viernes, 18 de junio de 2010

La Tercera Guerra Carlista, que comenzó en 1872 y concluyó en 1876, resultaría la más compleja de las tres, pues, con ella, los partidarios de la línea Carlista, expresaron su disconformidad, mediante las armas, no solo por la elección de Isabel II, sino también de Amadeo I de Saboya (para más información leer mi libro "Un país ingobernable") y Alfonso XII. Pero durante el tiempo en que tenían lugar las Guerras civiles Carlistas, ocurrieron cosas que debemos comentar, Por lo tanto el tercer episodio bélico, vamos a dejarlo para más adelante.

Hoy daré una pincelada al conocido como Motín de la Granja de San Ildefonso, lugar donde la Reina Regente Maria Cristina, pasaba el verano de 1836, en el palacio, mandado construir por Felipe V, y que resulta ser el palacio real edificado en una cota que es la más alta de Europa, concretamente en la sierra segoviana. Pues resulta que el 12 de Agosto, los sargentos de uno de los regimientos de la Guardia Real se amotina y rodea la residencia, secuestrando a la Regente y exigiéndole que firmara un Real Decreto para que fuera editada la Constitución de Cádiz. Un buen número de altos oficiales respaldaba el golpe. Naturalmente Mª Cristina no tuvo otro remedio que aceptar.
A renglón seguido de este suceso, tuvieron lugar varios amotinamientos militares, en diversas localidades de Andalucía, Extremadura, Aragón, Valencia y Barcelona.
Todos estos actos de rebelión estaban dirigidos por Mendizabal, a la sazón Presidente del Gobierno, nombrado en el cargo por la misma Mª Cristina, y que era...¡Muy bien, queridos lectores! Mendizabal era masón ¡Que sorpresa! Como también lo eran el mismo Espartero, Duque de Rivas, Mendez Vigo, Alcalá Galiano, Calatrava, García Camba, Arguelles, Joaquín Mª López, Alcalá Zamora, Fernandez de los Ríos... Mejor sería puntualizar quien no era masón (equivalente a intrigante, taimado y conspirador) en aquel tormentoso siglo XIX.
En cuanto al traidor de Mendizabal, habremos de considerar que además era de origen judío, algo que procuraba ocultar.
Mañana seguiremos.

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