En Agosto de 1619 llegan a las colonias británicas de América del Norte los primeros 20 esclavos de raza negra. El barco en el que viajaban ha atracado en el puerto de Jamestown de Virginia y su destino es trabajar como criados y obreros. En un principio la esclavitud se extenderá muy lentamente.
La necesidad de una mano de obra barata se suple con europeos que se comprometen a trabajar durante 7 años como contrapartida para poder realizar la travesía transoceánica gratuitamente.
La suerte de los primeros africanos en América del Norte no es tan dura como la de los que han sido llevados a las colonias españolas. A partir de 1509, centenares de africanos fueron llevados a América Central y del Sur, ya que los esclavos indígenas utilizados hasta entonces se mostraban débiles para ser utilizados en minas y plantaciones. Esta importación de africanos fue aconsejada a la corona por el misionero Bartolomé de las Casas.
El monopolio de transporte de esclavos estuvo en manos de la corona desde el año 1595.
Robespierre se encuentra enterrado bajo semejante epitafio:
"Caminante no llores mi muerte; si viviese, tu habrías muerto"
Ya hemos traido a colación en este blog los riesgos bélicos a los que nos enfrentamos en el Oriente Próximo, aunque nunca se lleva a cabo suficiente disección con un tema tan espinoso y con tantas aristas, pero también resulta motivo de largo debate todo lo que conocemos sobre el Lejano Oriente. Y lo es para la prensa que informa alarmada el exponencial incremento del gasto militar y armamentístico de los países cuya frontera occidental se encuentra en Paquistán y en Japón la oriental, alguno de los cuales son conocidos por los medios de difusión como "emergentes".
A la cabeza se encuentra la China comunista que va sacando pecho aparentando ser uno de los chicos fuertes del barrio, metiéndose en todos las sanciones internacionales a través de su capacidad de veto en la ONU, y dando lecciones de todo aquello en lo que debían aprender a ejercer. Porque la China que se expone ante los ciudadanos del mundo, con esos edificios neoyorquinos, en ciudades donde la vida aparenta ser un reflejo de identidad de la de las metrópolis occidentales, pero pasado por un filtro amarillo, es solo una pompa de jabón. La autentica China en la que viven el 90% de los chinos es mísera, desinformada, rural, lejana, enferma y privada de todo derecho ciudadano por elemental que nos parezca. Pero expone en su escaparate de exhibición a casi dos millones y medio de soldados, 1.750 aviones, 210 barcos de guerra y 241 cabezas nucleares, argumento que le cuesta a su estado (insisto que comunista) los 110.000 millones de euros que no destina a un mínimo bienestar de sus silenciosos y humillados habitantes. En China la sanidad, el paro, la seguridad social, las pensiones, y cualquier derecho social son inexistentes; es una sociedad montada como en Hollywood sobre fachadas de cartón y mala leche, y a quién, por otro lado, países como España ha vendido gran parte de su patrimonio financiero. Pero es que a los chinos les siguen países como la India, la pobrecita India donde la predominante clase de los intocables (miserables, mendigos, pordioseros, desvalidos y vagabundos, para nosotros) se muere de hambre acurrucados por las calles, envueltos en su pringoso, andrajoso y maloliente sari, provocando una reacción, cuasi feromónica, entre los pijos de occidente hacia ellos, de imperiosa necesidad por viajar periódicamente a aquel subcontinente en donde vacunarse de opresor occidentalismo capitalista para regalarles un óbolo de caridad y auxilio con unas migajas de estudiada ternura, que permitan contar después, junto a unas tristes fotografías, a las amistades, durante una cena bien mariscada y regada, emulando a Teresa de Calcuta, pero en clase turista. Esa India misérrima, posee una tropa de 1.100.000 soldados, 100 cabezas nucleares y unos gastos militares que se calculan en 26.000 millones de euros (en España sobrepasamos los 8.000 millones)... que no destinan a aliviar la extrema pobreza de sus habitantes.
Paquistán, el Paquistán que apoya a Al Qaeda gasta más de 4.000 millones, Singapur casi 6.000 millones, Tailandia 3.400 millones, Malasia 2.500 millones, Vietnam 1.800 millones... y finalmente, y por miedo al despegue malintencionado de Corea del Norte, cuyo gasto militar desconocemos, Corea de Sur casi 19.000 millones y Japón 40.000 millones y todo este despliegue de sustos (porque asusta pensar con que intenciones se utilizará todo este arsenal) ante atávicos adversarios, y para beneficio final de Rusia y los EEUU que son quienes, en última instancia se benefician del negocio de venta de armas.
China y demás paises comunistas de la región ya sabemos como se decantan en relación a las tensiones de Oriente Medio. Los demás, en caso de quedar implicados en el inminente conflicto, está por ver que mortaja les cubrirá.
Y hablando de epitafios, aquel que destaca sobre la tumba de Saladino, el rey musulmán que conquistó Jerusalén reza:
"El señor de toda Asia, de cuantos reinos y riquezas adquirió en vida, no se lleva a la tumba más que esta mortaja".
Buen descanso.
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