La ambición política de Fernán González, Conde de Castilla, le lleva a mantener una actitud independiente frente al reino de León. Fernán González inicia una ambiciosa y espectacular carrera política en el año 929, cuando recibe de Alfonso IV el título de comes y rige la mandación de Lara. Aprovechando la situación confusa del reino de León, y para asegurarse el favor regio, da en matrimonio a una de sus hijas al heredero leonés y recibe de Ramiro II los condados de Álava, Burgos, Cerezo, Lantarón y Lara, que le dan la fuerza necesaria para enfrentarse al monarca. Ramiro responde enérgicamente y Fernán González es encarcelado en León. Trás la muerte de Ramiro, las dificultades internas del reino leonés son aprovechadas por el conde para afianzar su independencia. Presta apoyo a su yerno Ordoño IV el Malo para destronar a Sancho el Craso (año 958), lo que origina una guerra civil, que aprovecha para extender sus condados hasta el Cea. Muerto en 970, su figura inspirará el poema que lleva su nombre.
De L´esprit d´Alphonse Karr extraemos estareflexión:
"No se viaja por viajar, sino por haber viajado".
Hay un viejo chiste, con muy mala intención, que dice que se encuentran dos hombres que conversan tras años sin verse y le dice uno al otro:
-Entonces, despues de tantos años de casado ¿tu mujer te excita?
-cómo que si me excita, me pone de una mala leche...
Pues algo así me pasa con los viajes en avión, que me ponen de una mala leche cuanto más hago uso de su servicio. Jamás he tenido miedo a volar por el mero hecho de volar, hasta que en estos últimos años la situación de la aeronáutica civil se ha puesto fráncamente peligrosa. Lo que siempre ha sido el medio de transporte más rápido, cómodo y seguro se ha transformado, por mor de nuestros amados a la par que ineptos gestores, en la forma de viajar más insegura, peligrosa e incómoda. Y no estoy hablando de que te pierdan o abran las maletas en Barajas, por ejemplo, porque de eso ya me he quejado, sino de la enorme incomodidad de estar dos horas antes del vuelo de pegote en el aeropuerto y otra después de llegar para recoger el equipaje, del mal trato que te dan los empleados, del miedo que te meten las fuerzas de seguridad (como en los aeródromos del Pacto de Varsovia en los años 70) con las que más vale no tener ni un roce o pedir auxilio, de las huelgas de cualquiera de los elementos sociales que contribuyen a toda la parafernalia del vuelo que terminaran dejando tirados por el suelo a pasar la/las noche/es a personas y familias dignísimas sin explicaciones ni remordimientos, la patulea insensata y mal educada con que te ves obligado a compartir espacio (al aroma de pies hidrófobos cuando no de aventado porro y al son de tacos y venablos de hiriente estruendo), la desconsideración con los viajeros tanto en tierra como durante el vuelo del personal (es la única empresa en que el cliente nunca tiene razón y es puteado por deporte), de la intranquilidad que te provoca tanta información sobre el desconcierto en el mantenimiento y del pilotaje de las naves y de controladores, etc., todo lo cual, puedo asegurarles, no ocurre en los viajes por ferrocarril, y no necesariamente en el AVE. Porque yo digo: si se quieren cargar la aviación civil, que se la carguen (de hecho yo soy partidario de que desaparezcan las líneas peninsulares y dejar la internacionales y a las islas) pero que no anden buscando un pretexto, y que los viajes por la península se realicen, cuando menos en su mayoría, mediante ferrocarril. Lo que no tiene sentido es que la respuesta a la sectaria y descerebrada política zapaterina de la ministra de fomento sea reducir el horario de muchos aeropuertos que deberían desaparecer sin más. Queridos lectores, apoyemos al ferrocarril y destronemos los viajes por avión... fundamos para España algo parecido al europeo EURAIL PASS para nuestros viajes de recreo y vacaciones ¡Muera el avión!
De las "Canciones de Suburbio" de Pio Baroja anotamos estos versos:
"Eso de moverse mucho
y de ir de aquí para allí
no es cosa que desarrolle
ni aumente mucho el magín".
Buenas noches.
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