domingo, 17 de enero de 2016

Ignoro cuanta gente estará al tanto de que ente año evocamos el cuarto centenario de la muerte de dos de los más grandes e ilustres literatos de la historia: uno es William Shakespeare y el otro Miguel de Cervantes. Ambos murieron con unas horas de diferencia en Abril de 1616, aunque con una desigualdad de 17 años, en favor de Cervantes, es decir que el inglés murió más joven. No me cabe la menor duda de que en el mundo anglosajón los homenajes a Shakespeare, sustentáculo ineludible de la lengua inglesa, van a constituir celebraciones, homenajes y festejos de rango principal y memorable, como es de naturaleza; no olvidemos que en la enseñanza de todo el mundo anglosajón la lectura y análisis de los poemas del inglés son materia obligada en la enseñanza de la literatura. Otra cosa viene a ser los homenajes a Cervantes, representante de la cúspide de las letras hispanas del siglo de oro que, en España ocupa, nada menos que a cerebros tan ilustres como Fernando de Rojas, Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo, Fray Luis de León, Garcilaso de la Vega, y tantos otros genios de la escritura. Porque en mi España de marxismo oculto o, ya, evidente, de antipatria, es decir de antiespañolismo, y de años y años de podrida enseñanza sectaria, de mentiras históricas para satisfacer la ansiedad de poderes nacionalistas (ya separatistas) y apuestas populistas a la ignorancia sobre la excelencia, no espero más que alguna mamarrachada al estilo de la cabalgata de los Reyes Magos de Madrid conducida por la alcaldesa de extrema izquierda de la capital. Otra cosa distinta sería para mi una sorpresa. Claro que para que los presuntos homenajes a tan ilustre personaje calen en la ciudadanía habría que comenzar por convencer al pueblo de leer el Quijote, y a sus hijos, desde los 5 a los 18 años a obligarles a su lectura como base de la enseñanza literaria y explicarles que la más grande novela escrita en lengua española no puede servir, por más que se empeñen, para la trama de un videojuego.
Naturalmente en Cataluña y provincias Vascongadas no solo es que no se llevaran a cabo conmemoración cervantina alguna, sobre todo si consideramos que coincide con el día de San Jorge, sino que me conformaría con que no prohibieran la difusión en las librerías de las aventuras del ingenioso hidalgo D. Quijote de la Mancha, al más puro estilo de la Noche de los Cristales Rotos (en alemán Kristallnacht). Y en el resto de nuestra agonizante España, las autoridades que sufrimos o no querrán, o no "podrán" porque el dinero debe destinarse a otros menesteres (como el robo a manos llenas) o no sabrán ni siquiera quien era Cervantes (por ejemplo Zapatero).
Así las cosas me limitaré a aconsejar a quienes me siguen que lean el Quijote, incluso a aquellos lectores de países, no solo extranjeros, sino ni siquiera hispanohablantes. Me lo agradecerán. Yo por mi parte, como homenaje al autor de las Novelas Ejemplares, si compruebo que en las próximas semanas el seguimiento de este blog es suficientemente copioso añadiré, por capítulos, un repaso a la vida y obra de don Miguel de Cervantes. No obstante para quienes sean nuevos en la lectura de este blog, les informo que busquen artículos del pasado en que añadía fragmentos sobre historia mundial.

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