lunes, 22 de febrero de 2016

Bueno pues los británicos no solo se han salido con la suya, no solo es que se han reído de los europeos sino que encima ofenden a aquellos ingenuos que creían que el imperialismo puede acomodarse con cualquier otro compromiso honrado de convivencia. Los ingleses están convencidos de que son autosuficientes, qué digo, son la civilización que ha tenido a bien civilizar al resto del planeta, esos parias pertenecientes a clases inferiores y prescindibles. y en medio de esa borrachera de soberbia, fatuidad y arrogancia afirman (su primer ministro) que no aman a Bruselas. En referencia a la ciudad hay que reconocer su gran belleza; en referencia a la nación belga, yo tampoco, pero él se refería a la Europa continental, a la comunidad europea, es decir a todos los europeos, a sus proyectos, sus anhelos y aspiraciones, bien es verdad que, como ya he comentado más de una vez, mal planteados y demasiado politizados. En resumen que el Reino Unido es la Cataluña de Europa. Se veía venir; porque han conseguido poder hacer lo que les venga en gana, es decir poder negarse a cumplir las disposiciones que para cualquier país de la Comunidad sería obligatorio. Y es que Gran Bretaña no solo no apoya una unión europea, en más, no solo trata de impedir su desarrollo, sino es que la teme, enfrascados en la vorágine de su autismo social.
¿Y se puede vivir sin Gran Bretaña? Perfectamente. Las dos guerras europeas lo dejaron claramente manifiesto. Se trata de una nación, considerada la quinta potencia económica mundial, pero básicamente desarrollada en manufactura de productos que tienen que importar, algo así como Japón, otro imperio que, parece, va abriendo los ojos a la realidad. Pero a pesar de ello el resto de Europa no para de pasarles la mano por el lomo; quizás sea porque la historia reciente no deja duda a que se trata de la prostituta de EEUU en Europa, porque los yanquis tienen una amante en cada puerto, es decir, en cada continente, y alguno, como Asia, más de uno. Y entre esas putillas se encuentran los miembros de la Commonwealth, con el "león" británico a la cabeza.  Y quien desea quedar a mal con los norteamericanos, más ahora que amenazan al mundo entero con un descerebrado multimillonario como presunto presidente.
No obstante alguien debía explicar a los súbditos de su graciosa majestad que si, por ejemplo, un notable número de médicos y enfermaras/os se han trasladado a las brumosas islas a ejercer su profesión desde España en condiciones laborales ventajosas, no es solo, que también, porque el mercado laboral en la Iberia está por los suelos, sino, principalmente, porque ellos los llamaron ya que la sanidad británica es una mierda, y los profesionales españoles magníficamente preparados; y como la sanidad muchos otros servicios sociales. Es por ello que los ingleses temen a una comunidad europea en donde sus deficiencias sean descubiertas, deploradas y acaben quedando a la altura de Grecia, a pesar de la Armada, el intragable porridge,  la libra y su graciosa, y vetusta, majestad. Pero allá Europa y sus complejos.

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