sábado, 15 de julio de 2017

El 23 de Febrero de 1981, un puñado de militares con tricornio entró, armas en ristre, en el parlamento de los diputados de España tratando de imponer su voluntad a los representantes legítimos del pueblo español, subvirtiendo la legislación vigente. El embate duró menos de 24 horas, al rendirse los mandos de las fuerzas implicadas; esto ya es un detalle. Los cabecillas, fueron acusados de provocar un golpe de estado, como no podía ser de otra forma, y les fueron aplicadas penas de cárcel de 30 años para abajo (bien es verdad que atribuidas a algunos culpables porque no estaban todos los que eran ni mucho menos), que nunca llegaron a cumplir, ni por aproximación la mayoría, en virtud de la misma blandura judicial que ahora excarcela compasivamente a etarras, violadores, narcotraficantes gallegos, ladrones socialistas andaluces, golfos catalanes, etc. Finalmente nadie sufrió daños, aunque el susto fue morrocotudo.
A día de hoy, el gobierno catalán promueve todo tipo de ilegalidades, insultos y amenazas al resto de los españoles, desde hace muchos años, sin pausa y de forma progresiva, hasta llegar a proclamar la independencia de la nación española contraviniendo todos los capítulos de la legislación en vigor, y nadie les acusa de golpe de estado, y, como mucho, los amenazan con una multita y una incapacidad para ejercer cargo político unos meses (véase el caso Mas). Naturalmente estos no han hecho uso de las armas como Tejero y compañía, pero el dolo "nazi" provocado a miles de personas mediante un sistemático acoso y aleccionamiento de los más jóvenes, para la causa, durante los últimos 40 años, ha provocado la muerte civil de muchas personas y muchas familias que han visto su vida destrozada (bueno algo parecido a lo que ocurre en Andalucía con los sindicatos)
Parece que en España no hay más asesinos que en Vascongadas, región sobre la que no hay mucho que explicar ya, pero es que hay muchas formas de asesinar y mucha calaña de asesinos: Naturalmente, en primer lugar están aquellos que llevan a cabo la muerte de una o varias personas por su propia mano; estos son los que en mi país, si afirman pertenecer a una banda terrorista, después viven como duques en las cárceles y de dos mil seiscientos años, por ejemplo, de condena, cumplen doce. Pero luego también están los que relativizan el asesinato así como sus causas y sus consecuencias (Pedro Sánchez y otros) y los que provocan la muerte social de otras personas; en esta categoría entrarían los de partidos políticos de extrema izquierda (o simplemente de izquierdas), ya que como dije en otra ocasión, en España, lamentablemente, no existe extrema derecha oficialmente, si excluimos al nazismo catalán. Y por último encontramos a todos aquellos que relativizan, politizan y polarizan, para su beneficio, a la sociedad, a esa sociedad siempre irreflexiva y necia, para dividir y enfrentar a la nación aunque ello conduzca a una guerra civil, y de estos, de los inductores y de los necios, la sociedad se nutre en, al menos, dos terceras partes de sus habitantes. En resumen que en España conviven conmigo más de veinticinco millones de "asesinos".
Yo en la próxima reencarnación quiero ser águila imperial, esposo de boticaria o catalana (seguro que así ganaría un premio Planeta).

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