jueves, 28 de enero de 2021

 Ya comenté anteriormente que desde que el hombre es hombre (y también la mujer es hombre según Irene Montero) e incluso muchos miles de años antes, los virus, esos corpúsculos más insignificantes que una célula e incluso que una bacteria, nos han acompañado a lo largo de nuestra historia haciéndonos la puñeta, como demuestran los análisis llevados a cabo a las momias y restos aislados de todo tipo del genero "homo" que han transitado a trompicones por el planeta hasta el día de hoy.

Ahora propongo hacernos eco de unas noticias que deben poner sobre aviso a los ciudadanos (y las ciudadanas) sobre un futuro seguramente inmediato que nos invita a convivir con todo tipo de gérmenes, los benéficos y con otros de muy mal carácter. Convénzanse, en muchos aspectos estamos asistiendo al comienzo de una nueva era que exigirá al ser humano un especial esfuerzo para sobrevivir eliminando nuevos enemigos invisibles y visibles, por ejemplo a los políticos "invotables" y a los tarados que los votan y los que van haciendo botellones y fiestas clandestinas.

Pues resulta que en las regiones polares y muy especialmente en la tundra siberiana, debido al famoso calentamiento global, ha sucedido que grandes extensiones de terreno de permafrost, es decir de tierra congelada hasta varios metros de profundidad de manera permanente, seguramente desde la última glaciación, es decir hace 10 o 12 mil años, se hayan fundido dejando expuestos los restos, muy bien conservados por el hielo, de animales y personas muertos posiblemente hace miles de años.

Naturalmente junto con los animales y humanos enterrados hace cientos de siglos también se han  "despertado" microorganismos que albergaban estos cuerpos y que, probablemente, fueron los que provocaron su muerte.

Por esta motivo se sabe que el carbunco (ántrax) cuyas esporas fueron liberadas y acabaron con la vida de un niño de 12 años y varios centenares de personas de la región siberiana de la península de Yamal, enfermaron y hubieron de ser hospitalizadas gravemente enfermas. Simultáneamente, en la misma zona más de 2.300 renos morían por la misma causa.

Esta noticia nos conduce a pensar que el debatido calentamiento global no debe enfocarse únicamente como un riesgo lejano por el ascenso del nivel de los mares, la dulcificación del agua de los océanos y la alteración de las corrientes marinas. Existen otros peligros en los que pensar, sobre todo si tenemos en cuenta la maldad de los seres humanos y el uso de tales episodios para beneficiarse haciendo daño a millones de personas del planeta.

Pues como digo, el permafrost se está calentando y diluyendo durante los periodos calientes en Siberia y en otras localidades, liberando antiguas bacterias y otros microorganismos contra los que unas veces estaremos inmunizados o al menos nos son conocidos para luchar contra ellos, pero otras veces se tratará de patógenos ya extinguidos para los que no tenemos manera de defendernos y la hecatombe estará servida.

En 2011 Boris Revich y Marina A. escribian en el Global Health Action:

<<Como consecuencia de la fusión del permafrost podrían volver los vectores de algunas epidemias mortíferas de los siglos XVIII y XIX, sobre todo cerca de los cementerios donde se enterró a las víctimas>>

Es un hecho que las oleadas de calor en latitudes superiores, aunque cada año ocurre cada vez más hacia el sur, está deshelando el milenario permafrost y liberar tanto bacterias como virus para los que nuestro organismo no tiene defensas o considerábamos ya extinguidos. Concretamente en 2015 el profesor Claverie y su equipo comunicó el hallazgo en permafrost siberiano de 30.000 años de antigüedad de dos virus que conservaban todavía su capacidad infecciosa. Y aunque ambos virus solo infectan, que se sepa, a las amebas, no existe razón para que los virus que provocaron la <<gripe española>> y la viruela, la que se comunicó hace años que se encontraba erradicada del planeta (mentira porque varios países conservan cepas del virus de la viruela so pretexto de poder llevar a cabo una vacuna si en el futuro fuera necesario) no despierten y la humanidad se encuentre en otro callejón sin salida, vamos como estamos hoy.

El mismo Claverie advierte de que la zona de Siberia fue ocupada por neanderthales y que tuvieron que vérselas con microorganismos que diezmarían sus tribus y cuyas víctimas fueron enterradas en terrenos que hoy comienzan a ser expuestos y de los que desconocemos sus características por no habernos enfrentado nunca a sus ataques.

A pesar de todo, y sin tener que recurrir a arqueovirus, en este momento padecemos el ataque de enfermedades virales que con las técnicas actuales podrían ser modificados por cualquier <<chino>> y potenciada su letalidad dejando al mundo, que no tiene más que majaderos gobernantes, sin armas para los científicos que podrían acabar, como ya lo está intentando el Sars-Cov 2, llevándose por delante la vida de miles de millones de seres humanos y arrodillando la economía capitalista occidental ¿Me he explicado?.

Y estoy hablando, por ejemplo, de la Gripe Aviar cuyo virus es el H7N9 y puede mutar para infectar al hombre; el virus del Nipah, el de la fiebre de Crimea/Congo, el Ébola ya conocido por la mayoría de los españoles, la Fiebre de Malburgo, las hepatitis B y C, los Rotavirus que provocan  diarreas mortales sobre todo en niños; la Fiebre Amarilla, el VIH o virus del Sida, el Sarampión, el Dengue y sobre todo la Viruela.

Todos ellos son virus letales y conocidos a los que por ahora hemos conseguido mantener a raya, unas veces con vacunas y otras mediante métodos de ataque y aislamiento de los focos donde se iniciaron, tras muchos cadáveres de por medio, pero una variante en su estructura podría conducirnos a una catástrofe universal.

Y a propósito de haber comentado hace unos renglones sobre las vacunas, que quieren que les diga de la mafia de los laboratorios fabricantes de las que deberían sacarnos del atolladero del Covid-19, algo cada vez más dudoso a la vista de la necedad e ineficacia de los gobernantes en cuyas manos esta nuestra seguridad y la de nuestras familias... Más vale que no vean los telediarios y se protejan por sí mismos sin atender a normativas, exhortaciones y tutorías de merluzos como algún directivo del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias.


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