sábado, 27 de septiembre de 2014

En Octubre de 1939 Adolf Hitler ordenó poner en marcha el programa T-4, es decir la eliminación radical de todas las personas discapacitadas, incurables o "inútiles" que consideraba un estorbo para la creación de una raza superior no contaminada. A este respecto Zygmunt Bauman, filósofo y sociólogo polaco y Premio Príncipe de Asturias, reflexionaba sobre este requisito nazi, haciéndolo extensivo al momento actual, como la necesidad de eliminar "al otro" en los tiempos modernos para facilitar la imprescindible dinamización de la sociedad productiva, con el siguiente comentario:
"La jardinería y la medicina son formas funcionalmente distintas de la misma actividad, la de separar y aislar los elementos útiles destinados a vivir y desarrollarse de los nocivos y dañinos a los que hay que exterminar".
Y si la operatividad y eficacia de la sociedad occidental actual exige la eliminación de las "malas hierbas" para generar la suficiente riqueza que el capitalismo demanda, qué decir de las purgas marxistas llevadas a cabo por los creadores del marxismo soviético como defensa de un estado-prisión y como salvaguarda del amoral individuo-mano de obra, el trabajador bajo control al que afirman defender, llevando a cabo radicales limpiezas étnicas y obligando -no ya favoreciendo- el aborto como un derecho del estado (China y países con dictaduras comunistas) y, en este momento un derecho de la mujer. Si el nazismo y el fascismo tuvo su origen en una reacción contra el socialismo y el comunismo, ninguno de los dos cultos parece haber resuelto el principio de la defensa de los derechos de la persona como individuo (ni ninguna otra cosa), a día de hoy, enarbolando como argumentaciones una sarta de majaderías que solo pueden ser digeridas por un pueblo tan ignorante como el español.
Miren, los mamíferos nos dividimos en tres grupos: monotremas (ornitorrincos), marsupiales (canguro) y placentarios (nosotros), y todos somos mamíferos igualmente. Pues bien, cuando una cangura pare, el objeto de la concepción tiene el aspecto de un pequeño gusanito de apenas unos días de vida. A pesar de ello, este ser, un embrión ya individuo autónomo, es capaz de trepar por el pelo del vientre de su madre, sin ayuda alguna, para meterse en la bolsa marsupial, aferrarse a uno de los pezones y aguantar allí el chaparrón hasta hacerse adulto. Por tanto a este embrión nadie le puede negar el derecho a ser considerado un ser vivo, un canguro, no un proyecto sino un canguro vivo y por tanto con todos los derechos como tal. De modo que no vengan ahora a tratar de convencernos de que un embrión de mamífero no es un ser vivo de su especie. Pueden apoyar el aborto como solución social, lo mismo que hay quien apoya la eutanasia o la pena de muerte (curiosamente esta última no aceptada por la progresía que asesina a inocentes), por parecidas razones, pero no me toquen los... tratando de pontificar sobre asuntos de la naturaleza porque no cuela. Y a propósito de pontificar, no es que la iglesia, tan poderosa y cuajada de intelectuales sobrados, no es que se haya mojado demasiado sobre este tema, manteniéndose lamentando este pecado tan maloso, pero dedicando más tiempo al cálculo de posibilidades que a un real envite social, algo que les sería sumamente fácil.
Y volviendo al fascismo criminal, resulta que los catalanes pretenden ahora que sus médicos marquen con una X las historias clínicas de aquellos pacientes que se recela de que no van a durar más de un año, aquellos que se consideran terminales y, en definitiva, los que resultan demasiado caros para el régimen que se está estableciendo y que tanto dinero se lleva de las arcas catalanas (imagino que salvo los asesinos vascos con cáncer, tan protegidos por los estamentos públicos dominantes). Y esta normativa la han diseñado entre el nacional-socialismo de CIU (grupo mafioso fundado por uno de los mayores ladrones de la historia de España, que ya es decir) y los comunistas de ERC, todos juntitos y en buena armonía. ¡Cuantas veces he de decir en este blog que el nazismo, lo mismo que el fascismo, nacieron de un socialismo marxista nacionalista y que ambos se dan la mano!. Lo que ocurre es que la representación social y política de los fanatismos ideológicos de la derecha radical es poco más que testimonial hoy día (a.D.g.), pero la delincuente izquierda, en todas sus caras, se ha infiltrado en las sociedades occidentales "democráticas", y controlan una buena parte (en Andalucía toda) de la vida de los ciudadanos. Ambos, nazis y marxistas (o rojos como se declara la presidenta andaluza) se aliarán para obtener sus objetivos (la destrucción del occidente capitalista) incluso con el más abyecto crimen musulmán (en Cataluña también se ha legislado esta alianza).
Y, por cierto, el tal Arturo Mas que va por la vida de bravo cuando es un manso pregonado, o como diríamos los taurinos, un cabestro, es tan necio que no se da cuenta de que si quiere un refrendo popular a la independencia de Cataluña, la consulta no debe hacerla a los catalanes, sino a todos los españoles; entonces es cuando el sí está garantizado, pues una mayoría de españoles estamos hasta las narices de esta panda de chorizos (perdón, butifarras), cursis, insoportables y llorones. ¡Que se vayan a hacer puñetas de una vez! Eso sí, siempre y cuando el estado y los gobiernos españoles bloqueen las fronteras impidiendo todo intercambio de productos y negándose a facilitar cualquier ayuda a estos mamarrachos.

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