viernes, 19 de septiembre de 2014

Pues sí señor, amén a todo lo expuesto por Hermann Tertsch en su artículo titulado "La Oveja Indolente", en el ABC de 16 de Septiembre del actual, reflexión que coincide con otras que yo he hecho en tiempos pasados en este mismo blog. Aconsejo su lectura aunque deseo ampliar aquellas afirmaciones, pues no solo, como afirma Hermann, es que los actuales españoles han mostrado su desprecio por todos aquellos valores tradicionales muy anteriores al franquismo, que en nuestros abuelos y bisabuelos mantenían una, más que adecuada, relación social interpersonal y paz de espíritu (parece un contrasentido que acabaran enfrentándose en una guerra civil, pero todo tiene explicación si se conoce la historia), buenas maneras, respeto de todo lo respetable, como el patriotismo, la decencia, el honor, la verdad, mucho más allá que la razón, urbanidad, veneración hacia los padres y abuelos, acatamiento de la autoridad en todas sus formas, respetabilidad, auxilio del necesitado, atracción por la sabiduría y admiración por el que más sabe, valoración por el conseguido mérito y el esfuerzo en la labor diaria etc., solo porque la izquierda nacional, en todas sus formas, se lo ha montado de forma que, aún simulando revanchismo hacia una derecha que se impuso durante 30 años, pueda tener a la nación, a través de la más asquerosa demagogia, cogida por las partes pudendas ocultos tras una piel de demócratas (¿socialistas o comunistas demócratas?) que exhiben cuando sienten la más mínima tentación de recuperación de quien no apoya su partitura, con muletillas de ataque sobre los complejos de la gente, como fachas, franquistas, gente de derecha extrema, beatones, machistas, y todo ese repertorio tan nauseabundo que se repite, y repiten la prensa, los políticos y las fuerzas sociales fácticas a diario.
Años hace que afirmé que en España se sigue matando y muriendo en una interminable guerr civil. Interminable porque  interesa a esta chusma que media España se mantenga enfrentada a la otra media, gracias, no les quepa la menor duda, a la tradicional estupidez, ignorancia y mala baba del pueblo español, tres "virtudes" que durante siglos no han perdido la oportunidad de mostrar siempre que han tenido ocasión.
Los españoles estamos en guerra entre nosotros, hoguera a la que los próceres, continuamente echan leña, Europa mantiene una confrontación silenciosa entre sus miembros y contra terceros, silenciosa y cobarde y, lo que es más desgraciado, triste y peligroso, la tercera guerra mundial hace años que ha comenzado, aunque los mandatarios de las naciones occidentales, algunos tan merluzos como Zapatero u Obama, o tan insuficientes como Rajoy o, ahora mismo, Hollande, se niegan a reconocer. La guerra mundial entre el Islam y el resto de las sociedades libres (más o menos libres). Entre la confesión socio-religiosa asesina por excelencia (y todos aquellos que lo niegan están obligados a demostrarlo dando su vida por los inocentes masacrados) y las sociedades más estúpidas que la historia ha contemplado, que niegan esta evidencia, afirman que con estos del turbante hay que negociar (¿?), los introducen en sus países, en sus casas, a millares y encima se pasan meses meditando como vengar y detener el asesinato de sus hijos. Y, sí, he dicho vengar, aunque la venganza sea un concepto deplorado por la normativa cristiana y por la progresía más instalada (por cierto la que apoya el aborto y la eutanasia); a ver si va a ser que todos los curas son ya comunistas o viceversa. Jamás pude imaginar que las sociedades más evolucionadas tecnológicamente del planeta defendieran tan forzadamente los derechos de los criminales, por encima de los de la gente honrada y, generalmente, silenciosa.
Siempre me ha llamado la atención que la sociedad estadounidense, igualmente en perpetua guerra civil entre los intereses del norte y las pretensiones del sur, se mantenga unida en los momentos cumbres, alrededor de su presidente, sea el que sea, y de su bandera. Este pensamiento aplicado a España sería considerado casposo y franquista, la España llena a rebosar de moros incontrolados. Solo espero que el asesino Islam tarde mucho tiempo en darse cuenta de lo vulnerable que es la estúpida sociedad española, esta que todo lo perdona, lo negocia y lo conversa, la España más cobarde, ruin e ignorante de toda la historia.

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