domingo, 15 de julio de 2012

Viriato, jefe de los lusitanos, mantiene en jaque a los ejércitos de Roma desde 147. Una serie de victorias le convierten en dueño de Hipania Ulterior y Citerior, trás lo cual se dirige hacia el sur donde permanece hasta el año 141, en que se retira a Lusitania. Alli concluye un acuerdo con Roma, que le reconoce caudillo de los lusitanos. Roma no pudo derrotarle y su pueblo alcanzó con él  la libertad frente al imperio más poderoso del orbe conocido, pero solo la traición de tres de sus lugartenientes, que le asesinaron sobornados por el consul Cepión en 139, consiguió acabar con su vida, con su sueño y con todo aquello que su tesón, inteligencia y valor había logrado durante años; solo Numancia sigue resistiendo desde 143, fecha del inicio de la sublevación. Este es uno de los ejemplos de como los traidores pueden conseguir arrastrar a las naciones a la calamidad y el descrédito.

Y sin salirnos de la línea que hemos empezado a trazar leamos a Rochefoucault, en "Máximas":
"Las traiciones más frecuentes obedecen a la debilidad que a un deliberado propósito de traicionar".
Lo que nos faltaba, amigos lectores, es que, mientras Rajoy y los suyos insultan y mienten sobre los empleados públicos con la clarísima intención de lanzarlos a la arena del circo de los culpables de la ruina nacional (recordamos que la familia real cobra también del erario público...) como hizo Nerón después de incendiar Roma, engañando sobre sus derechos y honorarios para entregar carnaza a la chusma opinante y votante, deformando la realidad para que no verse obligado a cuadrar sus cuentas metiéndose en jardines políticamente incómodos, el Jefe del Estado niegue nuestra historia eludiendo celebrar el aniversario de la batalla de Las Navas de Tolosa para no incomodar a su "hermano" el criminal moro. Yo personalmente veo dificil que España haya atravesado un desierto, a lo largo de toda su historia, tan yermo de ética, patriotismo, humanismo, honradez, decencia, vergüenza, dignidad, conciencia, justicia, respeto al ciudadano, lealtad e instrucción como "disfrutamos" en estos días de "feliz democracia". Ni en la época del canalla Fernando VII ni en la de Franco en que solo había un partido político conocido como el Movimiento, las instituciones públicas han estado tan vendidas a la voluntad del poder, incluso a costa de la vida, la salud y el futuro de los ciudadanos (gran parte de los cuales no se merecen otra cosa), como ahora. Por cierto quede aclarado que es mentira que los empleados públicos cobremos pagas "extraordinarias"; no hay nada extraordinario en dividir el sueldo anual entre 14 pagas en lugar de hacerlo entre 12, de modo que al quitar una de ellas nos han reducido el sueldo anual en un 7,1% que sumado al 5% que nos bajó ZP y a las congelaciones y recortes de años atrás, el descenso de nuestro poder adquisitivo se aproxima al 60%, algo que se ha compensado para callarnos con la concesión de algunos dias de libre disposición que ahora también se nos quita, argumentando que el servidor público es un afortunado y que debe equipararse al trabajor privado. Jamás pensé que un estado europeo en el siglo XXI pudiera cultivar una corrupción que se aproxima tanto a la de las dictaduras africanas o asiáticas; en efecto África empieza en los Pirineos.
En resumen: los funcionarios y trabajadores públicos, en general, somos unos vagos, unos sinvergüenzas (tal como afirman Losantos o Melchor Miralles por solo citar dos merluzos) y estafadores que nos apropiamos del dinero de los demás... la Infanta Cristina y Rato, en cambio, son unos incomprendidos.
PD.: Desde luego siempre preferiré que me gobierne Merkel antes que la ETA, el 15-M, los de la ceja o los catalanes... o cualquier político español.
También Ercilla se pronunciaba en esta línea en "La Araucana":
"No hay contra el desleal seguro puerto,
ni enemigo mayor que el encubierto".

Que ustedes lo pasen bien.

1 comentario:

Mañana dijo...

Excelente blog, una autentica sorpresa.
Te seguiré, prometo venir a leerte.
mis felicitaciones.