entender los beneficios que reporta la privatización de la sanidad pública que, dice el consejero de sanidad de Madrid, los responsables políticos, es decir ellos, no son capaces de gestionar, es decir que no saben hacer aquello para lo que se les paga, pero no se marchan (método Durán y Lérida) y se lo entregan a terceras personas para...
Los directores de centros públicos aterrados por todo lo que está pasando y, sobre todo, lo que va a pasar si nadie lo remedia, presentan la renuncia en masa, y el consejero de sanidad dice que hacen muy bien y que ya se nombrará a otros. Naturalmente los hospitales privados funcionan, los que funcionan, sin problemas, sobre todo si están gobernados por monjas (esto es una realidad incuestionable), porque su concepto de rentabilidad es muy distinto al de los públicos. Claro que ese no es el motivo de la tal privatización de los hospitales madrileños, ya que las empresas a las que van a encargar la gestión de los centros sanitarios de la comunidad de madrid (con minúsculas) son empresas participadas por afluentes próximos a Cospedal, Rato y tal y tal. Además no se trata solamente de gestión privada como quieren divulgar, sino transformar los contratos y nombramientos de Médicos y Personal Sanitario (con mayúsculas) obtenidos trás concursos y duras oposiciones, en contratos laborales sujetos a expulsión con 22 días por año trabajado (y es posible que hasta 14 meses solo como se va a hacer con los empleados de Bankia mientras Rato progresa, y preogresa, y preogresa y progresa...), que es el método de Rajoy para levantar la nación mientras los culpables de su hundimiento, que alcanza al Partido Polpular, pasean por los pagos patrios como señores feudales dueños de vidas y haciendas.
Naturalmente no voy a expresar la opinión que me merecen el consejero de sanidad o el presidente de la comunidad de madrid (con minúsculas) para evitar represalias contra mí, en tanto continúe siendo personal estatutario al servicio de este patio de monipodio, y para evitarme desagradables naúseas estomacales, lo que sí quiero aclarar es que he solido defender a Esperanza Aguirre cuando era presidenta, por su gestión, aparentemente, eficaz y decidida, pero una noticia reciente le pone a uno los pelos de punta: el anterior consejero de sanidad, un pijo melenas llamado Güemes, cesó de su cargo como consiliario de Esperanza y con anuencia de la misma, tras haberse hecho con el negocio de los análisis clínicos de todos los hospitales públicos inaugurados, ya claramente de manera innecesaria y con premeditado proyecto de privatización corrupta, por Aguirre durante su mandato y que son los que, en primera instancia, quieren privatizar en el momento actual sus herederos con personal sanitario más barato y "negocio" más caro y sustancioso. Amigos mios, en España, hoy la nación más corrupta de Europa, los ciudadanos somos carne, carne de tercera util solamente como abono para la sementera de los políticos que regamos con nuestra sangre y sudor, cuyos frutos recogemos doblando el espinazo para nuestros señores a base de votos que les conceden legitimidad a la chusma y que disfrutan ellos con absoluta impunidad.
En el mundo civilizado la investigación médica sobre diagnóstico y tratamiento de las enfermedades ha alcanzado un nivel sobrecogedor a rebufo de una tecnología puntera; bien es verdad que suele tratarse de paises donde la cobertura social y sanitaria deja mucho que desear, como los EEUU. En España siempre hemos presumido de una sanidad social puntera con médicos y enfermeras que se los rifan en cualquier país del mundo, dada su preparación y profesionalidad, pero adoleciendo de investigación. Ahora no solo es que la medicina asistencial va a estar en manos de las mafias más corruptas sino que la poca investigación que se ejercía quedará arruinada y con ella la docencia, que quedará a cargo de cuatro mangantes desilustrados y la relacción medico-paciente, tan fluida, en general, en el entorno del carácter mediterráneo, quedará al serício de empresas de trato estereotipado robótico, como el de las empresas de telefonía que nos dan la lata continuamente ofreciendo, por teléfono, el oro y el moro a través de una señorita entrenada a la que ni le va ni le viene el tema. Ya está pasando en muchos de nuestros hospitales. En definitiva, lo malo no es que el proyecto de "externalización" de la sanidad madrileña arruine la calidad sanitaria, ni que los médicos sufran la rebaja de su calidad y cantidad de derechos adquiridos de manera ilegal y fraudulenta (y el que quiera querellarse que lo haga que ya se ha encargado Gallardón de dificultar hasta el límite la posibilidad del ciudadano de ejercer su derecho de apelar a la justicia) sino que lo peor, mucho peor, es que para algunos el negocio está servido, y si en las próximas elecciones no salen elegido, pues se marcharan, como Gïuemes, con los bolsillos y las alforjas, repletos de billetes regados con sangre y, en este caso, salud de los ciudadanos y los médicos españoles. ¡Buen provecho!
El mismo Shakespeare también versificó en "Cymbeline":
"La vida puede prolongarse con al medicina, pero la muerte se apodera hasta del médico".
 
Buen fin de semana.

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