miércoles, 8 de enero de 2014

Ignoro, y lo digo sinceramente, la razón por la que ahora les ha dado a todas las cadenas de televisión y algunos mentideros de papel por hacerle una entrevista a Julio Anguita para adoctrinarnos sobre moral, costumbres, ética y, como no, pontificar sobre democracia. Por lo que a mí respecta existen muy pocas personas en este planeta de quien esté dispuesto a aceptar lecciones de nada, y Anguita no está entre esa escasa población de maestros. Hombre, puede que de democracia, tal como se entiende en este país, puede que sí, pues ya saben mis seguidores que yo no soy demócrata y ello por tres sencillas razones que tantas veces he repetido: primero porque niego que la mayoría de individuos tengan que tener razón en sus análisis sólo por ser mayoría; en segundo lugar porque nunca aceptaré que mi opinión, y eso es un voto, valga lo mismo que la de un gestor de UGT, pongo por caso, o aquel que solo lee el Marca o aquella que solo ve Telecinco, y en tercer lugar porque se ha adulterado tanto el concepto de democracia que en nuestro tiempo y en nuestro país consiste en votar cada cuatro años con la mano tonta y luego dejar hacer y deshacer a los gobernantes a su albedrío, mientras toda la política que en tiempo de gobierno se lleva a cabo va encaminada, no hacia el bien ciudadano y de la nación, sino en ganar las siguientes elecciones. El voto es el único logro que apasiona a un político español.
Bueno, no nos distraigamos, y en lo tocante a Julio, un comunista que se define como marxista, dando lecciones de moral y democracia es como Bárcenas, Urdangarín o Cándido Méndez  dando conferencias sobre decencia, o Zapatero sobre el cultivo de la inteligencia, entre otras cosas porque quien así se define debería haberse muerto cuando murió la URSS en 1989. Y no es que Anguita sea tonto, que no lo es, es que piensa que lo somos los demás.
Pero insisto en que me desconcierta que estén los representantes del cuarto poder detrás del comunista para hacerle entrevistas en todos los medios y todos los días. ¿Será para que nos vayamos acostumbrando a una Vascongadas marxista leninista al estilo Kim Jong-un?, que es lo que pretenden los vascos, curas incluidos, cuando consigan la independencia. Aunque... no tratarán de implantar un estado requeté o carlista... no, en cualquier caso los carlistas se desplazarían a Cataluña, ya que la historia, que tanto les gusta recordar y acomodar, demuestra que el heredero de Carlos María Isidro es el Borbón que a ellos les pone; claro que cambiar la bandera roja y amarilla por la Cruz de Borgoña no lo veo.
Por cierto, imagino que todos los lectores habrán tenido oportunidad de analizar la foto de la chusma asesina vasca, ya que la prensa se ha encargado de hacerles el favor de mostrar su cartel electoral. Pues bien, estarán conmigo en que todos tienen una jeta de arrepentidos y arrepentidas, y de demócratas que tira para atrás. Hacía muchos años que yo no veía tantos gestos de odio reunidos. Y todavía algunos ilusos pretenden que pidan perdón. Los habrá necios. Pues estos comunistas marxistas estalinistas son los compadres de Julio Anguita, aquellos que desde la prensa solícita o el escaño de las Cortes nacionales nos aleccionan, al estilo Anguita, de como hay que tratar a los defensores del pueblo. Y luego pretenden que yo vote.

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