lunes, 13 de octubre de 2014

Estoy convencido de que muchos lectores están esperando a que diga algo sobre la "crisis del Ébola", nombre de un rio africano a orillas del cual se desarrollaron los primeros episodios infecto-contagiosos de este mal. Para empezar, sobre este episodio sanitario, como ya antes pasó con las vacas locas, con la gripe aviar y antes con la colza, se han dicho muchas estupideces, no todas por políticos ni periodistas, que también, muchas por presuntos especialistas, se han callado verdades o se han dicho algunas a medias y se han vuelto a manifestar algunos de los pecados españoles más irritantes: la histeria, la ignorancia, la desaprensión y el oportunismo sectario, no todo por parte de los políticos profesionales, ni periodistas comprometidos o mentes profesionales lavadas, que también. Por cierto esta viriasis lleva décadas matando africanos sin que nadie se preocupe de aquellas personas; claro que mientras mueran solo negros...
En primer lugar, para que un virus "viva" es preciso que parasite una célula, pues fuera de ella tiene una "supervivencia" de minutos, quizá un par de horas, y trascurrido ese tiempo se desactiva su infectividad (todavía cabe la duda de si ese periodo se prolonga en caso de habitar un ambiente húmedo). Entonces ¿A qué viene semejante desinfección en las escaleras de la vivienda de la paciente, o en su domicilio donde, al parecer, han llegado a picar las paredes? Politización para evitarse problemas con la plebe conocida como opinión pública.
Por otro lado, este virus tiene el mismo mecanismo de contagio que el del Sida y yo he operado a algún paciente portador de VIH, adoptando todo tipo de precauciones quirúrgicas, y nunca he salido en ningún noticiario, y como yo muchos compañeros. La verdadera diferencia entre ambos virus es que uno puede tardar años en matarte, mientras el otro lo hace en pocos días. Politización.
Las fuerzas marxistas activistas al uso se preguntan por qué se tuvo que repatriar a unos curas, poniendo en peligro a toda la ciudadanía, algo habitual en su naturaleza. Pero se trataba de médicos españoles, además de ser religiosos (aunque a lo mejor de derechas) que se jugaban la vida por sus pacientes (en territorio español también lo hacemos a diario) algo que merece más respeto que todos los políticos, sindicalistas, banqueros, consejeros, y tanto hispano sin escrúpulos juntos. Además qué poco se preocupa la masa del repunte de enfermedades que en España estaban perfectamente controladas como la tuberculosis, histoplasmosis, micosis resistentes, malaria, dengue, esquistosoma, otras enfermedades tropicales, parasitosis y, por supuesto, el VIH, producto de la masiva importación de gentes del tercer mundo, sin ningún control sanitario.Y dicen algunos ¿Por qué en vez de repatriar a los "curas" no se envió allí a los médicos a curarlos?... es decir a morir con ellos. De acuerdo pero acompañados de todos los banqueros, sindicalistas, políticos, consejeros, demagogos y sus respectivas puñeteras madres, y de paso que se quedaran en África y no volvieran más. Politización.
¿Por qué se sacrificó al perro de la paciente ingresada en vez de someterlo a cuarentena y a un estudio exhaustivo virológico y epidemiológico, para conocer, entre otras cosas, que bioquímica orgánica de los canes les permite transferir esta enfermedad pero sin padecerlo ellos mismos? Politización.
Y para no cansar, en España solo ha habido dos muertes por Ébola, "que al fin y al cabo eran curas", y una infectada que parece que va saliendo, es decir que, a pesar de que según la definición de epidemia (en un país en que no existía ningún caso previo de una enfermedad un solo caso constituye epidemia), lo nuestro es una epidemita.
Y ahora vamos a los golpes de pecho: ¡Se han cometido muchos fallos por parte de los gobernantes y las autoridades sanitarias! ¡Anda, coño! ¿Y que venimos, yo el primero en esta cancela informática, denunciando los profesionales a los que no nos paga ningún partido político, ni estamos "zombienados" (vaya palabra me he inventado) por la secta, es decir los que somos libres, desde hace decenios? ¿Cuántas veces hemos dicho que estamos en manos de merluzos, incapaces, politiqueros de baja estofa? (lo que incluye a las gerencias, direcciones médicas, supervisiones, algunas cátedras y muchas jefaturas de servicio) ¿Cuántas veces tendremos que seguir diciéndolo? Hace años igual podía contarse un centenar de inútiles trepas en la sanidad nacional, pero desde que se transfirieron las competencias a las comunidades autónomas, el número se cuenta por miles.
Para los profesionales de la sanidad, en España de los mejores del mundo uno a uno, cualquier evento de este tipo es un reto a resolver, como diariamente se nos plantean tantos otros, quizás no tan mediáticos pero, para el paciente en cuestión, aquel que lo padece, de la máxima importancia. Este es nuestro trabajo cotidiano callado y responsable. Bueno el mío ya no porque desde el 8 de Mayo, en que cumplí 65 años, he pasado a engrosar la cifra de clases pasivas.

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