martes, 29 de noviembre de 2011

Entre 1925 y 1926, entre las dos Guerras Mundiales, el miedo a los avances del comunismo, el crecimiento del movimiento obrero revolucionario y la oscura conciencia de que el viejo ordenamiento de las democracias burguesas había desaparecido para siempre, forman parte del cuadro espiritual de la posguerra europea. Pero el cuadro no estaría completo sin ese otro fenómeno, que tuvo como escenario las grandes capitales occidentales entre estos dos años, y perdura en la memoria colectiva como "los locos años veinte". En Nueva York, las noches de la hermosa gente se dividen entre el culto al jazz y a la velocidad, junto con la busca de atajos para esquivar los rigores de la ley seca. En Berlín la miseria de los millones de los parados se roza en los cafés y en plena calle con la insultante opulencia de los especuladores; la situación queda magistralmente registrada en los dibujos de George Grosz. En París la fiesta se prolonga durante una década: en sus cervecerías de moda se dan cita las celebridades del arte y la literatura, las mujeres más bellas y los hombres más ricos del mundo. Pablo Picasso, que ya ha abandonado su ascético taller de Bateau-Lavoire, vive ahora en el elegante VII arrondissement; el místico Carl Chagall se ha trasladado a Passy y el exótico Fujita olvida su pasado de pobreza en su flamante petit hotel. Mientras André Bretón y los surrealistas escandalizan a los medios intelectuales con el culto al inconsciente y el insulto contra las antiguas glorias académicas, el "tout París" se reúne en los lupanares más célebres de la ciudad: el "Chabanais" el "One-two-two" y el "Sprinx"; en los tres las chicas cobraban precios vertiginosos y muchas de ellas terminarían casándose con potentados. París se convierte en la Meca de flamantes millonarios escandinavos, sudamericanos, japoneses, ante la mirada de quienes serían los mejores cronistas de ese periodo histórico:
Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, Sinclair Lewis, Gertrude Stein. El cine se convierte en el pasatiempo favorito de las masas y se inicia el periodo de la adoración colectiva. La moda femenina uniforma a miles de muchachas elegantes con un peinado a la lapona, mientras los modelos de Coco Chanel inundan el mercado mundial. La misteriosa figura de Josephine Baker paseando su pantera negra por Monparnasse podría ser el símbolo de "los locos años veinte", un sueño del que Europa y el conjunto de Occidente despertarían muy pronto, para asomarse de nuevo al mundo de las pesadillas históricas

Benavente en "Vidas Cruzadas" reflexionaba así:
"Soportar humillaciones sin volverlas en odio es la mayor virtud, porque es fortaleza espiritual, virtud en su recto sentido etimológico".
¡¡Ah!! ¡Por fin! Por fin van esclareciéndose las cosas... las que se esclarecen, claro. Pero, no saben la alegría que me ha producido saber que en las listas de los asesinos de AMAIUR se encuentra un individuo (que yo sepa solo uno) que es del OPUS. Ahora es cuando empiezo a atar cabos que, solo con la masonería, no me cuadraban. Y me hago preguntas a mi mismo: ¿no será por eso que Rajoy quiere pasar página con todo lo referente al 11-M, o al Faisán y entrar también en negociaciones con la ETA? ¿Será por ello que le estorban gente como Esperanza Aguirre, igual que le estorbó María San Gil? ¿Y en cambio su repentino amor por Gallardón... o por Trillo para Presidente del Congreso? ¿Será, quizás, que el PP está gestionando facilitar en esta legislatura la independencia de Vascongadas, y ya estan tomando posesiones las sotanas más asesinas para lucir el báculo del nuevo país? Bueno, son solo preguntas, las respuestas estan en el viento, que diría Bob Dilan. Dejemos pasar más días.
Mientras tanto gocemos escuchando las recetas del chef Rosell que se anima a hablar y dice lo mismo que todo el mundo: que hay que reformar el sector público... y ya. Pero o no les interesa o no se atreven a decir que lo que hay que reformar, para reducir drásticamente el gasto público, son las CCAA; más claramente, hacer desaparecer las autonomías y transferir las competencias al estado central. Ahí sí que se ahorraría un montón de miles de millones innecesarios y, además, mandaríamos al paro a miles de inútiles, que cobran del erario público, colocados a dedo y que se estan tocando las... Eso no lo dicen. Tocar las autonomías y sus correspondientes estatutos, ni pensarlo; antes se expulsa al Rey y se constituye una república. En otras palabras, lo que hay que reformar es el sistema político, pero siempre a favor de una nación federal, donde el cachondeo territorial permita a tipos como Rosell y otros industriales de semejante catadura (aunque pertenezcan a la familia real), a ser posible catalanes, hacer sus negocios sin trabas. ¡¿A que mola?!
También con este río revuelto que tienen ya montado prosperarían tipos como Pedro J. que nos viene diciendo que Manuel Azaña fue el último presidente del gobierno legítimo de la Segunda República. No sé si el director de "El Mundo" considera legítimo a Azaña o a la Segunda República, pero no lo fueron ninguno de los dos, si partimos de la base de que la victoria republicana del año 31 resultó el siniestro trasunto de un golpe de estado basado en un pucherazo electoral. Pero Pedro J., que no es imbécil ni un ignorante, cuando se manifiesta en estos términos deja al descubierto que es otro aprovechado de la situación vigente, sea esta la que sea. ¿OPUS? ¿Masonería? ¡Quía!
En tanto, la sanidad en el Mediterráneo, progresa adecuadamente... hacia el estercolero. Despues del lo que comentamos el otro día de sustituir enfermeros (ATS para que me entiendan) por auxiliares (los corre-ve-dile) en Valencia, ahora los catalanes rizan el rizo colocando de especialistas a médicos de familia; los abogados se van a forrar con las denuncias por errores. Porque ya saben lo que es un abogado según F.T. Marinetti:
"Mercaderes de la argumentación, tejedores de palabras, cerebros prostituidos, tenderetes de ideas capciosas y de silogismos a la medida".

Buenas noches

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