jueves, 4 de agosto de 2011

No abandonemos la Segunda Guerra Mundial: en el Pacífico los japoneses habían conseguido invadir multitud de islas de los archipiélagos de las Salomón, las Carolinas, las Marianas y las Marshall, donde asentaron tropas de infantería, ocultas en túneles como topos, numerosas piezas de artillería, y explanado campos de aviación que les dieran autonomía suficiente para alcanzar toda el área del Pacífico, y así poder alcanzar Australia y Nueva Zelanda.
La siguiente batalla de notable relevancia, en el Pacífico, tras la de Midway, sería la toma, por parte de los EEUU, el 7 de Agosto, de la isla de Guadalcanal. En la isla, los combates se libran en tierra, por la posesión del aeródromo que estaba en poder de los japoneses, y por mar entre cruceros, encargados de desembarcar tropas niponas en un bando, y, en el otro, aprovisionar a las americanas desembarcadas, para, a partir del día 22 intervenir portaaviones en el combate.
El 13 de Septiembre continua todavía la batalla en Guadalcanal, hundiéndose respectivamente navíos, los unos a los otros, y luchando en tierra ambas infanterías sin tregua. El 11 de Noviembre, los americanos desembarcan 11.000 soldados, y el 10 de Diciembre ante los 20.000 japoneses, EEUU enfrenta un total de 58.000 marines. Pero Guadalcanal sigue siendo una masacre; el aire huele a sangre y cadáveres descompuestos bajo el calor tropical. Finalmente, los japoneses, durante la primera semana de Enero de 1943 se ven obligados a abandonar Guadalcanal, dejando 10.000 muertos en la isla, por 1.600 yanquis, con lo cual, los del sol naciente pierden su principal cabeza de playa para progresar en Nueva Guinea, donde se habían hecho fuertes a final de año, algo que les obliga a replegarse progresivamente.
Pero, mientras tanto que ocurre en África. habíamos comentado que las fuerzas de Rommel, habían conseguido entrar, finalmente, en Egipto, alcanzando la localidad de El Alamein, a escasos Kilómetros de Alejandría. Los ingleses solo habían conseguido parar el golpe, al interceptar los suministros alemanes por el mar. Esta situación, aconsejó al mariscal germano llevar a cabo un retroceso táctico, que es aprovechado por los aliados para empujarle, primero,nuevamente, hasta Tobruk, y más tarde, retroceder, desde el 2 al 24 de Noviembre de 1942, a Bengasi y detenerse en El Agheila. ¿Y a que viene este cambio en el dominio del terreno, a favor de los aliados? Pues a que los ingleses habían destacado al metódico e inteligente mariscal Montgomery, para enfrentarse con "el zorro del desierto". Ahora las cosas van a ser más duras para Rommel, y el canal de Suez, por el momento está salvado. No obstante, los combates no se detienen, fundamentalmente mediante salvas de artillería y tanques. Además los americanos desembarcan en Marruecos, a mediados de Noviembre, 35.000 soldados en Casablanca , casi 40.000 en Orán (Argelia) -entre americanos e ingleses-, y otros 33.000 cerca de Argel (Argelia). Allí es donde los germanos se ven obligados a destacar un poderoso contingente para evitar la progresión de los aliados hacia oriente, hacia Túnez, donde ya habían aterrizado unidades de paracaidistas británicos, y, sobre todo, Libia, pensando que querían coger por detrás a Rommel. Pero el proyecto que principalmente se estaba gestando sobre los mapas estratégicos, era la invasión de Italia.
Este territorio norteafricano de Casablanca pertenecía a la Francia de Vichy, pero la oposición que ofrecieron estos franceses al desembarco aliado no pasó de ser testimonial, lo que condujo a los alemanes a tomar también la otra mitad de la Francia oriental, pensando que, en realidad, los aliados planeaban desembarcaran en el continente al sur francés.
En esta situación se llega a las Navidades. En Europa, los alemanes, a primeros de Junio machacan Sebastopol, importante capital de Ucrania, con una poderosa artillería de largo alcance. El general Eisenhower, toma el mando de las tropas aliadas en Europa. La deportación sistemática de judíos de todo el continente, a los campos de exterminio, y las crueles represalias nazis, como represalia de respuesta a los actos de sabotaje de la resistencia, son la nota dominante en la Europa central. Por lo demás, el sitio de Leningrado continúa; el avance sobre Moscú está paralizado a la espera de mejor climatología, y el grupo sur del ejército alemán debe cumplir una de las obsesiones de Hitler, conseguir el petróleo del Caúcaso. Pero ahora, el paranoico y caprichoso cabo, tiene una idea "genial", que posiblemente le vaya a costar la guerra: El 13 de Julio ordena que se divida el ejército sur en dos grupos, uno que seguirá hacia el Caúcaso y otro que se dirija a tomar la emblemática ciudad de Stalingrado, la ciudad de Stalin. Esta maniobra, no solo debilitará el potencial de este ejército sino que va a dejar una brecha entre ambos grupos que será aprovechada por el ejército rojo en su momento. En Agosto, tomada Ucrania, los Panzer de este ejército son desplazados hacia Stalingrado, lo mismo que parte del ejército del Caúcaso. Ahora el neurótico empeño del führer es Stalingrado, que comienza a ser bombardeada sin descanso hasta la destrucción total, y posterior conquista de las ruinas, por parte del del 6º ejército alemán, llegándose a los combates cuerpo a cuerpo.
A finales de Noviembre, los germanos poseían el 90% de la destrozada ciudad, cuyo diseño alargado a orillas del Volga, permitía los desplazamientos, entre las ruinas de los supervivientes rusos, haciendo uso, incluso de las alcantarillas. Pero los defensores, siguiendo una orden de Stalin, en ningún momento se dieron por vencidos. La llegada del invierno, para el que las tropas alemanas no estaban preparadas (con -30º de media), la incapacidad de Göring para reponerles suministros y armamento con su aviación, la deficiente defensa que, de la zona norte de la ciudad, llevaron a cabo italianos y rumanos, que se colaran los rusos entre líneas, y la obstinación de Hitler de no retirar a tiempo a aquellas maltrechas y mal pertrechadas tropas, necesarias para otros frentes, a pesar de la reiterada solicitud del general Von Paulus, que mandaba las unidades alemanas, acabó en Febrero de 1943 con la destrucción total del 6º ejército cuyos últimos superviviente vivieron un calvario de frío, hambre y miseria. El balance final sería 1 millón de muertos, tanto de soldados rusos como alemanes, y sus aliados, y 2 millones de civiles muertos en la ciudad.


El marqués de Turgot, embajador de Francia en España, a Isabel II, cuando esta, ante el movimiento revolucionario de 1854, se disponía a trasladarse a Aranjuez con toda la guarnición que había en Madrid siguiendo así un desatentado consejo del general Córdova, aunque finalmente la reina optó por quedarse, dirigió a la monarca estas palabras:
"Los reyes que abandonan su palacio en momentos de revolución no vuelven a él"
Ayer, SM el rey de las Españas, al parecer estaba indignado; parece ser que no fue visto por la Puerta del Sol, pero, en un rapto de ira incontenida y a pesar de ser un monarca republicano y muy socialista, espetó a su contertulios algo así como "tengamos la fiesta en paz y nada de batallitas", algo que ha sentado muy mal en medios políticos vascos, catalanes, mallorquines (lo dijo en español nada menos) y en algunas zonas de la región autonómica independiente de Perejil. Esta enorme bronca de la Jefatura del Estado, en el transcurso de un largo discurso plagado de referencias patrióticas al que hoy todo el mundo se ha referido como "Aló Su Majestad", seguido de la invitación del heredero de la corona a Zapatero a cenar unas espinacas para darle fuerza, con la comentada ausencia de Letizia, para quien esta hortaliza resulta demasiado energética, ha conseguido quebrar la alegría del legislativo emanada, de manera razonabilísima, por haber colocado prácticamente toda la deuda emitida a un interés de apenas el 5% ¡tirado! y porque tras un sesudo estudio que le ha llevado varios días, en que no ha salido de casa, Elena Salgado ha dejado claro que la situación "no es gravísima", pues ya tiene controlado lo que los fascistas llaman crisis, para jorobar, y que solamente costará en los próximos días unos 37.000 millones de euros y apenas 500.000 empleos.
Naturalmente el gabinete de crisis creado por Zapatero, para contentar a las malas lenguas de derecha extrema, pero que ninguna falta hacía y bien podía haberlo diseñado el desaparecido Antonio Ozores, tranquilizó al Rey que, tras emitir un suspiro de alivio, se montó en sus muletas y voló, navegando con un arte inigualable, a través de una portilla de palacio hacia las estrellas o, quien sabe si a tomar un té con pistachos con su primo Mohamed.
Este delicioso cuento, que fácilmente podría haber sido relatado por uno de los hermanos Grimm, en virtud de su alta calidad literaria e insospechadas cotas de imaginación, habrán caído los lectores que nada tiene que ver, con que el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas haya pasado revista a las tropas españolas, acompañado de una mujer, embarazada en su momento, que odia a la "puta España" y se declara independentista, ni con el hecho de que la Constitución no le permita al rey abrir la boca ni en el discurso de Navidad, pero tampoco le obliga a abrazar y besuquear a traidores, canallas y delincuentes, ni tiene nada que ver con su facilidad para hacer gracietas días despues de que en distintas provincias españolas se ofenda a la nación o se queme la bandera, ni con que SM esté convencido de que hablando con los asesinos vascos "se entiende la gente".
Su afirmación de que "no quiere batallitas" viene a significar algo parecido a "niños, dejar de joder con la pelota y no me molestéis durante la siesta". No obstante yo creo que son necesarias algunas batallitas, pero con armas automáticas y garrote vil para tantos genocidas como han arrasado un país entero. Claro que yo no soy nadie, ni lo seré nunca, aunque, eso sí, un convencido, como historiador de que España no puede ser otra cosa que una monarquía o nada... es decir ¡nada!
¿Y que vamos a hacer? Algún magnate llegará que, con enorme esfuerzo por el tiempo sagrado perdido, hará buena la frase de Joaquín Costa:
"La escuela y la despensa, la despensa y la escuela: no hay otras llaves capaces de abrir camino a la regeneración española".
¡Dios salve a... el Capitán Trueno!

Buenas noches.

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