En Constantinopla, en el año 1414 se convoca un nuevo concilio para buscar una solución a las anomalías provocadas por el anterior concilio de Pisa (1409). Entonces se asistió al enfrentamiento de los representantes de dos papas rivales: Gregorio XII, de Roma, y Benedicto XIII, de Aviñón. El concilio resolvió que la Iglesia necesitaba una profunda reforma, y que la voluntad de Dios no se manifestaba en la voluntad del papa sino en la comunidad de los fieles. Por lo tanto se destituyó a Gregorio y a Benedicto, y se puso a la cabeza de la cristiandad al arzobispo de Milán, Petros Filargo, un franciscano griego que asumió el papado con el nombre de Alejandro V.
Pero los papas destituidos reaccionaron declarando inválido el concilio, de manera que el cisma de occidente, lejos de resolverse, sufrió una nueva complicación: la existencia simultánea de tres papas, uno en Roma, otro en Aviñón y otro en Pisa. Aunque los principios elaborados por el concilio de Pisa ganarían terreno su puesta en práctica esteraría a que se resolviera el principal problema: el del poder.
De unos versos del Tancredo de Voltaire extraemos esta reflexión:
"¡A todos los bien nacidos la patria es cara!".
Amigos lectores, hoy me encuentro razonablemente feliz, pues he leido que el gobierno Rajoy se ha cargado la Sociedad Pública de Alquiler, uno de los inventos socialistas más deprimentemente inútiles, ¿que digo?, peligrosos, muy peligrosos en virtud de los personajes que trabajaban en la institución cuya sensibilidad y capacidad intelectual superaba en muy poco a la del berberecho. Y conste que hablo con conocimiento de causa personal, porque, y ya lo he comentado hace bastante tiempo en este blog, resultó que conmigo, como arrendatario de una vivienda que ellos intermediaban, cometieron un error pasándole mis cuotas de alquiler a otro vecino durante meses hasta que yo me dí cuenta y avisé del descalabro. Reconocieron por escrito su error y, también por escrito, aceptaron que podría reintegrar la cantidad que debían haberme cobrado a mí, de manera aplazada, es decir en cuotas mensuales. Hasta ahora bien... pues no, porque hasta llegar a este acuerdo pasaron casi 18 tormentosos meses en que mi abogada y yo llegamos a la convicción de estar tratando con deficientes mentales profundos. Pero cual sería mi sorpresa cuando, convencido de haber resuelto el estropicio, un buen día me llega una carta en la que soy informado de estar incluido en la lista de morosos del ASNEF, donde me vi encarcelado durante un año, por "no pagar una deuda", e impedido para llevar a cabo cualquier trasferencia financiera, desde comprar un automóvil hasta solicitar un crédito de cualquier tipo. Jamás, a pesar de reconocer que el error era suyo, se plegaron a solucionar esta injusticia y solo me vi libre cuando la "deuda" quedó totalmente saldada. Y lo peor es que conozco muchos más casos de incapacidad, incompetencia, ineptitud y estulticia de estos majaderos, desde el jefazo hasta el último mono, hasta el punto que les informé por carta de mi satisfacción el día que pasaran todos al paro, y que brindaría por ello; ya tengo en el frigorífico Champan (jamás cava) para este fin de semana que celebraré con unos amigos el evento. Les invito a todos ustedes.
Dicho lo cual, pasamos a la reflexión de la política actual según la cual estamos contemplando que la desvergïuenza del PSOE como institución o todo lo que ha robado, dilapidado y regalado a las amistades para, de manera intencionada, vaciar las arcas de los ayuntamientos, las comunidades y del estado y colgarles el muerto al PP, puede resultar preocupante, muy preocupante, pero nunca tanto como la imposibilidad de levantar el cerco económico de una izquierda que lo que desea no es la salida de España de tan terrible añagaza, sino destruir España. Y no solo acuso de los tres poderes del estado, porque a ellos se unen otros no previstos por Montesquieu como los sindicatos, la prensa adicta y los agitadores profesionales de la secta ( y dejemos a los masones), sino todavía peor, del pueblo "soberano", la chusma, que muestra un cociente intelectual entre 0 y 20, y que anda por ahí a aplaudir a Rubalcaba, a los criminales del 11-M, a besar la foto de Garzón y a oponerse frontalmente a unos planes gubernamentales, que no tengo ni idea de si van a resolver el problema nacional, pero sobre el que ya comienzan a reconocer socialistas "sin empleo" que debían haberlo hecho ellos mucho antes.
Las cosas, para los lectores extranjeros, están tan imposibles, que puedo asegurarles que lamento profundamente que no se haya prolongado el gobierno del PSOE dos años más, y digo más, visto lo visto, que lástima que no hayan ganado por mayoría los pasados comicios los del PSOE; en este caso mi condición de médico no se resiente ante una eutanasia sobre una muerte anunciada del país, cuando los poderes fácticos de la izquierda aconsejan "helenizar" las calles de las ciudades españolas, el Jefe del Estado ha tirado la toalla y resulta más decorativo que Hiro Hito en el Japón de 1939, las fuerzas del orden ocultan las pruebas que en el 11-M implicarían definitiva e indudablemente a políticos socialistas, jueces, fiscales y asesinos vascos y el mismo gobierno se niega a ilegalizar al crimen vasco porque no es oportuno, mientras nos machaca a quienes percibimos una nómina, y pasa página con los ladrones institucionales. Deseo aquí y ahora expresar mi consternación por el resultado de las pasadas elecciones generales. España, la España de hoy, no aquella cuya bandera juré, a la mierda y cuanto antes mejor.
Paul de Kock en "El Hombre de los Tres Calzones", capítulo 4 aseguraba:
"Preguntad a ese hombre lo que es la patria y la libertad y os contestará que lo que él quiere es dinero y no trabajar".
Que descansen
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