Es una de las pocas cosas en las que más millones de personas en este planeta coincidimos y es la celebración de la Navidad. Para unos, estas fechas en las que finaliza el año, se conmemora el nacimiento en un pueblo de Palestina, hace más de 2000 años, de un niño que responde a las características de aquel que su tradición religiosa dice que sería enviado por Dios como encarnación de su propio hijo, para redimir con su muerte el pecado de los hombres, que esa misma epopeya relataba haber sido condenados por el propio Dios haciéndolo extensivo a toda la raza humana, en virtud de la desobediencia, de sus ancestros y que queda en los libros sagrados registrado como el Pecado Original. Para otros se trata de una celebración, cuyos orígenes se remontan en el tiempo a la festividad romana en honor a Saturno. La Saturnalia respondia al recuerdo del periodo en que, gobernando Saturno sobre el mundo, a los esclavos se les permitía una serie de libertades mundanas, que quedaron reflejadas en esta festividad, que debía coincidir con el solsticio de invierno, y en la que los ricos daban regalos a los pobres, origen de la costumbre del regalo navideño entre las personas durante estas fiestas. Otras civilizaciones nórdicas celebran la Navidad (palabra cuyo origen es natividad, que significa nacimiento) apoyándose en sus propias leyendas de las cuales se deriva la instalación en las casas del abeto navideño, pero todas coinciden en una constante: que comienza el invierno. De hecho, nadie ha dicho a lo largo de la historia del cristianismo que fuera el 25 de Diciembre cuando nació Jesús, lo que prueba que, aunque no sea más que en las fechas, la tradición del rito pagano ha perdurado.
Lo que sí es histórico es que en aquella época vivió un hombre especial al que las principales religiones monoteístas consideran un profeta, cuando menos, y cuya vida ha tenido una repercusión en el devenir de los acontecimientos de estos veinte siglos como nadie ha tenido. Para nuestra cultura, se considera la Navidad el periodo en que se celebra el nacimiento de Jesucristo y, por ello, se considera un tiempo de provecho para practicar las buenas relaciones entre los hombres, un tiempo de amor, de paz y de concordia. Luego, ya sabemos que esto se queda en agua de borrajas, pero nadie nos pueda negar la reflexión sobre nuestros buenos instintos aunque solo sea unos días al año.
Un viejo refrán castellano dice, sobre la costumbre de la mayoría de celebrar la Navidad comiendo y jugando:
"La pascua del aldeano, la barba hecha y el tejuelo en la mano" (tejuelo: tejo para jugar al chito)
Queridos lectores, en las puertas de la Navidad, es decir del discurso de SM el Rey, no puedo por menos que ponerme a la defensiva sobre la presunta insustancialidad de la perorata... y eso en el mejor de los casos, si nos remitimos al llevado a efecto el otro día por el Jefe del Estado ante toda la cúpula ministerial socialista y en el que exhibió el brillante talento de estadista necesario para revelar cosas de tan elevado porte como que "vienen tiempos duros", algo de lo que no nos habíamos dado cuenta nadie si él no nos avisa; que "había que ganar la batalla al paro", como si el paro tuviera entidad biológica que hubiera que cazar tal como en los pueblos cuando se gritaba ¡que viene el lobo! (algo de lo que nadie tiene la culpa); o que "había que consumar la victoria definitiva sobre el cobarde y estéril terrorismo", dando a entender que ya se estaba en el camino adecuado (por lo menos eso es lo que yo entiendo por consumar, llevar a cabo totalmente algo que se ha iniciado). En aquel momento el Rey tenía a su alrededor 16 o 17 presuntos delincuentes, traidores y criminales, y a ellos se dirigió agradeciéndoles "la difícil labor" que habían realizado... eso en tiempo, que no en hora, en que en las Cortes un grupo de asesinos, más numeroso de lo que a cualquier iletrado pueda parecer, y de independentistas formulaban, a su libre albedrío, un "no" juramento (lo de prometer es una gilipollez, porque se puede jurar por tu honor y no por Dios... claro que por el honor...) para sentarse a legislar "de parte de los españoles" pero "por imperativo legal", algunos en catalán y todos reivindicando la ruptura de España, y "sin renunciar a la república"...¡ manda cojones! ¿Se referiría el Jefe del Estado a esta labor residual de Zapatero y sus mariachis? ¿o quizás se refería al hundimiento de la industria farmacéutica por impago de la administración, o a que aproximadamente 6 millones de pensionistas pierdan el poco poder adquisitivo que les queda, mientras su propio yerno y su hija "no han estado acertados" con el destino que han dado a un montón de millones de euros usando como tapadera a niños desfavorecidos; claro que es posible que se refiriera a los 6 millones de parados que ha inscrito, ese gobierno al que daba las gracias, en las listas del paro, o al traspaso de poder a los sindicatos de izquierdas para que les sirvan de quinta columna y sin rechistar; o puede que se refiriera a los doce millones de españoles que viven en la pobreza rebuscando en los cubos de basura o atendidos por Cáritas, para poder comer ese día; o la quema de iglesias en las universidades con la anuencia socialista de los decanos y rectores de izquierdas; o la destrucción de la Basílica del Valle de los Caídos. A juicio de Jefe del Estado el comportamiento del zapaterismo ha sido irreprochable en el caso Faisán, y por supuesto en el 11-M y en las maniobras que siguen llevando a cabo los socialistas para que no se descubra la verdad, esa que las personas de intelecto independiente ya conocemos; o quizás que el hecho de que el gobierno de Marruecos, de la noche a la mañana nos haya prohibido pescar en sus aguas, no cree el Jefe del estado que es una forma de presión para que no se desvele la implicación de sus servicios de inteligencia, junto con el CESID, en aquella masacre de Marzo de 2004, acuerdo que con el PSOE tenían de toma y daca? Y por todo esto, y más, es por lo que el Jefe del Estado se siente satisfecho por la labor del gobierno más nefasto que ha sufrido el español a lo largo de todo el periodo que ha transcurrido desde la Guerra Civil, sobre todo cuando hoy, un asesino vasco ha dicho que SM le ha confesado estar de acuerdo en que estos canallas tengan grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, sin que haya existido desmentido por la Casa Real, que solo ha dicho, lacónicamente que el Rey no opina.
Visto lo visto, por lo que a mi respecta ya me da lo mismo la monarquía que la república, pues un presidente republicano podrá ser más malo y perverso pero dudo que alcance a ser más vacío y gedeón que un Borbón, y estoy siendo todo lo monárquico que puedo ser dadas las circunstancias.
El padre Francisco de Vitoria, en el manuscrito de Solana, pag. 930 afirmaba:
"El rey recibe el poder de la república, no la república del rey".
Buenas noches.
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