Hace días relatamos algunas cosas de Galileo Galilei. Más los descubrimientos de este sabio en absoluto quedaron en barbecho; es por lo que hoy vamos a pincelar algunos aspectos de la vida otro gran astrónomo que le habría de seguir en el cosmos de la astronomía: Kepler.
Johannes Kepler, astrónomo del emperador germánico Rodolfo II, quien publicó, en Praga, en 1609, las dos primeras leyes de los planetas, desarrolladas en su obra "Astronomía Nova".
Sobre la base de los trabajos del astrónomo Tycho Brahe, Kepler establece la medida de la órbita del planeta Marte, llegando a la conclusión de que esta es una elipse y no un círculo como se suponía. Los datos sobre Marte indujeron a Kepler a buscar las leyes matemáticas que regían el movimiento de los planetas, que publicó en 1609, y que rezan:
-Los planetas se mueven en órbitas elípticas alrededor del Sol; este se encuentra en el foco de esas elipses
-Si se une el Sol con uno de los planetas con una línea imaginaria, esta línea cubre durante el movimiento del planeta igual superficie en el mismo espacio de tiempo, es decir los planetas barren espacios iguales en tiempos iguales.
-Los cuadrados de los periodos de revolución de los planetas son iguales a la tercera potencia de su distancia media al Sol.
Además Kepler se preocupó del movimiento planetario y del equilibrio de las fuerzas que domina los cuerpos celestes. En 1609 publica "Stellae Martis", donde describe la fuerza de atracción entre la Tierra y la Luna, aportando como prueba las mareas.
Al principio de su formación, Kepler se había inclinado por la teología, pero a los 23 años ya trabajaba en Graz como maestro de matemáticas. Ambas vocaciones hicieron posible que un año más tarde publicara "Mysterium Cosmographicum", una obra ampliamente especulativa pero aún poco científica sobre las características del Cosmos.
Antonio Machado, sin complicarse la vida con consideraciones físicas, nos dejaba estos versos:
"¡Luna llena, Luna llena
tan oronda, tan redonda,
en esta noche serena
de Marzo, panal de luz
que labran blancas abejas!"
Nuestro comentario histórico de hoy nos sirve de "pie" para hacer algún escueto panegírico acerca de la noticia sobre la velocidad de los Neutrinos, algo que ha estado en boca de la prensa, en general, y en general sin saber de que estaban hablando. No es que se me hayan acabado los temas morbosos sobre las majaderias que dicen los candidatos, o que los catalanes se sigan haciendo el harakiri como ciudadanos, como personas, como intelectuales y, como no, como españoles, sin alternativa a otra ciudadanía posible o a seguir exhibiendo los miembros inferiores de macho cabrio de sus obispos, que Putin se recicla como ya sabíamos los que pensamos y que ya comentaremos otro día, el Faisán, los asesinos vascos o la catástrofe económica, no, es que los medios de "información" ya vienen saturados de estas vulgaridades.
Vamos a ver, el átomo está constituido por un núcleo, donde residen los protones y los neutrones, y unos electrones dando vueltas a su alrededor; esto lo sabe cualquiera. Pues la cosa es, hoy día, bastante más complicada en cuanto a la estructura íntima de la materia, que esto. Recientemente se ha descubierto que el término átomo, que significa indivisible, acuñado por los griegos, cada día es menos cierto, porque al modelo estereotipado que he expuesto anteriormente hay que descomponerlo en fragmentos todavía más pequeños conocidos como "partículas subatómicas". Algunas de estas, infinitamente pequeñas, partículas han sido encontradas, otras han aparecido al descomponer las que son mayores y otras se supone que existen, porque es necesario para que cuadren las fórmulas, pero no hay, todavía, ni rastro de ellas.
En general los físicos han dividido estas partículas en Fermiones y Bosones, y estos a su vez en Quarks (que los cachondos de los físicos les han llamado partículas Arriba, Abajo, Encanto, Extraño, Cima y Fondo), los Leptones (que se dividen en Electrón, Muon, Tau y Neutrino), partículas transportadores de fuerza o Bosones (Piones, Gluones, o Fotones), Nucleones, y partículas que resultan de la combinación de las anteriores (Hadrones, Bariones, Mesones...); en fin, que estoy convencido de que a mis lectores no les cabe la menor duda de que he bebido abundante elixir espiritoso, que estoy de coña o que de tanto debatir mentalmente sobre la política se me ha ido la pinza. ¡Pues no! Puedo prometer y prometo que las cosas son tal como las he descrito y, todavía, más complicadas. Entonces ¿De que está hablando la prensa amenazándonos con viajar al pasado y volver al principio de la gobernación de Zapatero? Tranquilos que no; en realidad la información consiste en que los físicos han lanzado un chorro de Neutrinos, es decir de Leptones, desde Ginebra, bajo tierra, hasta un punto de Italia al nordeste de Roma, y han tardado menos que si fueran Fotones, es decir la luz, cuando Einstein soportó toda su teoría, y trás él todas las que se manejan hoy día, en que no se puede superar la velocidad de la luz.
En realidad hace años que se sabe que la velocidad de la luz es superable, no solo cuando tuvo lugar el principio de Universo, es decir aquellas partículas que en el momento del "Big Bang" salieron despedidas, superaron con generosidad los 300.000 Km./seg. (velocidad de la luz ¡EN EL VACÍO! ya que en el agua la velocidad de la luz es distinta, por eso un lapicero semi-sumergido da la impresión de estar partido), sino, también en la actualidad. Por ejemplo, se sabe que existen partículas que se han detectado en la Tierra procedentes de lugares espaciales situados a cientos de años luz, es decir que a la velocidad de la luz hubieran tardado cientos de años, cuando son partículas tan inestables que desaparece a menos de un segundo de haber nacido. Lo que es cierto es que ahora, por primera vez, se ha podido comprobar que la sospecha ha sido comprobada experimentalmente, y no queda otro remedio que revisar las fórmulas en que se basan nuestros conocimientos sobre el Cosmos. Pero de viajar al pasado, nada..., por el momento. La otra pregunta que nos queda en el aire es si los Neutrinos viajarán a la misma velocidad en el espacio que a través de la tierra.
Ya Leibniz reflexionaba de este modo:
"En el Universo, todo está hecho lo mejor posible, no solo para el bien general, sino para el mayor bien particular de aquellos que están persuadidos de esta verdad y satisfechos del régimen divino".
Yo recomendaría a mis lectores que estas Navidades se hagan con una de mis novelas titulada "A TRAVÉS DE LA ETERNA BURBUJA" , de Editorial Creación que aparecerá en el mercado antes de las fiestas, donde se desgranan, de forma novelada, verdades que todavía quedan en el cofre de la ciencia ficción, pero mañana... Un magnífico presente navideño para regalar a los demás o para uno mismo.
Hala, a descansar.
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