sábado, 19 de junio de 2010

Aclaremos que la situación política de la Regente Mª Cristina era bastante precaria. A pesar de su innata capacidad para intrigar, estaba rodeada de tejemanejes logiacos, en su mayoría, tanto o más peligrosos que ella.
Pues resultó que, poniendo como pretexto su disconformidad con la ley de Ayuntamientos, promovida por los partidarios cristinos, según la cual la corona pasaría a controlar a los gobiernos locales (algo que en las regiones forales encendió las alarmas), Espartero impone su prestigio y poder sobre la reina, pasando a ser corregente en 1840.
En esta situación, el apuesto general, pretendió forzar la anulación de la antedicha ley, y que se convocaran elecciones.
La situación de inestabilidad ya había trascendido a la calle y se produjeron altercados y manifestaciones. La Regente apenas cuenta con apoyos, por lo que se exilia a París, en 1841, desde donde le será más fácil maniobrar.
Espartero, impositivo y poco político llega a enfrentarse a la oposición a su causa progresista, e incluso a parte de su partido. El Pronunciamiento de Espartero está consumado.
Esta situación dará lugar a un golpe de estado dentro del golpe de estado. Se pronuncian Diego de León, O´donell y Narvaez, junto a un puñado de civiles (todos masones), en Septiembre de 1841.
Para su proyecto golpista habían pedido ayuda a los carlistas, pero estos decidieron que aquel asunto no era de su negociado y se pusieron de perfil. No obstante, Barcelona, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se constituye en gobierno autónomo.
El entusiasmo popular y político por D. Baldomero Espartero, había decaído de tal manera que la frialdad le rodeaba por donde pasaba; a pesar de ello el Regente decreta Estado de Sitio; el parlamento se pone de uñas, y los catalanes no digamos. Espartero se queda solo. Desde París también se están manejando los hilos en su contra.
El Regente fuerza unas nuevas elecciones, que pierde. La Junta de Cataluña le destituye por su cuenta, y nombra al general Prim (Pronunciamiento de Prim). Se producen pronunciamientos militares por todo el territorio nacional (a sumar), con tintes de revolución. Espartero saca sus tropas y es derrotado en Torrejón de Ardoz, por Narvaez, el 22 de Julio de 1843. A Narvaez se le unen, el ya comentado coronel Prim y el general Serrano.
El 30 de Mayo de 1843, Baldomero Fernandez Espartero Álvarez de Toro, conocido hoy en Madrid por los atributos sexuales del caballo que monta, en la estatua que se exhibe frente al parque del Retiro, se acaba exiliando a Londres.
Históricamente nos encontramos inmersos en un periodo en el que, todos estos acontecimientos armados, habían fortalecido el poder de los militares (fanáticos masones en su mayoría) de un modo soberbio, algo que también habrá de perdurar durante el primer tercio del siglo XX.
La situación, durante la época que estamos retratando era de enorme inestabilidad política, social y militar, es más yo añadiría de desconcierto. La futura Isabel II tenía 10 años.
Veremos que pasa a continuación

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