El 17 de Noviembre de 1769, la granadina emperatriz francesa, esposa de Napoleón III, Eugénia de Montijo, preside, en Suez, la solemne ceremonia de apertura del canal interoceánico del mismo nombre que, al comunicar el mar Mediterráneo con el mar Rojo permitirá, desde ahora, que el tráfico naval entre Europa y Asia no tenga que efectuar el clásico y larguísimo trayecto que pasa por el cabo de Buena Esperanza, despues de costear todo el flanco occidental del continente africano.
La construcción del canal de Suez obedece a un proyecto concebido y dirigido por el ingeniero francés Ferdinand de Lesseps lejano pariente de la muy española emperatriz de los franceses.
Para llevar adelante su proyecto, Lesseps ha tenido que vencer infinidad de escollos, el principal de los cuales ha sido, sin duda, la tenaz oposición de Gran Bretaña, que ha creído ver en este canal una maniobra de los franceses, de su posición de hegemonía, tanto en el Próximo como en el Lejano Oriente. Incansable enemigo de Suez ha sido el político inglés Benjamín Disraeli que velaba por los intereses de Gran Bretaña.
Durante el sitio de la Goleta, cuando la conquista de Tunez, en el campo cristiano se presentó un moro; preguntó por el emperador y en su presencia le dijo que le pedía su venia para matar a Barbarroja, pues siendo su panadero le sería fácil envenenarle. Carlos V le despachó con las siguientes palabras:
"Deshonra sería a un príncipe valerse de la traición y del veneno para vencer a un enemigo, a quien pienso castigar, con el favor de Dios y la ayuda de mis soldados".
Lamentablemente nunca he tenido la tentación de practicar la modestia de manera estúpida e innecesaria, de modo que cuando estoy convencido de tener razón no me cayo un ápice y hasta la fecha no conozco ningún comentario que haya hecho en este blog que haya sido desmesurado; puede que equivocado, en alguna ocasión, pocas, pero por exageradas que parezcan mis afirmaciones y mis pronósticos el tiempo acaba dándome la razón. Pues señor, resulta que, en efecto, los individuos que atacaron la casa de Esperanza Aguirre, que no dudé un minuto que pertenecían a las patrullas de Rubalcaba, en efecto ha sido comprobado que la versión dada por la policia era falsa, a pesar de lo cual fueron puestos en libertad sin atestado. ¿En manos de quien estamos? Porque de Rubalcaba no espero ningún acto honorable, justo, incorruptible ni digno, lo mismo que de ningún socialista y de muy pocos juramentados a su servicio en los tres poderes del estado, pero de la policía y, sobre todo, de la Guardia Civil, que custodian a las autoridades y a los ciudadanos... La dejación de aquellos al servicio del estado, de sus funciones, por motivos de sectarismo radical o por haber tirado ya la toalla, no puede ser ya más alarmante. Antes sentías protección junto a un miembro de las fuerzas de seguridad, ahora da miedo.
¿Que está pasando a propósito de las actuales próximas elecciones que parece habérsele ido a todo el mundo el seso? ¿Que males se pronostican para que los de la ceja abandonen ahora el zapaterismo y se pasen al comunismo rancio y asesino, los cerdos perro-flautas campen a sus anchas como en películas de amargo futurismo donde las desarrapadas tribus asesinas dominan las ciudades mediante el terror y el asesinato y escuchar, observar o leer las noticias nacionales le levante a uno el estómago? ¿Que tienen estas elecciones de particular para que se haya perdido totalmente la racionalidad? Incluso un ejemplar de nacional-socialista pijo como Durán y Lérida, que durante decenios ha sabido hacer de su templada charlatanería su modus vivendi, porque no ha dado golpe en su vida, pero vive como Dios en el Palace Hotel de Madrid, ha entrado en una orgía intelectual de declaraciones y desde hace días no suelta más que gilipolleces; la última que aplicar la ley vigente en la nación, con toda la mesura que podría exigírsele a un estado de derecho (que no es el caso de España) contra asesinos es un acto de venganza. Esperémonos lo peor de esta campaña y de la próxima legislatura, naturalmente con muertos encima de la mesa, y aprestémonos a defendernos a nosotros mismos y a los nuestros por nuestros medios (lo que incluye armas de fuego) sin esperar nada de las fuerzas del orden, dejémonos de manifestaciones en favor de las famosas víctimas del terrorismo, como si tales eventos le importaran a alguien, y empecemos a plantear una revolución ciudadana armada antes de que sea demasiado tarde; una revolución sin clases, ni ideologías, ni creencias ni partidos políticos, ni leyes que no se aplican, ni compasión para el delincuente. Una revolución de los ciudadanos contra la mala gente, que termine con esta zozobra indigna y miserable e instaure un sistema de convivencia nuevo, protegido y estable donde no quepan las ratas que hoy día nos dominan, engañan (a mí no) y atenazan mediante la falsa religión de la "democrácia" y donde podamos equivocarnos por nosotros mismos e intentar perseguir la felicidad y el progreso, con o sin fortuna, por nosotros mismos, y aniquilemos de una vez por todas a los mesías y a los parásitos oportunistas. ¡Ah! y aislemos a dos guetos peligrosísimos: uno estalinista y asesino, Vascongadas, y el otros fascista-nazi, Cataluña; todo el que pueda, que a tiempo se escape de allí o que allí mueran envenenados.
Por cierto, si esos vídeos que en todas las campañas electorales se han puesto de moda son una solemne majadería, los haga quien los haga, cuando se trata de los del PSOE podemos calificarlos de "peliculitas" hechas por subnormales para subnormales.
Benavente dejó escrito:
" Este admirable orden social en el que tan a gusto vive una pequeña parte de la sociedad, que, por fortuna, es la que tiene dinero".
Que descansen
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