sábado, 30 de junio de 2012

A finales de 1900, el profesor alemán de física teórica Max Planck establece que la transmisión de energía, en relación con una escala atómica, no se presenta de forma contínua, sino en cantidades definidas llamadas cuantos o quanta. La teoría de Planck demuestra que la radiación de la luz se produce en cuantos, la magnitud de los cuales es proporcional a la frecuencia de la luz.
Por medio de la teoría de los cuantos es posible explicar, entre otras cosas, las leyes que rigen la absorción de una radiación y su emisión, los detalles de la luz espectral y las leyes del calor específico. Una continuación moderna de esta teoría es la de la mecánica cuántica.

Saavedra Fajardo en "Ideas de un Príncipe Político-cristiano" reflexionaba:
"Más reinos derribó la soberbia  que la espada; más príncipes se perdieron por sí mismos que por otros".
En fin, todos los lectores que me siguen desde hace tiempo saben que soy muy mal pensado y ¿que quieren que les diga? pero a mí todas estas repentinas detenciones de asesinos vascos por todo el mundo mundial, al tiempo que otros mafiosois de estos manifiestan su condolencia por haber asesinado a inocentes y todo ello simultaneado con que los responsables políticos del gobierno Rajoy afirmen que el fin de ETA está al caer y el diario El Mundo insista en que España debería hacer con la ETA como la reina de Inglaterra con el IRA, me da muy mala espina. O mucho me equivoco o nos encontramos a las puertas de una nueva y posiblemente definitiva negociación con el crimen vasco para incorporarle a la "política" en tanto aquella gentuza se guarda en la manga es as de volver a asesinar en caso de que no se les satisfaga "políticamente" como ellos desean. Es decir que el camino de entrega de Vascongadas a la extrema izquierda vasca para que terminen alcanzando la independencia es un hecho; y detrás Cataluña, todo lo cual me provoca un alivio que no se pueden imaginar. ¡Por fin nos quitamos de encima a los españoles a esta chusma!
Pero hoy quería comentar otro espinoso asunto de esos que nunca aparecen en los diarios. Resulta que en mi área de influencia médica, la correspondiente a la localidad de Collado Villalba (Madrid) y Escorial, se está dando un fenómeno que voy a personalizar pero que en absoluto es esclusivamente mío y que les dará una idea de como están las cosas económicas en la sanidad que en esta comunidad padecemos (háganlo extensivo a todas las demás). Yo estoy en tratamiento con un anticoagulante (antiagregante) debido a haber padecido varios pequeños infartos cerebrales, y que debo seguir toda mi vida; este medicamento es de esos que debe autorizar la inspección de la zona para que sea dispensado por una farmacia con receta oficial. Pues bién, al parecer la doctora que me receta el producto, que me viene repitiendo nuevas recetas cuando le indico que la caja anterior esta terciada, no puede seguir este método pues los inspectores cuentan los comprimidos que me tomo y hasta que no consideran que he acabado el envase no firman la autorización del siguiente. Si consideramos que desde que se emite la receta hasta que la misma retorna al ambulatorio con el sello de inspección pueden pasar de 5 a 7 días, resulta que en ese tiempo me vería privado del tratamiento o bién (algo que se me antoja es una forma de presión para evitar gastos) me compro yo el medicamento por mi cuenta. Naturalmente en caso de repetirme un episodio de infarto cerebral tengan por seguro que mis abogados cargaran con toda fiereza contra los susodichos inspectores, últimos responsables de este despropósito, sin olvidar a los que desde arriba dan las órdenes, y aconsejo a todos los pacientes que se encuentren atrapados en esta madeja que hagan lo mismo.
Alfonso X el Sbio en el capítulo II de "Las Partidas" nos aconsejaba:
"Los que dejan al rey errar, a sabiendas, merecen pena como traidores".

Que descansen.

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