lunes, 11 de julio de 2011

Ayer conocimos a los tres principales líderes del eje Berlín-Roma-Tokio, protagonistas en el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Hoy comentaremos algo sobre los líderes del bando contrario:
En Gran Bretaña el presidente, hasta el año 40, fue el negado de Neville Chamberlain, que creyó que lamiéndole las posaderas a Hitler, y abandonando a su suerte a otros países, como Polonia, había conseguido (tenía un papelito firmado por el Fürher) distanciarse de la guerra. Por fin fue inmediatamente sucedido por Winston Churchill.
En Francia, era presidente Albert Lebrun, que en 1940 fue convencido por el mariscal Pétain, el vencedor de la batalla de Verdún, a la sazón primer ministro francés, de firmar un armisticio con Alemania, desplazar desde París a Vichy la sede del gobierno durante la guerra y promover un cambio de régimen basado en tres puntales: trabajo, patria y familia. Durante la contienda se transformó en colaboracionista con la Alemania de Hitler. Al final sería juzgado por traidor.
En EEUU, el presidente era Franklin D. Roosevelt, el único presidente elegido 4 veces. Padecía poliomielitis desde 1921, lo que le produjo una parálisis de miembros inferiores, de la que nunca llegó a recuperarse, por lo que debía usar silla de ruedas o, si estaba de pie, apoyarse en bastones o en otra persona. Se hubo de ocupar de toda la guerra pero murió, de un tumor cerebral, justo, semanas antes de que esta concluyera. Fue sustituido, finalmente por Harry Truman, artífice de la bomba de Hirosima y Nagasaki y de la firma de la rendición de los japoneses.
Y por último dedicaremos algo más de tiempo a la figura del mayor asesino de todos los tiempos: Iósif Stalin. Nació en Georgia en 1878, hijo de una religiosa lavandera y de un borracho zapatero que propinaba sonoras palizas a su madre y a él, un día sí y otro también. Quizás por ello se le describe desde niño como un ser introvertido, calculador y frío, carente de emociones ni afectos. A los 14 años entró en el seminario de Tiflis, pero fue expulsado, por participar en actividades revolucionarias, unido a grupos marxistas, lo que sería su dedicación el resto de su vida, y a partir de 1901, desde la clandestinidad.
Comenzó ocupando cargos de poca monta en el partido, incluso, a partir del 1917, junto a Lenin, pero, dueño y señor de la intriga, su ascenso sería meteórico, incluso antes de morir Lenin, quien dejó un escrito, que nunca vio la luz, advirtiendo a sus camaradas sobre aquel individuo, al que no consideraba de fiar. A partir de la muerte de Lenin, en 1924, se embarcó a una orgía de crímenes, depuraciones y purgas en masa, para llevar adelante su proyecto de reconstrucción industrial. Pondré un ejemplo: Los ucranianos, que no estaban nada felices con las reformas stalinistas, puesto que Lenin había devuelto a los campesinos las tierras que poseían los capitalistas, para que las explotasen en su propio provecho (la tierra para el que la cultiva), mientras que Stalin se las volvió a requisar obligándoles a trabajarlas para el estado, pusieron todos los reparos posibles para entregar al estado los productos de cultivo de aquella tierra tan rica y productiva. En vista de ello Stalin ordeno la requisa de, hasta el último grano de cereal, requisó igualmente todas las herramientas de trabajo sin dejar nada, cerró las fronteras de Ucrania con el ejército, sin permitir entrar o salir ni personas ni productos de ningún tipo, y permitió que durante aquel invierno murieran de hambre hombres, mujeres y niños, hasta un total de unos 3 millones de personas. A ello habremos de sumar las deportaciones a campos siberianos, los Gulag, las desapariciones, ejecuciones con cualquier pretexto de cualquiera que pudiera hacerle sombra, y las requisas de tierras, por exponer cuatro ejemplos, con lo que arrebató la vida de entre sus compatriotas a decenas de millones de personas. Pero lo que a nosotros nos interesa ahora es su conducta en la Segunda Guerra Mundial, y de eso trataremos a medida que sigamos el relato.


Benavente distinguía a...
"Este admirable orden social en que tan a gusto vive una pequeña parte de la sociedad, que, por fortuna, es la que tiene el dinero,..."
He leido en la prensa que ZP ha formado un equipo gestor y continuista para acabar las reformas. Aparte de la sandez de los términos, en cualquier caso no ha sido el tonto egregio sino el vil Rubalcaba que es quien lleva las riendas con luz y taquígrafos (antes también pero parecía que el imbécil preclaro marcaba las normas), el héroe que se arroja a la hoguera, naturalmente convencido de que es incombustible y además de que el ciclo de este PSOE está agotado y que van a perder las elecciones sí o sí. Un tiempo en la oposición y ahora lo que queda es hacer todo el daño que se pueda al PP, y de rebote a España, colocar todos los infiltrados posibles en puestos clave de la administración pública, y esforzarse en una renovación que, cuando consideren que esté completada, dará la puntilla al gobierno de turno, haciendo uso de cualquier vileza, con todas sus fuerzas en formación y en primer tiempo de saludo. Ahora tienen que convencer a los vascos de que tengan ellos también paciencia y no maten mucho, pero que sigan acosando al personal para no dejar vivir en paz a nadie en Vascongadas (en Cataluña ya se encargan los catalanes y en el resto de España los "indignados" y los de la ceja).
Mientras tanto hoy el diferencial, la prima de riesgo ha llegado a los 370 puntos, con más de un 6% de interés respecto a la deuda que España tiene con el exterior y la bolsa en caída libre. Esta situación, así como el paro al PSOE le viene al pelo, porque esto continuará hasta las elecciones, a donde llegaremos con el mismo aspecto que un leproso de Molokay y eso ya no lo levanta Rajoy ni borracho de Ribeiro, y mucho menos con los EEUU del "socialista" Hussein Obama desplomándose igualmente en caída libre y a punto de la suspensión de pagos.
En fin que, según el método Rubalcaba, ahora cuanto más abono se eche sobre España, mejor cosecha se obtendrá. En realidad el PP no va a poder recuperarse ni en los ayuntamientos que pasaron por manos socialistas sin endeudarse hasta las cejas.
Por último, mis felicitaciones al doctor Cavadas por su éxito profesional en el trasplante de miembros, aunque este colega en lo personal deja mucho que desear: se exhibe como un pijo progre mal ineducado. No se puede tener todo.
Decía otro colega, don Gregorio Marañón, que:
"Toda la obra de la educación no es más que una superación ética de los instintos"

Buenas noches

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