Hace, aproximadamente, 2.563 años del nacimiento de Buda, 2.017 años del de Jesucristo y 1.430 del nacimiento de Mahoma, y para aquellos que no tengan el más mínimo interés religioso recordaremos que hace un sigo de la primera Guerra Mundial, 72 años de la Segunda Guerra Mundial; hace 105 años de la Primera Guerra Balcánica, un año menos de la Segunda Guerra Balcánica y, sobre todo a día de hoy, hace 25 años de la criminal guerra de Yugoslavia, del comienzo del último genocidio llevado a cabo en Europa por europeos.
El siglo XX ha sido para la "memoria histórica" (la de Zapatero era, y sigue siendo, memoria histérica) la centuria más dramática de la era Contemporánea y parte de la Moderna, a pesar de las guerras napoleónicas. Estamos en el siglo XXI, pendientes de un pasaje inmediato a Marte, comunicándonos, por llamarlo de alguna manera, a través de instrumentos celulares que, menos mahonesa, hacen de todo, venciendo al sida y a la mayoría de los cánceres, viajando en automóviles "inteligentes", controlando la genética, la post-relatividad y la teoría cuántica y todavía Gran Bretaña amenaza con declarar la guerra a España, el marxismo, los nacionalismos, y el fascismo, valga la redundancia, como el ave Fénix, se elevan de sus propias cenizas y la gente, los ciudadanos, añorando su calidad de vasallos, jalean y encumbran a delincuentes, llevándolos al poder para su propia desdicha. Porque de eso se trata, de malhechores, forajidos, facinerosos y, si la ocasión les es propicia, criminales.
El siglo XX ha sido para la "memoria histórica" (la de Zapatero era, y sigue siendo, memoria histérica) la centuria más dramática de la era Contemporánea y parte de la Moderna, a pesar de las guerras napoleónicas. Estamos en el siglo XXI, pendientes de un pasaje inmediato a Marte, comunicándonos, por llamarlo de alguna manera, a través de instrumentos celulares que, menos mahonesa, hacen de todo, venciendo al sida y a la mayoría de los cánceres, viajando en automóviles "inteligentes", controlando la genética, la post-relatividad y la teoría cuántica y todavía Gran Bretaña amenaza con declarar la guerra a España, el marxismo, los nacionalismos, y el fascismo, valga la redundancia, como el ave Fénix, se elevan de sus propias cenizas y la gente, los ciudadanos, añorando su calidad de vasallos, jalean y encumbran a delincuentes, llevándolos al poder para su propia desdicha. Porque de eso se trata, de malhechores, forajidos, facinerosos y, si la ocasión les es propicia, criminales.
Este es el caso, lo he dicho en este blog hasta la saciedad, de Putin, en este momento, el sujeto más peligroso y cobarde del viejo continente, asesino declarado y alimentado por el entusiasmo, no de una parte de los rusos, sino incluso de algunos majaderos españoles con ínfulas de intelectuales, como es el caso de un tal Sostres o un tal J.M. Prada, un cursi que anda por ahí encantado de haberse conocido. Añadamos ahora al grupo de indeseables a Zeljico Reiner, Marine le Pen, Gianluca Iannone, Gavor Vona, F. Hollande, Geert Wilders, Frauke Petry, Nikos Michaloliakos, Bjorn Soder, Timo Soini, Kristian Thulesen Dahl, Norbert Hofer, o Adam Walker y para seguir con las izquierdas Pierre Laurent, Patrik Kobele, Arlette Laguiller, los de la FAU alemana, Peter Taaffe, Alexis Tsipras, Pandelis Pouliopoulos, Jaak Perkuy, Pierre Beaubois, Clare Daly, Robert Griffiths, Jon Gnarr, Wernwe Faymann, Runa Evensen, Tiny Kox, Emile Roemer, Marek Borowki, Alexander Lukashenko, Milos Zeman, etc., etc. A los que añadir en España al necio de Zapatero y su prole, Pablo Iglesias y todos los integrados y votantes de Podemos y sus ramificaciones, muy notables alcaldes y alcaldesas, el resentido Pedro Sánchez, los comunistas del trapío del niño pijo Gabriel Rufián, el miserable Sánchez Gordillo o Alberto Garzón, apellido siniestro dónde los haya, y, en definitiva, todos los populistas, feministas, anticapitalistas, antitaurinos y un sin fin de tipos europeos de textura carmesí.
En conciencia de haberme dejado en el tintero una legión de mamarrachos de ambas tonalidades, que resultan una bomba de relojería latente y a la espera de un líder carismático (Theresa May), herpético (Putin) o rico (Trump), que pueda desencadenar otra masacre, quedo convencido de que el ser humano "demócrata" es el más imbécil de la creación y que la evolución darwiniana no puede hacernos la faena de dejar al homo bipedus como último eslabón evolutivo de nuestro planeta y, a ver si con un poco de suerte...
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