En la colonia norteamericana neerlandesa de Nueva Holanda se regula la propiedad de la tierra mediante el sistema del patronaje, establecido por la Compañía de las Indias Occidentales el 7 de Junio de 1629. Cada holandés que aporte 50 hombres a la colonia, se convierte en su patrón y recibe un territorio de unos 25 Kms. de longitud a orilla de un río. En esta zona que se puede ampliar sin límites hacia el interior, el patrón ejerce la justicia a nivel local. A los patrones se les garantiza la libertad de comercio, pues la Compañía solo se reserva como asunto propio el tráfico de las pieles.
En los primeros versos de la elegía "A la Patria" de Espronceda, podemos leer:
"¡Cuán solitaria la nación que un día
poblara inmensa gente!
Resulta cansino. ¿Recuerdan aquellos lectores que, por la edad, podían presenciar los combates de boxeo que, durante mi niñez y adolescencia, se daban en la televisión, aquella antigua televisión de un solo canal en blanco y negro, o bien, en Madrid, acudíamos a presenciarlo en directo en el viejo Campo del Gas, cuando aparecía un boxeador, normalmente de pesos pesados, que era capaz de aguantar las bofetadas que le echaran, que no había manera de tumbarlo por más que le arrimaban uno y otro asalto? ¡Que entrañable época aquella! al menos yo la recuerdo con nostalgia; época franquista en la que pasábamos apuros para salir adelante y llegar a fin de mes... pero yo era feliz, y Franco no me estorbaba para nada. Los sueldos eran paupérrimos pero se podía trabajar simultáneamente en varios sitios y sumando el total los ingresos, pues la familia -porque entonces existían familias- se buscaban la vida para tirar "palante". Eran tiempos en los que las relacciones personales, no las políticas, eran próximas entre vecinos, amigos, compañeros de trabajo y de clase y familiares; que gusto el no tener que pasar por un banco para pagar el recibo de la luz, la letra de la nevera (no eléctrica, sino de barras de hielo) o del seiscientos, algo que se llevaba a cabo a través de un cobrador que venía a casa lo que al hombre le representaba arrimar unas pesetillas a la soldada mensual, sin duda suma de varias, miserable casi seguro. El sereno te abría la puerta y te daba las buenas noches por tu nombre (no estos mangantes de policias municipales que parecen sustituir a este cuerpo -sin sustituirlo porque no se les ve el pelo por la noche- y al de los guardias urbanos, juntos); el cartero tocaba un pito en el portal y nombraba a gritos los destinatarios de las epístolas de aquel portal; el basurero, con su carro de madera y su borrico vaciaba todos los cubos de basura que encontrara en los portales; la leche la comprábamos los chiquillos en las vaquearías estabuladas que se repartían en distintos puntos de la ciudad, lechera en mano; el peluquero venía a casa a cortar el pelo a toda la familia una vez al mes por cuatro perras; el practicante ponía las inyecciones a domicilio hirviendo la jeringuilla de vidrio y las agujas en un hervidor de latón... y los domingos la sana ansiedad de comprar el nuevo tebeo con las aventuras del Capitán Trueno.
Pero no divaguemos que me transporto con facilidad. Decía yo al principio que resulta cansino pasarme los días, las semanas y los meses dándoles caña en este blog a estos golfos y sinvergüenzas del PSOE y no hay forma de que doblen, es más cada día son más gusanos que el día anterior; y les da lo mismo que la juez Alaya meta a toda Andalucía en la cárcel, ellos a lo suyo. Pero, en fin, ya que no hay otro remedio, vamos a por ellos: Aquí hay alguien que no entiende de economía, o bien los inversores o los votantes progres. También pudiera ocurrir que los socialistas no resultaran fiables en ninguna parte del mundo... salvo para los votantes. Porque según la prensa los mercados han reaccionado ante el ascenso del francés Hollande y de la presumible deriva hacia la izquierda holandesa, con un desplome general de las bolsas ¿Estulticia, ignorancia, necedad? ¡No, hombre, por Dios! En el siglo XXI, si acaso, una desmedida afición al apaño de los votantes, la mayoría de los cuales o estan en la pomada y sueñan con estar, al menos en su medio por escaso que sea: "a ver si de esta trinco yo algo que ya me toca". Lo cierto es que los inversores, economistas, los mercados, y la bolsa no se fían un pelo de la efervescencia progre-capitalista, de lo que se deduce que no puedo yo estar demasiado equivocado.
Por lo que a España se refiere, a pesar de los pesares, que los hay y hay que ver como pesan, la política de reformas de Rajoy no debe ir, tampoco, demasiado mal encaminada, bien que tímidamente, cuando las hienas, las cucarachas, las ratas y otros carroñeros, se alborotan de manera tan espectacular. A propósito, el vil Rubalcaba y la mujer esa (que no la señora), de aspecto, vocabulario y modos que no me atrevo a identificar con un arquetipo y mucho menos con una antigua profesión, y que atiende por Valenciano, corren el peligro de morderse en el transcurso de algún mitin y envenenarse a sí mismos. Como será el espectáculo que están dando que el mismo Almunia, avergonzado, da la razón al PP en su política de soluciones al hundimiento del país que el PSOE produjo.
Y es que hay cosas que no tienen una explicación inmediata. Porque las izquierdas de la checa y la barricada se han mesado los cabellos ante los ajustes que propone la ministra de Sanidad para ahorrar pasta, argumentando que tira por tierra los derechos de los pobres enfermos a los que, al parecer, más ataca el gobierno cuanto más enfermos están, pero no he escuchado que digan nada por la tercermundista sanidad catalana, algo que no es ninguna novedad, pero que alcanza niveles ya ridículos. Porque los soberbios catalanes no solo es que cierran los hospitales a las 17 horas y ya puedes ir a visitarlos con un ojo en la mano que te da igual, sino que en caso de ingreso hospitalario, al acompañante le cobran hasta el papel higiénico. Ellos mismos se han cargado su sistema sanitario hasta dejarlo a la altura de Namibia y ahora no saben como pedir dinero al resto de España, argumentando los más falaces testimonios y mostrando en la junta parlamentaria para defensa de los presupuestos, un cabreo del 10. Pero el régimen catalán no ha inventado nada: en la prensa (Gaceta del martes 24) aparece una foto que nos retrotrae a tiempos pasados, aunque al parecer, nunca olvidados: Arturo Mas con una bandera catalana detrás y acompañado de varios dignatarios, alguno militar, y un obispo vestido todo de rojo; la colección completa de chupópteros.
Pero verán ustedes, la historia nos cuenta que el dictador que más muertes tiene a sus espaldas y cofundador del socialismo, Stalin (Rubalcaba) sostenía una camarilla de capitostes a su alrededor que garantizaran su incondicional apoyo a costa de lo que fuera (mandos de Ferraz) que dirigieran los hilos de la implantación en todo el país del mando de los soviets (CCAA y ayuntamientos del PSOE) y de los medios de comunicación afines (póngase aquí los nombres), para lo cual era necesario un ejército popular incondicional al jefe ( 11-M, 15-M, perroflautas, los del metro (que lo mismo les da frenar los vagones que ponerles un explosivo), los artistas de la ceja (la asistencia al cine español ha bajado este año un 50%), sindicatos de clase, la ETA "buena", los republicanos malos, los religiosos peores, etc) y fuerzas profesionales obedientes al aliento bolchevique (sindicato policial, mandos del ejército (Francisco Javier Velázquez) y de la policía obedientes a la izquierda) a través de las consignas que eviten la oposición al régimen (CESID, jueces juramentados (Garzones varios), mandos profesionales depuradores de plantillas en sus centros concretos (directores médicos) y logias ocultas en la sombra). La diferencias es que a los actuales izquierdistas españoles, solamente les atrae el poder, la Internacional socialista marxista-leninista se la trae floja, su fijación es el dinero. Y si hay que crear nuevos Gulag en Vascongadas y Andalucía, allá que vamos.
En palabras de Benavente:
"Este admirable orden social en que tan a gusto vive una pequeña parte de la sociedad, que, por fortuna, es la que tiene el dinero".
Buenas noches.
En los primeros versos de la elegía "A la Patria" de Espronceda, podemos leer:
"¡Cuán solitaria la nación que un día
poblara inmensa gente!
Resulta cansino. ¿Recuerdan aquellos lectores que, por la edad, podían presenciar los combates de boxeo que, durante mi niñez y adolescencia, se daban en la televisión, aquella antigua televisión de un solo canal en blanco y negro, o bien, en Madrid, acudíamos a presenciarlo en directo en el viejo Campo del Gas, cuando aparecía un boxeador, normalmente de pesos pesados, que era capaz de aguantar las bofetadas que le echaran, que no había manera de tumbarlo por más que le arrimaban uno y otro asalto? ¡Que entrañable época aquella! al menos yo la recuerdo con nostalgia; época franquista en la que pasábamos apuros para salir adelante y llegar a fin de mes... pero yo era feliz, y Franco no me estorbaba para nada. Los sueldos eran paupérrimos pero se podía trabajar simultáneamente en varios sitios y sumando el total los ingresos, pues la familia -porque entonces existían familias- se buscaban la vida para tirar "palante". Eran tiempos en los que las relacciones personales, no las políticas, eran próximas entre vecinos, amigos, compañeros de trabajo y de clase y familiares; que gusto el no tener que pasar por un banco para pagar el recibo de la luz, la letra de la nevera (no eléctrica, sino de barras de hielo) o del seiscientos, algo que se llevaba a cabo a través de un cobrador que venía a casa lo que al hombre le representaba arrimar unas pesetillas a la soldada mensual, sin duda suma de varias, miserable casi seguro. El sereno te abría la puerta y te daba las buenas noches por tu nombre (no estos mangantes de policias municipales que parecen sustituir a este cuerpo -sin sustituirlo porque no se les ve el pelo por la noche- y al de los guardias urbanos, juntos); el cartero tocaba un pito en el portal y nombraba a gritos los destinatarios de las epístolas de aquel portal; el basurero, con su carro de madera y su borrico vaciaba todos los cubos de basura que encontrara en los portales; la leche la comprábamos los chiquillos en las vaquearías estabuladas que se repartían en distintos puntos de la ciudad, lechera en mano; el peluquero venía a casa a cortar el pelo a toda la familia una vez al mes por cuatro perras; el practicante ponía las inyecciones a domicilio hirviendo la jeringuilla de vidrio y las agujas en un hervidor de latón... y los domingos la sana ansiedad de comprar el nuevo tebeo con las aventuras del Capitán Trueno.
Pero no divaguemos que me transporto con facilidad. Decía yo al principio que resulta cansino pasarme los días, las semanas y los meses dándoles caña en este blog a estos golfos y sinvergüenzas del PSOE y no hay forma de que doblen, es más cada día son más gusanos que el día anterior; y les da lo mismo que la juez Alaya meta a toda Andalucía en la cárcel, ellos a lo suyo. Pero, en fin, ya que no hay otro remedio, vamos a por ellos: Aquí hay alguien que no entiende de economía, o bien los inversores o los votantes progres. También pudiera ocurrir que los socialistas no resultaran fiables en ninguna parte del mundo... salvo para los votantes. Porque según la prensa los mercados han reaccionado ante el ascenso del francés Hollande y de la presumible deriva hacia la izquierda holandesa, con un desplome general de las bolsas ¿Estulticia, ignorancia, necedad? ¡No, hombre, por Dios! En el siglo XXI, si acaso, una desmedida afición al apaño de los votantes, la mayoría de los cuales o estan en la pomada y sueñan con estar, al menos en su medio por escaso que sea: "a ver si de esta trinco yo algo que ya me toca". Lo cierto es que los inversores, economistas, los mercados, y la bolsa no se fían un pelo de la efervescencia progre-capitalista, de lo que se deduce que no puedo yo estar demasiado equivocado.
Por lo que a España se refiere, a pesar de los pesares, que los hay y hay que ver como pesan, la política de reformas de Rajoy no debe ir, tampoco, demasiado mal encaminada, bien que tímidamente, cuando las hienas, las cucarachas, las ratas y otros carroñeros, se alborotan de manera tan espectacular. A propósito, el vil Rubalcaba y la mujer esa (que no la señora), de aspecto, vocabulario y modos que no me atrevo a identificar con un arquetipo y mucho menos con una antigua profesión, y que atiende por Valenciano, corren el peligro de morderse en el transcurso de algún mitin y envenenarse a sí mismos. Como será el espectáculo que están dando que el mismo Almunia, avergonzado, da la razón al PP en su política de soluciones al hundimiento del país que el PSOE produjo.
Y es que hay cosas que no tienen una explicación inmediata. Porque las izquierdas de la checa y la barricada se han mesado los cabellos ante los ajustes que propone la ministra de Sanidad para ahorrar pasta, argumentando que tira por tierra los derechos de los pobres enfermos a los que, al parecer, más ataca el gobierno cuanto más enfermos están, pero no he escuchado que digan nada por la tercermundista sanidad catalana, algo que no es ninguna novedad, pero que alcanza niveles ya ridículos. Porque los soberbios catalanes no solo es que cierran los hospitales a las 17 horas y ya puedes ir a visitarlos con un ojo en la mano que te da igual, sino que en caso de ingreso hospitalario, al acompañante le cobran hasta el papel higiénico. Ellos mismos se han cargado su sistema sanitario hasta dejarlo a la altura de Namibia y ahora no saben como pedir dinero al resto de España, argumentando los más falaces testimonios y mostrando en la junta parlamentaria para defensa de los presupuestos, un cabreo del 10. Pero el régimen catalán no ha inventado nada: en la prensa (Gaceta del martes 24) aparece una foto que nos retrotrae a tiempos pasados, aunque al parecer, nunca olvidados: Arturo Mas con una bandera catalana detrás y acompañado de varios dignatarios, alguno militar, y un obispo vestido todo de rojo; la colección completa de chupópteros.
Pero verán ustedes, la historia nos cuenta que el dictador que más muertes tiene a sus espaldas y cofundador del socialismo, Stalin (Rubalcaba) sostenía una camarilla de capitostes a su alrededor que garantizaran su incondicional apoyo a costa de lo que fuera (mandos de Ferraz) que dirigieran los hilos de la implantación en todo el país del mando de los soviets (CCAA y ayuntamientos del PSOE) y de los medios de comunicación afines (póngase aquí los nombres), para lo cual era necesario un ejército popular incondicional al jefe ( 11-M, 15-M, perroflautas, los del metro (que lo mismo les da frenar los vagones que ponerles un explosivo), los artistas de la ceja (la asistencia al cine español ha bajado este año un 50%), sindicatos de clase, la ETA "buena", los republicanos malos, los religiosos peores, etc) y fuerzas profesionales obedientes al aliento bolchevique (sindicato policial, mandos del ejército (Francisco Javier Velázquez) y de la policía obedientes a la izquierda) a través de las consignas que eviten la oposición al régimen (CESID, jueces juramentados (Garzones varios), mandos profesionales depuradores de plantillas en sus centros concretos (directores médicos) y logias ocultas en la sombra). La diferencias es que a los actuales izquierdistas españoles, solamente les atrae el poder, la Internacional socialista marxista-leninista se la trae floja, su fijación es el dinero. Y si hay que crear nuevos Gulag en Vascongadas y Andalucía, allá que vamos.
En palabras de Benavente:
"Este admirable orden social en que tan a gusto vive una pequeña parte de la sociedad, que, por fortuna, es la que tiene el dinero".
Buenas noches.
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